Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Jarrón de corazones

2016. Sin editar.

────── ✧ ──────

Y ahí estabas tú. Esperándome en las afueras del edificio donde trabajo. Recargado sobre tu viejo deportivo gris, mirándome como si todo estuviese bien.

El cielo nublado parecía hacer contraste con tu oscuro cabello mojado, las gotas de agua resbalando por tu rostro me parecían irónicas. Eran todas esas lágrimas que jamás escaparían de tus ojos, todas las que yo derramé por ti.

¿No crees que pescarás un resfriado, por estar debajo de la lluvia y descubierto? Si es que aún no lo pescaste por el hielo que acumulabas en tu alma.

Tiempo atrás había oído, por parte del viejo amigo que solíamos tener en común, que estuviste preguntando por mí por todas partes; buscando el lugar donde encontrarme. Pero realmente no creí que fuera cierto, y que efectivamente querías contactar conmigo.

No podía creerlo. No cuando habían pasado los años. No cuando tú decidiste marcharte con alguien más, mucho tiempo atrás.

¿Cuánto había pasado desde que te marchaste de mi lado? Ni siquiera podía recordarlo con exactitud.

Sólo tenía la certeza de que, en realidad, tú no habías cambiado en lo más mínimo.

Me bastó con acercarme a ti, para notar que tu mirada seguía siendo igual de fría y despiadada; que atesoraba tantas cicatrices y corazones rotos.

Tu ser no albergaba ninguna clase de sentimiento por mí. Siempre le supe, pero ese día me quedó más que claro: tú nunca estuviste enamorado de mí y jamás lo estarías.

A pesar de que cargué con tus dolores y tristezas, ayudándote a sobrellevarlos. A pesar de que estuve ahí para ti, cuidándote, dejando todo de mí para hacerte sentir bien.

Y ése era el problema. Te entregué todo lo que tenía, hasta quedarme vacío. Te amé más de lo que se puede llegar a amar a una persona, te di hasta mi último aliento.

Pero yo ya no era la sombra que iba detrás tuyo, dejé de perseguirte hace mucho tiempo. Dejé de ser tu fantasma.

Porque tú perdiste todo ese amor, el amor que yo más amé.

Y al estar contigo, aprendí a vivir medio vivo. Porque aunque creí que eras mi otra mitad, tú no te esforzabas por complementarme y más bien me la arrebataste.

Estaba tan necio. Pensando que podría juntar tu rompecabezas, que realmente entendía lo que teníamos. Cuando sólo se trataba de una tóxica relación sin nombre, en la que me perjudicabas.

¿Con cuántas personas más estabas, mientras me susurrabas al oído que me amabas? ¿Cuántos cuerpos sintieron las palmas de tus manos, antes de acariciar el mío?

Dejé de hacerme tantos cuestionamientos, cuando tus fríos dedos se entrelazaron con los míos. Fue entonces cuando supe que en entre la unión de nuestras manos, lo único que había era un gran arrepentimiento.

En la repentina fusión de nuestros labios, me sentí igual de perdido que en el primer beso. Quería correr, quería escapar de todos los sentimientos que no podía alejar.

¿Por qué no podía odiarte, a pesar del daño que me hiciste? Oh, cuánto me detestaba por no poder hacerlo.

Tú rompiste cada una de las promesas que nos hicimos, mientras hacíamos el amor bajo la luz de la luna. El futuro que planeamos, lo que habíamos formado... ¿Dónde quedó todo eso?

Me estremecí cuando moviste tu boca contra la mía, incitándome a corresponder a ese contacto que yo tanto añoraba.

No obstante, no me dejaría enredar por ti otra vez.

Tu sucio intento de seducción, me recordó a todas esas veces en las que volvías a pedirme perdón, luego de revolcarte con alguien más.

Mi corazón pedía a gritos que te abrazara, que me fundiera en ti, a pesar de las consecuencias que eso podía traer después.

Recordé el día que te fuiste, las incontables lágrimas que corrían por mi rostro. Un día repentino, en el que te lo llevaste todo.

Entonces, ¿por qué no cargaste con el eco de tu risa, el olor que quedó impregnado en mi almohada, el frío en el lado vacío de mi cama?

Dejaste nuestros sueños pisoteados en el suelo, porque tú no los necesitabas. Al igual que los deseos que teníamos juntos. Y también dejaste aparte mi amor, me dejaste aparte a mí; porque no me querías tanto como decías.

Pero lo único que podía encontrar entre el espacio de nuestras bocas, era la incertidumbre. Sentía la aflicción resbalando por la yema de mis dedos.

Y entonces entendí perfectamente qué es lo que debía hacer.

La sensación de ausencia se ensanchó, cuando me aparté de ti con cierta brusquedad.

—¿Qué nos sucedió? —preguntaste. Sentí deseos de golpearte—. Por favor, perdóname.

¿Cómo podías preguntar algo así? Tú te lo tomabas tan a la ligera, sonabas tan relajado y neutro como siempre, que la ira se depositó en cada de una de mis terminaciones nerviosas.

¿Te das una idea de lo mucho que me costó superar tu partida? ¿Dejar de pensar en lo bien que se sentía dormir a tu lado, despertar contigo?

Me tomó demasiado tiempo volver a sentirme bien conmigo mismo, luego de que me hayas tratado como si fuera un pedazo de basura.

Incluso olvidé de que manera devolverle el brillo a mis ojos, ese que tenía cada vez que te miraba con adoración. El mismo que tú me quitaste también.

Y aunque consiguieras alterar todos mis sentidos, yo no era ningún estúpido. Aunque me costara aceptarlo... ya no tenía más razones para permanecer junto a ti.

El amor no es suficiente cuando una de las dos partes no siente, no ama.

No, Guren. Tú lo arruinaste, lo arruinaste todo. Estropeaste mi cariño, no lo apreciaste... Y por más que lo quisiera con todas mis fuerzas, no podía perdonarte. Ya no más.

—Shinya... —me llamaste. ¿Hace cuánto no oía mi nombre, pronunciado por ti? Había olvidado lo bien que sonaba.

Las mariposas que sentía cuando solía estar contigo, trataron de volver a revolotear en mi estómago, gracias a la suave vibración que causó tu casi inaudible susurro sobre mis labios, y extendió un hormigueo en todo mi cuerpo; uno que ya no quería sentir.

Caí en cuenta de que las mariposas estaban muertas, y tuve la necesidad de escupírtelas en la cara con unas simples palabras.

—¿Quién te crees que eres? —contesté yo, con un tono de voz que creí que jamás pensé que debería usar contigo. Tan furioso, indignado; sin ningún rastro de esa dulzura que solía demostrar todo el tiempo—. Piérdete de una buena vez. No quiero ver tu rostro nunca más.

Nunca en mi vida olvidaré la sorpresa que mostraban tus facciones. Te habías dado cuenta.

Me había vuelto demasiado fuerte, como para volver a caer de nuevo en tus brazos. Y aunque lo hiciera, ¿qué harías tú? Sólo me irías a exprimir, a asfixiarme como la primera vez. Me dejarías sin nada una vez más.

Lo que yo aún no comprendía era, si mi corazón ya estaba en el jarro en que coleccionabas corazones rotos, ¿por qué vuelves a buscarme? ¿No te bastó con romperme en mil pedazos, que intentas que vuelva a tu lado otra vez?

Lamento decírtelo, Guren. Pero aunque en lo más profundo de mi ser te siga amando, has llegado demasiado tarde.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro