
ㅤㅤ𝟎𝟏𝟎. ㅤ acceptance
CAPÍTULO 10
aceptación
. 𓍢ִ໋ 🌹 ༘ 🌳 ⋆˚ 💔.
Amelia había logrado pasar la tarde bajo control, pero cuando el sol se ocultó y la luna llena lo reemplazó en el cielo, no pudo evitar sentir cómo un nudo se formaba en su estómago.
Como de costumbre, Benedict iba a visitarla esa noche para dibujar juntos en el jardín. Amelia siempre esperaba con ansias esos momentos, donde podían hablar y compartir sus pensamientos sin las restricciones de la sociedad. Sin embargo, esa noche en particular no podia evitar sentir nervios e incluso, dentro de si misma, había estado deseando que no llegara la hora de su encuentro.
Y cómo no, si la mera idea de saber lo que tenía que decirle hacia que su corazón se arrugara.
El jardín estaba envuelto en un suave manto de luz plateada, y era, sin duda, una de las noches más bonitas de la temporada. Las flores nocturnas emitían un aroma embriagador, y la brisa suave contrastaba con la inquietud de sus pensamientos. Amelia se dirigió al banco donde solían sentarse, con la esperanza de encontrar algo de consuelo en la belleza de la noche.
No pasó mucho tiempo antes de que Benedict apareciera, su figura alta y esbelta destacándose bajo la luz de la luna. Llevaba consigo su cuaderno de dibujo y algunos lápices, junto a una sonrisa cálida que iluminó su rostro al verla
Ella estaba usando uno de sus vestidos más bonitos, y el color azul pastel hacia un hermoso contraste con el dorado oscuro de su cabello.
—Buenas noches, Amelia —saludó Benedict, inclinándose ligeramente para besar su mano y ella sintió que podía derretirse justo ahí.
—Buenas noches, Benedict.
Se sentaron juntos en el banco, y Benedict comenzó a dibujar, su mano moviéndose con precisión y gracia sobre el papel. Después de unos momentos de silencio confortable, él rompió la quietud con una noticia que parecía emocionarlo, pero también lo hacía dudar.
—Amelia, quería contarte algo —dijo, sin apartar la vista de su dibujo—. Un amigo mío me dijo que la Academia Real tiene vacantes para un estudiante de arte. Ha estado insistiendo en que me postule.
Amelia lo miró con interés, olvidando momentáneamente sus propias preocupaciones.
—Eso suena maravilloso, Benedict. ¿Lo harás?
Benedict suspiró, dejando el lápiz a un lado.
—Aún no lo sé, tendría que escribir una carta y solo aceptan a unos pocos estudiantes. Así que...
—Tonterias. Vas a postularte. —aseguró Amelia—. Es una gran oportunidad, Ben. No deberías dejarla ir.
Benedict frunció su nariz, ocultando una sonrisa.
—¿Y si no me aceptan?
—¿Y si lo hacen? No tienes nada que perder y mucho que ganar. Yo no puedo postularme porque soy una dama, pero, ¿tú? Tú eres un hombre talentoso, tus dibujos son hermosos, y tienes una visión única del mundo. La academia sería un lugar perfecto para ti.
Amelia sintió como el corazón se le llenaba de admiración por él.
—Ademas, todo lo que aprendas ahí luego me lo podrás enseñar a mí.
Los ojos de Benedict se achicaron cuando una sonrisa se dibujó en su rostro, y Amelia pensó que no había nadie más encantador en el mundo.
—Entonces, ¿lo hago? —ella asintió—. Bien. Pero, si me aceptan, no tendré mucho tiempo libre. ¿Qué pasará con nosotros?
Ella sintió un nudo en el estómago. Era el momento de hablar, pero las palabras se atoraban en su garganta.
—Con respecto a eso... Yo probablemente tampoco tendré mucho tiempo libre.
El castaño alzó su mirada, intentando conectar sus ojos con los de ella, pero a Amelia le resultaba imposible apartar la vista del pequeño arbusto de hortensias frente a ellos.
—¿De qué hablas, Amy?
—Debo casarme con Anthony —declaró, sintiendo que cada palabra le pesaba como una losa. —No puedo dejarlo.
El jardín se llenó de un silencio pesado. Benedict la miró, su expresión de sorpresa transformándose lentamente en una mezcla de tristeza y comprensión.
—Pense que te darías un poco más de tiempo para tomar una decisión.
Ella mordió uno de sus labios, intentando evitar que las lágrimas se echarán a correr en ese mismo instante, frente a él. No lo sabía, pero que estuviera usando ese tono tan dulce solo hacía que la situación fuera más difícil.
—Sé que esto es complicado, pero tengo responsabilidades. Mi familia, mi posición... todo eso pesa sobre mí.
—No dejes que las expectativas de los demás te roben la oportunidad de vivir una vida plena y llena de amor.
Amelia apartó la mirada, incapaz de sostener la intensidad de sus ojos.
—Lo sé, pero a veces no tenemos la libertad de elegir.
—¿Y qué es lo que tú quieres realmente?
—Quiero casarme con Anthony. —mintió.
Benedict sintió que su garganta se hacía más pequeña pero simplemente asintió. Fue todo lo que pudo hacer.
—De acuerdo. Si eso es lo que tu corazón desea, entonces lo comprenderé.
Amelia no necesitaba ser una experta para darse cuenta de que había herido a Benedict. Sin embargo, a pesar del dolor que sentía, prefería cargar con esa culpa que seguir alimentando las ilusiones que él había depositado en ella. Sabía que mantenerlo en la incertidumbre solo lo lastimaría más en el futuro. Era un sacrificio que estaba dispuesta a hacer, aunque le desgarrara el corazón. Su decisión, aunque difícil, era un intento de ser honesta con ambos; con Benedict, al no dejar que su corazón se llenara de esperanzas vacías, y con ella misma, al contenerse ante la realidad que la rodeaba.
Bridgerton recogió sus implementos de dibujo, poniéndose de pie ante la dama.
—Buenas noches, Amelia... si en algún momento decides cambiar de opinión, estaré aquí.
Amelia asintió, sabiendo que las palabras de Benedict permanecerían en su corazón mucho después de que se despidieran esa noche. Mientras lo veía alejarse, una parte de ella quería correr tras él, pero sabía que, por ahora, debía enfrentarse al futuro que la aguardaba.
En ese momento, supo que la decisión que había tomado pesaría sobre ella, no solo por las expectativas familiares, sino también por el amor que había comenzado a florecer entre ellos.
Benedict, por su parte, siguió caminando, obligándose a no voltear una última vez. Mientras lo hacía, comprendió que lo que estaba sintiendo no lo había experimentado nunca antes.
Era el dolor de un corazón roto.
𔓘 . ° . ❀ . *
El parque estaba en su esplendor matutino, con los primeros rayos del sol iluminando los verdes prados y las flores le daban un toque de color a la escena. El aire fresco estaba impregnado del aroma de las rosas y jazmines, y el sonido de los pájaros cantando llenaba el ambiente. Amelia y Anthony caminaban juntos por el sendero principal, cada uno sumido en sus propios pensamientos. La ciudad ya se había acostumbrado a ver a Anthony al lado de Amelia, y los transeúntes apenas les prestaban atención. Para todos era un espectáculo habitual: el vizconde de un lado, la hija del marqués del otro, caminando juntos como si fueran una pareja perfectamente emparejada.
A unos pasos más atrás, Violet y Diane conversaban animadamente, riendo de vez en cuando mientras disfrutaban de la mañana y del entorno natural que el parque ofrecía. La conversación fluía con facilidad entre ellas, pero entre Amelia y Anthony, el silencio se había vuelto un tercer compañero.
Anthony, siempre atento y caballeroso, ofreció su brazo a Amelia mientras caminaban. Sin embargo, ella no podía evitar sentir una distancia insalvable entre ellos, a pesar de la cercanía física.
—¿Te gustaría que nos detuviéramos un momento? —preguntó el vizconde, señalando un banco de madera bajo un roble frondoso.
—Claro.
Respondió, sintiéndose un poco aliviada de poder sentarse. Se acomodó en el banco y observó cómo los rayos del sol se filtraban a través de las hojas, creando patrones de luz y sombra en el suelo. Su mirada azulada se posó en el lugar donde estaban sus mamás. Ellas se habían detenido, al igual que ellos, pero se mantenían relativamente alejadas. Sin embargo, eran bastante malas para disimular su curiosidad y su encanto con la pareja, lanzando miradas furtivas como si intentaran descifrar cada interacción entre los dos.
—Creo que si fuera por ellas, irían a reservar la iglesia en este mismo minuto.
Anthony siguió la mirada de Amelia hasta encontrarse con la imagen de la que hablaba, y luego de soltar una suave risa regresó sus ojos marrones hacia el perfil de la castaña.
—Si es que no lo han hecho ya.
Amelia lo miró.
—He estado pensando mucho sobre... nosotros —comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Y me pregunto si realmente estamos haciendo lo correcto.
—¿A qué te refieres?
Ella tomó un respiro profundo antes de continuar.
—Anthony, tú has sido muy honesto. Dijiste que no buscas un matrimonio por amor, y yo... yo no sé si puedo aceptar eso
—Amelia, nunca quise ocultarte mis intenciones. Creo que la honestidad es fundamental en cualquier relación. No busco un matrimonio con el romance de un cuento de hadas, pero eso no significa que no te valore o respete profundamente —dijo, su voz suave y carente de reproches.
Amelia sintió una punzada en el corazón al escuchar sus palabras. La idea de un matrimonio sin amor era un concepto que la llenaba de desasosiego. Anthony era un hombre honorable, pero su confesión solo hacía que la distancia entre ellos se sintiera aún mayor.
—Entiendo, Anthony. Y aprecio tu honestidad más de lo que puedes imaginar. Pero no puedo evitar sentir que... merezco más.
El vizconde tomó sus manos entre las suyas, su toque cálido y reconfortante.
—Amelia, tú mereces todo lo que tu corazón desea. Y aunque no puedo ofrecerte un matrimonio basado en el amor, puedo prometerte que siempre te respetaré y cuidaré de ti.
Amelia asintió, apreciando su intento de ser comprensivo y cariñoso. Pero sus palabras no podían cambiar lo que sentía en su corazón.
—Además, nuestra unión puede ser algo realmente bueno, Amelia —dijo Anthony, su tono suave y persuasivo. —Piensa en lo que podríamos lograr juntos.
Lo miró, sintiendo una mezcla de confusión y resignación.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?
—Porque creo que tenemos la oportunidad de construir algo sólido. No todos los matrimonios se basan en el amor apasionado, y eso no significa que no podamos encontrar felicidad en lo que tenemos.
La sinceridad en la mirada del hombre frente a ella la hizo dudar. Comenzó a reflexionar sobre sus palabras. Aunque sabía que Anthony no buscaba un amor romántico, también era cierto que él era un hombre bueno y atento, y a pesar de que sus intenciones no estaban llenas de amor y pasión, eso no significaba que no se estuviera esforzando por hacerla feliz.
Amelia no podía evitar comparar su situación con la de otras parejas que conocía. Por ejemplo, Thomas y Eleanor, quienes ni siquiera habían tenido la oportunidad de conocerse bien antes de casarse. Con el tiempo, ella misma había sido testigo de cómo aprendieron a amarse el uno al otro. Ambos habían encontrado la felicidad a pesar de un arreglo similar. Sin embargo, en su caso, la perspectiva era diferente, ya que Amelia sabía que su corazón ya había elegido a alguien más.
La vizcondesa y la marquesa notaron la tensión entre la pareja. Violet, siempre perceptiva, intercambió una mirada preocupada con Diane, pero ambas decidieron no intervenir por el momento.
—No busco lastimarte, y no quiero que te sientas atrapada. Pero... si me das la oportunidad, estarás con alguien que se preocupa por tí y que nunca te hará sufrir.
Amelia sintió un pequeño destello de gratitud en su pecho, aunque al mismo tiempo no podía dejar de pensar en Benedict y en lo que podría haber sido. Su corazón anhelaba algo diferente, pero había una parte de ella que podía ver la lógica en las palabras de Anthony.
Era lo que debía hacer.
El sol seguía ascendiendo en el cielo, bañando el parque con una luz dorada. Las flores brillaban con una intensidad especial. Amelia debía empezar a aceptar que su unión con Anthony podría ser algo bueno. Si continuaba diciéndose lo contrario, solo acabaría lastimándose aún más. Por mucho que su corazón deseaba el amor de Benedict, comenzaba a darse cuenta de que, a pesar de las circunstancias, tenía la suerte de estar con un hombre bueno y atento como Anthony. No muchas podían decir lo mismo.
Quizás no era lo que ella siempre había imaginado, pero había en sus acciones un compromiso genuino que merecía ser considerado.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
en mi mente esta historia iba a ser puro amor amor pero bueno cositas pasaron jeje
esta semana habrá doble actualización así que denle mucho amor a este capitulo para que pueda subir el otro cuanto antes 🩵
lots of love, val
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro