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Capítulo 79

P.O.V____

–No estoy molesto, ____– decía mi padre mientras caminábamos a la casa –bueno un poco por el hecho de que estarás en una escuela diferente solo 3 meses, pero– suspiró –¿por qué no me dijiste?–.

–Lo siento– respondí –sinceramente no estaba pensando en las consecuencias, en verdad perdóname papá–.

–Discúlpame a mí– siguió él– te he descuidado demasiado desde que empecé a salir con... tú ya sabes quien, no debí dejarte sola tanto tiempo–.

Negué lentamente con la cabeza –papá, no fue tu culpa en serio, no siempre seré yo, soy tu hija si, pero también debes tener una vida que debes disfrutar y que no lo hacías desde que mi mamá se fue, te agradezco por estar conmigo–.

Mi papá se acercó a mi y me dio un abrazo por los hombros, tratando de hacerme entender que él estaba conmigo, pasara lo que pasara, como siempre lo ha estado, cosa que mi madre nunca logró.

Seguimos caminando en esa posición todo lo que restaba del camino.

–¿Zach era un mal novio?– preguntó de la nada.

–Si– respondí –me tardé en darme cuenta, pero si lo era–.

–¿Y qué hay de ese chico Joshua?–.

Pasé saliva, y un dolor fuerte apareció en mi pecho, al igual que una línea recta en mis labios. Hice una mueca con la boca y bajé la mirada.

–Era especial ¿no es así?–

–No es fácil describirlo papá– comencé a hablar –y me dirás qué soy una exagerada por pensar así o una dramática, pero es que Joshua era una persona única en el mundo, podría jurar que ya no hay personas como él, su creatividad, su sonrisa, su forma de ver la vida, me hicieron darme cuenta de muchas cosas, y cuando estaba con él era como si me dividiera a la mitad, una mitad de mí estaba loca, me volvía loca todo lo que pasaba a nuestro alrededor, la adrenalina de ser descubiertos o guardar todo el tiempo nuestro secreto, era tan emocionante, pero la otra parte de mí estaba calmada, contenta, cómoda, me sentía bien, fue ese el momento en el que sabía que ese chico era para mí, aunque me costó mucho tiempo admitirlo–.

Habíamos llegado a la casa, y mi papá se quedó callado, suponía que no sabía que responder ante mis palabras, pero me había expresado demasiado.

–Te pareces a mi cuando conocí a tu madre– soltó por fin –se que dije que tenías la sonrisa de ella cuando salías con Zach, pero te conozco, sabía que no estabas del todo feliz, y cuando regresabas de la escuela por la tarde por "ir a tus cursos", no se te quitaba esa sonrisa todo el tiempo, ahora me doy cuenta que Joshua es la persona que en verdad quieres–.

–Supongo que si– contesté triste –¿por qué tuvo que pasar?–.

–Ay ____, a veces las personas nos enamoramos de las personas que menos esperamos, y mas si son con las que no podemos estar, esas son las mejores claro está, pero nosotros no decidimos cuando o cómo, sólo pasa–.

Me limité a hacer una mueca con la boca. Mi papá tenía razón en todos los sentidos, yo no decidí enamorarme de Joshua, bueno tal vez lo hice, pero a cambio de como fue con Zach, Joshua simplemente pasó, sin conocerlo, sin saber nada de él, mi corazón decidió hacerse cargo de esa decisión, y creo que ha sido lo mejor que pudo haber pasado.

Papá sacó las llaves de la casa y con estas abrió la puerta, dejando ver a mi abuela con los brazos cruzados a la mitad del vestíbulo... más problemas innecesarios.

–¿Se puede saber qué pasó?– preguntó ella.

–¿Salí temprano?–.

–Ah no señorita, no me tragaré ese cuento de "salí temprano"– exclamó enojada –ya sé todo lo que pasó, y necesito una explicación–.

–¿Cómo lo sabes?– pregunté confundida.

–Tengo mis medios– respondió –¿un actor, ____? ¿en serio un actor? ¿por él desechaste tu vida entera?–.

¿Mi vida entera? Qué exagerada, bueno si, estará en mi historial académico.

–Mamá, ahora no– intervino mi papá –yo sé que te preocupa ____, pero no es el momento–.

–¿Entonces cuándo? No voy a dejar que sigas malcriando a esa niña...–.

–Mamá ¡No la estoy malcriando!–.

Otra pelea en el día. Rodeé los ojos y caminé hasta el pie de la escalera, estando ahí, volteé a ver a mi papá y a mi abuela, ambos discutían sin para, como era de costumbre una pelea madre e hijo, casi siempre lo hacían cuando ella estaba aquí, reclamando la manera en la que mi papá y yo hemos vivido desde que mi mamá se fue, y siempre era sobre mí.

Solté un suspiro, subí las escaleras para después caminar hasta mi cuarto, ya estando ahí, cerré la puerta poniéndole seguro a esta, para después lanzar mi mochila a donde fuera y tirarme boca arriba sobre mi cama.

Estaba cansada, me había dado un ataque de pánico fuerte hace algunas horas, luego mi secreto fue revelado, confronté a mis autoridades y a las de Joshua, y para acabarla... bueno, ya nada puede ser peor, todo se ha ido directo a la mierda.

Iba y venían, pensamientos, soluciones a mis problemas, rodando a todo lo que estaba pasando en estos momentos, pero todo eso fue interrumpido cuando tocaron la puerta de mi habitación, ya no se escuchaba gritos abajo, la "pelea" había terminado.

Volvieron a tocar la puerta una vez más, haciendo que me incorporara de mi cama un poco molesta.

–¿Quién?– pregunté con fastidio

–Soy yo, ____–.

Me levanté de mi cama para caminar hasta mi puerta y quitar el seguro, abriéndola dejando ver a mi padre con una media sonrisa en sus labios.

–¿Cómo estás?–preguntó –¿puedo pasar?–.

Di un paso a un lado para que pudiera pasar, haciéndole una seña con la mano.

–Tenemos que hablar de muchas cosas, ____– soltó – más que nada sobre los acuerdos a los que llegamos con esa chica Chelsea, el director y el productor–.

Bufé –acuerdos que creo que son absurdos– dije entre dientes.

–¿Qué dijste?–.

–Nada–.

Sonreí falsamente y me senté en la silla que estaba en mi escritorio, mi padre estaba sentado en una orilla de mi cama... dio está sentado... en la cama donde perdí mi virginidad este viernes... cosas buenas, cosas buenas. La verdad no pude evitar reír por lo bajo.

–¿Segura que estás bien?–.

–No lo sé– respondí dejando de reír –bien, acuerdos–.

–Primero que nada, no quiero que te enfades, yo accedí a esto porque quería que pudiera seguir con tu educación sin ningún problema– asentí –bueno ____, no te enfades ¿okay? No podrás salir de la casa a menos que vayas a la escuela–.

Abrí mis ojos de par en par –¿qué?–.

–Es para evitar que te veas con Joshua en algún lugar– hizo una mueca –lo propuso Chelsea, y él tampoco podrá salir de su AirBnb, los dos solo irán de la escuela a casa, y si alguno de los dos sale será con la supervisión de un adulto–.

Puse las manos sobre mis ojos, y comencé a respirar aceleradamente, pero estaba tranquila, sin pánico, solo comenzaba a enojarme... bastante.

–Prosigue– dije seria.

–Luke y Katelyn– mierda –podrán venir a la casa siempre y cuando yo esté aquí, afuera no podrán verse, a ellos también los van a tener vigilados para que no hablen con Joshua o con alguien relacionado a él, para hacerte llegar alguna información–.

–Están locos– negué rápidamente –todos ustedes quienes llegaron a ese estúpido acuerdo, están locos–.

–____, debes entender que es por la seguridad y "reputación" de ambos– fruncí el ceño –no me mires así, Chelsea fue la que se pasó repitiendo eso–.

No contesté. Mordí mi mejilla internamente y me crucé de brazos. Estaba demasiado molesta, que podría correr a mi padre de mi habitación en este mismo instante, pero también estaba harta del drama, que me hizo recapacitar muchas cosas, yo no soy así, yo no rompo las reglas, yo no me vivo la vida de fiesta, no soy así, y sabía que si ya había roto unas reglas, no podía volver a hacerlo, ya no, aunque me doliera hasta el alma, aunque mi corazón se hiciera añicos hasta la última palabra, ya no podía. Es sentido común.

–¿Algo más?– pregunté con un nudo en la garganta.

Mi papá me miró con la mirada triste, sabía que me dolía.

–Debes borrar el número de Joshua de tu teléfono, bloquearlo en toda red social–.

–Nunca me lo dio– respondí –y él tampoco tiene el mío, tampoco me siguió o lo seguí en algo–.

Fui hasta mi mochila, saqué mi teléfono y se lo extendí ya desbloqueado.

–Revísalo si no me crees–.

Tomó el teléfono y comenzó a revisarlo, no puedo creer que esté desconfiando de mí, diciéndome que me apoya y me quiere, pero no lo culpo, he hecho demasiadas cosas que... es lógico.

–Estoy encerrada– solté –estoy encerrada, estoy aliada, no puedo hacer nada, literal cada cosa que haga lo tomarán como algo de Joshua–.

–Perdóname ____– dijo mi papá levantándose de la cama, entregándome mi teléfono e hincándose a mi altura –se que te duele, lo sé, pero creo que es momento de que pienses que fue por ti, por tu bien, por tu futuro, y que después de todo esto, tu vida volverá a ser como lo fue–.

Suspiré –gracias papá–.

–No hay de que– decía mientras se levantaba y salía de mi cuarto –por cierto, tu abuela se quedará unos días, no hagas caso a lo que te diga, ya sabes como es, y creo que vendrá más seguidos durante los tres meses–.

–Serán unos meses largos– respondí –yay–.

–Pasarán como un rayo tranquila, te quiero–.

Y sin más que decir, salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de él.

Volví a acostarme sobre mi cama boca arriba, ahora si, si todo ya estaba hecho mierda, ahora más que nunca, malditas reglas. Malditas reglas que nos dieron desde esa asamblea, malditas reglas de ahora, toda mi vida estaba basada en reglas ahora.

Estaba sumergida en mis pensamientos, cuando de la nada mi teléfono comenzó a sonar, solté un gruñido y me levanté por este que lo había dejado en mi escritorio. Con fastidio contesté la llamada.

–¿Qué?– hablé.

–¿Dónde estás?–.

–Cautivada en mi casa, mi nueva vida por los próximos 3 meses–.

–¿Qué?– preguntaron Luke y Katelyn al mismo tiempo.

–Sí– respondí –debemos vernos para que les cuente todo–.

–Nos vemos en mi casa– dijo Katelyn.

–No puedo salir–.

–Nos vemos en tu casa– completó Luke.

–Sip, adiós–.

–Adiós– dijeron al unísono.

Colgué la llamada dejando mi teléfono en el lugar que estaba, para yo regresar al lugar donde me encontraba.

Me dejé caer sobre esta y me dispuse a mirar el techo. Todos los recuerdos con Joshua aparecieron en mi cabeza, desde el primer momento en el que lo vi, la vez que se metió a los casilleros de los vestidores huyendo de su maquillasta, la vez que me escapé con el al lago salado, cuando escuchamos The Promise en la azotea, nuestro primer beso, mi primera vez con él, y nuestro último beso, recuerdos que me hicieron demasiado felices en su momento, recuerdos que jamás olvidaré... recuerdos que, creo que en algún momento tendré que dejar ir.

Sentido común, ____, es solo sentido común.

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