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𝓟𝓪́𝓰𝓲𝓷𝓪 𝟏𝟐

Midoriya no podía con su asombro, estaba en estado de shock al saber la historia de la muerte del bicolor. Tenía que creerle, era más que cierto la veracidad de la historia pues las lágrimas en los ojos del cenizo y sus puños casi blanquecinos se lo confirmaban.

Las lágrimas no cesaban, sus orbes verdes parecían perder el color ante las palabras del rubio y para cuando este terminó y mordió su labio inferior, Midoriya era como un pequeño niño que había perdido su juguete favorito.

El dolor en su pecho nadie nunca lo podría entender, ni siquiera el ceniza, eran amigos de la infancia y por ser tan cabezotas no volvieron a hablar. Sin embargo aún cuando el peliverde estaba sufriendo, observó a su contrario y se fijo en como este lo hacía de la misma manera, por lo que no esperó palabra alguna del cenizo y lo abrazó con fuerza.

Izuku se dio cuenta de que aún cuando el cenizo no podría entender el dolor en su corazón, ya que conocía a Shoto desde mucho tiempo antes, pudo comprender de que el dolor era el mismo y probablemente mayor, ya que se amaban.

Katsuki sintió el calor del verdoso y sus brazos recorrer su espalda mientras lloraba desconsoladamente en su hombro, aunque quiso separarse y no tenerlo cerca, ese acto hizo que su corazón se fundiera de alguna manera. Como sí aquel abrazo hubiera desvanecido aquella coraza en su corazón y las lágrimas asomaron por sus rojizos orbes.

Sentía como sus labios temblaban de nuevo, no podía creer que estaba a segundos de comenzar a llorar frente a alguien, eso no lo hacía desde que era pequeño; de alguna manera aquel pecoso había desnudado su interior y este quería derramar como sí fuera sangre todo lo que sentía en su interior.

—Deku, yo...lo-lo siento tanto, nunca quise dejarlo aquella noche, no quise de-decir eso de verdad, yo...yo lo amaba como nunca lo hice con nadie... —decía el ceniza con dolor en su voz.

El verdoso le hizo callar con susurros: "Todo esta bien, lo entiendo, no te culpes más", y palabras con el mismo sentimiento le repetía en la oreja al cenizo, este dejo caer sus lágrimas en aquel hombro de un muchacho que buscaba ayudarle.

Y la habitación se llenó de lagrimas por parte de ambos, sollozos y palabras suaves por parte del verdoso; así pasado el rato, el ceniza respirando nuevamente con normalidad se separó del verdoso y eliminó cualquier rastro de dolor, este lo miraba aún con lágrimas pero se veía una pequeña luz en su mirada.

Midoriya miraba el dolor en los ojos rojizos del ceniza, observaba sus ojeras con detalle y como trataba de ocultar sus últimas lágrimas tras su cabello. Además tras el roce que habían tenido, descubrió que la esencia que desprendía era parecido al caramelo y de alguna manera le gustó, además de que en algún instante lo acarició y era mas suave y sedoso de lo que pensaba.

Tras mirarlo con intensidad se dio cuenta de algo, probablemente fuera un deseo, un deseo con el que quería mantener a Todoroki vivo, por lo que sintió que debía sanarlo, curarlo y recuperar esa vida que había perdido tras la muerte de Shoto. Sin embargo necesitaba tiempo, tanto para él como para el cenizo, se encontraban en una situación difícil, ni el mismo creía que su amigo de la infancia estaba muerto y que se había cruzado por coincidencias de la vida con su novio, y que tan solo al principio ya habían tenido muchos roces, necesitaba trabajar y pensar con cautela.

Katsuki se dio cuenta de la gran debilidad que había mostrado frente al verdoso, y estaba en parte avergonzado, por otra estaba decepcionado de sí mismo y la mayor estaba aliviado, llevaba tanto encima, tanto tiempo sin poder ser capaz de hablarlo con nadie, y de repente aparece este chico con sus pecas y sus ojos verdes brillosos y destrozaba todas esas murallas que había creado. ¿Cómo era posible?

—Deku, siento haberme puesto a llorar como un crío, probablemente te parezca patético y...—decía mientras miraba hacia los lados nervioso y rascaba su nuca, al tiempo sintió como Izuku lo tomó de la mano e hizo que se viesen de manera casi inminente.

—Kacchan, no es nada de eso, esta bien, necesitabas hablar desde hace mucho tiempo, y desde ahora te tenderé mi mano en todo momento. —dijo con una sonrisa cálida aunque sus ojos aun quisieran llorar y su pecho doliese, quería salvarlo y eso era lo más importante.

Sí no pudo salvarlo a Shoto de su horrible pesadilla, esta vez no fallaría.

Katsuki sintió una punzada en su corazón, a la misma vez que sus latidos comenzaron a aparecer con más rapidez, ¿Por qué sentía que necesitaba gritar y explicarle todo lo que llevaba encima, todo lo que su padre hacía, lo horrible que era su familia? ¿Por qué quería decirle lo mucho que se odiaba y aborrecía su ser? Sintió el agarre de la mano del verdoso, pero en ningún momento quería apartar la vista de este.

—Deku, yo...—sin embargo fue interrumpido por el sonido de la puerta de la habitación al abrirse, tan ensimismado había estado en el verdoso que no había escuchado la puerta de la entrada, ni los pasos que tanto se había molestado en diferenciar entre su padre y madre para no ser capaz de encontrarse con ellos.

Se giró asustado, el terror se reflejó en sus ojos, si su padre fuera el que cruzase la puerta, estaba muerto, probablemente al verdoso no le pasaría nada, pero seguramente al verlo imaginaría cosas que no son, y automáticamente lo odiaría al pensar que eran pareja o algo así.

Miles de pensamientos cruzaron la mente del cenizo en segundos, mientras el verdoso notó como aquella mirada apenada y algo adorable cambiaba drásticamente a una llena de miedo y, se extrañó de ello. Escuchó la puerta abriéndose e imaginó que eran algún familiar, ¿Pero por qué tenía miedo? ¿Se avergonzaba de que los vieran juntos?

Katsuki apretó sus puños y observó como una larga cabellera rubia entraba, una mujer alta, claramente y a simple vista de muy delgada complexión que ocultaba tras sus abrigos y de excesivo maquillaje en su rostro con intenciones de ocultar sus moratones, lo cual milagrosamente conseguía ocultar bien; con una hermosura única a su vez y elegancia en sus pasos, además de una agradable fragancia junto a ella.

Katsuki desapretó sus puños, sin embargo no entablaba conversación con su madre desde el hospital y no pensó que se viera necesario a fingir, mientras Deku la miró con una sonrisa y tras verla ahí mismo la saludó, recordó que era la mujer que llevó al hospital tras habérselo encontrado. Reconoció el gran parecido que tenía Katsuki con su madre, eran dos gotas de agua, ahora la observaba mucho mejor y veía lo tan hermosa que era.

Mitsuki, cuyo era el nombre de la madre del ceniza, se sorprendió y asustó de ver aquello, observó con sus ojos rojizos como su hijo se encontraba con un chico en la habitación, después de tanto tiempo verlo solo, sintió algo de paz en su corazón y con rapidez aprovechó la situación para estar con su hijo y hablar con él, puesto sabía que era demasiado orgulloso para ignorarla delante del pequeño compañero. No había entrado en su cuarto desde hacia mucho tiempo, pero al ver la puerta abierta pensó que había sucedido algo horrible y se calmó al ver que no era así.

Esta sonrió y saludó de un abrazo al verdoso que venía a saludarla de un apretón de manos, Midoriya se sorprendió y no tuvo el tiempo de corresponder el abrazo por la sorpresa.

—¡Oh, Dios, estoy encantada de verte! ¿Cuál es tu nombre hermoso? ¡Qué mirada tan hermosa tienes, tus ojos verdes son preciosos y tus pecas conjuntan demasiado bien con ellos! —decía Mitsuki sujetando de las mejillas a Midoriya, no tenía tiempo para ponerse a pensar en no hacer esas cosas vergonzosas, pues era una madre y esa era su excusa.

Midoriya sonrió y al instante mostró un leve sonrojo que le hizo verse más tierno de lo que ya era. —Me llamo Izuku, encantado señora, supongo que usted será la madre de Kacchan, realmente tiene una gran belleza como era de esperarse después de ver a su hijo. —y sonrió al decirlo, pero al instante supo que la había cagado, indirectamente había llamado hermoso a Katsuki, y los observó con rapidez y pareció que ninguno se había dado cuenta.

Mitsuki escuchó ese halago y sonrió, también la referencia a su hijo pero trató de no mostrarse sorprendida pues veía los nervios en el verdoso. —¿Kacchan? ¿Ya se pusieron apodos? —y en ese instante atrajo de la mano al verdoso y se acercó a su hijo para abrazarlos a ambos, debía aprovechar esta situación y mostrar aunque fuera de mentira, una buena relación con su hijo, la que siempre ella había querido recuperar.

Katsuki observaba todo perplejo, no sabía como sentirse, ya sea incómodo o nervioso de que su madre la fastidiase y dijera algo que no debía y que consiguiera ahuyentar al recién...amigo...que se había hecho, tenía miedo y de igual manera tenía miedo de sentir a su madre cerca, no quería ver esa faceta de mentiras que vestía, quería recuperar a esa madre valiente y con determinación que era en antaño, pero después de lo que habían vivido hacía unos días, se permitiría solo este instante.

Sintió como su madre se acercó con Deku y los abrazó a ambos, él sintió su cuello delgado y su clavícula algo huesuda y trató de ignorarlo.

Mitsuki los soltó y rió con gracia. —Estoy tan agradecida de verlos aquí, ¿Quieres tomar algo Izuku? —le dijo la madre observando sus ojos un poco hinchados, y supuso que algo había ocurrido, pero no debía entremeterse pues veía la mirada amenazante de su hijo, aunque sentía mucha calidez de haber vuelto a abrazar a su niño.

—No se preocupe señora, estoy bien, Kacchan ya me invitó antes. —sonrió agradecido.

—Llámame Mitsuki, ya eres como de mi familia Izuku. —le sonrió de vuelta y observó a su hijo. —Katsuki no deberías estar en clase, ¿Qué hacen aquí a estas horas?

Katsuki estaba tratando de calmarse pero al escuchar como ella lo aceptaba ya como de su horrible familia, le molestó, no quería que por ninguno de los casos el verdoso estuviera en esa familia tan desestructurada, no se merecía ni ser su amigo, ni siquiera estar cerca de él. Deku era amable y bondadoso y con lo poco que lo conocía, sabía que no merecia estar con ellos ni por un instante, se merecía tener un amigo mejor.

—No te impor—carraspeó. —No había clases y lo invité a venir ya que se suponía que no vendría nadie. —dijo rechazando mirar a su madre y observando al verdoso que le sonreía.

Midoriya notó esas primeras palabras que iba a decir el cenizo, notó esa especie de rechazo por parte del rubio pero no dijo nada, puede que solo fueran imaginaciones suyas.

—Así era. —respondió Mitsuki.— Pero me dejaron la tarde libre, puesto se iban de viaje los jefes. —sonrió.— Además así llegaba temprano para preparar el almuerzo a tu padre. —fingió sonreír.

Katsuki escuchó esas pocas palabras y sintió como le hervía la sangre, tenía que sacar al verdoso y mucho menos quería encontrase con ese señor, le molestó que viniese temprano solo para eso, pudiendo hacer otras cosas, le molestaba tanto vivir esas cosas.

—Podrías haber hecho cosas más importantes que venir a hacer el almuerzo, no eres su madre. —dijo el cenizo con un nudo en la garganta, mientras Midoriya observaba con extrañeza el ambiente que había iniciado.

Mitsuki notó la rabia en la voz de su hijo, y también tristeza, así que sonrió de nuevo y fue a tocar el hombro de su hijo, cuando la apartó de un golpe, esta siguió con la sonrisa y observó como su hijo la analizó con asco y decepción, seguido el ceniza sujetó del brazo al verdoso y lo arrastró hasta la sala, tomando a su vez la mochila amarilla perteneciente a este, desapareciendo ambos de la habitación. Tanto Katsuki como Mitsuki sabían que ninguno diría nada a Hitoshi de la presencia del verdoso en el hogar y por lo menos estaba tranquilo con eso.

Esta sintió tristeza, y como su corazón se rompía a pedazos, al saber que su hijo no quería ni verla y le avergonzaba estar con ella y sus amigos nuevos, con la pena en su rostro, se dirigió a su cuarto, dejando entrever pequeñas lágrimas caer de sus ojos.

Por otro lado, Midoriya no alcanzó a despedirse puesto estaba extrañado de la situación y del agarre del cenizo hasta que se vio de nuevo en la sala, y este cerró la puerta, caminó con fuertes pisadas, sujetando la mochila y devolviéndosela en los brazos con brusquedad al verdoso. —Necesito que te vayas, es tarde y tu madre estará preocupada por ti. —le dijo el rubio con la voz ronca mientras observaba por la ventana que aún no llegará su padre.

—¿Pero, por qué? Estábamos hablando y lo pasábamos bien. —Katsuki lo miró con rabia y este calló en un instante.

—No insistas Deku, tienes que irte, nos veremos mañana en clase o si quieres...escríbeme y seguiremos hablando, pero vete...por favor. —le dijo con mirada suplicante.

Midoriya se sorprendió de aquello y supo que algo andaba mal, aceptó y abrió la puerta para marcharse. —Gracias por invitarme Kacchan, nos vemos mañana entonces. —le sonrió con sus pecas coloridas de un rojo suave y se marchó.

Katsuki cerró la puerta, despidiéndose de él con una media sonrisa, y se apoyó en su puerta tras verlo irse con su cabello dando pequeños saltitos, estaba a salvo, no él, sino Deku, no quería que se mancharán sus verdes ojos conociendo al horrible ser que era su padre, y también estaba a salvo su madre.

Observó en la ventana como aquel cabello parecido a un arbusto caminaba por la calle alejándose, con su mochila amarillenta y sus zapatos rojos algo pintorescos, sonrió incoscientemente, seguido fue a su cuarto y tras cerrar, se tiró en la cama algo más tranquilo, sabía que la había cagado, probablemente le pareciese raro al verdoso y ya no quisiera ser su amigo, o le había caído mal, o quizá...lo odiaba por el trato que tuvo con Todoroki y que este sabía ya, o quizá...no le importaba y seguiría hablando con él con naturalidad. ¿Quizás ese pequeño trozo que le había dejado ver, afianzaría más su amistad? O, ¿Sería su perdición? Y entre todo, se giró para observar el cuadro reflejado en su mirada.

—¿Esto es lo correcto, bastardo mitad y mitad? —le habló al cuadro en la soledad del cuarto, y su mirada se entristeció de nuevo.

Midoriya caminaba con rareza a su casa, no sabía como sentirse, era en sí el primer amigo que le invitaba a su hogar desde que llegó a la ciudad, pero era con una persona con la que había vivido extraños encuentros, y este era uno de los que más, le habían confesado directamente a la cara que Shoto, alguien quien tanto amo, había muerto y pese a la tristeza, su mayor sentimiento fue querer salvar al rubio de ese precipicio que parecía en el que se estaba sumiendo.

¿Por qué? ¿Por qué le había parecido tan extraña la situación entre Mitsuki y el rubio? ¿Extraña cómo si de alguna manera hubieran fingido? Tenía razón en que Mitsuki era hermosa, pero había notado la flaqueza en sus brazos, y su rostro pese ser hermoso algo poco cuidado para una mujer tan joven, ¿Eso sería raro? ¿O se estaba tomando demasiadas preocupaciones?

Entre todo, llegó a su hogar y su madre con un abrazo y una pequeña regañada por estar algo tarde, lo recibió.

—Estaba con un amigo mamá, me fui tras la salida de las clases un rato. —dijo el verdoso mintiendo a su madre por primera vez.

Su madre vio sus ojos hinchados y supusó que había llorado. —¿Ocurre algo cariño? ¿Has llorado? —le dijo la mujer de poca estatura, sujetando con cariño una de las mejillas del verdoso.

—Estoy bien mamá, no te preocupes. Voy a tomar un baño. —dijo mientras se iba, dejando a su madre un poco extrañada. No quería contarle aún que Shoto había muerto, ella le tenía mucho cariño y sabía que tendría que hacerlo con más tiempo y cuando él lo hubiera asimilado al menos un poco.

Tras salir de la ducha, tomó su móvil y observó un mensaje de su mejor amiga, Uraraka.

"Bestie, ¿Estás bien? Supe que te fuiste antes de tiempo y con ese chico de cabello ceniza, ¿Katsuki era? ¿Te ha hecho algo? Si te ha tocado un pelo, lo mató. " —14.30 pm.

—17:20 pm. "Estoy bien, no me ha hecho nada, decidí marcharme por mi propia mano, él no me impulsó a nada."

"Esta bien, ¿Pero podemos hablar mañana tras las clases? Quiero saber que tan bien te llevas con ese chico que le ha pegado un puño a su mejor amigo." —17:21 pm.

—17:22 pm. "Esta bien. Cuídate, hablamos mañana."

Y tras esto, salió de la conversación y miró entre sus contactos el nombre con el que había agregado a Katsuki, algo nervioso se sentó en la cama, mordiendo sus uñas, pensó si debía escribirle, y tras meditarlo unos largos minutos, le escribió.

—17:53 pm. "Soy Deku, ¿Mañana nos vemos para ir juntos? Pero nada de saltarse clases jeje.

Estaba nervioso, era el primer número que tenía de un amigo en esa ciudad, y además era su primer contacto después de Uraraka y su amiga Tsuyu.

Nervioso fue a merendar con su madre, no había comido nada en todo el día y le mintió a su madre sobre que había comido con su amigo, devoró en minutos el bocadillo y los flanes recién hechos por ella, tras hacer sus tareas y ejercitarse se dio cuenta de que miraba el móvil a cada instante, esperando su respuesta, pero no llegaba.

Tras despedirse de su madre y desearle buenas noches, se fue a descansar, vio algunos capítulos de su serie favorita y a punto de irse a dormir, miró su pantalla por última vez, decepcionándose un poco.

La noche se hizo y el sueño acudió a él, durmió con nunca, había vivido demasiadas experiencias en ese día, y tras sentir como una pequeña lágrima caía de sus ojos tras ver una foto con Shoto, se sumió en el sueño.

—3:54 pm. "Te espero en la plaza, cerca de la institución. No nos saltaremos clases esta vez."

Katsuki le contestó el mensaje, había estado encerrado en su cuarto todo el día, solo había comido un bocata que había llevado para comer en el instituto pero poco le importaba, observó como un mensaje tras ejercitarse aparecía en su móvil, sin embargo lo ignoró, su mente era un caos. Y tras consultarlo varias veces con aquel cuadro, tomó la decisión de contestarle y dejarse dar una oportunidad.

Decidió aquella noche dejar de pensar, comenzaba a ver y pensar cosas que no debería al recordar el azul turquesa y grisáceo de los ojos del bicolor, se puso a pensar en la calidez que sentía al estar con el verdoso, un sentimiento que hacía mucho no recordaba. Quería tomar esta casualidad que le daba la vida, distraerse un poco y a lo mejor tratar de avanzar hacia adelante con la ayuda del pecoso.




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¡Hola de nuevo a todos! Siento mucho haber desaparecido tanto tiempo, nuevamente estaré actualizando más seguido, sobre todo porque quiero terminar esta obra para iniciar nuevas. Muchas gracias para los que sigan pendientes de esta historia. Hubieran muchas razones por las que me fui, pero lo importante es que estoy de nuevo. El capítulo fue más tranquilo, pero es importante para que Deku comience a notar algunas cosas.

Capítulo dedicado por su apoyo: Chibi_Arahabaki

Gracias.

All the love,

Ella.

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