☠ Crimen 06 ☠
Y sé que ella será la muerte para mí,
al menos los dos estaremos adormecidos.
Y ella siempre saca lo mejor de mí,
lo peor está todavía por venir,
pero al menos los dos seremos hermosos
y nos quedaremos por siempre jóvenes,
esto lo sé, esto lo sé.
(Can't feel my face - The Weeknd)
Cuando llegaron al viejo edificio en el que vivía Kim Taehyung, las cosas se habían calmado entre ambos, porque eran profesionales con su trabajo y aunque la tensión sexual se sentía ahí, la ignoraron. No se podían meter con un compañero.
Jimin miraba con mala cara todo lo que había en ese lugar, suciedad, algunos chicos fumando en las escaleras que les miraban con mala cara. No parecía ser un lugar muy bonito, aunque se fijó en que estaba cerca de la ubicación donde se encontró a la primera víctima. Yoongi lo condujo hasta una puerta con el número 67, tocó con fuerza ya que sabía que a esas horas Taehyung estaba normalmente dormido.
Esperaron por algunos minutos, volvió a tocar con más insistencia y aunque Jimin empezaba a sentir que no estaba ahí, Yoongi sabía que sí.
—¡Ábreme la maldita puerta, Taehyung! — Gritó con enojo. El pelinegro se sobresaltó al verlo así, más por la vena que se resaltaba en la garganta, algo muy atractivo para Park.
Y escucharon los pasos apresurados y torpes de alguien, la puerta se abrió dejando ver la cabellera castaña de un chico.
—Oh, hyung, eres tú — intentó decir lo más sorprendido posible, recibió una mala mirada de Yoongi mientras apretaba los labios, dejando ver aquella expresión que causaba miedo y respeto en el chico.
Empujó la puerta para abrirse paso, el castaño se hizo a un lado, cuando entró el rubio se fijó en que había alguien más.
—¿Quién eres tú? — Le preguntó señalándolo.
—El Dectective Park, hemos venido para hacerte algunas preguntas — contestó sacando su placa.
Taehyung volteó hacia Yoongi quien se estaba acomodando en su viejo sillón rojo, poniendo sus pies en la mesa donde varias latas de cerveza estaban apiladas.
—¡¿Trajiste a un maldito policía aquí?! — Se alteró de inmediato.
—Cálmate Tae, venimos por otra cosa, ¿conoces a una tal Joy? — el chico se rascó la nuca con desconfianza, miró al pelinegro que estaba todavía en el umbral de la puerta.
Luego pasó su mano por su estómago descubierto, andaba en simples boxers y se sentía bastante expuesto de repente.
—Sí, la conozco, solía acostarme con ella, ¿por qué? No me digas que la pinches mataron — se comenzó a reír, sin embargo, el ambiente tenso de ambos detectives le hizo detenerse —¿Qué? ¿En serio? — Preguntó, no necesitó respuesta — Joder, era muy buena en la cama — fue hacia la mesa donde había de todo ahí y no parecía servir para comer, sino como un mueble para poner ropa, tomó una playera y se la puso — ¿Cómo fue?
—No podemos darte esos detalles — intervino Jimin cerrando la puerta detrás de él — ¿Sabes dónde estaba ayer en la noche?
—Seguramente en ese maldito antro de mala muerte que está a tres cuadras, le gustaba irse a reventar de alcohol — se sentó a lado de Yoongi y de entre los cojines sacó una caja de cigarrillos, tomó uno y lo prendió, le ofreció a su amigo uno, este lo negó, miró al pelinegro.
—No, gracias, odio fumar — respondió negando con la mano.
—Otra pregunta, ¿conocía a SeokJin? — En ese momento Taehyung recordó que se había muerto su jefe.
—Oye, lo siento por tu hermano — dejó escapar el humo de su boca, Jimin se preguntó como el rubio soportaba estar oliendo directamente el tabaco.
—No te preocupes, no es algo que me afecte
—Olvidaba lo fríos que eran, de todas formas, lo siento — Yoongi asintió.
Tenía muchas dudas que el detective Park tenía sobre su compañero, ¿qué cosas habían sucedido entre Jin y él para que fuera así de frívolo?
—Sí lo conocía, también se acostaba con él, obtenía mercancía gratis así — les informó por fin — No era raro verlos en ese mismo antro en las noches, era algo zorra esa chica — dio otra calada a su cigarro antes de continuar, formó una 'o' con sus labios para soltar el humo, el cuarto ya se encontraba hundido en tabaco y Jimin arrugaba la nariz — Pero, no la culpo de disfrutar su vida sexual, sólo creo que debió cuidarse más, tenía ese bonito aire de niña buena y siempre me pregunté qué rayos andaba haciendo en un lugar como ese...no debió meterse con nosotros, se lo advertí pero bueno...
—¿Te gustaba? — Le preguntó Yoongi, él volteó a ver al rubio, primero frunció el ceño.
Parecía que quería llorar, sin embargo, no lo hizo, soltó una gran carcajada.
—Casi me la creo — murmuró el mayor, realmente casi creía que Taehyung estaba enamorado de alguien.
Los ruidos de alguien se escucharon de repente, Jimin se alertó de inmediato, sólo que la persona que salió del pasillo no parecía ser gran amenaza. A menos que un chico en bóxer lo sea.
—Hacen mucho ruido — se quejó el chico rubio mientras se frotaba los ojos y caminaba descalzo hacia ellos.
—Oh, lo siento, Baekkie — le dijo Taehyung mientras apagaba su cigarrillo, el rubio de un tono más castaño al de que Yoongi se fue a sentar a las piernas de Tae y lo besó sin importarle que hubiera más personas.
El castaño lo recibió y le apretó una nalga. Yoongi quien estaba a su lado los miró de soslayo, Jimin en cambio abrió la boca sorprendido. La pareja casi se estaba comiendo en ese momento.
—Creo que terminamos con las preguntas — intervino Jimin — Ya vámonos, Yoongi — le dijo.
—¿Por qué? Se pone interesante — respondió pasando su mano por la pierna desnuda de Baekhyun, este sólo soltó una risa divertida.
Jimin fue a jalar de la mano a Yoongi para sacarlo de ahí, no quería ser testigo de un trío porque capaz se hacía cuarteto ante la tentación. En eso otra voz se escuchó venir del cuarto del que vino el rubio.
—Hey, me excluyen de todo — la voz gruesa se escuchó algo ofendida al ver como los dos chicos estaban de fiesta mientras dormían.
—Únete, Yeolie — pidió Baekhyun mientras Taehyung le besaba el cuello.
Antes de que se montaran el trío, Jimin sacó de ahí a Yoongi.
***
Min Yoongi se movía de la manera más confiada en ese antro, no parecía incómodo como su compañero, quien nunca había estado en un ambiente así. Fue hacia el bartender, sabía que, si alguien notó algo extraño, ese había sido él, normalmente eran las personas más observadoras de los antros.
—Hey, amigo, ¿conoces a esta chica? — Se encaró a preguntar de inmediato, el chico de cabello castaño rojizo miró la fotografía y negó — Vuelve a mirarla mejor y dime — insistió molesto.
—¿Por qué? ¿Quién me obliga? — El empleado comenzaba molestarse, Jimin se metió sacando su placa.
—Soy el Detective Park y él el Detective Min, así que responde — chasqueó la lengua el chico detrás de la barra, el pelinegro se guardó su placa en el bolsillo de su saco.
—¿Cómo te llamas? — Le preguntó Yoongi.
—Me dicen Xiumin — respondió tomando la fotografía entre sus dedos y viendo a la chica — Sí, la he visto, estuvo antier en la noche, estuvo hasta muy tarde
—¿No viste si alguien la siguió? — Preguntó Jimin, el chico que limpiaba con un trapo un vaso, negó.
—No, hay mucha gente, aunque ella siempre andaba por aquí, me parece que estaba deprimida por la muerte de su novio el vendedor de droga, me pregunto si le dolía más su muerte o que ya no tendría su suministro a cambio de darle el culo — respondió con una risa histérica. Eso colmó de enojo al pelinegro, tomó del cuello al chico y lo acercó a él.
—Esa niña y su novio están muertos, así que ten algo de respeto, imbécil — espetó antes de soltarlo.
Se fue de ahí, no soportaba los lugares así. Salió por la puerta trasera del lugar hasta llegar al callejón, dio un gran respiro al sentir el aire fresco de la noche, el maldito estrés le estaba pasando la factura o quizá se estaba metiendo demasiado en todo.
—No te alteres — le dijo Yoongi pasando su mano por la espalda de Jimin, bastante más ancha que la propia.
—Que me lo digas no me ayuda mucho — apretó sus puños, seguía alterado.
Entonces Yoongi lo tomó del saco y lo acorraló contra la pared, lo mantuvo así durante unos segundos en los que intentaban verse entra las sombras de ese callejón solitario. Sabían que, si daban el siguiente paso, no habría regreso, no podrían arrepentirse luego y eso afectaría su trabajo...
—¡Qué mierda! — Exclamó Jimin ya sin importarle que eran compañeros.
Tomó del cuello al rubio y lo jaló hacia él con fuerza, un beso rudo, áspero y con todo el deseo contenido como si estuvieran en el centro de un huracán. Jimin gimió al sentir como la lengua de Yoongi se adentraba en su cavidad bucal, besaba muy bien para el bienestar del pelinegro y se sentía en peligro. Aquella lengua que lo saboreaba, se tomaba el tiempo de jugar con la de él y sus labios delgados y finos se movían degustando de los más gruesos de Jimin. Las delgadas manos del rubio fueron a meterse debajo de la camisa que andaba el más alto, lo desfajó para ello mientras que el otro tomaba su cintura y lo pegaba más a su cuerpo.
Lo comenzó a restregar contra su creciente erección, Min Yoongi le ponía, lo estaba excitando tanto que, si se lo pedía, se lo cogía ahí en ese callejón oscuro, a lado del contenedor de basura. Bajó su mano hacia su trasero, quería desenfrenarse, desde hace rato venía deseando aquello y ver como tres chicos querían hacer un trío no le calmó para nada, comenzó a antojarse la idea de tener el pálido trasero del rubio para él solo, puesto en cuatro.
—Ya — se separó de golpe, Jimin estaba jadeando, no le podía dejar así con aquella erección — No es bueno estar aquí — sentenció al ver la cara de decepción del chico, sus ojos brillaban ahí en la noche, reflejando el deseo incontrolable que tenía.
—Tus ojos, Min Yoongi, me gustan tus ojos — le empezó a susurran mientras le acariciaba la mejilla que estaba algo fría, él era frío — Son pequeños, poco expresivos, pero desde aquí lo veo todo
—Dudo que veas todo de mí — le dijo haciendo una sonrisa ladina.
—Lo hago...
Sin embargo, Jimin sólo podía ver una parte de Yoongi, la parte que él le dejaba ver.
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