eclipse
hyunjin estaba enamorado del sol. encantado con la luz que irradiaba, con la calidez que le otorgaba.
hyunjin estaba enamorado de jisung. embelesado con su sonrisa, con el sonido de su voz.
antes de que jisung llegara a su vida, hyunjin era gris. triste, monótono. la vida era aburrida, el día a día siempre tan igual, ¿por qué seguirla? no le veía sentido. no tenía metas ni aspiraciones y la soledad lo consumía.
fue una noche lluviosa, hyunjin esperaba al bus en la parada, cubriéndose apenas con la capucha de su abrigo negro, sintiendo el frío calar sus huesos. soltó un suspiro tembloroso viendo el humo creándose con el choque de su cálido aliento y el helado ambiente. estaba perdido en su mente, pensando en todo y nada, pero fue interrumpido por los quejidos exagerados de un ajeno. regresó sutilmente su mirada a su lado, donde sintió un cuerpo cálido sentarse junto a él, cerrando su paraguas y sobando sus brazos, abrazándose en busca de calor.
era un chico, más bajo que él. su cabello estaba cubierto por un gorrito de lana, aún así, podía ver mechones rubios salir rebeldes. sus abultadas mejillas rojizas al igual que la punta de su nariz debido al frío. sus labios pequeños algo secos por el clima formaban un pucherito en lo que seguía sus quejas en pequeños murmullos inentendibles para hwang.
hyunjin creyó que era el chico más hermoso que alguna vez había visto.
la llegada del bus lo sacó de su pequeño trance, parándose de inmediato, con las mejillas sonrojadas por la vergüenza al darse cuenta de que se había perdido contando las pestañas ajenas. subió al transporte, pagó su pasaje y fue a sentarse hasta la última fila, en el lado de la ventana, donde no había nadie más.
de lo que no se dio cuenta por querer huir de la sensación de calidez de su pecho, fue que el chico lindo subió al mismo bus. pero al sentir esa misma calidez junto a él una vez más lo hizo girar su rostro entero hacia su lado, encontrándose de frente con el rostro del desconocido, quien sonreía un poco.
ambos se quedaron mirando un rato, analizándose el uno a otro, lo que trataban de comunicar sus ojos, con sus corazones latiendo frenéticamente.
el más bajo fue el primero en romper el contacto visual, mirando al frente. hyunjin iba a hacer lo mismo, un poco confundido, pero el sonido de la voz contraria lo detuvo y se quedó mirando el perfil del chico.
— me quedaste mirando mucho tiempo en la parada, solo te lo devolvía. —pronunció un poco burlón el rubio, alzando sus hombros.
entonces hyunjin se sonrojó violentamente, volteando rápidamente su mirada a la ventana. se sentía avergonzado, creyó haber disimulado lo suficiente pero tal parece que no.
— lo siento... —susurró apenado hyunjin, aún sin mirar al contrario, quien soltó una pequeña risita que provocó una sensación extraña en su estómago.
— no importa. mi nombre es jisung, ¿y el tuyo? —habló risueño el rubio.
— hyunjin. —esta vez el pelinegro respondió viendo a jisung de reojo, tratando de ocultar una pequeña sonrisa.
esa vez jisung habló y habló, y hyunjin escuchó y escuchó, hasta que el rubio llegó primero a su parada, no sin dejarle antes su número a hyunjin, con una sonrisita y un poco sonrojado.
desde ese día se encontraban en la misma parada a la misma hora, se sentaban juntos y se acompañaban en charlas –aunque era jisung quien más hablaba, hyunjin siempre lo escuchaba con atención– hasta que el rubio se tenía que bajar.
desde ese día hyunjin dejó de ver la vida aburrida y le encontró sentido.
incluso ahora, él ya no se veía gris, ahora se veía azul.
jisung, una tarde en la que ambos se encontraban en un parque tirados en el césped mirando las nubes, se acomodó sobre el pecho de hyunjin, abrazándose a su torso. al pelinegro le pesaba un poco, pero se sentía tan bien con la calidez de jisung rodeándolo, y solo lo abrazó sutilmente por la cintura. entonces el rubio alzó su rostro, apoyándolo en los pectorales contrarios y se quedó un rato mirando a hwang, en un silencio cómodo.
— eres azul. —soltó han de la nada. hyunjin se alzó un poco para mirarlo curioso— eres frialdad y melancolía, así como también serenidad y armonía. eres como la luna.
jisung se lo dijo con una hermosa sonrisa, y el corazón de hyunjin latió como loco. temió que jisung se dé cuenta.
fue en ese instante, viendo a jisung sobre él, con el resplandor del sol detrás de él brillar como un aura en su silueta, sus mejillas coloradas y su sonrisa escondiendo sus preciosos ojos, que hyunjin se dio cuenta que estaba enamorado de él.
el tiempo voló y las semanas se transformaron en meses, hasta convertirse en un poco más de un año.
cada día hyunjin caía más y más por jisung, y le gustaba, le encantaba estar enamorado de él, de cada uno de sus detalles y manías. se sentía bien, se sentía correcto. hyunjin se sentía vivo.
ahora ambos se encontraban en la casa de hyunjin, en su habitación, simplemente acurrucados el uno al otro. jisung era la cucharita pequeña, con hyunjin abrazando su cintura desde atrás, dando delicadas caricias en su abdomen, y su aliento chocando su nuca.
— hyun. —llamó jisung, dándose la vuelta para quedar frente a frente con el alto, conectando miradas inmediatamente.
cada vez que estaban así de cerca, simplemente disfrutando la compañía contraria mientras se veían con cariño, la mente de hyunjin se llenaba de todas las cosas que quería decirle a jisung. de cuánto lo amaba y lo mucho que significaba él en su vida. y se frustraba porque nunca podía, porque siempre se le hizo difícil decir lo que siente.
abrumado por el sentimiento de inutilidad, hyunjin suspiró cerrando los ojos y juntando su frente con la contraria, sus alientos mezclándose. su mano libre viajó a la suave y redonda mejilla de jisung, dando leves caricias.
— hyun. —volvió a llamar jisung. hwang abrió sus ojos— te amo, hyunjin.
silencio. eso hubo por unos segundos en lo que hyunjin procesaba la inesperada declaración contraria. sus ojos abiertos como platos, su corazón bombeando a mil y las mariposas en su estómago formando huracanes.
— jisung, yo- —no le salía, quería decirle que también lo amaba pero seguía siendo tan difícil, y quiso llorar. su vista comenzando a ponerse borrosa de la impotencia.
el remolino de pensamientos fue detenido al sentir el suave toque de los labios ajenos sobre los suyos. era eso, un simple roce, tan dulce. cerró los ojos disfrutando la sensación. pero sus emociones reprimidas anhelaban más. entonces, comenzó un sutil movimiento que fue correspondido, sus belfos conectados a la sintonía de sus corazones.
a los segundos, jisung se separó apenas, con un poco de dificultad. ambos abrieron los ojos para mirarse de nuevo, sonrojados.
— lo sé, hyunjin. lo sé.
fue lo único que dijo han, con una sonrisa, antes de volver a lanzarse a los labios del pelinegro.
y hyunjin lloró. al cerrar los ojos sus lágrimas salían solas, porque jisung sabía, lo entendía. ¿era realmente merecedor de él, de su amor? no lo sabía, y no quería averiguarlo.
le correspondió el beso, ahora más ansioso que el primero, mordiendo y chupando, saboreando la boca ajena lo más que podía. con tantas emociones siendo transmitidas en ese toque, mientras jisung limpiaba con sus pulgares las lágrimas ajenas.
sin romper el ósculo, se fueron acomodando hasta que jisung quedó sobre hyunjin, sentado en la creciente erección del mayor, quien colocó sus manos en la fina cintura de han por debajo de su suéter, sujetándose fuerte, proclamándola como su ancla.
jisung empezó a mover sutilmente su cadera, creando una deliciosa fricción, tratando de ahogar pequeños gemidos en la boca contraria.
— hyun, por favor... —suplicó han en un susurro entre el beso.
hyunjin sintió una corriente recorrer su espina dorsal y su miembro al escuchar la voz de jisung ronca, abriendo un poco los ojos para verlo encima de él, con sus labios rojos e hinchados y su cabello rubio despeinado. era hermoso, tan malditamente hermoso.
se volvió a lanzar a jisung para comenzar otro beso, nuevamente lento, donde sus lenguas se encontraron en una danza lujuriosa, explorando la cavidad contraria con necesidad.
deseosos por más contacto, rompieron momentáneamente el beso para despojarse de sus ropas con algo de desespero. ahora sentían el contraste del frío cuerpo de hyunjin con el ardiente de han, poniéndoles la piel de gallina, temblando ante la sensación del choque de pieles. el miembro de hyunjin totalmente duro entre las nalgas de jisung, quien comenzó nuevamente un vaivén con sus caderas, gimiendo ansioso y apoyándose en el abdomen contrario.
las grandes manos de hyunjin comenzaron a moverse por el torso del menor, despacio. recorriendo con delicadeza cada milímetro de su piel, como si de un cristal se tratase. subió y bajó por toda la anatomía foránea, acariciando desde sus desordenados cabellos hasta la punta de sus pies.
hyunjin se reacomodó, ahora quedando sentado para dirigir su boca a el pezón izquierdo de jisung, quien ahora se aferraba a sus anchos hombros, clavando sus uñas romas tratando de contener el placer que la lengua de hyunjin le daba. el pelinegro mordió y succionó ambos botones, uno por uno, dejándolos duros y rojos, hinchados y sensibles.
luego sus labios subieron a su cuello, dando besos húmedos y dejando marcas que se verían moradas en un par de horas. mientras se ocupaba ahí, sus manos viajaron de la cintura al culo, el cual amasó y apretó un poco, sacándole gemidos a jisung. hyunjin llevó una de sus manos frente a la boca contraria, abriéndose paso dentro con tres de sus largos dedos, los cuales fueron chupados y saboreados por jisung con fervor, como so su vida dependiera de ello, dándole una de las vistas más eróticas a hwang.
cuando sintió sus dedos lo suficientemente húmedos, los sacó con cuidado de la cavidad ajena, escuchando un obsceno 'pop'. con la mano que nunca dejó de amasar el trasero de jisung, separó sus nalgas agarrando duramente una de las mejillas, para así darle paso a sus húmedos dedos que tentaron juguetonamente a han unos segundos antes de insertar el primero. jisung soltó un quejido de placer al sentir el largo falange en su interior, el cual comenzó a entrar y salir de su interior. al cabo de unos minutos agregó un segundo dedo, haciendo movimientos de tijeras para estirar su entrada. para cuando el tercer dedo ingresó, jisung se movía desesperado, buscando más profundidad entre gemidos. hyunjin lo penetraba sin parar hasta que encontró el punto dulce del rubio, quien gimió en alto pidiendo más. hwang no era quién para negarle nada, así que eso hizo: siguió rozando su próstata una y otra vez.
— me voy a correr- ¡ah! —gimoteó jisung, y hyunjin paró de inmediato.
sacó sus dedos, escuchando a han quejarse por el repentino vacío, con sus piernas temblando, apoyado totalmente al torso de hwang. entonces alineó su goteante miembro a la entrada palpitante contraria.
— si te duele o necesitas que pare, me avisas, ¿sí? —en un susurro preguntó hyunjin dejando un pequeño beso en la frente perlada de sudor de jisung.
al recibir una respuesta afirmativa con su cabeza, el pelinegro comenzó a ingresar lentamente en han, escuchando pequeños quejidos de él al sentir el ardor de la estirada. hyunjin dejaba pequeños besitos en todo el rostro del rubio para tratar de distraerlo del inevitable dolor. una ve estuvo completamente dentro, soltó un ronco gemido ante la sensación del apretado interior asfixiando deliciosamente su pene. los besos para jisung no pararon, ambos sin moverse, hasta que jisung dio un pequeño brinco, dándole luz verde al mayor para continuar.
hwang le dio un último casto beso en sus pomposos labios antes de agarrar su culo para alzarlo un poco y dejarlo caer en su erección. ambos gimieron alto. así siguieron hasta conseguir un ritmo placentero donde jisung ya saltaba y se meneaba solo sobre hyunjin, tratando de encontrar nuevamente aquel punto que lo enloquece.
hyunjin estaba completamente maravillado ante la vista que tenía de jisung siendo un desastre encima suyo, gimiendo su nombre una y otra vez como un mantra. sus musculosos brazos y abdomen marcado contrayéndose de placer, el sudor bañar su dorada piel de una manera magistral.
entonces volvió a agarrar con fuerza la diminuta cintura de jisung para detenerlo unos segundos y poder cambiar de posiciones; sin salir de su interior, los dio vuelta, acostando a han en el colchón y él quedando entre sus esbeltas piernas, las cuales acarició con adoración antes de volver a anclar sus manos en la ya moreteada cintura ajena.
luego de unos segundos acariciando la tersa piel del abdomen firme de han, hyunjin reanudó sus estocadas, ahora más duras y ansiosas, encontrando rápidamente aquel punto débil del rubio, quien aumentó el volumen de sus gemidos, aferrándose a la ancha espalda de hwang, arañándola con desespero.
sus cuerpos fusionándose, haciéndose uno solo entre jadeos y gemidos, besos desordenados y choques de pieles. estaban haciendo el amor, transmitiendo sus emociones reprimidas en los movimientos de caderas salvajes.
— te- te amo, jisung. —confesó hyunjin entre jadeos.
el mencionado abrió los ojos, sintiendo una corriente recorrer su cuerpo con fuerza, su vista nublada y sus labios soltando un alto gemido; llegó a su orgasmo, tocando el cielo, viendo estrellas. hyunjin le siguió unos segundos después, dejando su semilla en el interior de han con un gemido ahogado.
— te amo, te amo, te amo. —susurraba entrecortadamente hwang, repartiendo suaves besos por todo el rostro ajeno, esperando a que jisung volviera a tierra firme.
hyunjin salió lentamente de han, quien soltó un quejido ante la sensación de vacío y sintiendo el semen abundante del mayor derramarse de su entrada. el pelinegro dejó un pequeño beso en la frente del menor antes de ir rápidamente por unas toallas húmedas y limpiar los restos de sus fluidos de ambos cuerpos, hasta dejarlos decentemente limpios para poder acostarse y acurrucarse como estaban en un principio: jisung siendo la cuchara pequeña con los brazos de hwang alrededor de su cintura, su espalda pegada a su pecho y su aliento golpeando suavemente su nuca.
rápidamente cayeron ante los brazos de morfeo, en un sueño profundo, durmiendo fundidos en los brazos ajenos y el calor que estos les otorgaban, la paz y la comodidad de saber que se tenían.
ambos se despertaron luego de varias horas, sintiéndose agotados pero tan felices y contentos. jisung se dio la vuelta para quedar de frente a hyunjin y abrazarlo con fuerza, hundiendo su rostro en el cuello ajeno, inhalando el olor a sexo y rosas, dejando un pequeño besito ahí.
— eres amarillo. —soltó hyunjin de la nada, con la voz aún ronca. han salió de su escondite para ver con una sonrisita directamente a los ojos adormilados del pelinegro— eres calidez y alegría, luz y belleza. eres el sol. mi sol.
por fin pudo sacar algo de todo lo que su corazón sentía por jisung, y fue tan precioso ver cómo su sonrisa se ensanchaba y sus ojitos se escondían. lo amaba tanto que le dolía el pecho.
— te amo, hyunjin. —confesó han una vez más, volviendo a besar castamente el cuello de su amado.
— y yo a ti, jisung. mucho, en serio no sabes cuánto. —confesó hwang, apretando con delicadeza al rubio en sus brazos, queriendo que ese momento sea eterno.
porque hyunjin estaba enamorado del sol, y jisung de la luna.
porque juntos eran el más hermoso eclipse.
— for my sun.
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