Narra Ryujin.

Me moví un poco a causa del dolor de cabeza que tenía, y fue cuando recordé todo lo que estaba ocurriendo.

El cómo llegué aquí luego de desmayarme por un golpe que recibí en la cabeza cuando Hyunjin me cargaba. Me incorporé, y me senté como indio en el colchón que estaba bajo mi cuerpo.

Mire a mi alrededor, y solo me encontré con una mesa pequeña en una esquina, y una pequeña ventana a mis espaldas.

Este lugar me recordaba al que describe mi papá Jimin, el lugar donde él estuvo al ser secuestrado.

— ¿Por qué no ha despertado? — una voz rasposa y gruesa sonó tras la puerta de hierro frente a mí — Buen trabajo, idiota — un golpe en seco me saco un pequeño salto en mi sitio y cubro mi boca para que no salga ningún ruido de ella.

— Lo siento, yo que iba a saber que se golpearía la cabeza hasta el punto en que se desmayara — Y esa es la voz de mi secuestrador, la cual le pertenecía a alguien en quien confiaba.

— Los híbridos, lobos y vampiros son unos estúpidos, que no saben hacer nada bien, únicamente son animales — un gruñido muy fuerte y un golpe contra la pared hizo que soltara un grito, y esta vez no pude retenerlo.

Unos pasos me avisaron que la puerta estaba a punto de abrirse. Me recosté de nuevo en el  deplorable colchón y cerré los ojos. Y aunque puede ser en vano, tengo que intentarlo.

La puerta siendo abierta me alertó que esas dos personas estaban en la habitación. Mentalmente retenía los sollozos que quería soltar, estoy muy asustada, y únicamente quisiera que mis padres estuvieran conmigo.

— Sabemos que ya despertaste, así que levántate — La voz del otro hombre, el cual era desconocido para mi fue la que escuché primero — ¡Dije que te levantarás, estupida! —  me incorporé de golpe ante ese grito, pero no abrí los ojos, y mientras los pasos se escuchan más cerca, más los empuñó.

— Abre los ojos, Ryujin — esa maldita voz — Por favor, no me hagas hacerte daño — una pizca de súplica era lo que había escuchado en ella, y claramente me ofendí ante ese comentario.

Abrí los ojos y sujeté el cuello del desgraciado frente a mi rostro — ¿Hacerme daño? ¿Más de lo que me estás haciendo? — mi ira era muy fuerte, tanto que mi corazón golpeaba fuertemente contra mí pecho.

— Lo siento, créeme  tú no debías estar involucrada en mi venganza, pero... — El hombre a sus espaldas lo agarro y lo apartó de mí, fue cuando vi como mis uñas se habían quedado marcadas con sangre de él.

— Pero yo sé lo pedí — el hombre se arrodillo frente a mí, le calculaba entre unos 40 o 50 años, más o menos. Pero, algo en su rostro se me hacia familiar, unos de los rasgos de su rostro me recordaba a alguien, me recordaban a mi papá Jiminie — Un gusto en conocerte, nieta — abrí mis ojos, él  es mi abuelo — He de suponer que mi hijo no les contó sobre mi, claro, por qué había de hacerlo si solo soy una mancha en su vida, una pesadilla.

Papá me había dicho que mi abuelo estaba libre, y ellos me habían comentado el porqué él estaba en la cárcel anteriormente. El señor frente a mí había abusado de mi padre por muchos años luego de la muerte de la abuela Minah.

— No eres mi abuelo, no nos une más que sangre, pero no eres mi abuelo — dije entre dientes — Escoria, debiste quedarte en la cárcel — Gire mi rostro ante el impacto de la palma de su mano en mi mejilla. Lleve mi propia mano hasta ella y lo mire con mucha más rabia.

— Sinceramente, no te quiero a ti, quiero a tu padre, quiero matar a Jeon y quiero hacer sentir miserable a mi hijo, tú sólo, como decirlo — miró hacía Hyunjin quien lo observaba con un rostro de enfado — Ah, sí, solo eres el cebo perfecto para mi venganza.

— Entonces, esta es TU venganza, no es la mía — Hyunjin se puso a su lado — Quedamos que Jeon era mío y que Park también, tú sólo me querías ayudar.

— Niño tonto, todo este tiempo te manipule para hacerlo, en realidad estás ayudándome a mi, no soy yo quien te esté ayudando a ti — la sonrisa del hombre me daba asco, pero me sentía mal por Hyunjin, y aún no entendía porque quería venganza.

— Tu venganza es patética, sabes, porque realmente no conoces toda la historia — y su mirada llena de ira vaciló.

— Me largo — se giró y salió de la habitación dejándome sola con "mi abuelo".

— Vete, cobarde — le gruñón y se giró hacia mí — Y si me permites, tengo que terminar de ejecutar el sebo para poder capturar a mi hijo, y llenar de desesperación a Jeon.

Se dio la vuelta, solloce, liberé ese sentimiento de impotencia que sentía, quería avisarles que estaba bien y evitar lo que quería hacer este lunático, pero no podía.

— Ryujin — mire hacia el frente encontrándome con dos personas que no veía hace mucho.

— Abue Minah — Limpie una lagrima — ¿Qué haces aquí? 

— Quise hacerte compañía, ya sabes, no quiero dejarte sola — la mire con incredulidad — ¿Qué? 

— ¿Por qué mejor no le dice a mis padres dónde estoy y quién me tiene aquí? — lo dije con ironía y me arrepentí muy rápido — Lo siento.

— Alguien más ya lo está haciendo.

— La abuela Sujin — asintió — Tengo miedo, mucho miedo. No creí que Hyunjin podría hacer esto, me siento patética por haber confiado en él.

— No eres patética, simplemente confiaste en la persona equivocada.

Narra Jimin.

La noche nos alcanzó, y con ella mi desesperación por no encontrar nada aún.

— Amor, tranquilo, la encontraremos — Jungkook estaba a mi lado, no se había apartado de mí.

Miré a Kai, quien estaba recargado sobre una banca del parque abandonado. — Creo que alguien no está soportando mucho el cambio — Jeon miró hacia la misma dirección y se acercó a él dejándome solo.

Suspire y mire hacia la luna, sin tan siquiera ella me podría ayudar. Es lo que pienso, es lo que me repito como un mantra desde que salimos.

— Jimin — miré detrás de mí, y me alegré al ver a Sujin de nuevo.

— Sujin, que bueno verla después de mucho tiempo.

— Si, sí, yo también me alegro, pero no vengo para ponerme al dia contigo; sé quien tiene a Ryujin — Mi rostro mostró desesperación o así fue como lo sentí porque la mujer frente a mí continuó — Tu padre se alió con el hijo de Wonho.

— ¿Sabes dónde está? — Nego.

— No, Minah y yo nos separamos al ver hacia donde iban los dos con ella. Vine a decírtelo, lo siento, no sé me ocurrió seguirlos con ella para poder avisarte luego.

Un quejido salió de mis labios, pero no pude decir nada ante la vibración de mi celular. Lo saqué y contesté la llamada, sin ver tan siquiera el remitente.

— Hola — Mi voz estaba congestionada.

— Hola, hijo mío.

Holi, aquí les dejo un capítulo de esta historia. Realmente no sé cuántos capítulos serán por todos, pero se que estamos en la recta final de la historia.

Nos leemos pronto 🥰

I Purple U💜

🖤🦋💙