Narra Jimin.

Llegué al edificio, entré en este y subí hasta el último piso, al llegar a este di la vuelta siguiendo el olor que sentía que provenía detrás de alguna de las puertas.

Me detuve frente a la puerta en la que el aroma de mi hija se había vuelto más intenso. Esta no estaba con llave así que entre y la vi sobre u n colchón amordazada y con sus manos y pies atados. 

Abrió sus ojos y se empezó a remover, quería decirme algo. Entre y la puerta tras de mí fue azotada para luego ser cerrada con llave.

— Me lo hiciste muy fácil, hijo mío — la voz de mi padre sonó tras ella — Si hubiera sabido que lo más importante para ti sería esta chica que no es de tu sangre, la habría secuestrado luego de haber salido.

— Eres un malnacido — me acerque a la puerta y deje ir un golpe a puño cerrado sobre esta, pero es inútil, no cuento con la fuerza para poder abrirla — Ya me tienes a mí, deja que Ryujin se vaya, por favor.

— Dejame pensarlo... No creo, me sirven juntos, tal vez haga que veas a tu hija conmigo o al revés. Todavía lo estoy pensando.

— ¡Enfermo, estupido! — deje ir otro golpe — No te atrevas a tocarla porque no me haré cargo de lo que puedo hacerte — en este punto sentía mi sangre hervir, y mis colmillos estaban enterrándose en mi labio inferior.

Sus pasos se volvieron lejanos,me di la vuelta y mi pequeña estaba llorando con su cabeza gacha. Me puse de rodillas frente a ella y desate sus piernas y brazos, para luego quitarle la cinta de su boca. La atraje a mi cuerpo y la abrace fuerte mientras ella suelta sollozos.

— ¿Por qué? — la separé de mi para que pudiera escucharla mejor — ¿Por qué lo hizo? Debió quedarse con papá Kook — negué y limpié sus mejillas, le sonreí.

— ¿Cómo podría dejarte sola, amor? — mi voz salió muy tenue, casi como un susurro — Eres mi hija, y no puedo aceptar que te quiten de mi lado.

Me senté en el colchón y dejé que pusiera su cabeza en mi hombro. Tal vez no lo pensé, pero no podía dejarla sola con el monstruo que es mi padre.

Narra Jungkook.

Luego de salir de la casa de Lisa envié un mensaje a todos para que nos viéramos en la casa, tenía que decirles dónde estaba Ryujin, y posiblemente en ese lugar también esté mi luna.

— Señor Jeon, yo realmente lo lamento — detrás de mi andar venía Hyunjin y Lisa, ambos se habían negado a dejarme solo en eso, sobre todo el chico, quien siente mucha más responsabilidad.

— Está bien, ya es cuenta del pasado — Kai negó y se adelantó. Aunque a mi me parecía no tan importante, para mí hijo era otra historia.

Llegamos en silencio a la casa, abrí me encontré a todos en la sala. El primero en hablar fue Nam.

— ¿Para que nos citaste aquí? 

— Porque hay alguien que quiere decirnos algo — le di la palabra a Wang.

Todos al verlo le lanzaron una mirada bañada de odio que cohíbe al chico y lo obligó a bajar la mirada.

— Bueno, yo... umm — se quedó callado por un momento — Como le expliqué al señor Jeon, yo no tenía la intención de hacerle daño a Ryujin, lo único que quería era cobrar venganza por lo ocurrido con mi padre, historia la cual malentendi y me avergüenzo ahora de saber cómo era realmente él — levantó su mirada y siguió ahora un poco más erguido — Pensé que era una buena oportunidad cuando ese hombre me pidió unirme a él para poder hacerlos sufrir, no pensé que el padre del señor Park fuera tan enfermo. Él solo me utilizó como un peón en su juego y para cuando me di cuenta era demasiado tarde, solo dejé a Ryujin a su cargo y regresé a casa. El plan de ese lunático es atraer a su hijo, Ryujin solo es un cebo — todos ahora habían cambiado su mirada, menos dos chicos que se mantenían en un costado de la habitación.

— ¿Por qué tenemos que creerle? — Soobin fue a encararlo — Digo, lo único que has hecho es hacernos desconfiar de ti.

— Lamento la paliza que te di y todo lo que dije con respecto a Ryujin, sinceramente no se porque me hizo decirlo. Tal vez para que fuera más sencillo el llevarla al edificio luego — se acercó más a él — No me gusta Ryujin, como podría obligarla a amarme cuando ella le gusta alguien más.

Sonreí por lo que acaba de decir y creo que es porque muchos nos hacemos la idea de quién es esa persona. 

Me acerqué al pelinegro y lo rodeé con un brazo — Bueno, guíanos hasta ese bastardo — mire su cuello y me di cuenta de una cadena con una antorcha. Luego mire el collar que le regalamos a Soobin junto con el de Ryujin. Al parecer tienen mucho en común y ni siquiera lo saben.

Narra Ryujin.

Mire a mi padre quien estaba buscando en la habitación, aunque no se que buscaba.

— ¿Qué haces? — le pregunté.

— Estoy buscando una salida.

— Es inútil, no creo que encontremos algo.

— Claro que no, lo sé también porque aquí fue donde me encerraron — Camino de nuevo hacia mi.

— Hablas de lo que sucedió con aquel híbrido — asintió.

— Sí — se sentó de nuevo frente a mi — Me dirías algo si te lo pregunto.

— ¿El qué? 

— ¿Se sincera, porque confiaste en Hyunjin? — su mirada me trataba de analizar — ¿Realmente te gusta? 

Me reí un poco mientras me acomodaba sobre el colchón — No me gusta, en realidad me gusta alguien más, alguien que ha estado para mí desde el orfanato — su mirada se iluminó y creo que fue por que le confirmé lo que tal vez ya sabía — y confié en él... — me quedé callada tratando de encontrar algo para poder explicar lo que quiero decir — Sabes que siempre he sentido cuando alguien es diferente no, así como Soobin y yo lo somos. Bueno, me costó saberlo, pero lo confirmé, es el elegido de Hefesto.

— Vaya — sus ojos se abrieron y cómo de pronto recordó algo — Ryu, tu telequinesis, podrías tratar de quitar los clavos de la ventana. 

Me levanté y me acerqué a la ventana ante el recordatorio de lo que podía hacer. 

Con algo de paciencia saqué el primero, sonreí y miré a mi padre a mi lado quien estaba igual que yo.

Al cabo de unos minutos la ventana estaba despejada — Listo, vámonos — coloque la silla que estaba ahí y subí a ella para luego salir por suerte daba a un ventana abierta del edificio vecino, saltó con agilidad y llegué a ella — ¿Papá?

— Lo siento, pero tengo que acabar con esto de una vez.

Se dio la vuelta y corrió hasta la puerta, donde con una sola patada a la cerradura esta fue abierta. Antes de cerrarla me sonrió y la cerró. 

— ¡Papá! 

Holaa, bueno, quiero decirles que estamos muy cerca de que esta historia concluya. La verdad es que segui la misma estructura de la primera, por lo que tal vez la sientan aburrida y repetitiva. Lamento eso.

Nos vemos en los últimos capítulos.

I Purple U 💜

💙🦋🖤