Dream despertó, notando enseguida la ausencia de Fresh. Nunca lo sintió dejarlo en el suelo, pero eso no era el problema, quería saber dónde se había metido ahora su amigo...

Se levantó de inmediato, y sin tener que buscar mucho le vio de lejos. Impaciente, fue hasta él.

— ¿Fresh? —el mencionado se sobresaltó, girando rápidamente a verlo —¿Está todo bien? Me había preocupado de que algo te hubiese ocurrido...

— T-todo bien, Dream... don't worry —al mayor le extrañó no verlo sonriendo como usualmente hacía, más no le dio importancia.

— Bueno... —jugó con sus falanges, nervioso —¿Quieres hacer algo? Yo... d-dejaré este AU en un rato...

— ¿Te vas? Why? Ni siquiera tuvimos suficiente diversión, cutie pie... C'mon, please stay~ —suplicó con sus manos juntas, rogado casi para que el mayor le hiciera caso.

Dream dudó. Nightmare seguro ya estaría cerca, no quería arriesgarse a nada pero tampoco iba a dejar así de ilusionado a Fresh... Un gran dilema.
Sin embargo, algo le hizo quitar todo rastro de duda.

— Me haría feliz si me acompañas aunque sea a almorzar. Pretty please~?

Hacerle feliz... El menor sonrió a sus adentros. Bingo. Había dado en el punto débil del mayor.

Fresh se mostraba impaciente por su respuesta, siendo más que obvio cuál sería ésta:

— Bueno, pero sólo un ratito más...

— Thanks, lil' radtastic bro~ —sonrió triunfante, tomándole de la mano para avanzar hacia el pueblo, antes de que el contrario cuestionara, se apresuró a hablar —. We need to get some tasty food, ¿te apetece algo de pizza? It's not sooo rad and colorful as I like, but, si quieres comemos eso o lo que tú sugieras.

— ¡Oh! Pizza está bien, quizás de doble queso...

— ¿No será demasiado? Por eso estás gordito —soltó sin más, Dream se ruborizó levemente para enseguida hacer un adorable mohín.

— No estoy gordo... Soy bajito y mi ropa es más grande que yo, es diferente... —aclaró, Fresh soltó una pequeña risa.

— Ok, ok, got it~. Ahora vamos~ —siguieron su camino hasta donde almorzarían.

Dream se sentía seguro al lado de aquel colorido esqueleto, era una sensación agradable.
Pero desconocía los planes de aquel a quien tan ciegamente le entregaba su confianza y sus más sinceras sonrisas...

Y por la mente de aquel radical ser, solamente cruzaba la imagen de aquella manzana dorada que vio anoche. No era un alma. Si quería parasitar al soñador, antes debía descubrir cómo funcionaba esa estúpida manzana para poder utilizarlo como a todos los demás...

Sólo debía esperar el momento adecuado.