P.O.V____

Subía las escaleras a toda velocidad... maldito East High, te odio ¿por qué se te ocurrió hacer al escuela de 3 pisos?

Pero no es momento de tirar hate a mi escuela... digo la verdad a quien s ella habría ocurrido construir una escuela tan alta, es obvio que no fue nada inteligente... ¡____! ¡concéntrate! 

Cuando creí que no habría fin, por fin llegué hasta arriba, antes de abrir la puerta, me agaché y tomé mis rodillas, mi respiración estaba agitada por todo lo que había corrido, creo que me hace falta ejercicio. 

Me reincorporé, y abrí la puerta lentamente, el sol estaba a todo lo que daba, era la tarde, era obvio. 

Busqué a Joshua con la mirada y no lo encontré... o al menos eso creí hasta que...

–¡BOO!– salió detrás de mí. 

Grité por el susto y por reflejo le di un golpe en el estómago. Él nada más comenzó a reírse como loco. 

–¡Bassett! Casi me das un paro–. 

No me contestó, solo se seguía riendo. 

–No da risa– le dije con un tono divertido. 

–Si, si da y mucha–. 

Me crucé de brazos y alcé mis cejas, esperando a que este chico dejara de reír. 

–¿Ya terminaste?– pregunté. 

Joshua se levantó, se talló los ojos y dio un suspiro. 

–Ya– contestó –lo siento–. 

–No hay porqué– caminé hasta la orilla y me recargué en la pared –¿por qué querías hablar conmigo?–. 

Él chico juntó sus manos y caminó hasta quedar frente a mí, puso una mano en su boca y con la otra se rascó la nuca. 

–No hemos hablado en dos semanas– soltó, pero comenzó a hablar muy rápido –y si es por lo que viste, no era nada, en serio, ella era Olivia Rodrigo, me tengo que besar con ella en la serie, nos pidieron practicar para que no se hiciera tan raro al momento de grabar, en verdad perdóname, ____, no sabía que te podía afectar, no lo pensé, por favor perdóname...–. 

–Wow, wow, wow– lo interrumpí –nada que ver Joshua, es tu trabajo, debes hacerlo, además no tengo razón por la cual ponerme así– sentí un nudo en el estómago ¿auch?, pasé saliva –somos amigos ¿no?–. 

–Sí– contestó –sólo amigos–. 

Volví a sentir esa sensación extraña, y me daba cada vez que alguno de los dos decía "amigos". 

–Entonces ¿qué te pasa?– volvió a preguntar –¿por qué de la nada me ignoras?–. 

Me quedé callada y suspiré. Lo miré directamente a los ojos, creo que era el momento de decirle, pues él no tenía ni idea de la existencia de Zach... si era hora. 

–Joshua yo...– hice una pausa, comencé a jugar con mis manos –hay alguien, se llama...– otra pausa –Zach, se llama Zach, y él es mi novio–.