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☠ Crimen 12 ☠

Tu herida sin cicatrizar 
se ve como una rosa rota
en tu corazón
donde habita el odio que yo siento

las alas perdidas
un ave sin alas
cuando mueras, podrás darme tu verdadero nombre   

(Umineko no naku kokoro ni)

Hay cierta seducción en los ojos de un psicópata, sabe camuflarse a la perfección entre la multitud y había algo en ellos que atraía a las personas, era ese don para la manipulación lo que los hacía tremendamente peligrosos, casi letales.

Entonces cuando el manchón rojizo se dibujó entre la multitud del edificio y los ojos de Jungkook lo notaron, no hubo marcha atrás. Con un caminar tan preciso, elegante y atrayente, parecido al de un depredador acechando a su presa, lo vio pasar frente a sus ojos. Todo lo demás desapareció de su mirada y sólo quedó Jimin, su rostro tan pacífico de lado, con el tiempo detenido en su mente, el pelirrojo lo miró de reojo para luego ir soltando una sonrisa.

—Buenos días, forense Jungkook — había dicho en un murmullo que sólo llegó hasta sus oídos.

No logró responder porque aquel momento duró tan poco que cuando se dio cuenta el tiempo parecía volver a ser el mismo y Jimin ya se había ido de ahí. ¿Por qué tan repentinamente se sentía atraído a él? ¿Acaso era ese nuevo cabello rojo que lucía? No pudo descifrarlo.

***

Se encontraba entre varios pilones de papeles revisando toda la información que pudiese encontrar del pasado de Yoongi, estaba demasiado ensimismado en ello que no reparó en que alguien lo observaba del otro lado de la ventana de su oficina provisional.

Los ojos de Jimin estaban clavados en el joven Jungkook que estaba distraído, podía ser un más alto que él, pero poseía mayor fuerza y sin duda mejores habilidades. Paseó su lengua por sus afilados colmillos haciéndose un pequeño corte en la lengua que liberó algo de su sangre, se tensó para luego respirar profundamente y probar su propia sangre. Lentamente fue destensándose, seguía viendo hacia donde estaba el forense e imaginó que la sangre que probaba era la de él. Percibió que levantaría la cabeza así que cambió su expresión seria y pesada por algo más relajado y suave.

Movió su mano para decirle que saliera a hablar con él, los ojos de Jungkook mostraron cierta inquietud al verlo, parecía perdido y sin duda sus pupilas se agrandaron, el pelirrojo sonrió para relajarlo, pero detrás de esa expresión había otra razón, porque pudo ver cómo iba cayendo en su trampa.

Yoongi le había enseñado bien a atraer a sus presas.

— ¿Sucede algo? — Preguntó apenas pudo estar cerca de Jimin.

— ¿Quieres salir a comer? Creo que ya hiciste mucho por hoy — se mostraba afable, con cierto aire de coqueteo que obviamente notó el menor, tragó saliva y asintió.

Una vez estuvieron en el mismo restaurante que tiempo atrás había sido visitado por Yoongi y Jimin, Jungkook le lanzaba miradas apenadas, seguía sin poder controlar sus emociones ante su compañero, algo extraño porque jamás había estado así y llevaban algo de tiempo trabajando juntos.

—Ahora que lo pienso, sólo hemos salido a comer — empezó a decir el pelirrojo — es extraño, tenemos tiempo de conocernos, quizá deberíamos salir

— ¿Salir?

—Claro, como amigos, a menos que...— dejó la oración en el aire y recargó su codo en la mesa para así poder poner su mentón en la palma de su mano.

Sonrió traviesamente ocultando sus ojos.

Y Jungkook creyó sentir un mareo, algo que iba desde sus mejillas atravesando su cuello e irse hasta sus genitales, casi como un rayo que caía directamente en su libido e incendiaba todo en su cuerpo. Park Jimin era llamaradas y él un bosque seco.

—Supongo que estaría bien, aunque no sé si fuera buena idea porque somos compañeros de trabajo — su voz temblaba, estaba completamente tentado y dudoso, sus manos comenzaban a transpirar, su respiración se estaba haciendo más pesada.

Jimin abrió su boca sin que se llegase a formar una sonrisa, era más algo retorcido y adoraba hacerlo sin que el menor se diera cuenta.

—Tranquilo, no pasa nada — como acto final dejó caer su mano sobre la de Jungkook y la apretó — ¿Qué dices?

Jeon Jungkook había caído en el juego tan fácilmente, tanto que sorprendió al mismo asesino, lo dejó pasar.

Lo que no advertiría era que su presa no iba a ser igual a las demás...

Terminaron comiendo juntos, no mencionaron nada sobre el caso que estaban investigando, no tenían por qué en ese momento de debilidad en el que su ética se tambaleó. Regresaron al trabajo y cuando fue hora de irse, Jimin se encontraba esperando afuera del edificio esperando a Jungkook.

— ¿Me estás esperando? — Preguntó acercándose y quitándose los auriculares que llevaba puestos.

—Claro, quería acompañarte a casa...si no te molesta — le sonrió de lado, dejó de estar recargado contra la pared y se terminó por acortar la distancia entre ambos.

—Para nada — una sonrisa tímida se dibujó en su rostro.

Caminaron unos cuantos metros hasta que llegaron al automóvil del pelirrojo y lo invitó a entrar.

—Deberías comprarte un auto — le dijo mientras salía de donde estaba estacionado, volteaba a mirar hacia atrás y movía el volante para que el carro se doblara.

Miraba atentamente como los músculos de Jimin resaltaban, le parecía magnifico y hasta se imaginó la estructura ósea de este, seguramente sus huesos eran igual de perfectos.

—No me gustan los carros — contestó cuando el pelirrojo lo volteó a ver esperando una respuesta de parte suya — prefiero caminar — alzó una ceja.

—Qué saludable, seguramente debes tener órganos muy bonitos — soltó a modo de broma, aunque para él no lo era.

—Yo creo, he cuidado muy bien de mí para mantenerlos en buen estado — sonrió abiertamente.

—Eh — se preguntó si estaba bromeando o lo decía en serio.

—Seguramente al caníbal le gustaría comerme — soltó otra risilla traviesa, entrecerró los ojos no creyéndose lo que escuchaba — Esto es raro, pero mi sueño siempre ha sido...ser comido por alguien — llevó sus manos a su boca como si fuera una colegiala avergonzada.

Jimin se comenzó a reír internamente de manera frenética, no lo podía creer.

—Eres raro — terminó por decir para no levantar sospechas.

El trayecto fue silencioso, quizá lo había hecho sentir mal, pero no, Jungkook iba normal en su asiento, con cierta felicidad como si fuera al zoológico o algo así.

— ¿Por eso te has interesado en este caso?

—Sí, quiero conocerlo...claro que lo encerraré en la cárcel, lo que hizo está mal, debe pedir permiso para comerse a alguien — frunció el ceño, realmente parecía un niño pequeño.

—Eh — volvió a decir con tono incrédulo.

Gracias a las indicaciones del forense pudo llegar a la casa de este, se estacionó en la acera y ambos bajaron. Lo acompañó hasta donde estaba la entrada a la pequeña casa.

—Mis padres no están, andan de viaje, ¿quieres entrar? — Le preguntó afuera de la puerta, Jimin negó.

—Otro día será, loquito — se acercó más y tomó el mentón de este para atraerlo hasta el nivel de su rostro — Podré ser más bajo que tú, pero me gusta más tenerte debajo de mí

—No habrá problema con eso — le sonrió abiertamente.

—Eres raro — pegó su frente a la de él.

—Lo sé, suelo alejar a las personas que logran despertar mi interés...— murmuró demasiado cerca del detective Park.

Lo empujó hacia la pared y se alzó para llegar a sus labios, lo besó con fuerzas y esas ganas reprimidas, Jungkook pegó más a Jimin a su cuerpo para rozar su erección contra la de él. Su respiración se estaba agitando y cuando el pelirrojo se alejó pudo sentir como dejaba a un frenético Jungkook.

Llevó sus manos a su rostro, específicamente a sus mejillas y con estas sonrojadas parecía volverse más lindo ante los ojos del pelirrojo.

—J-i-m-i-n — dijo lentamente con voz melosa.

—Me alegra que te haya gustado — terminó por decir para luego darse la vuelta e irse.

Un Jungkook tirado en el piso se quedó mirando la espalda de Park Jimin, casi extasiado con ese simple beso. Una cosa estuvo clara en su mente: Él era suyo y no lo dejaría escapar.

***

Iba manejando en su auto, ya era muy tarde y la ciudad parecía muy vacía ya. Seguía pensando en todo lo que supo de Jeon Jungkook en ese día, era extraño, sobretodo de alguien como él que siempre se mostró serio y alejado de todo, tan rigido.

—Así que eso pasa cuando llegan a ti — murmuró, al parecer todos tenían una retorcida sorpresa en el interior.

El semáforo marcaba rojo y se detuvo, ningún carro más había en ese momento en la calle, se relajó...de repente un cuchillo estuvo en su cuello, demasiado cerca para ser bueno.

—Con que Jungkook está loco — le dijo cerca de su oído derecho en un susurro.

Jimin miró hacia el retrovisor que tenía enfrente, ahí estaba su querido Yoongi quien parecía acompañarle desde hace tiempo en el asiento trasero, ¿cómo es que no había notado su presencia en absoluto?

Pasó su lengua por su oreja, le dio cierta cosquillas sólo que no se movió debido al cuchillo, no quería auto degollarse.

—Parece que atraigo a las personas locas — comentó con una pequeña sonrisa.

—Ya lo creo — dicho eso retiró el cuchillo, Jimin volteó a verlo para unir sus labios.

Yoongi se apresuró a querer limpiar cualquier rastro de esa rata, no le gustaba nada lo que había escuchado, Jimin era completamente suyo y no iba a compartirlo con nadie más. En un principio fue un juego, para usarlo, pero algo le decía que Jeon lo que menos quería era simplemente ser usada, él quería volverse parte del juego y eso no estaba bien.

Cuando se alejó, se quedó bastante cerca del rostro de su amado, pasó el cuchillo que traía por la mejilla de este dejando un ligero corte que dio paso a la sangre.

—Estás celoso — le susurró — pero, no tienes por qué...sólo a ti te dejaría mi cuerpo entero a tu disposición

—Espero digas la verdad — y acercó su lengua para quitar la sangre de su mejilla.

La luz del semáforo marcó verde, pero el auto se quedó inmóvil, iba a ser una noche larga.

Gggg lamento la espera, pero se me fue la inspiración \:'v/ ¿creyeron que kookie iba a ser normal? POS NO tiene complejo de Yuno Gasai :V está chifladito :v en fin, nos estamos leyendo luego :3

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