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Más que fuerza

Magnetismo

Los humanos estamos conectados a la vibración de la magnetosfera por medio de nuestra glándula pineal, que vibra en las mismas frecuencias en las que lo hace el núcleo de nuestro planeta, sincronizando nuestros ritmos vitales con los de la madre tierra.

Pov Sachenka

Después de que presencié aquella luz estuve más que segura. Senku. La persona dispuesta a darle un empujón al mundo. Está vivo.

¡Vivito y coleando!

¿Cómo resistió el quiebre de sus vértebras a manos de Tsukasa? ¡Ni idea! Pero esa chispa por muy momentánea que haya sido. Fue real.

Aunque a juzgar por el tamaño de la intensidad. Quizás se trató de algo más pequeño que un farol. Cómo una bombilla. E incluso un objeto de ese tamaño debió ser laboriosamente armado desde cero.

Eso me recuerda cuando el tío Andrei hizo una máquina de palomitas con una lata de refresco.

Pero de regreso a la inminente guerrilla. Supongo que con sus conocimientos no le será tan difícil hacerle frente al boxeador. Sin embargo. ¿A cuántos ha reclutado Shishio Tsukasa hasta ahora? Por muchas bombillas tenga la ventaja numérica juega un gran impacto.

Gen sólo mencionó que seguía recolectando gente dotada con una extraña agua milagrosa de cueva... que hablando del japonés. Me preguntó si ya volvió con el líder del imperio. Y si es así ¿Que estará planeado contarle luego de ver la verdad con sus propios ojos?

Se que no ha sido mucho desde que nos separamos —y nos conocimos prácticamente— pero es inquietante el no saber cuál será su decisión. Es solo mi suposición pero tal vez aún pueda interceptarlo si es que sigue en las proximidades de la aldea.

Olvidando mis necesidades biológicas básicas de ir por carne fresca. Puse a Gen como prioridad máxima.

Luego de la exploración de ayer conozco cuál camino tomar para pasar lo más desapercibida posible. Avance apretando la correa del rifle con cada paso. Esa emoción mezclada con ansiedad y la adrenalina lista para detonar en cualquier segundo volvía a golpear mi pecho.

Justo como en mi primera misión en el extranjero. La señal de que esto puede acabar siendo desastroso.

(....)

¿Esta es... la entrada de la aldea?

Seguí observando el paisaje que tenía delante aunque la respuesta era muy obvia. Coincida en su mayor parte con lo que vi con la mira sin embargo imaginaba algo más fortificado la verdad.

Como una cerca de picos de madera o una jaula colgante con un viejo esqueleto y un letrero escrito con sangre que diga "Abandone toda esperanza". Lo usual.

Pero en su lugar lo que hay aquí es muy semejante a una fábrica con hornos hechos de arcilla y bambú. Tantee la estructura de la que seguramente provino aquel abundante humo negro. Y no solo eso. Hay señas de más de este tipo de construcciones hechas en parte de cobre. Inclusive lo que parecía un imán.

A excepción de estos experimentos —cuyo fin aún no puedo deducir— la zona estaba bastante tranquila. Silenciosa. sin nadie manipulando la maquinaria. ¿Se habrán ido todos a su hora de comida?

Pensé que debería hacer lo mismo. Es evidente que Gen ya se ha ido. Aparte del rastro de olor que indica que estuvo rondando por aquí lo demás se ha vuelto muy tenue como para saber que ya está lejos de mi alcance.

A punto de dar media vuelta a mi cueva de la soledad me di cuenta de que aún resta un sitio que no he revisado: una pequeña choza cuya altura me invita a sospechar que hay algo de importancia ahí dentro.

Subí por la escalera y empuje despacio la puerta circular. Asomé la cabeza distinguiendo cestas llenas de distintos tipos de piedras y demás clases de materiales. Ojee un poco más llevándome una leve decepción porque no había nada que fuera realmente divertido o secreto. Como plutonio. A diferencia mía a mi tío Andrei sí que le encantaría estar aquí para comparar su colección de rocas.

Por precaución me asegure dejar todo exactamente en la misma posición en que lo hallé. Me senté un momento para admitir lo interesante que es —mientras admiraba la basta colección de minerales— que en todas las épocas hayan humanos cuyas fascinación por descubrir los lleve al punto de empezar a crear.

Sin embargo. También es cierto que pelear es parte de esa misma naturaleza. E iniciar una guerra independientemente de si es para hacer un mundo donde los puros gobiernen y no existe la corrupción es entendible que de cierta forma como algo natural.

Lo triste es que Shishio Tsukasa quiere vivir en un país de Nunca Jamás imaginando que todos serán como los Niños Perdidos.

Por mucho que considere la situación se que al final es algo que su misma naturaleza resolverá eventualmente. Y sin nada más que hacer aquí me levanté y sacudí mis rodilleras considerando que ya pasé suficiente tiempo husmeando. Con el antojo de ir por frutas me encamine a la salida. No obstante. Enseguida el sonido de varias pisadas rodeando alertaron mis sentidos. Con la mano aun sujetando la puerta creí que si salía rápidamente podría ahorrarme el conflicto pero como si hubieran leído ese pensamiento mío. Alguien se anticipó. Interponiéndose desde el primer instante en que quedamos cara a cara.

El balanceo de una afilada cuchilla obligó a mi cuerpo a reaccionar de la misma manera. Sorprendida por el hecho de que una rubia tan bonita —con una expresión nada amigable— tenga tal fuerza en la muñeca. Esta lucía aún más sorprendida de verme. Casi como si se hubiera percatado de algo más que solo la invasiva presencia que soy.

Un espacio reducido como este entorpece mi movilidad lo que me dejó con solo una opción.

—¡Perdón! —consciente de que no servía de nada una disculpa en un idioma que no entendería. Me sentí condicionada a hacerlo de igual modo.

Ya que esto iba a ponerse feo desde el primer momento en que nos quedamos a solas.

Sujetó su muñeca con la mano libre y la dobló para que soltará su arma. La derribe aprovechando su propio peso con el golpe de mi talón a su tobillo.

Sin nadie obstruyendo la salida subí al techo de la choza. Abajo, dos chicos que no parecían peleadores observaron cómo la joven de ojos azules que se recuperó bastante rápido supo reaccionar y tomó distancia bajando al pisó con una voltereta en el aire. Casi enseguida, otros dos jóvenes con lanzas vinieron corriendo debido al escándalo.

¡Ay no! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Tienen afiladas lanzas! ¡Unas de las más efectivas y letales armas para cazar desde la antigüedad y yo solo tengo...! ¿Un rifle de la última generación armamentista que ni siquiera DARPA ha conseguido igualar? Oye. Si lo pones así mi situación no es tan mala. Excepto que no cuento con proyectiles para gastar libremente...

¡Mis antepasados nórdicos y todas las deidades existentes!

¡Ayuda!

Pov Senku

Cuando Asagiri Gen se fue de regreso al imperio de Tsukasa tuve el presentimiento de que no me delataría. Por sus acciones, puedo asegurar que a pesar de ser el más superficial del mundo, es un hombre que también está interesado en la ciencia.

Aunque asegurar su cooperación depende casi completamente de que le haga la soda que tanto quiere, quien lo habría adivinado. Si lo ponemos así, podré mantenerme fuera del radar de Tsukasa por más tiempo. Incluso si saltaba de felicidad —no en el sentido literal claro está— por conseguirlo, la desagradable intranquilidad que creí haber dejado atrás me seguía persistentemente desde el día que fui asesinado. Y no principalmente por ese hecho.

Lo que sea que Suika haya visto definitivamente no debió ser el primate más fuerte aunque existe la mínima posibilidad de que haya mandando a alguien más de incógnito fuera del conocimiento de Gen, no obstante, la descripción que nos dio no suena ni siquiera humana. Pero también es imposible que no lo sea. Si es alguien que recién despertó y está desorientado tendría más sentido pero de nuevo, las peculiares características que menciono... ¡Diablos, tiene más lógica creer que un fisicoculturista anda por ahí suelto!

Ese mentalista dijo que no hay de qué preocuparse, y solo quisiera darlo por sentado para volver a centrarme en el trabajo, sin embargo, a menos que esté diez mil millones por ciento convencido no sería prudente dejarlo pasar así como así.

Pero por si fuera poco, incluso kohaku con su velocidad nata y conocimiento del área, no logró encontrar indicios de que ese misterioso alguien hubiera pisado esta zona. Encima Chrome propuso la descabellada idea de que dado las extrañas circunstancias bien debe tratarse del exageradamente rudo Momotaro de sus historias.

Apuesto a que se comió otro hongo mientras no veíamos.

Y con tal de resolver este asunto de una vez por todas, los tres fuimos guiados por Suika al lugar donde lo avistó. No estaba convencido por la significativa pérdida de tiempo que esto significaba pero bien puedo aprovechar esta salida para recolectar algunos materiales extras.

—¡Es por aquí! ¡Justo por aquí escuche ese sonido que hacía! —exclamó al salir del casco de sandía.

—Investigue toda esta zona y aparte de las de Suika no hallé ninguna otra pisada —mencionó Kohaku, dando más miradas a esto que no era más que otro pedazo de jungla.

Sentí que no llegaríamos a ningún lado dando vueltas sobre la misma pista.

—Suika, ¿Recuerdas si poseía algún otro rasgo distintivo? —se quedó pensativa un par de segundos.

—Estaba cubierto de sangre así que me fui corriendo enseguida pero ahora que lo pienso, olía como un arbusto de bayas

—¿Sangre con olor a bayas? —Repitió Chrome,—. Eso suena a disparate.

—Como tu idea de que sea Momotaro —arremetió la aldeana de brazos cruzados.

—¡Es una hipótesis científica!

—¿Basada en que? ¿Un cuento?

—No, es totalmente factible —ambos giraron sus cabezas en mi dirección una vez que abandoné el silencio de mis pensamientos.

—¿En serio le crees? No esperaba esto de ti Senku

—¡¿En serio me crees?! ¡No esperaba menos de ti Senku!

Dado que expresaron casi lo mismo con muy distintas connotaciones en su voces, los encare.

—Claro que no creo ni un milímetro en tu ridícula hipótesis —cosa que amargó su rostro. Exhale poniendo una sonrisa. Una por lo lento que me sentí al no notar aquella crucial similitud en el momento justo, resolviendose desde un principio—. Lo único que huele a bayas son las mismas bayas. Si las mezclamos bien y con lo necesario consigues algo extremadamente parecido a la sangre. Justo como la Gen perdió cuando lo hirieron.

La sorpresa se hizo presente en sus rostros y con motivo. Todo coincide. La calma con la que Gen actuó ante la noticia de que alguien le pisaba los talones y su hincapié en posponer la búsqueda de la "criatura".

—Ese hombre astuto...—apretó el puño, sonriendo con cierta molestia y no era para menos— sabía lo que pasaba y prefirió dejarnos que diéramos vueltas de este modo.

—Quiere decir que Gen si conocía a la criatura, ¿Entonces por qué finge lo contrario? —ante la pregunta del millón, respondí entre risas.

—Eso es porque Gen debe estar encubri-

—¡Senku! —interrumpido en el momento crucial, gire de inmediato ante su preocupante grito, ubicándola en la copa del árbol a la que se subió sin haberme percatado—. ¡Alguien se metió en donde guardan las rocas!

—¡¿Acaso fue Magma o uno de sus secuaces?! ¡Al fin se atrevieron! —vociferó el castaño que no soportaba que se metieran con su colección.

De verdad no me sorprende que recurra al sabotaje. Luego de que intentó matar a Gen hemos sido el doble precavidos pero está claro que eso no bastaría para detener a ese tipo. Sin embargo, la reacción de Kohaku ante la intrusión hizo que esa sensación de inquietud volviera como un cosquilleo en la nuca.

—¡No! ¡No es Magma ni nadie de la aldea! ¡Vestía una capa oscura y tenía una cosa extraña saliendo de la espalda!

—¡Sea lo que sea, tenemos que ir y rápido! —les indique tomando la delantera y siendo rebasado por Kohaku al poco.

Bestia mítica o humana, si de alguna forma se arruina nuestro progreso hasta ahora, iniciar desde cero en este punto es igual a la derrota segura.

(....)

Al llegar, miramos en todas direcciones y todo permanecía intacto y tal como lo dejamos. Fue un tremendo alivio saber que nada fue alterado. Bueno, lo sería si no supiéramos que el peligro sigue ahí dentro. Suika se apresuró en ir a por Kinrou y Ginrou, y con cautela, sosteniendo la daga, ella subió para enfrentar al invasor. Si tan solo hubiera llegado segundos habíamos planificado mejor esta emboscada. Resta esperar a que logremos agarrarlo desprevenido.

Preparándose para atraparlo justo en la salida, pero en el instante en que la puerta se abrió esta se adentro repentinamente en el lugar luego de tratar de asestar un golpe. El silencio no reinó ni por un segundo y entonces, de manera intrépida, ese alguien del que tanto especulamos, finalmente se dignó a mostrarse.

Esperaba algo impresionante pero vaya que lo que ante nosotros se presentó fue insólito. Irreal. Terrible. Todas esas sensaciones de inquietud se materializaron justo en ese instante. La adrenalina lista para dispararse, igual que aquel día en el que los disparos se oyeron, porque por fin pude ver el arma con el se efectuaron.

—S-senku ¿Qué rayos es...esa cosa? —Oí decir a Chrome, quien aguardo instintivamente nervioso por una explicación.

—No es una cosa. Es un humano, uno incluso más peligroso que Magma... y que Tsukasa —Note que se estremeció por un breve segundo. Proseguí casi en susurros—. Escúchame bien, Chrome. Mantente calmado y no se te ocurra correr de repente. Y por ningún motivo, pierdas de vista el movimiento de sus manos y dedos.

—¿Manos y dedos? ¿A qué te refieres? —Cuestiono por lo bajo, sin que ninguno se atreviera a apartar la vista de esa persona.

—En su espalda, y seguramente en cada parte de su cuerpo... —cuánto desearía que sea mentira, y también saber cómo es siquiera malditamente posible— Porta las armas de la época en la que yo vivía. Esa clase de herramientas, son capaces de matar a un hombre con tan solo mover un dedo.

—Así que, por fin conocemos a Momotaro —forcé una sonrisa ante el peor escenario que cambiaba todo lo que sabíamos del nuevo mundo.

A tiempo, Suika, llegó a nuestro lado seguido del par de guardias. De alguna forma debía advertirles para que no dieran un paso en falso. Con su desconocimiento acerca de la tecnología de la época anterior perder el miedo les será fácil porque no conocen la alta mortalidad que implica jalar el gatillo.

Incluso si todos los aldeanos vinieran con una lanza, seguimos a merced del enemigo en cuanto a poder de batalla.

Enemigo...

Esa palabra de repente resonó en mi cabeza. Había algo que no cuadraba con esa palabra por ello seguía apareciendo. Sabía que tenía que ver con ese farsante y su intento de desviar nuestra atención. Era una posibilidad que consideré pero a este punto, ¿Será que aún tenemos oportunidad de detener este conflicto ñ?

Porque si es así ¡Tendremos que arriesgarnos a iniciar un diálogo!

—¡Ustedes tres! —refiriéndome al equipo luchador— Antes de hacer cualquier cosa, tienen que...

Pero antes de completar la oración, la leona se adelantó a dar un contraataque. Levante la voz para detenerlos antes de que cometieran suicidio pero esos dos tampoco oyeron razones.

Pov Omnisciente

Kohaku, Kinrou y Ginrou se pusieron en guardia. La peliblanca imitó su cauteloso actuar y esperó pacientemente a que dieran el primer paso. Con ello decidiría si avanzar o retroceder.

La hermana de la sacerdotisa procedió sin miedo alguno. Corrió y se impulsó para alcanzar la cima de la choza donde la militar los estudiaba con ojos entrecerrados. Estuvieron frente a frente de nuevo, no más de un segundo que fue lo que Sachenka demoró en descender de un salto. Que a diferencia de la ojiazul no logró ejecutarlo con la misma liviandad.

El punzón en su tobillo al pisar el césped arrebato su atención de los oponentes que en un instante se situaron por delante y atrás con sus lanzas.

Cuando Kohaku estaba por unirse con sus camaradas, Sachenka se abalanzó sobre el Kinrou esquivando con un ligero roce en su costado la parte afilada y acortando la distancia en un parpadeo para acertarle un golpe en el estómago. Sujetó su brazo derecho y lo desestabilizó de una patada en la pierna y usando el peso de ambos lo levantó en el aire y lo arrojó secamente a la tierra.

Todo en menos de lo que tomaría una respiración.

El hermano de éste no dudó en atacar con una embestida que acertó, clavándola en la espalda de la peliblanca. Y por dos razones esto no funcionó; la punta de la lanza ni siquiera se acercó a la carne de esto, sinó al acero aleado que componía su rifle. Con su lanza hecha añicos, un sudor frío recorrió el cuerpo de Ginrou cuando la rusa giro el cuello y lo marco como un nuevo objetivo a derribar con usa de fuerza. No obstante, a tiempo Kohaku se colocó entre ambos para proteger a su aliado.

Dispuesta a pelear en igualdad mano a mano, Sachenka desenfundo sus cuchillas como si una pelea del viejo oeste se tratase. El combate de las contrincantes femeninas y en medio de la confusión, los lenceros optaron por darles espacio.

Ellos, junto con los otros espectadores, presenciaron perplejos y con una pizca de asombro las chispas que volaban en cada choque y el sonido del viento siendo cortado en cada violenta oscilación.

Tanto Sachenka como Kohaku lo sabían. Lo intuyeron desde el primer intercambio de golpes, que su contendiente...era mucho más que fuerte.

Debido a que ninguna cedía al empuje ni a su cansancio, lo único que inclinó la balanza fue el hecho de la dureza del acero inoxidable que era por mucho superior, resquebrajó al material del de las primitivas cuchillas duales de la rubia. Con sus rápidos reflejos se apartó para tomar aire. Observó con recelo a Sachenka, cuyas armas aún conservan un filo impecable.

Pero igualmente mantuvo una sonrisa ladina al limpiarse el sudor de la frente. El tiempo que hizo con ese acalorado encuentro funcionó para que los lanceros recuperan estamina.

Acción que incluso Sachenka tuvo que elogiar en su mente ya que casi nadie había logrado acorralarlo dos veces con la misma estrategia. Pero antes de que Ginrou fuera capaz de esta vez dar una efectiva estocada, ella hizo uso de sus mortales artes marciales.

—¡Krav Maga! —y de un rodillazo casi cómico, acabó con la descendencia de Ginrou.

Éste, dio vueltas en el suelo buscando borrar el dolor de su parte inferior, quedando fuera de combate al instante. Los restante contemplaron en blanco la insólita escena de humor negro. Kinrou, como uno de los pocos en pie que aún podían hacerle frente, enfocó los cinco sentidos en acabar de una buena vez al extraño invasor que invade las cercanías de su amada aldea. A sabiendas de lo feo que resulta de equivocarse, o de acertar, centro cada fibra de sus músculos y toda concentración para dar el golpe definitivo con el que ni siquiera los jabalíes más salvajes han sobrevivido. La extranjera, que se distrajo con los aullidos de dolor del rubio, no previó el atentado de esa magnitud hasta que el arma ofensiva se incrustó en su estómago de tal manera que consiguió empujarla varios centímetros.

Un silencio sofocante envolvió la atmósfera. La militante no cayó, sus rodillas se doblaron ligeramente sin embargo tampoco había señales claras de que siguiera consciente.

Kinrou quedó inmóvil, aturdido, al presenciar que su golpe no bastó para noquearla. Ni siquiera para provocarle una herida visible. La contraria, más que consciente y levemente intrigada por ser el primer golpe que ha recibido en mucho, tomó el asta con sus manos y apretó hasta convertirla en cientos de astillas. El ojiverde trago en seco y tomando ventaja de su turbación, la rusa se aproximó por su flanco desprotegido y conectó su palma con el mentón de Kinrou.

Antes de que este perdiera la conciencia, Kohaku, quien no quería rendirse sin dar todo de sí, la emboscó por la retaguardia con la lanza del caído Ginrou. Previendo los ataques sorpresa por la espalda como algo habitual, Sachenka arrojó la daga partiendo la otra arma a la mitad con un tajo limpio pero no previo a dónde iría a terminar la punta de esta noto el riesgo que corría la pequeña Suika. Reaccionando increíblemente rápido, tiró su otra daga desviando la trayectoria de la primera evitando que un civil —o como ella los denomina— recibiera daño colateral.

El alivio le llegó a todos y usando ese breve lapso de distracción, empujo a la rubia abriéndose camino a la frondosa naturaleza en la que la perdieron de vista.

Pero dándose cuenta que en algun lugar de la implacable jungle otro peligro acecha a parte de Shishio Tsukasa.

El choque de culturas llegó inesperadamente, he inesperadamente acabó con un 3 vs 1. Nuestra rusa no perdió en cuanto a habilidades de combate, pues si trata de defenderse no escatimara en usar lo que aprendió antes de la petrificación.

Sé que la secuencia de acción no fue tan explosiva o intensa pero de todas maneras espero que lo hayan disfrutado.

¿Que hará Senku para reclutar al soldado?

¿Que hará el soldado para desaparecer de ellos?

¿Alguna vez Sachenka y verá a su ex-ídolo favorito?

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