P.O.V____

Tragué en seco, mis manos comenzaban a sudar y mi ritmo cardiaco se aceleraba, solo pedía que por favor no me diera un ataque en estos momentos. Debía de ser más inteligente que él, como dijo Luke, su cuerno no me afectó.

–No– contesté seca.

–Vamos, ____ déjame explicarte al menos–.

Seguía con la mirada puesta sobre mi casillero, no quería verlo la verdad, y aunque haya sido cuerno mutuo, dolía, mucho, pero no podía demostrar mi dolor frente a él.

–En verdad quisiera arreglarlo– siguió hablando –me importas en serio–.

Abrí mis ojos de par en par.

–Si te importara no hubieras hecho lo que hiciste– respondí –así que, así déjalo–.

–No no quiero, quiero estar bien, por favor déjame explicarte en verdad...–.

–¿Explicarme como decidiste que era buena idea ponerme el cuerno?– pregunté sarcásticamente, haciendo que se quedara callado –exacto–.

Conocía a Zach, y podía decir que por el tono de su voz no sentía nada arrepentimiento, tal vez un poco, pero sabía que solo eran palabras, así como todo lo que me había dicho cuando éramos algo.

–Adiós Zach–.

Azoté la puerta de mi casillero, dándole la espalda todo el tiempo, no podía ni quería verlo a los ojos.

Decidí tomar mi mochila del suelo y e irme caminando a mi primera clase, pero el idiota me detuvo tomándome del brazo, obligándome a voltearme hacia él.

–Suéltame– le ordené molesta, pero me ignoró –tengo clase, suéltame–.

El negó con la cabeza –no hasta que me escuches– su tono ya era elevado.

Levanté la mirada y lo miré por primera vez a los ojos. Ya no veía nada de lo que Zach Greenberg fue alguna vez para mí, ese chico que me hacía morirme por su sonrisa cada vez que lo veía o ese chico dulce del 6to grado que lo único que hacía era reír y divertirse, ya nada de eso estaba aquí.

–Mira– comencé a hablar con la mirada sobre sus ojos –no quiero hacer un drama aquí, no quiero que volvamos a aparecer en la página de Max, ya entendí, estuviste con alguien mientras estabas conmigo, bien, ya te perdono, vete con la pelirroja si eso quieres, solo aléjate de mí y no me vuelvas a hablar ¿de acuerdo?–.

Zach me miró sorprendido, soltándome lentamente de su agarre. No me dijo nada después de eso, y vaya que lo entendía, hasta yo quedé sorprendida por lo que había dicho, sinceramente no me creía capaz de esto, pero no debo verme débil y menos frente a él.

–¿Crees que no me enteré?– preguntó molesto.

–Enterarte, ¿de qué?–.

–Tú secreto– respondió con malicia –el pequeño secreto sobre todas las veces en las que te "quedabas" a cursos de SATs–.

Mierda, tragué en seco y desvié mi mirada.

–No sé de que hablas– dije firme.

–Bien sabes de lo que hablo– siguió hablando, con ese mismo tono –Bassett–.

Sentí como un nudo en mi garganta comenzaba a formarse, al igual que en mi estómago, como era de esperarse, el aire comenzó a hacerme falta, las náuseas, y las manos sudadas ya estaban presentes.

La campana de inicio de clases fue sorda para mis oídos, que no sé como comencé a caminar a mi salón, dejando a Zach en medio del pasillo. Ya valió.

...

–El Principio de Pascal o Ley de Pascal, establece que la presión ejercida en un fluído incompresible...–.

Era como si mi cuerpo estuviera presente, pero no mi mente, no podía concentrarme a nada de lo que estaba pasando en la clase, Pascal ¿quién es ese tal Pascal? ¿Por qué habla de fluidos? ¿Por qué dice algo sobre la presión? Presión ¡JA! Eso es lo que siento si, presión, algo bueno sacado de esta clase.

–Breslow–.

Pascal no sabía de lo que hablaba.

–Breslow–.

Estoy segura que se lo sacó de la manga.

–Breslow–.

Digo, no es como si alguien estuviera ahí para reiterar lo que dijo o algo por el estilo pero...

–¡Breslow!–.

Alcé mi cabeza mirando hacia el pizarrón, con las miradas sobre mí, esto se hacía cada vez más normal que podría acostumbrarme.

–No está prestando atención– dijo Johnson, tenía su mirada asesina –¿qué es lo que pasa por su mente–.

–Ah... yo...–.

–¡Le pusieron el cuerno!– gritó alguien asientos detrás de mí, causando que todos comenzaran a reírse.

–¡Silencio!– gritó Johnson –¿es cierto, Breslow?– asentí cabizbaja –bien, continuemos con la clase–.

¿Qué? ¿Eso fue todo? Wow, la verdad es que esperaba un sermón entero, o que me sacara de la clase por no prestar atención, pero no, Johnson realmente fue piadosa conmigo, no puedo creerlo.

Después de ese incidente decidí que al menos debía ponerle un poco de atención, fue buena conmigo y me entendió, era momento de yo poner de mi parte.

Estaba prestando atención a la clase, escuchando cada palabra que Johnson decía sobre Pascal, cuando de la nada, todos los teléfonos comenzaron a sonar, era la alerta de que Max Gates o sus secuaces habían subido algo, pero para ser sincera, cualquier chisme que fuera no me importaba, estaba harta, y ahora tenía cosas más importantes en las que pensar, y eso era de que mi estúpido ex novio sabía sobre Joshua... o al menos eso quería.

Varios murmullos comenzaron a invadir la habitación, exclamaciones, gritos ahogados, "oh por dios", y lo que menos esperaba, mi nombre. Y otra vez las miradas sobre mí, pero esta vez, me miraban de una forma diferente.

–¿Qué es todo ese escándalo?– preguntó Johnson molesta, miró a uno de los alumnos que estaban hasta el frente y le quitó el teléfono, sus ojos exclamaron sorpresa –____ Breslow–.

Encogí mis hombros confundida y agité la cabeza de izquierda a derecha, no sabía lo que estaba ocurriendo, y comenzaba a asustarme.

–____ Breslow– volvió a hablar mi maestra –por favor, retírese de esta clase–.

–¿Por qué?– pregunté extrañada –Maestra yo no...–.

–Ahora– ordenó.

Rápidamente guardé mis cosas en mi mochila y salí del salón de clases confundida. Okay, algo anda mal.

Saqué mi teléfono de la mochila, y comencé a caminar por los pasillos de la escuela, aún faltaban dos minutos para que terminara este periodo y comenzara el siguiente. Tenía que tener cuidado que ningún "Hall Supervisor" me viera.

Inicié la página de Max mientras caminaba, parándome en seco en medio de uno de los pasillos con más salones. Busqué y busqué entre las noticias del día, hasta que la encontré y leí el título de esta... el mundo comenzó a dar vueltas, no podía respirar, vomitaría en cualquier segundo, mis manos me sudaban y escuchaba fuerte y claro mi ritmo cardiaco, iba tan acelerado, la hipertensión comenzó a apoderarse de mi cuerpo, los mareos... la campana de las clases sonó dejándome sorda, todo daba vueltas, no puedo respirar, no, no puedo, cerré mis ojos, abrí mis ojos ¡YA! Exhalé una gran cantidad de aire, casi ahogándome hasta que...

Todo se volvió negro, sentí como mi cabeza rebotó en el suelo, el teléfono saliendo de mis manos y como perdí la noción de todo.

Max Gossip, BREAKING NEWS

"____ Breslow, Joshua Bassett, un amor prohibido no tan prohibido"