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001. Luna en Hawái

El bar tenía buena música, él no podía negar eso, así como tampoco podía negar que había un chico bastante atractivo que lo veía desde el otro lado de la barra, el cual lo veía como una presa.

Le entregó una mirada coqueta mientras bebía de su vaso de vodka, el otro le sonrió ladino y Jungkook suspiró mientras peinaba su cabello negro hacia atrás; quizá podría tener un buen polvo esa noche, algo de diversión.

Vio por el rabillo de su ojo a su acompañante, Yoongi bailaba pegado a una chica, al parecer también tendría algo de compañía esa noche, así que no tendría que cargarlo hasta el auto todo ebrio. Sonrió ante ese panorama, ya necesitaba algo de sexo.

Cuando devolvió su vista al chico, este le alzó su vaso y Jungkook lo imitó, era un coqueteo casual, pero él quería ser cortejado, así que aquel extraño tendría que acercarse primero, que él se ganara el premio que era cogerlo.

A los segundos, el hombre se levantó de la barra para caminar hacia él, Jungkook pudo apreciar que era bastante alto y no era una ilusión óptica los músculos de ese hombre. Se relamió los labios cuando lo vio tomar asiento a su lado.

—Buenas noches, bonito —le habló con una voz grave y eso le recordó a alguien—, ¿Cómo te llamas?

—Ian —respondió con una pequeña sonrisa— ¿Y tú?

—Me gusta tu nombre, es lindo —acotó el otro y luego respondió—. Me llamo Namjoon, un placer —dejó su palma en el muslo del otro.

—Vaya, al parecer sabes lo que quieres —dijo mientras tomaba su vaso de vidrio para beber lo último que le quedaba—. Bastante atrevido, me gusta.

—Soy un hombre de negocios, me gusta ir directo al grano, llegar al punto —habló con sugerencia mientras apretaba su muslo por encima de los skinny jeans.

—Uhm... —se hizo el pensativo mientras golpeteaba los dedos sobre la mesa de caoba—, ¿Estás seguro de que sabes llegar al punto, Namjoon?

—Claro que sí, Bonito —respondió mientras se acercaba a Jungkook, quien delineó el mentón ajeno—, ¿Por qué lo dudas?, podría llevarte al cielo si gustas.

—Dicen que los que se alaban mucho carecen de hechos verdaderos —con su lengua lamió los labios del otro, quien lo veía con hambre—. Te reto a demostrarme que eso es mentira.

El hombre se acercó para besarlo con fuerza, de forma ruda y demandante, a lo que Jungkook se entregó totalmente, pero de igual forma devolvió lo que recibía, incluso soltó un pequeño gemido cuando Namjoon apretó su pierna y ambos se separaron.

—Yo digo que hay que irnos de aquí —habló el moreno y Jungkook asintió.

—Cerca de aquí hay un motel, podemos ir allí —el azabache no quería ir a la casa de alguien, no quería tener la charla del desayuno y esas mierdas—. Deja le aviso a mi amigo.

Se levantó de la barra y se encaminó hacia Yoongi, con una señal le hizo saber que se iría y el rubio asintió mientras le hacía la seña del teléfono, indicando que lo mantuviera encendido, Jungkook asintió y se dirigió hacia Namjoon, quien lo rodeó de la cintura y lo encaminó a la salida.

Salieron de allí y el frío de la noche atacó sus mejillas, y extrañó a ese alguien que besaba sus cachetes cuando él tenía frío, para que sus mejillas se tiñeran de rosa y entraran en calor; negó la cabeza ante el recuerdo, eso ya había pasado, ahora estaba en el presente.

Namjoon lo guió a su Audi A6 color negro, desactivó los seguros y entró al asiento de copiloto, Jungkook esperaba que le abríera la puerta, pero tampoco podía pedir tanto si era un polvo y ya, pero Taehyung habría...

Negó la cabeza otra vez y suspiró algo enojado mientras entraba en el asiento de copiloto.

—Iremos al motel que dijiste, yo vivo al otro lado de la ciudad —comenzó a narrar y a Jungkook le importaba dos hectáreas de acelga la vida de él—. Espero se te haga igual de cómodo.

—Me gustan más los moteles, estoy más acostumbrado —el otro lo miró con algo de duda—, ¿Qué pasa?

—Ehm, después de... ¿Tengo que pagarte?

—¿Disculpa? —dijo totalmente ofendido—, ¿Qué mierda acabas de preguntar?

—Oh, lo siento, es que como dijiste que-

—Pues estoy acostumbrado a los moteles porque no me gusta ir a las casas con quienes solo tendré un polvo —respondió tajante—. No soy un prostituto, Namjoon.

—Sí, lo siento.

Jungkook ya no tenía ganas de acostarse con ese hombre, igual le pasaba por irse con el primer candidato de la noche, pero es que el tipo se veía jodidamente atractivo con ese traje y su voz... le recordaba a él.

Pero ya estaba por llegar al motel, quizá podría calentarse un poco en la habitación, avivar un poco la llama, porque no quería tener que ir a su departamento en un taxi después de que no se le parara con el tipo.

Cuando llegaron al estacionamiento, Jungkook salió del auto enseguida, quería coger rápido y luego irse, que el mal rato valiera la pena. El otro lo siguió detrás, cuando llegaron a la recepción, una joven los atendió y Namjoon comenzó a pedir la habitación.

—Una con una cama de dos plazas, por favor —pidió mientras abría la billetera, y Jungkook juró haber visto un anillo allí.

—Claro, ¿Desea alguna con algo en específico?, quizá un columpio o-

—No, gracias, solo eso, por favor, que sea simple —le entregó la tarjeta y pagó todo.

Una vez hecho aquello, ambos se dirigieron al ascensor, Jungkook se acercó al otro con la indirecta de que lo besara, que tratara de avivar la llama o algo, pero al parecer Namjoon estaba en su mundo.

Cuando llegaron a la habitación, Jungkook estaba harto de que no hiciera nada, así que se lanzó a besarlo, a tocarlo y restregarse un poco en él, necesitaba estar caliente porque sino su amigo no iba a subir, porque el sexo no es solo estar en una cama con otro y sacar y meter.

Namjoon pareció entender un poco y le devolvió el beso con hambre, apretando sus caderas para tenerlo cerca, y el azabache casi se separa para felicitarlo. A los segundos el hombre le quitó la blusa de seda y comenzó a besar su cuello, lugar que a Jungkook le encantaba, pero parecía que ya no lo prendía tanto como antes.

Aunque si Tae-

Cerró los ojos con fuerza y comenzó a quitarle el saco al otro, necesitaba concentrarse en el ahora, en lo que estaba viviendo en ese momento, y en ese momento estaba besando y tocando a un hombre exquisito con músculos por doquier y jodidamente atractivo.

Cuando lograron quitarse la ropa, Jungkook se recostó en la cama para apreciar la anatomía ajena, aunque el otro tenía el pene totalmente erecto y a él recién se le estaba comenzando a parar.

El hombre lo dio vuelta mientras alzaba su trasero, a Jungkook le gustó aquello, pero prefería estar de frente y ver a la persona, además de poder tocarla, pero no dijo nada en esos momentos.

El pene del moreno se restregó entre sus nalgas y comenzó a acercarse a su entrada, lo que a Jungkook le alarmó.

—¡Oye! —gritó antes de que Namjoon hiciera algo—, ¿Y el condón?, ¿Y no piensas prepararme o algo?

—¿Realmente se necesita un condón cuando te lo meto por el ano? —preguntó algo confundido.

—Pues sí, no sé si tienes algo —obvió mientras se daba vuelta y quedaba boca arriba—. Además ni siquiera me has preparado o algo, ¿Cómo piensas entrar así nada más?

—Pues, pensé...

—¿Es la primera vez que quieres hacerlo con un hombre? —cuestionó alzando una ceja.

—¿Podrías no decirlo de esa forma? —esquivó la mirada de Jungkook.

—Pero eso soy, eso somos, Namjoon —contestó mientras se sentaba—. Tú eres un hombre y yo igual.

—Pero no es necesario mencionarlo, ¿De acuerdo?

—Eres gay de closet —afirmó el azabache y el ceño del otro se frunció—, ¿El anillo que tenías es de...?

Namjoon suspiró mientras se dirigía a buscar su ropa, dándole la espalda al otro al recoger sus prendas.

—De mi esposa —contestó bajo.

—Puta madre —tomó su cabeza con ambas manos—. Eres un hijo de perra, maldito infiel —suspiró mientras lo veía con desdén mientras se vestía.

El otro no dijo nada más y siguió vistiéndose, abotonando su camisa y arreglando su saco caro, mientras tanto Jungkook trataba de calmarse por casi ser un cacho de una chica que no sabía que su marido era gay.

Namjoon le dejó la tarjeta de la habitación en la mesa de noche para después irse de allí.

Después de disociar unos minutos, Jungkook buscó su ropa para poder largarse de allí de una vez, pero mientras se ponía los pantalones recibió un mensaje y de seguro era Yoongi, así que fue sacó su celular para responderle a su mejor amigo y contarle su peor experiencia con un polvo.

Pero cuando abrió el mensaje...

Desconocido

¿Me extrañas?

Porque yo lo hago cada día desde que te fuiste.

Ti amo, luna mia, mi manchi così tanto che fa male, amore mio.

(Te amo, mi luna, te extraño tanto que duele, mi amor)

Il mio Jungkook, il mio amore più prezioso.

(Mi Jungkook, mi amor más preciado.)

Jungkook suspiró algo triste al leer aquello, y quiso escribirle, realmente quiso, incluso tecleó algunas palabras que terminó borrando, porque qué le diría a Taehyung después de dejarlo en el aeropuerto.

Cuando se suponía que sería su viaje de celebración como primer año juntos.

Desistió de enviarle un mensaje, no sabía qué decirle, no sabía cómo podía explicar la estupidez que fue su huída, lo arrepentido que estaba y cuántas ganas tenía de correr hacia los brazos de su amor, de su Taehyung.

Pero él tenía miedo, después de todo Taehyung era el consigliere de la mafia italiana, además su jefe quería promoverlo a sucesor y romper la tradición familiar, debido a que el rubio era más eficiente que cualquiera de sus hijos.

Tenía miedo de que una vez en ese mundo, todo sería diferente, su vida podría correr peligro.

Taehyung le dijo que estaba dispuesto a dejar todo atrás por él, para que nadie lo tuviera en la mira a él o su familia, que no le importaba tener que dejar su hogar, Italia, de forma permanente con tal de que él se sintiera seguro.

Pero Jungkook no quería cambiarlo, él lo conoció como consigliere y se había enamorado de él siendo aquello, lo amaba demasiado, pero tenía miedo de todo lo que podría conllevar su relación.

Y sabía que si él le decía aquello a Taehyung, él entendería y lo dejaría ser feliz con alguien más, pero no podía decirle "adiós" a su Taehyung cuando ni siquiera se atrevía a decirle un "hasta pronto"; por eso huyó diciéndole que quería ir al baño y lo dejó varado en el aeropuerto de Berlín.

Se limpió la lágrima traicionera que se escapó de su ojo, pero luego ya no podía parar de llorar y sus ojos eran mares de lágrimas que extrañaban a su Taehyung, a su bello sol, a su Sole.

Se terminó de abrochar la camisa mientras seguía llorando en silencio, dejando que sus lágrimas por fin fueran libres. Y mientras se acercaba a tomar la tarjeta para poder irse de aquella habitación, un segundo mensaje llegó.

Desconocido

¿Puedes venir mia amata luna?

(¿Puedes venir mi amada Luna?)

¿Puedes volver y amarme como solo tú sabes?

Luego de esos mensajes venía un pasaje pagado de vuelo a Hawái, era decisión suya si volvía o no con Taehyung.

—¡¿Qué mierda vas a hacer?! —se escuchó del otro lado del celular—. Acabo de salir del bar porque tu hermana me estaba llamando como una perra loca diciéndome la estupidez más grande que he oído.

—Es verdad, me voy y no sé cuando regreso... No sé si regreso —susurró lo último.

—Jungkook, ¿Qué mierda está pasando por tu cabeza de maní? —preguntó nervioso—, ¿A donde putas te vas, desquiciado?

—No te puedo decir... solo me iré, ¿de acuerdo? —habló mientras empacaba una pequeña maleta con sus cosas más importantes.

—¡Contexto, maldita rana de ojos saltones! —gritó exasperado y nervioso el mayor—, ¿Por qué mierda te vas?

—Me voy porque lo amo, Yoongi —dijo con la voz rota—. Porque amo a Taehyung, lo amo demasiado y lo dejé plantado, a mi novio lo dejé en un aeropuerto porque no tenía los pantalones para decirle que me daba miedo todo, pero ahora no me importa, ya no importa estar en riesgo, porque conozco a mi hombre, sé lo que es capaz de hacer con tal de mantenerme a salvo...

—Dijiste que tu familia...

—Mi única familiar viva es Chaeyoung, mi padre ya está muerto y a ella ni siquiera la conocía, apareció cuando mi padre estaba en las últimas y todo porque quería la herencia de mi padre —aclaró de forma directa—. Te habló porque no quiere que me vaya del país, pasa que aún no he terminado de hacer los trámites para que le llegue su parte del dinero.

—Quizá suena egocéntrico o qué sé yo, pero-

—No te pasará nada, Gigi, te lo juro —le interrumpió mientras buscaba su cargador—. Él sabe de ti, sabe lo preciado que eres para mí.

—D-de acuerdo —respondió más seguro que confiado—. Y bu-bueno... ¿No te parece curioso que te enamoraras en unas vacaciones en Roma y terminarás con un mafioso italiano?

Jungkook rio un poco tímido y se despidió con cariño, después de todo, necesitaba llegar al aeropuerto lo más rápido posible.

Se fue a dar una ducha rápida cuando revisó que las cosas más importantes estuvieran dentro de la maleta negra, llevaba cargadores, su computadora, su pasaporte junto a sus documentos, algo de ropa y el peluche que le había tejido a Taehyung en sus días de insomnio.

Definitivamente el peluche era lo más importante.

Después de su ducha rápida, se aplicó sus cremas y perfumes, paso seguido se vistió con unos jeans cargos color negro, una camiseta manga larga blanca, un polerón con capucha color negro y sus vans.

No era algo tan deslumbrante, pero era su esencia.

Pidió un Uber y salió de su departamento arrastrando la maleta con ansiedad, pues eran las cuatro con veinte y el vuelo era a las seis, debía apurarse, no podía perder ese bendito avión.

Cuando el auto se estacionó frente a él, Jungkook le confirmó la dirección y el otro emprendió el viaje al aeropuerto de Seúl, la carretera no estaba atestada de otros vehículos, pero aún así el viaje se le hizo muy lento y lo ponía nervioso, porque debía pasar por las revisiones y cientos de mierdas que aumentaban su ansiedad.

Cuando el automóvil se estacionó afuera del aeropuerto, Jungkook salió a la velocidad de la luz, ni siquiera pudo despedirse del joven que lo llevó hasta allá, pero le daría todas las estrellas posibles por llevarlo al lugar.

Corrió con su maleta casi volando entre todas las personas que se encontraban en el enorme lugar, cuando llegó al mostrador le entregó su boleto a la chica que estaba allí.

—Sé que llego muy justo, pero, por-

—Tranquilo, joven Ian —le interrumpió la fémina con una sonrisa, mientras que Jungkook estaba confundido, porque ese era el nombre que usaba cuando quería pasar encubierto—. Su vuelo es uno privado, el sr. D'angelo lo ha contratado para usted.

Jungkook se sonrojó hasta las orejas y asintió tímido, la mujer le dijo que debía seguir a cierto hombre que vendría a llevarlo hacia su avión privado, Jungkook le agradeció con una sonrisa y luego siguió a aquel hombre extranjero.

Mientras seguía a aquel hombre, que claramente era italiano y mandado por Taehyung, no pudo evitar sentirse encantado por el trato que le ofrecía su hombre, porque ni siquiera era seguro que él tomara el avión y aún así organizó todo.

Cuando estuvo frente al avión sonrió en grande, porque este tenía una luna estampada en su costado, su Taehyung siempre había sido un romántico de primera.

Subió al avión y no se sorprendió al ver que no habían filas de asientos y esas cosas, porque era obvio que tendría una remodelación por dentro, había rosas en cada mesa del avión, las cuales estaban atadas con cinta plateada.

Se sentó en un sofá de cuero mientras se sentía pequeño por tanto lujo, no estaba acostumbrado a esa vida, pero le gustaba saber que Taehyung gastaba en él.

Una señorita de cabellos rubios y ojos caramelo se acercó para darle su comida italiana favorita, lasaña de carne a la boloñesa, la cual comió con una enorme sonrisa y acompañó con algo de vino.

Luego, la misma mujer volvió a aparecer, pero esta vez para entregarle una carta hecha a mano de Taehyung.

Jungkook se estaba derritiendo en esos momentos.

Cuando el avión tocó tierra firme, los nervios de Jungkook aumentaron de manera estrepitosa, porque estaba por ver a su Taehyung, a su Sole, al hombre que había dejado hace seis meses.

Cuando bajó del avión, varios hombres lo escoltaron hacia la salida, aunque aquello lo puso bastante nervioso y lo único que pudo pensar fue en que se sentiría tan seguro si Taehyung le diera la mano.

Cuando se subió a la camioneta blindada y de ventanas polarizadas, solo podía pensar en los ojos de Taehyung, en ese caramelo bello y dulce, y en su cabello dorado, tan brillante como el sol.

Le daba paz pensar en su amado, le daba paz saber que Taehyung no lo odiaba.

El automóvil se paró enfrente de una gran casa victoriana que estaba en medio de un gran campo y con vista al mar, Jungkook bajó mientras observaba todo con curiosidad.

Luna è arrivata nella zona, tutti devono recarsi all'esterno della casa (Luna ha llegado a la zona, todo el mundo debe salir de la casa) —habló un hombre que estaba a su lado.

Jungkook solo entendió que Luna había llegado a la casa o algo así, él suponía que Luna era él.

El hombre le señaló la puerta de la casa con su mano derecha, esperando que él se dirigiera hasta allí, y Jungkook no supo de dónde sacó las fuerzas suficientes para que sus piernas caminaran hasta esa enorme puerta de madera.

Y ni siquiera tocó la puerta, porque quería ir directo hacia Taehyung, quería verlo de inmediato.

Entró y se encaminó hacia la habitación que tenía jazz en un volumen medio alto, no sabía a dónde se dirigía, no sabía si interrumpiría algo o lo que sea, solo sabía que Taehyung debía estar allí.

Abrió la puerta y su corazón se detuvo, ese segundo en el que conectó su mirada con Taehyung su corazón dio un vuelco, sintió pena, arrepentimiento y quiso sacarse el corazón para demostrarle al mayor que seguía gritando su nombre.

—Oh, mia Luna, mio amato Jungkook, mio tutto, il mio amore più prezioso (Oh, mi Luna, mi amado Jungkook, mi todo, mi amor más preciado) —habló Taehyung con su voz grave, que hacía derretir al otro, mientras sonreía triste—. Viniste, mi amor.

—Te extraño, te extraño demasiado —dijo mientras lágrimas bañaban sus mejillas blancas—. Il mio sole, il mio amore, mio, solo mio ( Mi sol, mi amor, sólo mío) —corrió a los brazos del mayor que lo recibió gustoso mientras lo cargaba en brazos y él enredaba sus piernas en la cintura ajena.

—Mi amor, Jungkookie, por fin te puedo ver, por fin te puedo tocar —el rubio lo abrazaba con fuerza mientras restregaba su nariz en el cuello ajeno, inhalando el aroma de su amado—. Por fin puedo volver a sentirte, a tenerte conmigo, por fin.

—Perdón, lo siento tanto, perdóname —suplicó llorando en el hombro ajeno—. Taehyunggie, perdóname, te lo ruego.

—No, no, no, no digas eso, no, mi amor —se separó un poco del otro para poder limpiar las lágrimas ajenas—. No hay nada que perdonar, mia Luna.

—Te dejé solo —dijo mientras arrugaba la tela de los hombros de la camisa ajena—. Te abandoné, cumpliamos un año. Perdóname, por favor.

—No hay problema, yo podría esperarte todo el tiempo que necesites —peinó los cabellos largos del otro con sus dedos, realmente perdido en la existencia de Jungkook—. Esperaría toda mi vida por ese eclipse, mi amor.

Jungkook veía a Taehyung y no podía creer que ese hombre lo amara tanto, que sería capaz de esperar por él años, que lo conociera tanto como para saber que volvería a él y que estaba dispuesto a lo que sea por él.

—Te amo, Taehyung D'angelo —susurró frente a los labios ajenos—. Te amo más que a mí mismo, te amo tanto que no pienso soltarte en mi vida, te amo tanto que te ahogaré con mi amor y te amo tanto que estoy dispuesto a morir, todo con tal de permanecer un segundo más a tu lado.

Taehyung sonrió y apresó su labio inferior con sus dientes para luego chuparlo con deseo, con hambre guardada, y luego se adentró en su cavidad bucal con su lengua, paseando como una experta y comenzó a besarlo lento, con pasión, con amor.

Jungkook deslizó sus manos hasta la nuca ajena y terminó por enterrar sus dedos en la cabellera dorada mientras soltaba pequeños suspiros entre los besos.

—Te amo, mi Luna —susurró el mayor sobre sus labios y comenzó un camino de besos hasta su oreja, dejando picos en su mejilla izquierda y una pequeña mordida en esta—. Te amaré hasta el último de mis días, te amo tanto que te protegeré hasta en las sombras, te amo tanto que mataré a cualquier hijo de puta que te haga daño, te amo tanto que haré que todos se arrodillen ante ti cuando se te acerquen —susurró en el oído de su amado—. Se attraversi il mio cuore, spero di morire tra le tue braccia (si atraviesas mi corazón, espero morir en tus brazos).

Jungkook sonrió hasta que sus ojos se hicieron chinitos y le regaló cientos de pequeños besos en todo el rostro al mayor. Besó su frente y bajó hasta besar las esquinas de los ojos ajenos, besó la nariz y pómulos, para seguir bajando hasta las mejillas y mentón, finalizó en los labios de Taehyung y se acercó a juntar sus frentes.

—Se attraversi il mio cuore, spero di morire sulle tue labbra (si atraviesas mi corazón, espero morir en tus labios) —susurró mientras acariciaba con su nariz la del otro.

—Te extrañé tanto —dijo Taehyung mientras caminaba con Jungkook en sus brazos—, ¿Realmente eres tú?, ¿No es otro de mis sueños?

—Soy yo, mio bel Sole —respondió acariciando los cabellos ajenos—. Soy real, soy tu Luna, y no volveré a irme.

—¿Me lo prometes? —preguntó mientras lo recostaba en una enorme cama con sábanas de seda—, ¿Podrías hacer eso?

—Te lo prometo, desde hoy estaré siempre contigo, no pienso dejarte otra vez —sus manos acariciaron las mejillas ajenas y Taehyung posó su mano derecha sobre la suya.

—Es que te amo tanto, no puedo imaginarme la vida sin ti —susurró aquello como si fuera un secreto—. Estos últimos meses fueron un infierno, mi amor, tu ausencia dolía, me atravesaba el alma como si fueran cientos de cuchillas de hielo.

—Nunca más me tendrás lejos, mi amor, te lo prometo —jaló hacia él al otro y lo recostó sobre su cuerpo, abrazándolo con fuerza—. Ya no va a doler, ahora que tengo tu corazón conmigo, le prometo jamás volver a herirlo —dijo mientras posaba su diestra sobre el pecho ajeno.

—¿Puedo amarte, Jungkook? —cuestionó con la voz bañada en cariño—, ¿Me permites amarte en cuerpo y alma?

—Soy todo tuyo y tú todo mío —Taehyung asintió mientras se acercaba a besarlo nuevamente.

—Quiero demostrarte mi amor hasta que tu voz se quiebre del placer que te otorgue —dijo besando el cuello del azabache.

—Ámame hasta que cada parte de mi cuerpo grite tu nombre, Taehyunggie.

La ropa poco a poco fue restando, el amor comenzó a otorgarse en cuerpo y alma, mientras que los corazones de ambos latían en sincronía al igual que sus respiraciones erráticas.

Jungkook amaba a Taehyung y Taehyung amaba a Jungkook.


























































































































MookieNota: hice una pequeña revisión por algunas, muy notorias, faltas de ortografía. Además, de editar el final, una cosita pequeña para que no se vea el capcomo autoconclusivo.

Nos vemos en el siguiente cap...

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