P.O.V____

Quisiera poder olvidar cómo crucé la multitud. Eran fans de la serie que estaban grabando en mi escuela. ¿Qué culpa tenemos los alumnos de ser una escuela famosa? Argh, no importa.

Estaba sentada afuera de la oficina del consejero viendo mi teléfono. Llevaba esperando más o menos unos 20 minutos

–¿____ Breslow?– me llamó un señora de la puerta.

–Soy yo– dije mientras me levantaba.

La señora me sonrió y me hizo un gesto para que pasara.

Entré a la oficina del consejero, donde me recibió un joven de más o menos la edad de mi papá, con un gran traje muy elegante.

–Debes ser ____ Breslow– me estrechó la mano.

–Si soy yo– respondí.

–Bien– dijo mientras se sentaba en su silla –toma asiento y saca tus papeles, ya sabes el ensayo y eso–.

Me senté en el asiento que estaba ahí vacío y saqué mi ensayo, se lo di y en seguida comenzó a leerlo.

–Es un buen perfil me agrada ¿a qué universidades piensas ir?–.

–Mi mayor opción es UCLA y Stanford–.

–Excelente, bien me gusta, tu perfil es bueno, tu puntaje en la práctica de los SATs es casi perfecto, solo necesitas algo que te defina–.

¿Esperen qué?

–¿A qué se refiere con algo que me defina? Creo que ahí viene todo lo necesario para entrar–.

El consejero sonrió y sacó una pluma junto con un papel.

–Verás, a esas universidades de prestigio, les interesa saber algo impactante que hicieron sus alumnos, no sé escribir un libro, participar en un proyecto importante, cosas así, necesitas buscar algo que impacte ____–.

Me quedé callada, estaba perdida.

–Bien si es todo por hoy, tu siguiente cita será dentro de unos dos meses, ya cuando termine todo este lío de la serie–.

Me levanté de la silla sin decir ni siquiera adiós, no era porque no lo quisiera, cuando entro en pánico suelo quedarme callada y congelada y... argh.

Salí de la oficina y comencé a caminar sin rumbo, literal sin rumbo. A la velocidad de la luz.

–¡Auch!– ¿por qué siempre chocó con las cosas? Maldito cliché.

–Wow, ¿estás bien?– era él –¿por qué siempre tenemos que encontrarnos así?–.

Sonreí falsamente.

–Me tengo que ir Joshua– le respondí.

–No me contestaste–.

–Si no, perdón, estoy un poco alterada, necesito irme a casa–.

Giré en mi propio eje para seguir caminando, pero Joshua fue más rápido y se puso frente a mí.

–Buena suerte salir con esas fans– dijo mientras me tomaba de los hombros –tú decides tu destino–.

Sacudí mi cabeza –saldré por atrás–.

–Si, no hemos podido salir de aquí en 2 horas, no hay salida por ningún lado–.

–Entonces hay más gente aquí de tu equipo, no nos pueden ver hablando juntos– alcé mis cejas –me voy–.

Joshua se volvió a parar frente a mí. Sus ojos eran perfectos, su cabello, todo de él era muy... ____ ¡NO!

–Podemos ir a donde no haya nadie– dijo con una sonrisa –en el buen sentido–.

Lo miré directamente a los ojos. Sentí mi respiración agitarse, la sangre hervirse y un escalofrío recorrer mi columna. Desvíe mi mirada.

–No lo sé, es arriesgado–.

–Mira, si nos metemos en problemas, la culpa será toda mía– dijo mientras alzaba los brazos.

Volví a mirarlo a los ojos, ese sentimiento volvió a mí, y era un sentimiento muy extraño, no sé, algo que nunca había sentido jamás, ni con Zach.

Suspiré –bien– terminé aceptando.

Una sonrisa se posó en sus labios, una muy hermosa sonrisa.

Joshua me tomó de la mano, mi respiración se aceleró, tragué en seco, miré nuestras manos juntas y no pude evitar sonreír.

Miré al chico y él simplemente sonrió, para después comenzar a correr por los pasillos de la escuela, sin yo saber, a donde iríamos.