Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¡ 001 !

SUNOO.

Un día más aquí, debería estar acostumbrado, cada día despierto entre cuatro paredes blancas.

El único sonido de la habitación es el del monitor que controla los latidos de mi corazón. Con cuidado y despacio, bajo de la cama, colocándome mis zapatillas. Apoyado del carrito de suero, camino hacía la ventana corriendo las cortinas hacía un lado observando el amanecer, la poca iluminación del sol empieza a colarse en la habitación, dándole tonos dorados.

Sonreí levemente, dejando la brisa mañanera revuelva mis cabellos dorados. Permití quitarme la Cánula Nasal, respirando el fresco aire de la mañana, aunque claro, debí haber inhalado demasiado profundo pues casi enseguida he empezado a toser, me colocó de nueva cuenta la cánula alejándome de la ventana.

Apenas me he alejado lo suficiente cuando Jung Won, entra a la habitación.

– ¡Buenos días Sunoo! – saluda, alegre y con esa sonrisa brillante qué me contagia de su buen humor.

– Buenos días Jung Won – contestó de regreso devolviéndole la sonrisa.

– ¿Qué tal dormiste, Sunoo? – pregunta, comenzando a sacarme conversación. Ha su vez, anota en su pequeña tabla algunas cosas que desconozco, se acerca a mi, revisando el bote de suero y ajustándolo, pues en la noche mientras dormía la cinta parecía haberse movido.

– Umg, he tenido mejores noches – le respondo, yendo a sentarme a la camilla. Mientras él comienza a colocarse el estetoscopio, para comenzar mi revisión matutina.

Me quedo quieto ante sus movimientos, haciendo caso en las indicaciones que me da. Una vez termina, anota más cosas en la tabla. Lo observo fijamente recordando el día que lo conocí.

El día que lo conocí era un chiquillo inseguro haciendo pasantías en este hospital. Yo apenas había sido ingresado cuando 2 meses después él ingresó como pasante, específicamente como Enfermero. La primera vez que nos vimos no fue la mejor impresión.

Recuerdo cuando el ingreso a mi habitación un poco inseguro y desconfiado. Y es qué yo se que las viejas chismosas de las enfermeras le habrán contado sobre mi situación.

Bu-... Buenas Tardes. Me han mandado a hacer su re-... revi-.... revisión – habló tímido aun sin entrar por completo a la habitación. – También... le he traído un obsequio.... – tragó grueso, esperando mi reacción.

Lo miré de reojo con desdén. Aunque por dentro me carcomía la curiosidad. Nunca lo había visto por aquí, debía ser nuevo. En el poco tiempo que llevaba aquí, conocía a todas las enfermeras y doctores que trabajaban en el piso en el que me encontraba.

– No quiero tu obsequio. – fue lo primero qué pronuncie, regresando mi vista hacía el libro que sostenía en manos.– Haz lo que tengas que hacer y lárgate.

Jung Won frunció su ceño en ese entonces y entro a pasos decididos, comenzó haciéndome mi chequeo y anotando cosas. Una vez termino me miró.  Y por primera vez en meses, no vi lastima en su mirada ni pena ni tristeza. Vi esperanza en su mirada.

– Le he traído un Oso de peluche para su compañía. – habló dejándome ver el Oso de peluche. Analizando sus palabras.

"Para su compañía."

Fruncí el ceño. Tomando el peluche y aventándoselo a la cara. Grosero, lo sé...

Pero sentía que el se estaba burlando de mi.

– No quiero tu compañía ni tu pena. Lárgate.

Fue lo último que pronuncie. Acostándome y oyendo sus pasos alejarse. Cuando voltee hacia donde él estaba parado observe que el peluche que estaba en el sillón.

Y aunque lo siguientes días el trataba de sacarme tema de conversación o trayéndome a escondidas leches de chocomenta. Yo seguía tratándolo algo mal pero eso nunca lo alejo. Al final, acepte su amistad y compañía.

Él me adoptó.

Él fue el extrovertido que me adopto.

– Te tengo una sorpresa, Sunoo – dijo Jung Won sacándome de mis pensamientos.

– ¿Conseguiste novio?

– Dije sorpresa, no milagro.

Contestó frunciendo su ceño haciéndome reír levemente.

– En fin... Espero que mi sorpresa te agrade. – dijo con amabilidad abriendo la puerta de mi habitación.

Dejándome ver a mis dos personas favoritas en el mundo.

– ¡Sunoo! – gritaron ambos con alegría

Y por primera vez en pocos meses sentí un poco de alegría de ver a mis amigos ahí, en esa recamara del hospital conmigo.

– ¡Chicos! – sonreí abiertamente. Queriendo pararme para abrazarlos pero sintiéndome demasiado débil

– ¡No, no, no! No te pares, tranquilo – habló Beomgyu. Acercándose hasta donde estaba, se inclinó un poco y me envolvió en un cálido abrazo.

Ji Sung [ Han ] imitó su acción. Dejando un suave beso sobre mi mejilla.



[......]







SUNG HOON 













Suspiré un poco agotado. Anotando un par de cosas en mi cuaderno, trataba de prestar atención a mi profesor sobre el tipo de enfermedades pulmonares que existían y su clasificación.

Mi teléfono vibró en el bolsillo de mi pantalón. A escondidas y esperando que el maestro no note mi distracción, lo saqué, revisando el mensaje.

Sra. Madre 🐧

Sung Hoon, mi vida

¿Le harías un favor a tu preciosa madre?

Prince Ice

Nop

Sra. Madre 🐧

Total ni te necesitaba 😾

He olvidado mi almuerzo en la encimera de la cocina, ¿podrías traérmelo?

Prince Ice

Esta bien mamá

Yo te lo alcanzó. ¿Esta pesado el hospital?

Sra. Madre 🐧

Un poco

Prince Ice

Mmh, te llevare el almuerzo y vere si puedo ayudarte.

Entonces Doctor Park. ¿Cómo se origina el EPOC? – preguntó el maestro, haciendo que pegue un brinco en mi lugar.

Guarde mi celular rápidamente. Mirando hacía el frente, el maestro me miraba fijamente esperando mi respuesta.

– Emh... – dude un poco, tratando de hacer memoria. - Es una enfermedad pulmonar que tienen los fumadores compulsivos, pero también puede ser hereditaria. Aunque también han habido casos donde se contagian mediante el aire contaminado de la ciudad. 

- Bien, muchas gracias joven Park - el señor Kang asintió conforme con mi respuesta. 

Continuo con la clase explicando más a profundidad el tema. Pasando a más enfermedades pulmonares, mirando la hora comencé a guardar mis cosas en mi mochila, la clase estaba a cinco minutos de acabar y el maestro lo sabía pues dejó de hablar comenzando a despedirnos. 

Al fin libertad. 










[.....]


SUNOO







Tener a Beomgyu y Han de visita es demasiado agradable pero llega un punto en el que parece asfixiarme, puesto que solían tratarme como un muñequito de porcelana. Con lástima y delicadeza, eso me molestaba no necesitaba la lástima ni la delicadeza de nadie. 

Por eso, los deje con Jung Won un momento fingiendo ir al baño. Un momento de paz y tranquilidad para mi. Los amaba demasiado pero a veces llegaban a ser un poco estresantes. 

Di vuelta en una esquina del hospital para tomar el elevador que lleva a la terraza, cuando choque con alguien. 

Era la doctora Park Mina. Le sonreí con amabilidad haciéndome hacia un lado dejándola pasar. 

- Sunoo, cariño. - llamó con amabilidad. La miré atentó, la doctora Mina era demasiado buena conmigo desde que ingrese al hospital - Jung Won te esta buscando, ¿de nuevo escapando? - pregunto con una sonrisa 

- Umh... algo así - confesé rascando mi nuca levemente. 

- ¡Mamá! - alguien llamó a sus espaldas. 

- Dame un segundo, cielo, ya voy. - dijo a la persona a sus espaldas. Me miro por última vez dándome una sonrisa cálida - No tardes a donde sea que vayas, sabes que Jung Won se vuelve loco si no apareces después de 25 minutos y ten cuidado ¿si? 

Asentí dándole una leve reverencia para despedirme. Me di media vuelta siguiendo mi camino, después de todo, Jung Won debía estar demasiado concentrado hablando con Ji Sung y Beomgyu que no reparara mi tardía. 

Abrí la pequeña puerta que daba hacia la terraza bajando con cuidado mi tanque de oxigeno. Cerré la puerta dándome la vuelta, camine unos cuantos pasos hasta tomar asiento en la banca que había en el lugar.

Acomodé mi tanque de oxigeno y me permití quitarme la cánula respirando algo más que solo aire combinado con Alcohol Etílico, Suero y Paracetamol. Se sentía tan bien, la brisa fresca del atardecer revolvió mi cabello, sonreí levemente llenando de nueva cuenta mis pulmones de aquel aire tan puro y fresco, parándome de mi asiento, caminando hacía el final de la terraza dejando atrás mi tanque de oxigeno, tratando de caminar despacio evitando agitarme rápidamente. 

Y solo por ese momento me sentí libre, me sentí bien, sano y vivo. 

Aunque claro todo lo bueno tiene su final. 

Y el mío llegó cuando empecé a toser, mi vista nublándose y sintiéndome débil de repente. 

Alcé mi cabeza buscando un poco de aire, pero no podía mis pulmones necesitaban ayuda para respirar. Mi tanque estaba lejos. 

No supe más. 

- ¡TRAIGAN UNA CAMILLA RAPIDÓ! - grito una enfermera y eso fue lo último que escuche. 
























Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro