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✨𝙴𝚋𝚛𝚒𝚘𝚜✨

🥂Sólo una copa🥂

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Cada día era más cansado que el anterior, ambos llevaban una vida bastante ocupada desde que empezaron a vivir juntos.

Lucas quien ya había terminan su carrera universitaria y entro a la empresa que dirigía la familia de su prometida, por mérito propio, claro que no era una mentira que su querido suegro lo explotaba por el simple hecho de que se casaría con su adorada hija.

Lo entendía, el también estuviera celoso si alguien más acaparará el tiempo de Athanasia. Lo gracioso es que su suegro acaparaba ese tiempo en la época que eran novios, pero ahora como futuros esposos tomaron la decisión de empezar a vivir juntos para acostumbrarse y tener más tiempos para ellos.

Ya que no solían tener mucho tiempo para así mismos mientras vivían separados.

El Trabajo, los estudios y inclusive la familia de Athanasia ocupaban mucho de su tiempo. Incluso hoy en día sigue sucediendo, lo único diferente es que tienen parte de la tarde y noche para ellos.

❦︎

—¡Ah por fin en casa!—la puerta fue abierta mientras mencionaba con alegría lo bien que se sentía volver al lugar que llamaba hogar.

—Bienvenido Lucas—la voz de Athanasia lo recibió como todo los días y con una sonrisa que le regresaba un poco de sus energías.

—Sí, es bueno estar en casa—se acercó a la cocina donde Athanasia se encontraba, depositando un pequeño beso en sus labios que está correspondió—¿Que cenaremos hoy?—pregunto.

—Cenaremos lasaña—menciono con orgullo, había estado enforzandose por ser ella quien cocinara para ambos y no depender tanto de una persona de servicios o perdidos adomicilio.

Yo intentaba ayudar, haciéndola creer que su comida sabía bien.

—Lo esperaré con ansias—bese su frente y salí de la cocina para subir director a la pequeña oficina que tenía en la casa y dejar todo los documentos que tenía.

No quería saber nada sobre ellos hasta mañana.

—Ya estoy harto de estos documentos—los miró con odio, si fuera por él los quemaría todos, pero no podía hacerlo, "su querido suegro" seguro lo castigaba en el trabajo.

Con los recuerdos del agetreada día de trabajo salí de la pequeña oficina y me dirigí a la habitación, tomaría un baño, me cambiaría de ropa y iría a cenar con Athanasia para luego caer como muerto en la cama hasta el día siguiente. Gracias al cielo mañana era sábado y no tendría que ir a trabajar.

Podría revisar los documentos que le dieron con calma, podría sentarse a tomar el desayuno y hablar con Athanasia sin mirar su reloj cada cinco segundos para verificar que no iba tarde.

Sí, era lo que más esperaba, pasar tiempo con Athanasia tranquilamente como la pareja que eran.

—Es hora de tomar un baño—una vez dentro del pequeño baño que compartíamos ambos, me dispuse a retirar cada prenda de mi cuerpo, tomar un baño caliente después de un largo día era lo mejor, cada músculo de mi cuerpo se relajaba y la tensión se iba.

Una vez la bañera estuvo lista y la temperatura del agua era de mi agrado entre.

Era uno de los momentos que más apreciaba en el día, la soledad para pensar un poco, sin preocupaciones y sin responsabilidades.

—Falta poco—susurre.

Sí, faltaba poco, para ser más exactos un año para llevar acabó nuestro matrimonio. Habíamos planeado casarnos una vez Athanasia terminara la universidad y a inicios del próximo año lo haría, así que que faltaba muy poco para que fuera completamente mía.

Había sido difícil conquistarla... Bueno, eso era lo que decían una vez que la conocí, parecía no estar interesada en ningún otro hombre que no fuera su amado padre, y era muy inocente como para entender las indirectas que le enviaban los demás chicos.

Hasta que llegue yo.

Ella era lo bastante ingenua y algo despistada para no entender las indirectas, pero no era como si fueran muy buenas tampoco.

¿Que mierda era esa indirecta?

—'Eres como la luz y yo una polilla, siempre buscándote'—

Todo lo que pude hacer al escuchar esas palabras fue reírme, fue muy divertido, y el que las dijo literalmente estaba intentando asesinarme con sus ojos, mientras  Athanasia solo me miraba confundida.

Su expresión fue adorable y tras observarla un poco más de cerca me di cuenta que merecía a alguien mejor que esos inútiles que la rodeaban.

¿Quién mejor que yo?

Me di la tarea de conquistar su corazón, no fue difícil en realidad, al coquetear, hablar e inclusive discutir con ella se me hizo de lo más encantadora. Tenía un encanto único, provocando que me enamora de ella.

Fui directo y le dije que me gustaba, grande fue mi reacción al ser correspondido. Todos me odiban, los chicos en su mayoría, pero me daba igual.

❦︎


Un años después me gradué de la universidad en la carrera de; Ingeniería en Sistemas, aplique para varias empresas reconocidas y de buen prestigio. Después de todo poseía buenas notas en el ámbito académico, cosa que me brindaba más oportunidades.

No se hizo esperar mucho, cuando varias ofertas llegaron, y la que acepté fue en la empresa Obeli's.

Era la mejor de todas y ofrecían buena paga, así que no dude en aceptar la oferta de trabajo, pero grande fue mi sorpresa al enterarme que mi jefe era el padre de la que era mi novia.

Ambos nos sorprendidos, Athanasia parecía nerviosa pero a mí me daba igual.

No le tenía miedo al suegro, más bien era lo divertido de una relación, hacer que el suegro te odió por robarle de sus manos a su pequeña princesa.

Claro que no le dije eso a Athanasia, seguro me miraría con su seño fruncido intentando parecer intimidante y fallando en el intentó por qué se veía más adorable que intimidante.

Al final decidimos dar tiempo al tiempo y en el momento que se diera la oportunidad contarle a su padre sobre nuestra relación.

Fui ingenuo.

Hoy en día sigo siendo torturado y explotado en el trabajo, pero valía la pena al final, era divertido despedirme de una junta mientras menciona que mi linda prometida me esperaba en casa con una encantadora sonrisa.

Valía cada maldito segundo ver el rostro de mi jefe/suegro fruncirse. Era tan divertido.

❦︎

Salí de la habitación con una toalla sobre mi cabello terminando de secarme el cabello, sin duda alguna amaba volver a casa.

Baje las escaleras, hasta llegar a la pequeña sala comedor que teníamos y pude ver la mesa casi lista para la hora de la cena. Me sorprendí un poco al ver como Athanasia sacaba una botella de vino y la colocaba en la mesa.

Ella no era fan de tomar, solo en algunas ocasiones especiales.

¡Espera!

¿Acaso se celebraba algo hoy que debía recordar?

Rápidamente rebusque en mi memoria, pero no había nada, las fechas importantes estaban a largos meses de distancia.

—Athanasia—

Pareció no escucharme al estar entretenida sacando dos platos del gabinete, así que volví a llamarla.

—Athanasia—inmediatamente giro su mirada hacia mi tras escuchar que la llamaba—¿Celebramos algo en especial hoy?

Negó.

—¿Entonces esto es para...?—señale la botella de vino sobre la mesa.

—Una amiga de la universidad me la regaló, así que pensé que sería agradable acompañar la cena con ella—menciono con una pequeña sonrisa—ademas como no hemos tenido oportunidad de salir últimamente, por el trabajo—me señaló—y por los exámenes pensé que sería como una cita ¿No crees?.

Las camisuras de mis labios se curvaron en una sonrisa divertida.

—Sí, una cita casera—me acerqué a ella para tomarla entre mis brazos y darle un fuerte abrazo, ocultando mi rostro entre el hueco de su cuello permitiéndome embriagarme con su dulce aroma.

—Sí, con materiales que puedes encontrar en casa—bromeo correspondiendo mi abrazo, aún con las ganas de seguir inhalando más de su dulce aroma, levante mi cara en busca de algo más, una de mis manos subió hasta sus labios acariciándola suavemente y delineando cada parte de ellos.

—Lucas—un susurro casi súplicante salió de los labios de Athanasia, sabía lo que quería hacer y ella lo deseaba tanto como yo, acorte el poco espacio que quedaba entre ambos fundiendonos en un beso demandante lleno de deseo.

Me abrí paso entre sus suaves labios, invadiendo su cavidad bucal, deleitándome con su dulce sabor a fresas, ese que deseaba probar en incontables ocasiones en los que estaba metido en la oficina durante largas horas. Quería permanecer así con ella mucho más, deleitarme en sus labios, sentir la calidez de su piel entre mis manos y sentir su sueva tacto junto al mío.

—L-lucas—un leve jadeo se escapó de sus labios, enloqueciendome un poco más.

—E-espera...— coloco ambas manos en mi pecho, deteniendo que avanzará un poco más—la comida, se va a quemar.

Suspiré con frustración... Demonios, creo que sí esto pasa una vez más voy a empezar a odiar la comida.

—Esta bien—junte mi frente con la de ella—te dejaré ir... Por ahora.

—¡Lucas!—Levante la mirada encontrándome con sus hermosos ojos azules que resplandecían incluso con la luz artificial, eran tan cautivadores y llenos de vida.

Sonreí.

Sí, estaba enamorado, no quería que nadie más tocará o tuviera la atención de Athanasia.

—Esta bien—levante ambas manos a los lados de mi cara dándole a entender que no haría nada que ella no quisiera.

—Ve a sentarte, yo llevaré la comida a la mesa—me ordenó, era bastante divertido verla dándome órdenes, y era aún más divertido verla enojada por desobedecerlas, pero hoy no sería ese día, tenía hambre y si la desobediencia retrasaría la hora de comer.

Camina directo a mi lugar habitual para sentarme a esperar mi cena, Athanasia coloco un plato con pan cortado en rodajas, luego fue a la cocina otra vez y trajo la bandeja con la lasaña, repitió la misma acción varias veces buscando los platos, y dos copas para tomar el vino.

—¡Ahora si Lucas!— se sentó mirándome con una sonrisa.

—Al fin, era una tortura ver toda esta comida y no comer Athanasia—

—No seas exagerado, ya te pareces a papá cada que lo visito—

—¿¡Qué!?—

—Sí, dramatizando que según lo tengo abandonado y que ahora casi no paso tiempo con él por que según tu consumes todo mi tiempo—me explico tratando de imitar su voz.

—¿Yo consumo todo tu tiempo?—la mire indignado—debe ser que las ocho horas que estás en la universidad y las diez horas que yo la paso en la oficina son ocupar tu tiempo.

—¡Es lo que le dije, pero él dice que exagero—

—Ademas, cada que llego a casa es comer y irnos a dormir por qué estamos demasiado cansados para hacer otra cosa—

—ya sabes cómo es papá, aún sigue creyendo que me vas a llevar a otro país—

Sonrió divertido, eso es algo que estoy viendo, hace unos meses mi amigo Cabel me sugirió que metiera currículums a algunas empresas extranjeras para ver si tenía más oportunidades en el exterior, no había recibido propuestas favorables, pero en cuanto la recibiera me largaria una temporada, pero claro que me llevaría a Athanasia conmigo.

No la dejaría aquí sola, donde rondaban las hienas, sí, era el molesto hijo de Roger Alfierce, quién es un inversionista en la empresa Obeli's, y su hijo Kiel fue amigo de la infancia de Athanasia.

Digo fue... Por que mis contactos, la prima de Athanasia, Zenit, quien no parece guardarse nada, me contó que Kiel se le confeso y está lo rechazo, pero Kiel no parecía aceptar un no por respuestas ya que empezó a celar a cada chico que se acercaba a ella.

Cosa que la enojo.

Discutieron.

Pelearon.

Y ella le dijo que:

'No quería tener una relación con el más allá de la amistad'

Hasta a mí me dolio.

El punto es que parece que su relación desde ese momento no quedo muy bien ya que suelen hablar muy poco, pero yo no me quejo, mejor para mi.

Mientras más lejos este de lo que me pertenece mejor.

—Bueno... tu papá siempre a sido así desde que me presentaste formalmente como tú novio—

—Sí, pero tú fuiste quién lo provocó—

—Eres mi novia, puedo besarte todo lo que quiera—

—¡Lucas!—chillo.

—Esta bien, esta bien, admito que al inicio lo hice porque me pareció divertido enojar a tu papá, ya después fue por qué realmente quería hacerlo—.

Las mejillas de Athanasia se tiñeron de un hermoso color rojo, para mi esa reacción era muy satisfactoria.

No pude evitar sonreír de manera divertida, mientras la veía, sabía muy bien el efecto que causaba en ella, me gustaba sin duda alguna su forma de mirarme cuando creía que no lo notaba, me gustaba lo que fuera que soñaba que me hacía, por que sí, escuchar mi nombre de sus labios a media noche era encantador, que ella disfrutara acariciar mi cabello era agradable y el simple hecho de querer mejorar en sus hábitos de cocina para complacerme era muy atractivo a la vista.

Ya veo por qué el idiota de Kiel era tan intenso, ella era todo lo que podías desear y mucho más.

—Me gustas—dije.

—¿¡Qué!?—tiro el cubierto que tenía en las manos, pude ver su rostro enrojecer por lo anterior dicho. Intentando evitar mi mirada se agachó para tomar el cubierto y al levantarse se golpe la cabeza con la mesa.

—Sí, tu reacción es muy similar a la primera vez que te lo dije—Ella levantó la mirada con el seño fruncido y las mejillas sonrojadas.

—¿Por qué me haces esto Lucas?—reclamo—siempre me tomas de sorpresa, no sabes lo vergonzoso que es para mí.

—Lo se, y por eso me gusta molestarte Athy—

—... N-no, no me digas así, no ahora—llevo ambas manos a su rostro—siento que mi corazón podría explotar.

...

Ash, tenía muchas ganas de levantarme de la mesa y simplemente acorralarla.

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🥂

Era difícil para mí en este momento exacto saber cómo llegamos a esta situación, después de la cena, solo recuerdo que nos estábamos tomando una copa de vino.

—O-oye Lucas—arrastraba las palabras—¿Y si damos un vuelta por el arcoiris?—.

Parecía no estar en todo sus sentidos, yo tampoco, estaba mareado pero no podíamos quedarnos en la cocina, así que era mi deber como el más "racional" llevarnos a la habitación.

—No hay arcoiris cerca... Creo—

—¡Nooooo!—arqueo su cuerpo de medio lado llevándome con ella y provocando que ambos casi calleramos al piso. Digo casi, porque evite nuestra caída sosteniendome del barandal de la escalera y sujetando fuertemente las caderas de Athanasia, para evitar que me arrastrará con ella.

—Pesas mucho Athy—

—Claro que noooo—

Como pude fui subiendo los peldaños  de las escaleras entre tropezones, pequeños berrinches de Athanasia y una que otra casi caída.

Una vez en la habitación suspiré Feliz, parecía como si esas escaleras no fueran a acabarse nunca.

—Al fin llegamos—

—¡Yey!—festejo Athanasia.

Cerré la puerta tras de mí y luego de dar unos cuantos pasos más llegué a mi destino "La cama" deje a Athanasia en ella y luego yo me recosté boca arriba. Todo me daba vueltas, sentía como si estuviera en un barco pesquero que iba de un lado a otro agitándose fuertemente con las olas del mar.

—Lucas—escuche como Athanasia susurraba mi nombre, pero la ignore, seguro era hablando entre sueños.

—Lucas—Esta vez mi nombre estaba acompañado de un tono dulce y juguetón junto al movimiento de la cama—esto no puede quedarse así—susurro a la vez que se subía sobre mi.

—Lucas—sus ojos azules brillaban intensamente—aun no hemos terminado—llevo sus manos al borde de su camisa y comenzó a quitársela torpemente.

—O-oye, espera Athanasia—me apoye sobre mis codos, pero antes de que pudiera detenerla tiro su camisa por algún lugar de la habitación y llevo sus manos a mi pecho obligándome a recostarme otra vez.

—Lucas me gusta mucho—susurro—me gusta como eres y lo sexy que puedes ser sin esfuerzo alguno.

Empezó un lento recorrido por todo mi pecho mientras subía lentamente la camisa que llevaba puesta.

—N-no, espera Athy—sostuve sus manos para evitar que continuará, si seguía tentandome de esa manera no iba a poder detenerme.

—Lucas—jadeo—no me hagas esto—aun mientras mantenía sus manos sujetas, bajo su rostro para unir nuestros labios en un suave beso—¿Acaso no te gusto?

Susurro.

Cerré mis ojos intentado ignorar la voz de mi mente que me decía que la sujetará y no la dejara ir. De un momento a otro libero sus manos de mi hagarra y descendió al borde de mi los pantalones comenzando a bajarlos.

Mi auto control desapareció.

Gire sobre mi cuerpo dejando a Athanasia debajo de mí, me apodere de sus labios en un frenesí desesperado invadiendo su cavidad bucal y deleitándome con el delicioso sabor de su boca. Sus brazos rodearon mi cuello y sus piernas rodearon mi cadera aferrándose con desespero.

—¡Ah Lucas!—gimió mi nombre, era enloquecedor escuchar mi nombre siendo pronunciado de esa manera.

Libere sus labios para comenzar un recorrido de besos por su cuello, dejando pequeñas marcas para que supieran que me pertenecía, seguí el recorrido pasando por sus pechos, descendiendo por su abdomen, hasta llegar a su vientre.

Podía escuchar sus leves quejidos a cada roce y pequeña mordida que daba en sus sonas erojenas. Era una melodía encantadora.

—Mmm... Lucas—Lleve mis manos a sus piernas deslineandolas lentamente, mientras recorría el camino de besos que deje con anterioridad hasta llegar a sus labios. Para nuevamente apoderarme de ellos en un beso cargado de todo lo que me había contenido hasta ahora.

—Athanasia—Susurre.

Estaba ancioso de más, quería tomarla, poseerla, hacerla completamente mía otra vez como si fuera la primera.

Pero el destino es cruel conmigo, Athanasia se había quedado dormida.

—¡Maldición!—me quité de encima de ella y me recosté a un lado cerrando los ojos fuertemente—No puedes hacerme esto Athanasia.

Era frustrante, me había dejado con las ganas a solo unos minutos de empezar y no solo una vez, si no dos veces en el mismo día, ahora todo era por culpa de la maldita ebriedad, por el simple hecho tomarnos unas copas y por que habíamos terminado ebrios.

—¡Pero no se va a quedar así Athanasia!—susurre con enojo.

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Al final ambos terminaron ebrios, Athanasia dormida y Lucas... Lucas solo quedo con las ganas de continuar.

No se mis Obelianos por qué soy así, les juro que no es mi intención, espero les haya gustado este pequeño One-Shot que se me ocurrio.

Bye bye ❤️✨

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