Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2nd PLATE: LUCKY STRIKE

—No deberías de darle tanta importancia. A fin de cuentas se sobran restaurantes en la Costa Este donde podías haber aplicado. Yo pienso más en Nueva York o Nueva Jersey. Pero eres tan testarudo cuando quieres Yoonie...

Kim Taehyung negaba con la cabeza mientras contemplaba cómo su primo Yoongi cambiaba el pañal de la pequeña Ji Soo. De su lado Ji Sung, le tiraba del cabello mientras las burbujas del cuarto de baño colocaban un halo tierno y apacible a partes iguales.

—Jimin va a contactarme... remarca mis palabras. Ese omega berrinchudo no es rival para mí...

El único rubio de los dos le hizo cosquillas a sus pequeñas gemelas mientras Yoongi terminaba de vestir a Ji Soo y partía hacia la habitación del omega. Taehyung había dado a luz tres meses atrás después de una riesgosa cesárea.

Entre la vida y la muerte, abandonado por un alfa que no tuvo ni siquiera la decencia de marcarlo, la vida le hubiera sabido peor si no fuera por Yoongi. Su primo por parte de madre, aquel muchacho desaliñado y arisco que había llegado a Francia a vivir con ellos cuando recién terminaba la preparatoria.

Taehyung solo conocía a Jimin por fotos, pero en serio envidiaba a ese omega de ademanes aristocráticos y ego del tamaño de un rascacielos. Min sería un buen padre, quizás mejor de lo que ya era bajo el título del tío perfecto.

—¿Verdad que tu tío es un baboso enamorado?¿Verdad que sí mi rollito de primavera?

El gorjeo infantil de la gemela de Ji Soo llenó la habitación antes que la cabeza de Yoongi fuera visible a través del umbral.

—Tata, yo puedo terminar con el baño de Ji Sung. De todas formas, el que sigue desempleado y puede funcionar como niñero soy yo.

—Yoongi, cuántas veces tendré que decirte que estoy bien. Desde que decidí acompañarte a esta especie de plan contra los Park lo he estado. Solo déjame respirar un rato. Mis niñas no son una carga.

El de cabellos púrpuras resopló pero terminó salvando la distancia que los separaba para revolver los rizos de su pequeño Taehyungnie.

—Lo sé, y estoy orgulloso de ti como el hermano que debía tener, pero tienes que descansar. Las chicas te necesitan más en las noches y pasarte el día de pie enseñando casas mata. Déjame cuidar un poco de ustedes mientras rumio mi frustración.

—¿En serio fue así de malo?

Yoongi resopló recordando su encuentro con Jimin horas atrás. Una arruga se hizo perceptible en su recto perfil. Una arruga que Taehyung se encargó de humedecer con las manitas traviesas de Ji Sung.

—No permitas que estas nenas crezcan y arrastren la cobija por algún alfa u omega indolente. Jimin sigue siendo un jodido dolor de cabeza, uno que está como un tren. Te juro que tuve que contar hasta mil y volver a empezar cuando ese cretino estuvo en mis brazos... por unos segundos tuve veinte años otra vez...

—Hablas como si tuvieras cuarenta, Yoon... Tu reacción solo prueba que las cenizas de ese amor están listas para volver a prenderse ¿Es tan necesario dejarlo en la quiebra para ti? ¿No te basta solo con su corazón?

Su corazón... ¿realmente Jimin tenía uno?

Yoongi atrapó a la energética Ji Sung en otra de las toallas donde Taehyung intentaba secarla. La nena se encargó de apretarle las mejillas mientras él le colocaba el pañal con precisión. El olor a leche de la cachorrita se adhería a su ropa como una segunda piel. Taehyung ladeó la cabeza esperando una respuesta que jamás llegó.

—Pase lo que pase... solo vine por ese hecho, el corazón pisoteado de Park Jimin y el orgullo de su familia se unirán a la segunda estrella Michelin de mi carrera.

No estaba de bromas y para cierto rubio de ojos azules casi violeta hubiera sido más fácil saber que Yoongi ya había sido galardonado con esa venia en lugar de devanarse los sesos mientras arrojaba una ración entera de Tangsuyuk, solo por no recordar que el empeño del alfa estaba allí.

"Fue el mejor, le gustó a todo el equipo y tú lo corriste gritando improperios. En serio Jiminah... recemos para que la prensa no te crucifique."

Odiaba cuando Jungkook se convertía en la voz de su conciencia. Odiaba cuando el mundo se le volteaba al revés y la razón primaria seguía llamándose Min Yoon Gi.

"Tú vas a contratarme... jodidamente que sí..."

El escalofrío que siguió a esa frase pronunciada en un tono gutural solo pareció multiplicar la ira dentro del omega. Park Jimin no pedía perdón, Park Jimin no se replegaba ni por el negocio más imperdonable.

Sin embargo, sus traicioneras rodillas parecían temblar cual ridículas barras de mazapán ante la fuerza y el calor que emanaba Yoongi. La mezcla de colonia masculina con el aroma del alfa había conseguido suspenderlo en alguna especie de hechizo mientras su mente iba a mil por hora entre recuerdos y excusas.

—Tú no decides eso. Vuelve a la alcantarilla de donde saliste. Vuelve con tu madre del infierno y el traidor de mi padre. Por qué demonios has regresado... ¿Eh? ¿Qué no hay otros restaurantes a los que aplicar señor chef ejecutivo formado en la Sorbona?

Había siseado con todo el veneno que podía rezumar en sus palabras. Yoongi le observaba tranquilo, con aquellas manos grandes sosteniéndole por la cintura, como si así se asegurara de no dejarlo ir entre la puerta del sanitario y su propio cuerpo.

Ese iris azul, comparable al de una tarde nublada junto al mar emitía chispas de irritación y rencor. Jimin se había humedecido los labios solo para comprobar cómo un gruñido bajo brotaba en el pecho del alfa.

—Mi madre del infierno es una santa en comparación con la loca que te ha criado a ti... Qué digo loca... la estoy tratando con decencia, algo que no tuvo con nosotros. Tu madre es una arpía que te ha convertido en esto... Un omega frívolo que no puede ver lo que sucede frente a su nariz. Soy tu única garantía. Deja de ser tan orgulloso. Me necesitas para ganar esa condecoración para tu restaurante de quinta. Nuevamente me necesitas en tu vida Chim...

El mote que solía dedicarle cuando eran pareja logró colocar un furioso rubor en las mejillas del omega. Como una criatura berrinchuda intentó golpear a un divertido alfa que le miraba con suficiencia. Pero era lo mismo que arremeter contra una pared de músculos y soberbia como solo podía ser Min.

La puerta del sanitario se abrió bruscamente para sobresaltarlos. Jeon Jungkook profirió varias disculpas que Jimin acalló con algo similar a un graznido. La mirada acerada del alfa peli púrpura seguía sobre su figura antes de abandonar el lugar afirmando que se arrepentiría por su tozudez. Ahora las sombras del penhouse en el edificio más alto de Halliwell Fields parecían engullirlo.

Jimin... el darling de la aristocracia. Jimin el fácil, Jimin el rubio tonto... Solo es una cara bonita con poco seso. Solo ha heredado lo que construyó su padre y ahora se irá a la quiebra a menos que atraiga algún alfa viejo asquerosamente rico que se haga cargo de él y su madre esquizofrénica... ¿Crees que le guste mi atuendo? Se rumorea que prefiere jovencitos complacientes, ya sabes, para imponerse y manipular igual que Jia hiciera con Chanyeol. Gracias a la Diosa se libró de ella y su hijo defectuoso...

Aquellos comentarios no eran ni la mitad de dolorosos que el que le dedicara Yoongi horas atrás. Por qué le seguía doliendo.

—Maldito, maldito seas...

Casi al punto de arrancarse el ridículo collar de estambre que ocultaba bajo las capas de seda de su camisa Dior. Casi al punto de arrojarse a la piscina del penhouse con toda la rabia de una noche en soledad, Jimin admiró las luces de una ciudad desnuda. Tan desnuda como su lastimada alma, aquella que seguía renuente a dejar morir el recuerdo de su primer amor.

—Soy un idiota. Debería retirarme ahora, pero solo puedo pensar en lo caliente que te vez cuando te enojas. Solo puedo pensar en tus manos sobre el cuchillo... sobre mi piel... Maldito seas, ni siquiera te tengo cerca y puedo recrear el aroma de tus cabellos. Sigues siendo tan hermoso, Gigi... mi Gigi adorado que debo olvidar... Lástima que tuviéramos que crecer...

Una lágrima que fue arrancada de cuajo fue la única testigo de aquella confesión que ni siquiera Jungkook podría arrancarle a Park cuando los horarios y compromiso anegaban su agenda.

Una semana entera bastó para borrar el sabor amargo del reencuentro cuando la apertura del consulado surcoreano en Halliwell Fields era el evento más codiciado de la temporada, y como era de esperarse, EAST FLAVOR sería el restaurante encargado de la cena de bienvenida al excelentísimo señor Kim Hee Chul y su omega, la adorable Kim Haneul.

Jimin cruzaba los dedos para que Lee Felix, el cocinero a cargo de "ese barco" pudiera estar a la altura de la recepción. El atuendo consistente en un traje de tres piezas que era adornado por una gabardina en colores crema solo resaltaba los encantos de su cintura estrecha y curvilínea apariencia. Se veía elegante y sensual a la vez. Lo suficiente para recibir al cónsul con una sonrisa donde sus ojos desaparecían en dos finas medias lunas.

—Bienvenidos señores Kim. EAST FLAVOR se complace con su presencia. La de usted y la de esta bella dama.

Kim Haneul se ruborizó. Aun cuando compartían la misma casta, saber que Jimin era el omega dominante más aclamado en la sociedad de Pensilvania le llamaba demasiado la atención. Heechul correspondió a la mano que le ofrecía Jimin con un guiño coqueto que su esposa secundó.

—El honor es nuestro. Me han comentado maravillas de este lugar, pero creo que se quedan cortos. Usted ha creado un verdadero oasis para los descendientes de Asia en el corazón de la Unión.

El comentario atrajo una cantarina risa en la garganta del rubio de orbes color púrpura. Su rostro se iluminaba con ese sonrojo natural que hacía a muchos dudar si su belleza era real o un espejismo enviado desde el mismo cielo. El ángel de EAST FLAVOR convino en recibir el elogio, guiando a sus invitados de honor al área VIP.

Desde allí la ciudad dejaba ver las primeras luces de un atardecer como solo se podía vivir en la Costa Este. Una copa de vino tinto en el horizonte con el aroma de una ilusión llamada éxito empaquetado.

Jimin estaba lo suficientemente ocupado en manejar la conversación con Heechul y su esposa como para notar a la persona que acababa de arribar al lugar. Kim Namjoon y Min Yoongi habían reservado en el restaurante del "enemigo" bajo el nombre de la segunda mano del cónsul.

Jeon Jungkook fue el primero en darse cuenta que algo andaba mal pero su previsión fue demasiado lenta al ser el propio cónsul quien presentaba a los dos hombres de traje que ahora llenaban el umbral.

—Por fin, amigo mío. Disculpe señor Park pero había olvidado decirle que mi mano derecha se iba a retrasar. Además que hemos invitado a un viejo amigo de la familia ¿Cómo le va en Filadelfia mi querido chef Min?

El agarre sobre la copa de champán que Jimin sostenía se hizo doloroso. Se rehusaba a girarse en dirección a lo que ya reconocía como una pesadilla. El aroma de Yoongi le golpeaba como un mazo invisible en el estómago mientras contestaba educadamente y aceptaba un lugar en la mesa, junto a Jimin.

—Filadelfia fue mi hogar por mucho tiempo. Digamos que me estoy reencontrando... con muchas cosas de aquí...

—¿En serio Yoongi-shi? Había tenido la impresión de que habías sido criado en Francia. Allí nos impresionaste el doble...

Haneul extendió una delicada mano en dirección a Yoongi. Jimin tuvo que mirar cómo las pálidas falanges del chef correspondían con una ligera caricia antes de sonreírle a la mujer. Que la tierra se lo tragara. Su aroma se estaba disparando con tonos agridulces y los alfas en la mesa iban a notarlo.

—Con permiso, iré a comprobar cómo marchan las cosas en la cocina...

—¿Por qué haría eso señor Park? ¿No puede confiarle esa tarea al joven Jeon...?

Haneul le interrumpió con una ligera venia y Jimin ya estaba seguro que la odiaba. Para salir de la mesa obligatoriamente tenía que pasar casi encima de Yoongi.

—Mi querida embajadora... sepa que el ojo del amo engorda al caballo... Confío plenamente en mis subordinados pero nunca está de más comprobar.

—Confianza es lo que forja cualquier negocio. Dejemos al señor Park hacer su trabajo.

No esperaba la defensa de Yoongi y tampoco pretendía agradecerle. Murmurando otra disculpa, casi huyó del lugar. Su rodilla terminó rozando la del alfa accidentalmente. No era premeditado, solo el hecho de estar atrapado en un espacio demasiado pequeño cuando quería poner, por lo menos tres millas, entre él y el de ojos azules.

Yoongi arrugó la nariz antes de concentrarse en la conversación que se libraba en la mesa. Su plan iba viento en popa, pero no podía dejar de distraerse con Jimin luciendo como un postre de crema. Totalmente comestible y lleno de carácter.

Del otro lado del restaurante, el sonido de las cacerolas y órdenes pronunciadas a gritos envolvía el ambiente en una nebulosa de calor y contradicción. El olor fuerte de las especias casi consiguió marear a Jimin antes de apropiarse de la primera botella de Ginebra que encontrara en una de las licoreras. Jungkook apareció detrás con la tableta en la mano.

—Te juro que Min nunca estuvo incluido en la reservación. Esto no me gusta nada.

El rubio apuró su trago y se relamió los labios. El omega que exhibía otro juego de argollas en el labio inferior suspiró.

—Hyung... deberías detenerte ahora...

Jimin iba a espetarle que no se metiera en sus asuntos cuando el sonido de una cacerola explotando los hizo cubrirse. Una colosal mancha de aspecto nauseabundo pintó la habitación mientras Felix aparecía extintor en manos, compitiendo contra la activación de la alarma de incendios.

Lo que faltaba, un accidente en su cocina para cargarse la cena que debía ser perfecta. Un jodido accidente que atrajo el foco de atención de todos los asistentes al restaurante, incluidos los del área VIP.

—Cierra la maldita puerta...

—Pero señor Park...

Se quejaron sus empleados mientras trataban de localizar la causa de la explosión y si había alguien herido. Jimin caminaba de un lugar a otro como un león enjaulado.

—¡Lee... soluciona este desastre, no te pago por gusto!

—Señor Park las langostas se chamuscaron todas y el resto de los preparativos habrá que reiniciarlos. Hay comida por todas partes y yo...

—Mírame bien niño, no quiero un berrinche, quiero soluciones. Vamos a limpiar este desastre y crear algo, si es posible mejor. Confío en ti. Confié en ti cuando todos dijeron que eras demasiado joven. No me defraudes. Prepara algún aperitivo para la zona VIP. Voy a entretenerlos todo lo que pueda. Jungkook, te dejo al mando de esto y de los capitanes de la barra. Iré a cambiarme y a sondear a la clientela antes de volver con el cónsul. Gracias a la Diosa siempre separamos los menús ¿Podré contar con ustedes?

Un rotundo asentimiento siguió aquel desastre. Quince minutos después, Jimin aparecía en la mesa del área VIP con una sonrisa de comercial en el rostro y un traje de vestir en negro. El encaje adornaba los puños de la camisa por debajo del chaleco mientras una pequeña extensión de su acanelada piel se insinuaba cortesía de los tres primeros botones abiertos.

Le recibieron con más elogios por el cambio de vestimenta a lo que él alegó un pequeño descuido en la cocina. Yoongi apuró el final de su copa de vino y cinco minutos después un rubio muchacho apodado como Niki trajo el aperitivo consistente en una quiche de camarones al estilo francés.

—¿Qué ha pasado en la cocina? Escuché un ruido extraño aun por encima de la música en vivo que tiene el restaurante y hueles a salsa para marinar crustáceos, por mucho perfume que te echaras para cubrirlo, puedo percibir un desastre a kilómetros ¿Qué anda mal Chim?

En algún momento y por culpa del asiento que le habían guardado al lado de Yoongi, tuvo esa voz arrastrada casi contra su oído. Debajo de la mesa la mano de Yoongi trazaba un círculo en su rodilla izquierda. Jimin entrecerró los ojos y sin rebajar la sonrisa que compartía en la trivial plática le contestó.

—Métete en tus asuntos Min ¿Qué demonios viniste hacer aquí después de todo?

El alfa le apretó la rodilla, avanzando un poco más por encima de la tela del pantalón del magnate. Si seguía así, Jimin le patearía las bolas sin ningún arrepentimiento. Yoongi se humedeció los labios mientras asentía a la sugerencia de Haneul de visitar la nueva casa que tendrían los embajadores en Halliwell Fields.

—El asunto en cuestión eres tú, cariño. Sé que tu cocina está patas arriba...

Esa resolución encendió la alarma en Jimin... y si Min tenía que ver con aquel desastre. Pesándolo bien era muy conveniente que su chef actual fracasara cuando él le había negado ese puesto.

Esbozando una sonrisa destinada a derretir al que fuera, la pequeña mano de Jimin encontró los dedos largos de Yoongi bajo la mesa. El delicado pulgar del omega trazó un círculo completo sobre los nudillos ajenos. Min le observaba sin pestañear.

—Vete a tomar por el culo Min...

Le respondió entre dientes y el alfa casi tiene tiempo de replicarle con algo más que un pronunciado ceño cuando Jeon Jungkook estuvo en su presencia.

—Señor Park, lamento la tardanza...

Detrás del menor aparecieron tres empleados portando sendas bandejas con el servicio. La codorniz rellena con kimchi que a última hora había logrado preparar Felix lucía deliciosa y Jimin se concedió el placer de respirar con naturalidad. Lo habían conseguido o eso pensaba cuando habían iniciado una conversación que le dejó congelado.

—Pensé que degustaríamos algo más asiático. Me encanta la comida francesa y mi querido Yoongi-shi se gana el título de chef favorito, pero se me antoja más tradicional para probar el sabor de nuestra tierra natal.

—EAST FLAVOR tiene el poder de hacer viajar a su clientela por toda una paleta de sabores y aromas. Tiene razón en cuanto a que apostábamos por un menú más complejo, pero los accidentes ocurren y no siempre podemos controlarlo todo. En mi opinión el chef Lee se ha lucido con este platillo.

—Es cierto que está bien hecho, pero Yoongi posee mejores habilidades ¿No ha probado la cocina del señor Min? Me extraña que no haya dado referencias para él cuando usted es conocido por ser un buen gastronómico, señor Park...

Heechul apostilló esta vez y Jimin tuvo ganas de que la tierra se abriera finalmente y terminara de engullirlo. Su plan de llevarse una buena mención con la visita del consulado se estaba decantando a favor de Yoongi. El alfa a su lado se aclaró la garganta.

—Jimin dejó de probar mi comida cuando tenía dieciocho años. Fingir que no nos conocemos Chim, queda fuera de discusión. Los Kim fueron mis invitados por mucho tiempo cuando era sub chef en Francia.

El golpe que faltaba fue asestado y Jimin se giró a mirarlo como lo haría alguna clase de muñeco poseído. Yoongi rio entre dientes.

Lo disfrutas... ¿verdad? Eres un cabrón mañoso Min.

Sabía que lo próximo que mencionara sería cuestionado, pero cuando Kim Namjoon sugirió aquella locura, la tos falsa se impuso sobre la fachada comedida del heredero de los Park.

—¿Competir?¿Cómo sería eso? Perdón pero sería una presión adicional a mi equipo... Por no decir que significaría que no les tengo fe.

—¿Por qué no? La comida en vivo es uno de los atractivos que más apasionan actualmente. Sea más abierto señor Park. Ya que tiene un chef tan respetable como parece ser el señor Lee, hagamos una apuesta. El que gane obtiene un favor del consulado. Si es usted tenga por seguro que podemos poner por los cielos las reseñas de EAST FLAVOR y si gana nuestro Yoongi, pues se queda con el puesto de chef ejecutivo de su cocina. Gana usted de todas formas ¿Qué me dice?

Confirmado. Kim Haneul se estaba ganando una tumba con un epitafio que pregonaba "bruja" en su lista de enemigos. Jimin apretó los dientes al punto que rechinaron. La situación lo obligaba aceptar. El orgullo lo impelía a levantarse de esa mesa y estrangular con sus propias manos a cierto alfa de ojos azul resaca que ahora lo miraban fríamente.

Respirando profundo, barrió los mechones que se interponían en su frente y sonrió aunque desearía hacer todo lo contrario.

—Será entonces un honor demostrarle que no necesitamos la competencia de Min Yoon Gi para ser los mejores. Acepto el reto.

Y con esas palabras, los aplausos de Haneul, la mirada pícara de Heechul y el asentimiento de Namjoon se unieron al plan que meses antes hubiera trazado Yoongi para protagonizar la más dulce de las venganzas.

🍽EAST FLAVOR🍴

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro