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𝑷𝒂́𝒈𝒊𝒏𝒂 𝟏𝟏.

► 𝖭/𝖠: 𝖠𝗏𝗂𝗌𝗈, 𝖾𝗌𝗍𝖾 𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝖺 𝖾𝗅 𝗌𝗎𝗂𝖼𝗂𝖽𝗂𝗈 𝖽𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇, 𝗌𝗂́ 𝖾𝗋𝖾𝗌 𝗆𝗎𝗒 𝗌𝖾𝗇𝗌𝗂𝖻𝗅𝖾 𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗌𝗍𝗈𝗌 𝗍𝖾𝗆𝖺𝗌 𝗅𝗈 𝗆𝖾𝗃𝗈𝗋 𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖾𝖺𝗌 𝗁𝖺𝗌𝗍𝖺 𝖾𝗅 𝗌𝖾𝗉𝖺𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋 𝗒 𝗉𝖺𝗌𝖾𝗌 𝖺𝗅 𝗌𝗂𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾. Los quiero mucho, dejaré un comentario también al final por aquellos que sí lo lean. ¡Gracias por estar aquí!

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Midoriya sintió como su cuerpo desfallecía a momentos, no estaba preparado, no quería creerlo y tratando de sostenerse correspondió al abrazo del rubio.
Bakugo sintió como esos brazos acariciaban su espalda y lo llenaban de calidez, no supo cuánto había necesitado un abrazo de esa magnitud hasta aquel día. 

Primero en las gradas de la escuela cuando se dejó abrazar del pecoso y ahora, pero esta vez era diferente pues de alguna manera estaban compartiendo su dolor. Se mantuvieron un rato abrazados mientras Katsuki intentaba tranquilizar al pecoso y este intentaba controlar su llanto.

Katsuki separó con delicadeza al más bajo y limpió sus lágrimas con tristeza. —Me parece lo más correcto contarte toda la historia y no dejarte que solo te conformes con esto, para que sí quieres, me cuentes también la tuya.

Midoriya asintió con tristeza y con un dolor punzante en el corazón, de modo que debido a su estado, Bakugo cogió la mano del verdoso y lo sentó a su lado en la cama, y clavando su mirada en el otro comenzó la historia.

—No es fácil para mí contar esto, pues no lo he hecho con nadie. —afirmó nervioso el cenizo. —Pero creo que ya va siendo hora. —dijo tragando grueso. 

—Todoroki y yo nos conocimos hace dos años —continuó el ceniza—, cuando apenas éramos unos tontos y estúpidos adolescentes, al principio nos llevamos realmente mal, nuestras personalidades no encajaban de ninguna manera, sin embargo, tras el tiempo comenzamos a pasar mucho tiempo juntos y sin previo aviso acabamos enamorados. Fuimos una pareja feliz dentro de lo cabe, pero la vida no se basa solo en la felicidad y cada uno tenía que cargar con sus propios demonios, por ende, eso nos llevó a aquel fatídico día. —asumió con tristeza y sequedad en la garganta.

Katsuki sabía que el siempre desde su muerte se había negado a desenterrar los recuerdos y por ende resumió su historia de amor con rapidez. No quería revivir aquellos recuerdos que con el fuego del presente se calcinaron convirtiendo en ceniza los restos del pasado, pero realmente veía necesario explicarle aquello al verdoso y por eso prefirió contar lo que desencadenó su muerte.

No se sentía preparado, no estaba seguro de sí debía o no, no se sentía seguro de ser capaz de contarla sin temblar o romperse y no terminar en otro mar de lágrimas ahora que el pecoso se había tranquilizado, debía ser fuerte y debía mantener aquella compostura endeble que siempre había mantenido, aunque dudaba en gran parte hacerlo.

Pero sobretodo en la mayoría de sus sentimientos, el que más rondaba, el que más profundidad estaba calando en sus entrañas era el miedo y nada más que eso, miedo de lo que podría suceder después, miedo de lo que pensaría el pecoso, miedo de lo que haría después el mismo al soltar la historia por sus propios labios.

► 𝖠𝗊𝗎𝗂́ 𝖼𝗈𝗆𝗂𝖾𝗇𝗓𝖺 𝗅𝖺 𝖾𝗌𝖼𝖾𝗇𝖺 𝖽𝖾 𝗌𝗎𝗂𝖼𝗂𝖽𝗂𝗈. 𝖲𝗂 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗂𝗇𝗎́𝖺𝗌 𝖺 𝗉𝖾𝗌𝖺𝗋 𝖽𝖾 𝗍𝗈𝖽𝗈 𝗍𝖾 𝗅𝗈 𝖺𝗀𝗋𝖺𝖽𝖾𝗓𝖼𝗈.

Un año antes.

La brisa de una primavera alegre y tranquila se colaba por las blancas cortinas de una habitación dónde dos jóvenes descansaban tranquilos, en una noche apacible como cualquier otra. Uno de ellos se encontraba sentado sobre la alfombra cercana a la cama, y el otro apoyado en su hombro, hablando y escuchando sus risas con amor.

—Eres un tonto. —habló después de reír un joven con cabello bicolor.

El rubio ceniza que sentía como su pareja descansaba en su hombro sonrió algo ruborizado y le pegó una suave colleja en la cabeza por insultarlo. —No me llames así mierdecilla. 

El contrario lo miró con ojitos brillosos y el ceniza no pude resistirse a darle un suave beso en los labios que ambos disfrutaron con amor y tras separarse se sonrieron enamorados. El ceniza tras eso se levantó bajo la atenta mirada del bicolor y estiró su cuerpo con rapidez para ir hacia el maletín y recoger sus cuadernos con letras de sus canciones, felices y alegres llenas de amor.

El bicolor lo miró extrañado y con una mueca le habló. —¿Te vas a ir? Pensé que te quedarías a dormir. —dijo con angustia en su voz que el otro no fue capaz de comprender.

Katsuki lo miró de reojo y negó con la cabeza. —Sabes que no puedo quedarme, hemos tenido estas conversaciones antes, tengo que estar en casa. —respondió tragando grueso.

Todoroki se levantó y se acercó a él. —Pero siempre hay una primera vez para todo, ya sabes, tu me has quitado todas las mías por lo tanto es justo que te quedes a dormir.  —dijo riendo con suavidad. —Yo nunca tengo ningún problema para quedarme en la tuya, aunque ahora que lo pienso hace mucho que no voy, sí no te quedas entonces voy a la tuya. —le dijo con una voz muy suave que hizo recorrer escalofríos al rubio.

Sin embargo este negó nuevamente, recordando lo sucedido la última vez que este fue a dormir, y por lo tanto se alejó de él con algo de molestia en sus ojos. —Shoto, ya te dije que no puedo quedarme a dormir y es lo mejor por ahora. Tampoco es necesario que vengas a mi casa, mañana nos volveremos a ver.

Todoroki borró todo rastro de su alegría y la angustia y ansiedad se fue ateniendo a sus entrañas. —No es justo Katsuki, si no te quedas entonces voy y problema arreglado, déjame tan solo esta noche ir contigo, no seas tan infantil e inmaduro.

Con algo más de molestia, el rubio colocó su maletín en el hombro y lo miró con el ceño fruncido. —No estoy siendo inmaduro ni infantil, son cosas que nunca llegarías a entender, es por tu bien. —contestó el ceniza tratando de mantener la calma pues sentía que se estaba poniendo un poco de los nervios y no sabía como hacerle entender a su novio que no fuera para poder protegerlo y que por ende tampoco podría quedarse o tendría consecuencias en su madre.

Desde que empezó a salir con el bicolor había estado controlando su mal carácter, ira e impulsividad para así poder evitar herir los sentimientos de su novio, pero esta conversación la habían tenido tiempo atrás y tras una discusión algo fuerte, el tema quedó en ascuas, hasta ahora. No entendía por que insistía tanto en eso pero no quería discutir de nuevo con él, las razones por las que no quería que fuera no podía decírselas y aún cuando eran novios, no debía.

Razones como que en su casa había sufrido maltrato, y su madre cada vez estaba peor aunque tratará de ocultarlo con maquillaje y ropas holgadas, por eso no quería quedarse, sí lo hacía, ocurrirían consecuencias con su madre y no quería que su padre la hiriera por culpa suya.

Desde que ambos se enteraron de que era gay y salía con él, su padre lo amenazó con volver a golpearlo sí escuchaba algo más sobre eso o sí lo traía a su hogar, pues según él ya le bastaba con tener un maricón en su hogar para que también se quedará otro, además le obligó a cortar la relación y por ende en respecto a sus padres, la mantenía oculta.

Sí no volvía a dormir a su casa su padre sospecharía y lo que menos deseaba era darle más razones a su madre para odiarlo y para que la hirieran a su costa. Recuerda una vez cuando Todoroki fue a su hogar y sus padres lo saludaron y fueron muy amables con él, hasta les pareció "íncreíble" la idea de que se quedará a dormir pero, nadie más que él veía el odio en los ojos de su padre que para su novio fue simplemente amabilidad.

Su padre nunca ha tratado mal a Todoroki o negado entrar al hogar por que sabe de quién es hijo, el gran Enji Todoroki, propietario de grandes empresas y bastante dinero y por ende sí le hacía algo a su hijo temía por su vida. 

Pero tras aquel día y que él se fuera, todo lo pagó su madre, con golpes y heridas tanto físicas como psicológicas y él lo único que pudo hacer, fue pedir disculpas tras ser amenazado por su padre y huir a su cuarto para no escuchar los gritos de rabia y dolor.

Por eso Todoroki no podía volver a su casa y por eso tampoco podía quedarse, no podía contarle lo que sucedía en su casa por que sabía que lo pagaría muy caro sí se lo decía a alguien, temía por su vida y la de su madre aunque esta lo odiase. No podía decirle a su novio para evitar que pensase mal de él, que pensase que era débil  e inútil y lo rechazase y abandonase, sabía que no estaba bien ocultárselo pero tenía miedo de que también le hiciese daño.

La familia de Todoroki también tenían sus problemas y sufrían muchas situaciones que el bicolor no le contaba con mucho detalle, pero según pudo entender también pasaban malas cosas en su familia, y suponía que ya le bastaba con sus problemas para que también cargará con las de su novio, por eso lo mejor era ocultarlo y pretender que tenía una familia feliz para que su novio no sufriera por él también.

El bicolor levantó sus cejas indignado y lo apuntó con un dedo. —¡Tú nunca sabrás que es lo que me hace bien a mí, no necesito que me protejan Katsuki puedo cuidarme solo! —vociferó el bicolor con los ojos algo aguados. —No entiendo a que te refieres con que es por mi bien pero prefiero estar contigo a quedarme aquí, así que voy a ir. —decidió el chico.

Katsuki, con todo en su cabeza, empujó al bicolor y este retrocedió unos pasos por ende. —No, tú no vas a venir conmigo, ¿No lo entiendes? ¿Eres idiota o qué? ¡No quiero que vengas! —mintió con algo de molestia y dolor en su mirada.

El de ojos heterocromáticos se molestó y también lo empujó. —¡Quién te ha dado el derecho a empujarme! ¡Eres un idiota Katsuki, yo solo quiero estar contigo y guardar más momentos junto a ti pero eres un simple estúpido que no quiere estar conmigo!

—¡Yo nunca he dicho que no quiera estar contigo, simplemente no quiero que vengas! ¡Deja de humillarte, ten algo de orgullo y acepta que no quiero que vengas! —vociferó de una vez explotando el de ojos rubíes.

Todoroki sintió sus pies pesados, ¿Cómo podría hacerle entender que no quería estar en su casa por qué su padre no tardaría en llegar? Sabía que su padre volvería borracho y querría pagar todas sus desgracias con él. ¿Cómo podía hacerle entender que le daba mucho miedo su padre, incluso estar en su hogar?  

Puede que fuera culpa suya pues nunca le dijo con certeza a su novio lo que pasaba en su hogar, simplemente le dijo "que vivían con muchos problemas pese a tener bastante dinero". Pero no se sentía seguro de contárselo, sabía que su novio era muy impulsivo y sí se daba cuenta de que sufría maltrato iría contra su padre y le daba mucho miedo que le hiciese daño.

¿Cómo podía hacerle entender todo el miedo y la ansiedad que le producía todo aquello sin decírselo? ¿Sin escuchar las amenazas de su padre que le dijeron que le permitía estar con Katsuki sí jamás contaba nada? ¡Sí lo hacía, Katsuki acabaría muerto! ¿Cómo le hacía entender eso? 

—¡¿Por qué no quieres que vaya?! ¡Tu familia es maravillosa, mil veces mejor que la mía, por favor, escúchame, lee entre líneas idiota! —vociferaba el bicolor con el corazón en la mano, callando todo lo que realmente quería gritar.

—¿¡Qué mi familia es maravillosa?! ¡Tú no sabes nada bastardo así que no tienes derecho a hablar de mierdas que no sabes! ¡No vas a venir conmigo y no voy a quedarme, entiéndelo de una puta vez! ¡Esta discusión es estúpida! —gritó el ceniza acercándose a la puerta.

Todoroki lo sujetó de un brazo con rabia e hizo que girase con brusquedad. —¡No vas a dejarme con la palabra en la boca, tú eres siempre quién gana las discusiones! ¡Esta vez tengo yo la razón, si me quisieras sabrías lo que intentó decirte, sí me quisieras me llevarías contigo pero todo esto me hace entender que no es así! 

Bakugo hizo una mueca de ironía y sin poder controlarse golpeó la mano de Todoroki para que lo soltase. —¡Si tú me quisieras entenderías que solo trató de protegerte! ¡¿Cómo quieras que entienda lo que me estas diciendo sino me lo explicas! ¡Déjame en paz, me voy a ir y si tú crees que no te quiero probablemente esto debería acabarse!

Eso fue la gota que colmó el vaso en el bicolor, un chico que jamás expresaba sus sentimientos ante nadie, salvo con el ceniza estaba dolido y suplicante con la mirada, algo incapaz de entender el cenizo a causa de la rabia en su sangre. —¡Si tú me quisieras me explicarías de que tratas protegerme pero eso me demuestra más todo lo que realmente sientes por mí! ¡NADA! ¡Vete de una vez si tantas ganas tienes de irte pero te olvidas de mí y no vuelves a buscarme idiota! 

Bakugo tomó el picaporte de la puerta y con rabia en su mirada le dijo. —¡No pienso volver a por ti, esto se acabo aquí! ¡Sí entendieras lo que yo trató de decirte dejarías de insistir tanto como un idiota! ¡Eres tú el que jamás me ha querido a mí, todo han sido simples mentiras! ¡Ojalá te murieses! —gritó con rabia y tras echar un último vistazo cerró con rabia.

Segundos después se escuchó cómo cerraban con fuerza la puerta de la entrada y todo finalmente se convirtió en un infinito silencio. El bicolor cayó de rodillas al suelo por fin soltando todas esas lágrimas retenidas en su corazón, estaba tan cansado de esa mierda, estaba harto de quién era. Su novio no tenía la culpa puesto él no sabía lo que realmente pasaba y no fue justo pagarla de aquella manera con él.

No porque ambos se amasen debían entender a sus parejas sin decir nada, todo era mejor sí lo hablaban pero era tan difícil.

Se abrazó con fuerza, no quería ocultarle más todas esas cosas pero no era capaz de hacerse ver débil ante su novio, no quería que sintiese pena de él, una persona tan fuerte y alegre cuando estaban solos, amaba su rabia e impotencia, sus maneras de mandar todo a la mierda y a todos, excepto a él, pero a veces era tan idiota.

Sin embargo por su culpa, había hecho que su relación terminase, él no volvería jamás e incluso le había deseado la muerte. Él mismo sabía que era su manera de mandar todo al carajo, pero jamás se lo había dicho a él y no tenía ni un puta idea de cómo le dolía.

Nadie jamás volvería a por él. Y tras llorar amargamente en su cuarto con el corazón oprimido, minutos después escuchó cómo las llaves y la puerta de la entrada se escucharon, su padre había vuelto a casa. Su madre ni sus hermanos estaban, se había ido de paseo y volverían a la mañana siguiente, pero él no fue por que había quedado con su novio y su padre por cuestiones de trabajo.

Rápidamente limpió sus lágrimas y acomodó todo para evitar que pareciese que había habido alguien allí, aunque le permitió estar con Katsuki, nunca le gustó la idea y lo sabía por las miradas de odio que le echaba indiscretamente cuando lo veía entrar.

Se acercó corriendo a la puerta y salió dispuesto a saludarlo, era su obligación o si no, ante sus ojos quedaría como un mal hijo y recibiera el triple de golpes. Aún con sus ojos rojizos de llorar, y sintiendo como temblaba de miedo al oler la fragancia a mucho alcohol, se acercó al salón.

Este se encontraba allí sentando con varias botellas alrededor y una en mano. Tras dejarse ver ante él, este ni se inmutó. —Hola padre. —saludó con una sonrisa algo forzada el bicolor.

Este le miró al poder ser capaz de notar su presencia y simplemente con su mirada turquesa hizo temblar todo el cuerpo del bicolor, sabía que estaba cabreado. —Shoto, no me acordaba de que estuvieras aquí. —dijo sujetando la botella entre sus dedos. —¿Sabes? Estoy muy cansado de esta vida, de tu madre, tus hermanos y sobre todo de ti. De lo único que estoy rodeado son de simples inútiles y buenos para nada, simplemente porque ante los ojos de todos que saben que sois mi familia es que sigo aquí. No puedo quedar mal ante la sociedad, ¿entiendes? ¿Qué pensarían de un hombre que abandona su familia? Terrible la idea, ¿Verdad? —preguntó siseando excesivamente las "s" a causa de la embriaguez.

Todoroki asintió con mucha duda y sintió como se clavaba la mirada de su padre en su cara. —¡¿Qué vas a entender tú de la horrible vida que tengo?! ¡De lo horrible que es ver tú estúpida cara y la de tus hermanos todos los días! ¡Eres solo un maricón que no sabe nada del mundo, jamás lo entenderías inútil! —gritó su padre con rabia y riendo como un maniático. —Pero bueno, son cosas con las que deberé cargar por el resto de mi vida. —seguido lo miró fijamente. —Por otro lado, ¿por qué tienes los ojos rojos? ¿Has estado llorando como el maricón que eres?

Todoroki literalmente estaba temblando, y al sentir como su padre se levantaba con botella en mano sintió que la vida se le iba, no tenía ni idea del odio y la rabia que le tenía , pero el miedo que le producía no tenía comparación. 

El más alto tomó a su hijo de la barbilla y lo miró con repugnancia. —Algo como tú, nunca será un hombre. Sí tanto tú como el resto de tu familia dejará de existir sería el hombre más feliz del mundo. —dijo con un tono muy serio y sin más se puso a reír y con rabia tiró la botella a la pared contraria. —¡Lárgate, no quiero verte, quiero estar solo!

Todoroki tras escuchar eso salió corriendo a su cuarto con el corazón en la mano, odiaba tener tanto miedo, odiaba ver sus manos temblar y odiaba sentir sus ojos llenos de lágrimas. ¿Por qué su padre no podía ser diferente? ¿Ser mejor, amarlo y respetarlo? ¿Por qué en respecto a todo el resto de su familia, se sentía el más odiado de todos? ¿Por qué tenía que sufrir tanto? ¿Por qué su único apoyo lo había dejado? ¿Por qué? ¿Qué sentido tenía seguir con toda esa vida sí todo el mundo le deseaba la muerte? 

Con el corazón palpitando y los nervios a flor de piel, se metió en su cuarto y cerró con llave. Huyó al baño a lavarse la cara y tras mirarse al espejo vio a alguien tan horrible, tan miserable, tan innecesario en el mundo. Vio sus dientes temblar y sus ojos llorar como cuando era pequeño, vio el reflejo de alguien que odiaba hasta lo más profundo de su ser.

Por ende golpeo el espejo y este se rompió dejando caer trozos de cristal al suelo, su pecho dolía, estaba muy cansado de todo, de esa vida. Lo único que tenía bueno era su novio y el cual también lo había abandonado. 

Su familia lo odiaba, odiaban verlo y tenerlo cerca, el único que al menos le sacaba unas sonrisas y le mostraba apoyo era Toya Todoroki, el mayor de todos pero también lo había tratado mal frente a sus padres.

Se odiaba tanto, odiaba tanto el mundo, odiaba ser tan débil, no le quedaba nada. ¿Entonces para que seguir? ¿Para que continuar con una vida que no tiene sentido? Y con rabia y tristeza, tomó una decisión de la que, probablemente se arrepentiría, pero estaba harto, estaba cansado.

Fue a su cuarto y tomando asiento en su escritorio, escribió un mensaje a Katsuki dónde aún llorando le expresó todo, le contó todo y le pidió cómo último favor que se despidiera de un amigo de su infancia con el que había peleado, no le dijo el nombre por que no creía que lo buscaría nunca pero simplemente por sí alguna vez él lo conocía, que le dijera adiós.

Se fijó en que su móvil solo marcó un tic en el mensaje y entendió que Katsuki no tenía internet por lo que no le llegaba el mensaje de momento.

Tras terminar lo envió y se quedó observando el celular, se fijó en una foto de Katsuki y él sonriendo en su viaje a la playa y sintió como el dolor se impregnaba en su ser, eso jamás volvería, él no se merecía esa vida. Katsuki no se merecía a aquel novio tan inservible, merecía algo mejor. Quiso despedirse de su hermano Toya también y por ende solo le escribió un:

—Te quiero Toya, a pesar de todo te doy las gracias por quereme, entre todos has sido el mejor hermano que he tenido nunca. Adiós.

Terminando dejó su móvil apagado en el escritorio y echando un último vistazo al cielo nocturno y a su cuarto, regresó al baño, era la mejor decisión, nada le quedaba ni nada tendría después. Recordando todo lo que más le hizo daño con los momentos felices, tomó un cristal del suelo y arrodillándose en el frío del baño, se cortó, tantas veces como su corazón le gritaba.

—Te amo Katsuki, espero y seas feliz con alguien que de verdad te merezca.

La sangre se escurrió por el suelo, rozando su blanquecina piel y manchando de rojo todo a su alrededor.  Por primera en muchísimo tiempo se sintió en paz, se sintió por fin realizado y mirando con sus ojos heterocrómaticos se dejó estar hasta que sintió que la sangre no paraba, que sucedía una hemorragia ante sus ojos y sonrió con lágrimas mezcladas de dolor, tristeza y paz. 

Hasta que sus ojos se volvieron opacos y la vida se fue ante sus ojos, su dolor había terminado pero lo que él no sabía es que había dejado un gran vacío en todos sus allegados, sobre todo en su familia y su novio.

Esta parte de la historia solo la sabe el propio Todoroki y nadie más que él. Los únicos que compartieron sus últimos momentos fueron Katsuki y Enji Todorki, cada uno sabiendo lo que hizo y llevando consigo una gran culpabilidad. 

A la mañana siguiente la familia de Todoroki regresó a la casa y al notar como Enji estaba dormido en el sofá con botellas a su lado, Toya se asustó por su hermano y sí le había hecho algo, por ende tras su madre y sus otros dos hermanos fueron a verlo con una sonrisa pues le traían un recuerdo del paseo.

Toya sostenía el recuerdo en sus manos con una sonrisa aún preocupado, pues sentía que algo muy horrible había sucedido. Escuchó como su móvil activó el wifi y le llegó un mensaje pero primero quería ver a su hermano.

Se acercó a la puerta y tocó reiteradas veces junto al resto de la familia, al ver que nadie abría pensaron que estaba durmiendo pero asustado, Toya empujó la puerta tras que su madre le dijo que abriera por si acaso para revisar que estaba durmiendo simplemente. 

Sus hermanos comenzaron a preocuparse también e ignorando ese mal sentimiento que rondaba en sus corazones la puerta se abrió tras haberle pegado una patada Toya. Entró corriendo, observó que todo estaba recogido y que él no estaba en su cama, había un extraño olor y todos taparon sus narices, Toya soltó el pequeño detalle que le había traído y este cayó al suelo rompiéndose en varios pedazos, era una figura de un panda comiendo soba, algo que le recordaba a él. 

Corrió hacia el baño tras ver la puerta entreabierta, y tras entrar y ver a su hermano tirado en el suelo repleto de sangre con la mirada perdida, acudió a sus brazos, lo tomó y con lágrimas en los ojos le habló. 

—Shoto...no...por favor responde, no te vayas, por favor. He arreglado las cosas con mama, y-y con Fuyumi y Natsuo, ven-níamos a hablarlo contigo, nos i-íbamos a ir del lado de Enji, por favor...no... —decía sintiendo las lágrimas en su piel, quemando como si el propio fuego fuera el que atravesaba y lo quemaba, su corazón se oprimió mientras palpaba su rostro con lágrimas, estaba frío, demasiado frío y se sentía muy solo. Sus hermanos entraron y gritaron, llamaron a una ambulancia sin embargo fue en vano pues él ya estaba muerto.

Todo el alboroto despertó a Enji el cuál no podía creer todo lo que había pasado, el dolor y la culpabilidad se impregnaron en su corazón y cuya sensación, jamás se iría y estaría por el resto de su vida. 

Toya no se quiso separar de su hermano pequeño, no quería, no estaba preparado porque lo que más amaba en su vida se le fue arrebatado y jamás podría volver a ver esa mirada brillante y feliz.

Por otro lado, Katsuki despertó temprano esa mañana ya activó el wifi tras que se le pasará el mal genio, iba a pedirle disculpas a su novio y regresar con él para hablarlo debidamente, fue un estúpido y quería hacerle entender que se arrepentía de todo, y decirle que lo amaba más que nada.

Un mensaje llegó a su buzón y lo abrió con tranquilidad, pero tras leerlo un miedo se instaló en su corazón, salió corriendo de su casa con el sudor, el miedo y la ansiedad en su piel pero tras llegar y ver una bolsa negra frente a la casa de los Todoroki y todos llorando amargamente, lo entendió.

Cayó de rodillas y las lágrimas salían sin control alguno, no podía creerlo, no podía ser cierto. Observó al hermano mayor de los Todoroki leyendo un mensaje en su móvil mientras gritaba de dolor y tras verlo a él, se acercó corriendo y le gritó que se marchase, que la muerte de Shoto había sido culpa, que debía haberlo protegido. 

Katsuki se dejó golpear por el mayor pues no podía con su estado de shock y tras ser separados por la hermana, tuvo que irse para tratar de que no fuera más doloroso de lo que ya era.

Observó como de la bolsa salían unos mechones blanquecinos y rojizos, por lo tanto se alejó corriendo de toda esa escena, con el corazón gritando, las lágrimas frías quemando su piel y el dolor más grande que jamás había sentido en su corazón.

¿Por qué me has dejado?


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N/A: Espero hayan sentido todo lo que quería expresar en este capítulo, siento no haber actualizado deprisa pero he pasado por una mala temporada y tras todo lo malo que he pasado, me decidí a expresar mi dolor en este capítulo.

La canción de fondo expresa mucho dolor aunque sea en referente a la madre del artista pero sentí que quedaba como anillo al dedo a los sentimientos de Katsuki. Y como prometí sería largo porque se lo merecen.

Por otra parte, quería decirles que el suicidio no es la solución a los problemas, entiendo que muchas veces sientas que no puedes y que estas harto de todo, que pienses que no hay nada más para ti por que yo lo he pensado y por que a veces también aún lo pienso. 

Pero después de una vez en mi vida pensar en suicidarme retiré todos esos pensamientos malos de mi cabeza, esta no es la solución, sé que se lo habrán dicho muchas veces pero es la verdad, y aunque cueste mucho deshacerse de esos pensamientos por que aún aparecen hay que ser fuertes.

Sí necesitan hablar con alguien, estoy dispuesta a escuchar, porque se que es lo que más necesita una persona en esta situación. Gracias por leer, espero sientan lo identificada que me he sentido con este capítulo pero solo era para expresar todo lo que llevo. Y han de saber que las personas no van a entender lo que les ocurre sí no hablan, aunque sientes que no puedes trata de hablarlo con alguien y me ofrezco por sí careces de alguien que te apoye.

Hay mucho más por lo que vivir, así que no decaigas mi querido cielo. ¡Continua viviendo aunque creas que no puedes, por que sí yo puedo tú también! 

¡Plus Ultra!

All the love,

Ella.




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