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☠ Crimen 15 ☠

  Al mirarme a través de tu ventana,
chico, tenías la mirada atenta por un rato,
"te cortaré y haré la cena,
has alcanzado el final, eres la ganadora"

  [Hay] un poquito de veneno en mí,
puedo saborear tu piel en mis dientes,
"amo cuando te escucho respirando,
espero por Dios que nunca vayas a marcharte"
 

(Tag, you're it - Melanie Martinez)

En el silencio del sótano podía sentir como su sangre viajaba rápidamente de sus pies a su cabeza. Comenzaba a tener frío es sus extremidades que estaban amarradas a una soga haciéndole colgar desnudo del techo. Su mano que había sido cortada ya no le transmitía ningún dolor puesto que su mente estaba bloqueando aquello, era la adrenalina que comenzaba a producirse en todo su cuerpo.

En algún punto su cerebro dejaría de hacerle sentir el dolor por completo como defensa y entonces quizá moriría de una buena vez. Comenzó a tener la respiración más agitada debido a la desesperación, estaba balanceándose con más fuerza intentando de alguna forma llegar hasta arriba, si fuera más ejercitado quizá lo podría lograr.

—Ya déjalo — ordenó una voz profunda, se detuvo de inmediato buscando quien le hablaba.

Todo estaba oscuro fuera del halo de luz que creaba el foco arriba de él, sólo veía el piso de madera y que más allá estaba la oscuridad.

—Es inútil intentar escapar de nosotros — sintió que se acercaba más, ya no oía tan lejano.

De la negritud surgió el rostro pálido de Yoongi, tenía una mirada especialmente macabra, sobre todo llena de furia.

—¿Sabes qué es lo que más me molesta? — Preguntó acercándose y poniéndose de cuclillas para quedar cara a cara con él.

Jungkook tragó grueso porque pudo ver que en la mano derecha llevaba el mismo cuchillo con el que le mutiló, Yoongi se fijó en cómo la manzana de Adán del chico subía, le parecía tentador cortarle el cuello de una vez para terminar con todo. Sin embargo, las cosas no serían divertidas de esa forma.

—Me molesta que un mocoso como tú pudiera llamar la atención de Jimin cuando no eres más que un fenómeno — pasó la parte no afilada del cuchillo por el cuello de Jungkook y este sintió el frío del metal — Años siguiéndolo, acechando cada movimiento e intentando moverme a su ritmo para que tú vinieras con tu estúpida y patética locura a arruinármelo

Sus ojos se abrieron más mostrando completo desvarío, quería ya enterrar su arma en aquella maldita carne que odiaba, jamás había detestado tanto la carne de una persona como la de Jungkook.

—Pero, ¿acaso no ganaste? Jimin ha preferido tenerte como compañero y a mí simplemente comerme — habló por fin, su voz sonaba quedita, se encontraba ya desquiciado de tanta locura.

A pesar de que le gustó escucharlo así, sintió una punzada de su parte.

—No lo comprendes maldito mocoso, el que te coma de esta forma, dejando que dejes ver su verdadera faceta es todo un privilegio y por eso te odio — levantó la mano y la hizo hacia atrás con el cuchillo, listo para enterrarlo en el estómago expuesto del forense.

Fue la mano de Jimin quien detuvo el ataque, los dos voltearon sorprendidos de ver al pelirrojo.

—Yoongi, ya hablamos de esto — sonó autoritario, el que estaba agachado tuvo que bajar la vista al sentir el regaño — No estés celoso, ya sabes que sólo contigo podría compartir esto

Siguió mirando hacia el piso en aquella posición de cuclillas, Jungkook que estaba más cerca aun colgado distinguió el temblor en él. Se preguntaba cuál sería su reacción, del miedo total comenzó a sentir fascinación entera por aquellos dos monstruos que convivían.

—Anda, ven — Jimin lo jaló del brazo hasta ponerlo de pie y tomó sus hombros para que se estuviera recto frente a él — Por primera vez vamos a comer juntos — le susurró al oído.

La piel se le erizó por completo, iba a ser comido con desprecio y un amor retorcido, los dedos de su pie los movió sintiendo una oleada de placer recorrer su cráneo hasta el final de su cuerpo.

Las manos del pelirrojo fueron delineando los brazos de Yoongi y luego hacia su pecho que tenía una ramera negra, subieron hasta su encuello y luego a sus hombros. Giró su cuerpo para que le diera la cara a Jungkook que ya les estaba esperando con ansias y pegó la erección que ya tenía contra sus glúteos. Bajó nuevamente su mano por el brazo derecho de Yoongi hasta topar con sus fríos dedos, adoraba esa piel que simulaba ser de mármol, pálido y gélido, carente de vida y llena de ella. Todavía sostenía el cuchillo, por lo que Jimin sostuvo su muñeca y lo levantó hasta quedar el arma justo a la altura de donde quería cortar.

Puso su mentón en el hombro de Yoongi, podía respirar a la perfección su aroma, hundió su nariz en el hueco que tenía ahí, pasó su lengua y luego mordió delicadamente la piel. No se movió ni inmutó, estaba quieto, a total disposición de lo que quisiera hacerle. El filo del arma brillaba bajo la luz del único foco prendido, la punta fue delineando lentamente los músculos que estaban marcados en la piel de Jungkook y dejaba líneas carmesí.

La otra mano de Jimin se deslizó por la cintura de Yoongi y se dirigió a su miembro, con solamente eso empezó a tener una erección porque el cuchillo no dejaba de moverse en el cuerpo de Jungkook y éste los miraba embelesado. Las dos manos sobre su cuerpo le volvían loco, una estimulaba su pene y la otra dirigía sus movimientos. Era un títere que se dejaba guiar por completo, le fascinaba cómo la sangre brotaba dejando líneas rojas que caían hacia abajo por la gravedad.

La tela fue rasgada con ayuda de los dientes de Jimin, sus pantalones cayeron cuando los desabrochó y pronto estuvo desnudo frente a Jungkook que se encontraba de la misma forma. Los fuertes brazos del pelirrojo rodearon su pecho de forma protectora y ambos observaron lo que habían hecho, porque ahora su presa estaba lleno de sangre que brotaba de todas los cortes que dejaron a su paso.

—¿Ahora qué? — Quiso saber Yoongi siendo abrazado por su pareja.

Llevó su mano hacia los ojos del chico para taparlos lentamente, Yoongi subió su mano y tocó la de Jimin que obstruía su vista.

—Quiero ver cómo lo haces — susurró en su oído, quería que la bestia que vivía dentro de Yoongi saliera a flote, deseaba verlo en acción — Come — ordenó quitando su mano, liberando al monstruo.

Jungkook apenas si espabiló cuando este saltó hacia él listo a devorarlo.

Los dientes se enterraban en la blanda piel con fuerza, mordían firmemente y succionaba la sangre que iba saliendo a su paso. No sólo se alimentaba de la carne, también de los gritos que iba sacando de su presa, adoraba la sinfonía única de cada víctima suya, en especial de esta, porque la única forma de librarse de él era comiéndoselo.

Extrañamente la presa aunque lanzó su dolor, no se resistió, quería que ese fuera su final y mientras se retorcía su vista captó la mirada de fascinación de Jimin, estaba presenciando algo que le gustaba. Eso fue suficiente para él, tenía razón, ser comido era lo que más deseaba.

La carne al rojo vivo quedó expuesta y en algún punto su mente se perdió por completo en lo que sucedía, demasiadas oleadas de dolor le hizo irse de ahí. Era como una fosa justo en su estómago, un agujero carmesí en donde se lograba ver como sus órganos seguían moviéndose espasmódicamente, a punto de detenerse por siempre.

Lo que un cuchillo combinado junto a dos hileras de dientes filosos podía hacer era extraordinario. Jimin cayó enamorado de la forma en que Yoongi masticaba y pasaba la carne cruda por su garganta, adoró ver la sangre que caía por su mandíbula y circulaba por toda su pálida piel. El cabello rubio se tiñó las puntas de rojo ya que metía todo lo que podía la cabeza en el hueco que sus dientes y el cuchillo iban cavando en lo que anteriormente era el abdomen de Jungkook.

Fue desapareciendo de sus pupilas las luz, lentamente, Jimin observó con atención aquel proceso mientras su pareja seguía comiendo. La vida se escapaba de Jungkook, quedando simplemente un cuerpo inerte, pudo apreciar cómo el color también desaparecía de su piel. Era como ver al atardecer desaparecer del horizonte y dar paso a la oscuridad, el crepúsculo que significaba la muerte era lo que más emocionaba al pelirrojo, sobre todo le pareció pulcro en aquel momento. Tenía dos buenos componentes, a la comida perfecta y al depredador que él aceptaba.

Tembló cuando de repente Yoongi se hizo hacia atrás para apreciar su obra maestra, las pupilas del pelirrojo se dilataron al notar el agujero que había logrado cavar. Una risa histérica resonó en toda la habitación, sus cuencas se volvieron blancas porque sus pupilas estaban fijas en el techo, toda la sangre que destilaba por su mandíbula cayó en pequeñas gotas al piso. Regresó a ver el agujero y sin siquiera dudarlo metió su mano para jalar algo.

Jaló de un tirón para sacar la gran cuerda que eran los intestinos que cayeron al piso, tenía en su mano aquel órgano como si fuera su frazada, se giró hacia Jimin quien estaba atrás de él observando todo.

—Come conmigo — pidió dulcemente.

Sus pequeños ojos brillaban bajo toda esa sangre de la que se había empapado su rostro, era simplemente enternecedor. Tomó su rostro y lo apretó hacia él para besarlo, saboreó la sangre de Jungkook que no había probado hasta ese momento en los labios de su amante. Ya estaba coagulada, pero no le importó tanto, sabía bien si la bebía de la piel fría de Yoongi.

Sin embargo en ese momento lo sintió cálido y tentador, era como un dulce aperitivo que estaba bañado en salsa. Lo tiró al suelo, justo debajo de la muerte se dispuso a hacerlo suyo, a reclamarlo como su compañero de por vida.

Como ya ambos se encontraban desnudos se dispuso a introducir su miembro dentro de él sin prepararlo, porque a Park Jimin le gustaba que su placer viniera acompañado de dolor. Se enterró en lo profundo de Yoongi quien se aferró a la espalda del pelirrojo, sus uñas fueron dejando rasguños mientras le embestían con brutalidad. La sangre seguía chorreando y caía justo encima de Jimin, su espalda se tornó carmesí y el cuerpo que tenía debajo estaba repleto de sangre seca.

El olor que producía el sexo, sudor, sangre y saliva se fue metiendo en sus fosas nasales hasta llegar a su cerebro para grabarse.

Iban a aprovechar ese cuerpo hasta el final sin importar que ya no estuviera presente Jungkook, lo bajaron y fue Yoongi el que primero profano al cadáver. Le encantaba que su orificio estuviera tan apretado y sin posibilidad de estimularse, en cada estocada le transmitía todo el odio que le tenía, ahora muerto lo podía tratar como la basura que era.

El pelirrojo introdujo su miembro en la boca del cadáver, seguía produciendo saliva y como su mandíbula ya no se apretaba, aprovechó a que le hiciera una felación. En unas cuantas horas ese cuerpo se pondría rígido, lo mejor era disfrutarlo cuando recién había muerto. Lamentablemente las cosas no habían salido como planeó en su momento, le daba igual porque estaba seguro que había cumplido el deseo del forense a final de cuentas.

Ambos se observaron violando a Jungkook, se sonrieron abiertamente, la sangre los adornaba y a la muerte se la cogían.

—Te amo — susurraron los dos perdidos en su propio mundo.

Un mundo en el que sólo ellos dos podían entrar, trampa mortal para cualquier otro que osase a meterse entre los dos, la mueca desencajada de Jungkook con mirada muerta lo certificaba.

Okay, yo sé que me tardé mucho, pero simplemente no me salía xddd sigo sintiendo que no lo hice muy bien en algunas partes :/ en fin, espero les haya gustado y disfrutado como yo ♥  por cierto, el siguiente capítulo es el final xD el epílogo :v szjfdsd intentaré apurarme a hacerlo.

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