🏳️⚧️•It's My Lover, So What?•🏳️⚧️
¡¡Que cerca estamos ya del final! Estoy emocionada jsjsj
Rayos ¡Lo logré! El cap era para ayer, lo siento, pero me quedé sin internet y no pude subirlo :(( ¡¡Espero les guste!!
⚠️ADVERTENCIA⚠️
Posibles comentarios de transfobia/homofobia, por favor no tomarlo personal.
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꧁༺ 𝓒𝓪𝓸í𝓽𝓾𝓵𝓸 20 ༻꧂
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Dos semanas después...
Aiden:
Mentiría si dijera que no me había sentido fatal estos últimos días y semanas. No solo por el hecho de que Jake me había tenido bastante preocupado cuando desapareció: pero puedo rescatar algo positivo de esa experiencia (para mí, traumática). Y es que Jake y Tom ya pudieron hablar las cosas con calma y todo apunta a que estaremos bien.
Aunque será mejor que me calle antes de que todo lo bueno que hemos ido construyendo estos días se vaya al carajo. Usualmente cuando dices este tipo de cosas como "Nada puede salir mal" todo se jode de la manera más inimaginable posible.
En fin, estaba sentado en mi sofá como cualquier mañana, jugando con Jake en la Wii esperando a que mamá acabara el desayuno. Emma estaba en la cocina con su laptop, haciendo no se qué de un trabajo de la universidad o eso creo. Ese día era domingo, mi último día de paz mental antes de que tuviera que volver al colegio. Cosa que de verdad no quería. He estado recibiendo muchos mensajes de odio en mis redes sociales desde que lo gran secreto salió a la luz, y estoy seguro de que todo va a ir a peor una vez este de vuelta.
Por desgracia he estado evitando mucho el colegio y no me quedan muchas alternativas. Ni siquiera la visita a dirección para informar de lo que hizo Kristal Mc Lean porque: 1, su padre es el director, Chris Mc Lean, y apenas y le dio un castigo leve a la estúpida de Kristal. 2, aunque el vídeo fue eliminado de la cuenta de Kristal, muchos lo resubieron y no han dejado de hablar de eso. Prácticamente estoy en boca de todo el mundo.
...okay, eso sonó mal. Pero creo que me doy a entender.
Mi padre y mi hermana están increíblemente molestos, no se les puede mencionar el tema de lo que pasó porque se molestan de manera instantánea. Y Emma es perfectamente capaz de asesinar a alguien solo por odio, una razón más para preocuparse.
Tal vez para algunos sea vergonzoso que su propia familia pelee sus batallas, pero para mí es lindo ver que mi familia me ama y se preocupa por mí.
Al inicio me quejaba cuando eran sobreprotectores conmigo y los consideraba molestos, pero al conocer a Jake y saber su situación familiar, me di cuenta de que no todos tienen lo que yo tengo y aprendí a apreciarlo. ¿Que cómo solucioné mis problemas con mis padres de ese entonces? Hablamos las cosas y les dije cómo me sentía, Emma me apoyó ya que ella también era hasta cierto punto subestimada y sobreprotegida por el asunto de su síndrome, así que desde entonces las cosas han ido bien para nosotros.
Jake se levantó de un saltó del sillón y soltó un grito triunfante mientras bailaba frente a mí, acababa de ganarme por enésima vez una partida, yo solo lo miraba con una mueca y el ceño fruncido. El desgraciado era tan buen jugador que no se podía jugar con Jake sin correr el riesgo de perder de forma humillante. Pero en su momento de triunfo, alguien lo interrumpió tocando la puerta.
-¡Yo abro! -se ofreció Emma, sorpresivamente.
Al inicio me sorprendió porque Emma es la más antisocial de la familia. Incluso Jake me miró confuso y solo pude encogerme de hombros haciendo una mueca.
Lo más confuso de todo es que la persona que tocaba la puerta era...
¡Sophie! -exclamó mi madre con una sonrisa. -Me alegré mucho cuando Emma dijo que venías a vernos. ¿Cómo has estado, dulzura?
-Buenos días, señora Maxine. -Sophie. Esa chica que es amiga tanto de James como de Kai. ¿Qué hacía en mi casa? ¿Por qué se veía tan feliz? ¿Por qué mi hermana la abraza de la cintura?
Y si, me quedé boquiabierto cuando ví a las dos besarse frente a mí y Jake.
-Wow... Eso explica muchas cosas. -se me salió el comentario, logrando llamar su atención. Al contrario de Emma, que me vio algo fastidiada y rodando los ojos, Sophie cambio radicalmente su expresión de alegría a una de angustia y corrió hacia mí, apresándome en un abrazo MUY fuerte que casi me saca los órganos internos.
-¡AIDEN! ¡LO SIENTO TANTO, DE VERDAD! -Aparte de dejarme casi sordo por gritarme en los oídos, casi me saca los ojos en su abrazo. Ella se alejó solo unos momentos de mi para verme con ojos llorosos. -¡Vi el tik tok de esa maldita hija de puta y no supe si enojarme o ponerme a llorar! Quiero que sepas que estoy aquí para cualquier cosa que necesites, además de haberle partido la nariz a esa perra de Mc Lean.
-¿Hiciste que cosa?
-¿No te metiste en problemas? -pregunté, algo abrumado.
-Uh... ¿No?
-Le hicieron un proceso por mala conducta, no le crean. -bufó Emma. Sophie se volvió a verla solo para sacarle la lengua. Yo las miré, perplejo.
-¿Ustedes dos son...?
-Hace dos años. Nadie lo sabía porque técnicamente éramos ilegales en ese momento. -sonrió orgullosa la rubia.
-Opinaría, pero estuve en una relación virtual con un tipo de treinta y tantos. -dijo entonces Jake. Yo lo miré, perturbado.
-Eso que los mayores son los mejores. -concedió la pelirrubia. Ella y Jake chocaron los puños y yo no sabía si alegrarme de tener buenos amigos o preocuparme por su salud mental.
-Mamá, ¿Tu lo sabías? -Mi madre me miró y asintió. -¿Y qué hay de papá?
-Cariño, hasta tu tía Beatrice lo sabe.
-¿¡Que!? ¡¿Y por qué a mí nadie me cuenta nada?!
-Porque que eres un enano metiche. -replico mi hermana, a lo que yo la mire mal. -Además, no sabes quedarte callado. Si lo sabías, medio mundo se habría enterado.
Me ofendí, pero era verdad.
-¿Y cómo has estado? ¿Cómo te sientes? ¿Hay algo que pueda hacer por ti? -Me preguntó Sophie con el ceño fruncido, pero yo negué con la cabeza.
-Estoy mejor, de verdad no tienes que preocuparte.
-Yo creo que deberías hablar con...
-No. -interrumpí. Sophie torció el gesto con claro disgusto ante mi interrupción, pero yo lo ignoré tanto como pude. -Definitivamente no quiero hacerlo, no ahora que él... lo sabe. -Suspiré, sintiendo mis ojos picar por las lágrimas que amenazaban con salir. -James me odia muchísimo. Al igual que todos, sentía asco de solo verme.
___
Sophie:
Okay, hay muchas cosas que me joden en la vida. El maltrato animal, las familias homofóbicas y maltratadoras, las personas que se creen superiores al resto y que alguien trate de controlar lo que sienta o no otra persona.
Quiero decir, sí. No tengo derecho a quejarme de Aiden porque en algún punto fui igual. Pero por Dios, ¿cómo puede decir que James lo odia sin siquiera haberse atrevido a buscarlo y hablar con él lo que pasó? ¡Maldición! Si acaso él tuviera una sola idea de lo mal que ha estado ese tipo desde lo que pasó ese día después del partido.
Admito que me sentí realmente enojada cuando escuché a Aiden admitir lo de la apuesta, pero una parte de mí comprendía que este se arrepintió de sus acciones y no había querido herir los sentimientos de quien considero mi mejor amigo. Pero eso no cambia el hecho de que estuve desde las 11 de la noche hasta las 4 de la madrugada de ese mismo día con James y Kai en una llamada, el primero llorando y quejándose de la apuesta de Aiden, Jake y Ellie, y el segundo se quedó dormido en media llamada mientras yo solo escuchaba y lo dejaba desahogarse. El daño de Aiden estaba hecho, no importara lo mucho que se arrepintiera.
En cualquier otra ocasión lo hubiera mandado al carajo y colgado sin más la llamada, pero tanto ese pedazo de cartón como el idiota marihuano de Kai son mis mejores amigos, y en ese momento James estaba en un momento difícil. No solo por tener el corazón destrozado ya que realmente estaba enamoradísimo de la Melanie Martinez (jamás creí que me cansaría de escuchar a James halagar 50 veces al día cualquier mínima cosa que hiciera Aiden), tiene una situación familiar delicada y su madre está internada en el hospital por heridas graves que provocó ese asqueroso hombre que lo único bueno que ha hecho en el mundo es haber creado a mi mejor amigo. Y yo tenía sí o sí que estar a su lado antes de que se desmorone por completo.
Tengo una larga lista de personas a las que quiero asesinar. Y por mucho que odie lo que Kristal y Riya le hicieron a Aiden, jamás perdonaré al infeliz que tiene James como padre. Es tan injusto que personas desagradables como él decidan tener hijos únicamente para tratarlos tan mal...
Los siguientes días después de eso visitaba con constancia el apartamento de Kai, donde también James empezó a quedarse luego de que internaran a su madre. Tanto él como yo sabíamos que James estaba más que dolido y hacíamos todo lo que podíamos por cuidarlo. Además de acompañarlo en sus visitas al hospital.
Pero dos semanas atrás, cuando Kristal reveló aquellos secretos, James estalló en ira por completo. No es broma. Literalmente a la mañana siguiente, se acercó a la mesa donde Kristal estaba desayunando en el comedor y ahora fue él quien empezó a cantarle sus verdades a la cara, defendiendo a Aiden. Eso me sorprendió. Pese a su carácter, James no suele ser alguien que pierde los estribos con tanta facilidad, sin embargo, tratándose de ese enano...
Empezó gritándole a Kristal y recalcando en cada una de sus palabras lo zorra y cretina que era, diciendo que sus amigas ni siquiera estaban con ella porque les agradara sino más bien por miedo. Obvio ella se enojó, pero no pudo si quiera reclamar porque James siguió hablándole casi a gritos y (todavía no sé de dónde sacó la información) sacó a la luz una verdad vergonzosa de la chica.
De hecho, es tan fuerte que ni siquiera lo diré, pero fue suficiente para ponerla a llorar del coraje. Fue ahí donde Ellie se unió a James y entre ella y el pedazo de cartón empezaron a mentarle la madre (tremenda humillación fue subida a Tik Tok) y mi orgulloso mejor amigo hizo algo que nos dejó tanto a mí como Kai y los demás estudiantes boquiabiertos.
-¡No tienes derecho de juzgar a Aiden solo por tener preferencias diferentes! ¡Yo tengo mis gustos y no por eso soy diferente a ti, o a él, o cualquier otra persona! Ser pansexual, en mi caso, no me vuelve menos humano. Y hasta donde yo sé, ser auténtico consigo mismo no es un delito. ¡Empiezo a creer que estás celosa de su autenticidad! -Todos soltaron un sonido de exclamación, Yul solo se desmayó. Imbécil. -¡Sí! ¡Soy pansexual! ¿Y qué? ¿Soy diferente a ustedes por mi preferencia? ¡No! ¡Claro que no!
-¡Grítalo, James! -Apoyó Rosa desde la muchedumbre reunida en ese momento.
-¡Eso es, viejo!
-¡Tiene razón! ¡No por ser lesbiana quiere decir que sea menos humana! -Añadió Lake.
-¡Arriba los asexuales, mierda! -Grité yo, Dan que estaba cerca me apoyó en mis palabras. Ahora muchos otros estudiantes comenzaban a hacer sus propias declaraciones que dejaron a más de uno anonadado.
-¿¡Autenticidad!? ¿¡Dices que es normal que la gente se cambie el sexo solo por no sentirse identificados con su cuerpo!? ¡Es una estupidez! -Todos se callaron tan pronto Kristal retomó la palabra.
-Es SU problema lo que él haga con su vida y cuerpo, Kristal. No tienes derecho a decirle qué debe o no ser. No te perjudica a ti. ¡Así que cierra ya la maldita boca!
-Mejor aún. -Todos soltaron un "Uuuuh" de exclamación y sorpresa cuando Ellie se acercó a la mesa donde la pelinegra antes estuvo tomando su desayuno, tomó el vaso con limonada que estaba servido y se la arrojó encima a Kristal. Un cocodrilo podría perfectamente haber cabido en mi boca de tanto que la abrí de la impresión. Lo más gracioso había sido la expresión indignada de Mc Lean y su boca entreabierta. -Bebe limonada, puta. ¡Es fácil de conseguir igual que tú!
Para qué mentir, si me reí mucho ese día. Fue lindo ver a esa maldita hija de puta recibir un poco de su propia medicina.
Pero eso no evitó que otra parte de los estudiantes continuara con su transfobia hacia Aiden y este fue de hecho el motivo que llevó a James a meterse en una pelea en el instituto con Duncan, unos días después. El muy imbécil estaba burlándose de la situación de Aiden que obviamente, ya todos conocían, mientras a su lado, Scott y Lighting se reían con él. Iba caminando con James, Rosa y Kai por el pasillo mientras hablábamos como siempre solemos hacer, cuando tuvimos la desgracia de escuchar los desagradables comentarios transfóbicos de esos inútiles. Entre yo y Rosa tratamos de detener a James, cada una tomando uno de sus brazos, pues ya había apretado los puños y en su mirada era más que obvio que estaba molesto por tales palabras. Una muy, muy mala señal.
-¡James, detente! ¡No vale la pena! -decía Rosa.
-¿Qué ocurre? ¿En serio se enojan por decir lo que es cierto? ¡Ese tipo es desagradable! Bueno, esa tipa. Más bien. Qué asco, ¿por qué una mujer trataría de fingir algo que claramente no es?
-¡Voy a hacer que te metas tus palabras por donde no te llega la luz! -exclamó mi mejor amigo, más que dispuesto a asesinar a Duncan.
-Viejo, no los escuches. Sus energías negativas te mortificarán si dejas que te afecten...
-¡Escucha a Kai, James! ¡No te rebajes a su nivel! -apoyé las palabras de mi amigo. Pero fue en vano. James nos empujó a mí y a Rosa hacia Kai, quien, siendo tan delgado, no fue capaz de aguantar nuestro peso y se cayó al suelo con nosotras sobre él. Nadie fue capaz de detenerlo cuando James, en un impulso de ira, se abalanzó sobre Duncan y empezó a golpearlo con fuerza.
Ese bastardo es realmente fuerte cuando se lo propone. Y por esa misma fuerza bruta fue que dejó tan herido a Duncan al punto de dejarlo en la inconsciencia.
-¡Oigan! ¿Qué ocurre? -Heather se acercó a mí y Rosa para ayudarnos a ponernos en pie. Rosa le hizo un breve resumen mientras ella le daba la mano a Kai para ponerse en pie y yo buscaba con la mirada a Alejandro (pues habitualmente donde estaba uno, estaba el otro). Y de hecho, lo encontré. Se había metido entre James y Lighting, pues al no poder seguir golpeando a Duncan, siguió con el otro idiota. Doy gracias a Dios por haber hecho a Alejandro diez veces más fuerte y sensato que James.
Así que sí, mi mejor amigo de corazón y estabilidad mental rotos estaba metido en un gran problema. Por desgracia el director Mc Lean se puso del lado de Duncan y Lighting porque "hacer comentarios transfóbicos y despectivos no es un buen motivo para golpear a alguien" y esta vez fueron Rosa y Heather las que tuvieron que agarrarme para no levantarle la mano al director.
El sistema educativo es realmente una mierda.
Esa noche me decidí quedar en el apartamento de los chicos a hacerle compañía a James, quien se la pasó llorando prácticamente hasta quedarse dormido. Jamás lo había visto de esa forma y decir que estaba preocupada era decir poco. Quiero decir, James no comía nada, no bebía agua, no hacía nada que pudiera estimular su cerebro. Como si estuviera en modo avión. Las únicas actividades extracurriculares que hacía eran ir al colegio y visitar a su madre. Incluso había comenzado a perder peso y un par de ojeras empezaban a notarse bajo sus ojos oscuros. Fue entonces que conversé seriamente con Kai, llegando los dos a la misma conclusión:
James podría morir pronto por culpa del estrés crónico que estaba experimentando, y yo definitivamente no iba a quedarme de brazos cruzados viendo a mi amigo morir lentamente.
Más de una vez entre yo y Kai tratamos de razonar con él para que buscara a Aiden para poder hablar, pero no hubo caso.
-Lo último que Aiden necesita es el consuelo de un imbécil como yo.
-James...
-Debe pensar que lo odio mucho ahora.
-¡Entonces ve y dile que no es así!
-¿Para qué? ¿Para hacerlo sentir peor? Aiden nunca me ha necesitado. Al contrario. Puede que para él no sea así, pero yo siempre he vivido bajo su sombra, jamás me animé a salir de mi rincón oscuro por miedo a lastimarlo. Porque sabía que un inepto como yo no estaba a la altura de un ángel como él. Porque era consciente de que yo no sabía lo que era amar o sentirse amado, mi concepto del sentimiento estuvo siempre distorsionado en consecuencia de los maltratos de mi padre, pero es mi culpa también por no haberme tratado de esforzar ni siquiera un poco en entender lo que sentía. Y efectivamente, por culpa mía, Aiden terminó lastimado una, otra y otra vez. Ya yo acepté que jamás llegaré a ser amado o amar a alguien, acéptenlo entonces ustedes también...
Dios, yo soy realmente sentimental y me siento muchísimo los dolores ajenos. Me afectaba ver a mi mejor amigo de casi toda mi vida en ese estado tan lamentable, y ahora que Aiden dijera algo así...
-¿Cómo te atreves a especular los sentimientos de mi mejor amigo? -Exclamé, elevando sin querer mi tono de voz. Aiden, quien ya se había dado la vuelta para dirigirse a la cocina, detuvo su caminar. Yo podía sentir las miradas de Maxine, Jake y mi novia sobre mí, pero me importaba un comino. -¡Ponte en sus zapatos, Aiden! No eres la única víctima de todo esto. -Apreté mis puños y sentí mis lágrimas desbordarse de mis ojos. -¡Él está sufriendo mucho por toda esta situación! ¡Se metió en un problema hace casi nada por defenderte de unos idiotas que se atrevieron a hablar blasfemias de ti! ¡No tienes derecho a decir cómo se siente James cuando ni siquiera te has animado a darle la cara!
-¿¡Y qué debería hacer entonces?! -Me respondió de la misma forma Aiden, con los ojos tan llorosos como los míos. ¿Me habré pasado de la raya...? -¡No es fácil para mí! ¿¡Ok!? Traté de ser NORMAL, de ser como los demás niños. Pero ¡¿cómo se puede ser normal cuando no puedes estar con los niños al ser tan "afeminado" ni estar con las niñas al ser demasiado "brusco"?! ¡Dímelo, Sophie! ¿¡Cómo es normal que una niña se sintiera mal por ser NIÑA!?
Fue ahí cuando lo entendí, Aiden estaba desahogándose de sentimientos que llevaba probablemente años reprimiendo. Era bueno que lo expresara, ignorando el hecho de que me molestara lo defensivo que se había puesto. Solo por eso me quedé en silencio y lo dejé proseguir. Entre lágrimas y gritos, Aiden gesticulaba mientras se quedaba casi sin aire entre cada palabra que decía.
-¡No puedes entenderlo, Sophie! -exclamó Aiden, su voz quebrándose por la emoción reprimida. -¡Sentirse atrapado en un cuerpo que no encaja con lo que sientes en tu interior! ¡Ser juzgado y rechazado por ser simplemente quién eres! Lo que es vivir con miedo constante de ser juzgado, las hipócritas personas que dicen "Oh, está bien ser uno mismo y que la gente conozca tu verdadero ser" son las mismas que te señalan con el dedo de manera acusadora y te gritan hasta de lo que te vas a morir cuando demuestras tu verdadero ser. Vivir con ese peso emocional, sabiendo que hagas lo que hagas, seas quien seas, nunca será suficiente para los demás. Encontrando errores en todo lo que digas y hagas... con las expectativas ajenas aplastándote día tras día. ¿Cómo se supone que debo enfrentar a James cuando ni siquiera puedo enfrentarme a mí mismo?
Aiden se detuvo, sus palabras se ahogaron en el aire cargado de emociones. Su rostro, bañado en lágrimas, reflejaba una mezcla de frustración y tristeza que me llegaba al corazón. Por un momento, me quedé en silencio, dejando que sus palabras resonaran en mi mente. Todos, de hecho, se quedaron envueltos en un silencio incómodo. Jake no se había movido del sillón, Maxine nos observaba desde la cocina y Emma nos veía de brazos cruzados discutir.
-Tienes razón, no lo sé. -Dije al fin, reuniendo algo de valor para dejar salir a la luz mis pensamientos. -No sé cómo te sientes en ese aspecto. Pero sé que por el lado emocional te sientes abrumado, avergonzado y dolido. Pero allá afuera hay un tipo que por mucho que le cueste demostrar amor, está más que dispuesto a defenderte de los malos comentarios a tus espaldas. Que llora todas las noches extrañando a su madre y sufriendo por errores que no fueron suyos. -Yo exhalé profundo, tratando de controlar mis sentimientos explosivos y elegir con cuidado mis palabras. -Y no es justo para mí ver a ambos sufrir de esta forma porque ninguno es una mala persona, Aiden. -Yo lo miré, severa. -Lo único que te pido es que hables con él, te sorprendería lo que puedes descubrir de una persona.
Después de eso se produjo un silencio incómodo. Uno que pareció eterno hasta que Maxine interrumpió, ofreciéndome una taza de café, a lo que definitivamente no me iba a negar. ¿Quién le dice no a una taza de café caliente? Si me llego a morir, será una de dos: o me atropella un camión por cruzar la calle como si fuera inmortal o una sobredosis severa de cafeína.
-Sophie. -Emma tomó asiento a mi lado, acercando una silla para sentarse ella. Yo por instinto, me puse a la defensiva mientras daba un sorbo a mi amado café.
-Sí, sé que me pasé de lanza con lo que le dije. Pero es la verdad, no puede mantenerse ajeno a la situación por siempre. Lamento haber actuado así. -Dije cortante. Pero Emma negó con la cabeza y tomó mi mano.
-Al contrario, estoy feliz de que fueras directa. -Yo la miré, perpleja. Emma acomodó discretamente su aparato auditivo y me sonrió levemente. -Gracias por decirlo, llevo mucho tiempo tratando de hacerme escuchar, pero como nadie nunca escucha a la hermana mayor...
Yo parpadeé. ¿No había sido grosera, sino lo contrario?
-Estoy segura de que, al ser tu una amiga, o bueno, conocida, considerará más tus palabras que las mías. No te sientas mal, alguien se lo iba a tener que decir tarde o temprano.
Yo guardé silencio, sin saber que responder. Supongo que si Emma dijo que no importaba mucho no debía darle tanta mente, pero una parte de mi se sentía culpable de mis palabras.
Me desconozco cuando se trata de mi mejor amigo.
___
Omnisciente, horas atrás:
James no diría en voz alta que no estoy enojado y decepcionado por lo que pasó con Aiden porque sería mentira. Han pasado alrededor de 2 o 3 semanas desde que ambos chicos perdieron cualquier tipo de contacto y varias cosas habían sucedido desde entonces. Cosas tanto buenas, como malas, como preocupantes...
El joven brasileño asume que salir del closet de forma pública fue el suceso más significativo en mi vida hasta ahora. Gran parte de sus conocidos y amigos en el instituto aceptó su orientación sexual y no se vio demasiado atacado en redes. De hecho, según Yul, incluso había subido un poco su popularidad en tik tok. ¿Por qué? Pues, resulta que Daniela, la novia de Lake, grabó toda la pelea que había tenido con Kristal junto a Ellie, aparentemente el público se conmovió ante su acto de defensa.
Pero la verdad, al moreno le importaba muy poco su reputación a esas alturas.
-Viejo, ¿seguro que no quieres que pasemos a un estacionamiento de comida rápida para que comas algo? Unas papas, aunque sea.
Kai miró desde la ventanilla del asiento del conductor a su amigo, con el ceño fruncido evidenciando su preocupación. Ese domingo Kai iba a acompañarlo a ver a su madre, quien seguía internada en el hospital, y de paso Sophie le pidió un aventón hasta la casa de su novia, Emma. La única chica del grupo estaba en el asiento copiloto mensajeándose con alguien (su novia, duh) mientras Kai conducía. Era el único que tenía licencia de manejo y auto propio, así que no era necesario llamar un Uber o un taxi cada vez que Sophie o James querían salir a algún sitio. Para eso tenían a su conductor personal.
El de tez parda miró al peliverde, claramente disgustado.
-Não, não quero comer nada. Eu não estou com fome. -respondió a secas.
-Maldição, James. Você não deveria ficar com fome assim. Coma algo antes que eu seja obrigado a fazer você comer. E não tente nos confundir falando português, você sabe muito bem que eu entendo você. -James soltó un gruñido por lo bajo ante la réplica de Sophie. Siempre olvidaba que su madre es políglota y le daba clases de idiomas, hablaba con fluidez portugués, japonés y estaba aprendiendo francés. Sin contar su lengua materna, español.
-Você diz isso como se você não começasse a insultar em espanhol toda vez que perde uma partida no Call of Duty. Deixe-me em paz, Sophie.
-Sias tonto, mae. Calláte un rato. Pedazo de fachudo, ya quisiera que alguien se preocupara por usted como me preocupo yo. -Nuevamente, James soltó un suspiro de frustración. A veces el acento costarricense de la pelicastaña lo confundía en creces, y no es que hablara muy bien español de todas formas.
-Eh ¿Podemos volver a hablar el mismo idioma? Porque no tengo idea de nada de lo que dijeron. -Tanto el moreno como la peliteñida refunfuñaron. -Gracias. Ah, y Sophie, estamos a 5 minutos.
-Déjame aquí, caminaré lo que queda del camino.
Cruzado de brazos, James contempló a Kai y Sophie darse un abrazo antes de que ella abriera la puerta del auto. La chica dirigió una mirada severa al de tez parda y lo apuntó con su dedo.
-No puedes huir de él por siempre, Jamescito. -Le dijo, provocando un bufido del contrario. Sophie le dio leves palmadas en la cabeza y formó una mueca que aparentaba ser una sonrisa. -Até mais tarde, boa sorte com sua mãe.
-No sé qué dijiste, pero nos vemos más tarde, Soph. -Se despidió Kai, por su parte. Cuando ella hubo cerrado la puerta y empezó a alejarse del auto donde los dos muchachos de encontraban, Kai quitó el freno de mano y volvió a dirigir el vehículo en la autopista, camino al hospital. Kai no hizo ninguna pregunta o comentario durante el trayecto, cosa que James agradeció para sus adentros. Desde el adiento asiento trasero, el de orbes oscuras podía ver de reojo los automóviles pasando con prisa. Seguramente de personas apuradas por llegar a su trabajo o alguna cita. Sin embargo, él, contrario al resto, sentía haber perdido el rumbo. Que ya no tenía una motivación para avanzar más que su madre.
Pues creía que Aiden no volvería a formar parte de su vida tras lo sucedido. Y lo negaba constantemente para tratar de aceptar la realidad, pero le dolía como el carajo el sólo pensamiento de no poder volver a contemplar esos ojos turqueses que tanto adoraba, saborear aquellos labios sonrosados y con un ligero sabor de fresa, acariciar las suaves mejillas de su mullida piel de porcelana... una última vez antes del último adiós.
-Aquí estamos. -Anunció Kai. El moreno parpadeó, haber estado tanto tiempo sumergido en sus propios pensamientos le hizo distraerse y no había caído en cuenta de que ya se encontraban en el estacionamiento del hospital. El peliverde, sin levantarse de su asiento, se giró para poder ver a su amigo. -¿Te espero aquí o prefieres que te acompañe?
-Estaré bien, no te preocupes. -a duras penas, James pudo ofrecer una sonrisa triste y forzada. -Gracias por traerme, amigo.
-Cuando quieras, viejo. Sabes que cuentas conmigo y Sophie para cualquier cosa que necesites. No debes lidiar con tus problemas solo. Rosa también ha estado preocupada e incluso Yul. -la mención del último nombre hizo a James bufar con diversión. No lo aparentaba, pero no era tan mal amigo. Había mejorado mucho su carácter desde que empezó a salir con esa chica gimnasta, Grett.
-Lo sé, y lo agradezco en serio. Bueno... Supongo que me voy.
-Suerte, bro. -Kai miro de reojo al moreno abrir la puerta del asiento trasero y perderse a través del camino que dirigía a la entrada del hospital.
James caminó por los pasillos del hospital, sintiendo el peso de la ansiedad y la tristeza aplastándole el pecho. Cada paso parecía más difícil que el anterior, pero se obligó a seguir adelante.
Al llegar a recepción, informó que venía a visitar a su madre y le dieron la habitación. Subió en el ascensor, tratando de controlar los latidos acelerados de su corazón. Tan pronto se adentró en la habitación, vio a su madre acostada en la cama, con aspecto frágil, y, sin embargo, con una sonrisa cálida al verlo.
El de tez parda se acercó lentamente, sintiendo un nudo en la garganta. Se sentó junto a ella, tomando su mano con ternura.
-Olá, mãe. -susurró, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse.
-Olá, querido. -respondió ella, su voz débil pero llena de amor. -Estou feliz em te ver.
La madre, Larissa, se encontraba acostada en la cama del hospital, vistiendo una bata blanca que apenas ocultaba su pijama a rayas azules. A pesar del ambiente clínico, su tono de piel moreno irradiaba calidez y vida. Sus ojos oscuros, del color del chocolate, reflejaban cansancio, pero también brillaban con alegría al ver a su hijo. Su cabello oscuro y arremolinado estaba recogido descuidadamente en una trenza suelta.
En la mesita de noche junto a su cama, se encontraba una máquina de signos vitales, emitiendo suaves pitidos que llenaban la habitación con un sonido constante. Una vía intravenosa estaba conectada a su mano, con un goteo lento que suministraba medicamentos. Un par de revistas y libros descansaban apilados en una esquina, junto con una botella de agua medio vacía. La habitación estaba iluminada por la tenue luz de una lámpara en la pared, creando un ambiente tranquilo y sereno en medio del bullicio del hospital.
-Como você está? Tem fome, sede, frio? Posso fazer algo por você? -pregunto entonces el chico. La mujer sonrió y nego suavemente con la cabeza.
-Não se preocupe, meu céu. Estou bem. -asegura ella. -Melhor me conte sobre o seu dia. Você veio de táxi?
-O Kai me deu uma carona, na verdade.
-Ah, ele é um bom rapaz. Fico feliz em ver que você tem amigos tão bons.
-Sim... Eu tenho.
-E aquele rapaz? Aiden era o nome dele? -James agachó la cabeza, esforzandose por no romper en llanto ahí mismo delante de su madre. Larissa frunció el ceño y lo miro con preocupación. -Meu amor, há algo que você não me contou sobre a escola ultimamente?
-Não quero falar sobre isso.
-O que aconteceu, James? -insistió la morena.
-Simplesmente não falamos e pronto...
-Brigaram?
-É uma forma de dizer, acho...
-Querido, sinto muito, mas vocês jovens são assim, tenho certeza de que vão se resolver em breve.
James decidió no responder nada más, limitándose a un tímido y dudoso asentimiento de cabeza. No sabía cómo decirle a su madre que aquella simple "pelea" si podía llamarse así, había causado muchos problemas las últimas semanas. Tampoco es que fuera a entrar en detalles: el chico sabía que su pobre madre ya tenía suficientes problemas como para lidiar con un desastre como él.
Al de tez parda no le cabía en la cabeza cómo fue que él y su madre soportaron los maltratos de ese alcohólico hombre que mal llamó "padre" los últimos años, durante tanto tiempo. Siempre había sentido impotencia de no poder proteger a su madre, de haberse sometido sumisamente ante los deseos egoístas de ese hombre. Le provocó un severo trauma en lo que respecta el amor, y fue precisamente por ese trauma que tanto le costó hacer amigos. Sin embargo, su paciencia se rompió cual cristal cuando ese hombre tiró de las escaleras de su casa a su madre y empezó a golpearla hasta dejarla casi muerta, lanzándose sobre él con una ira asesina indescriptible. Padre e hijo golpeándose sin piedad y con ansias de muerte, con el sonido de las sirenas de la policía de fondo mezclados con el llanto de la única mujer de esa inestable familia.
Y no fue sino hasta que llegaron Sophie, Rosa y Kai que el moreno finalmente encontró consuelo y compañía, rellenando el vacío que sentía por dentro con una falsa personalidad egocéntrica y narcisista que mostraba al público de sus redes sociales, en busca de la aceptación que nunca tuvo de su padre y que tan ansiosamente buscaba.
Pero... ¿quién era él para hablar de aceptación, cuando el chico al que más amaba era cruelmente atacado por todos ante su secreto? No había comparación, simplemente no la había.
El resto de la tarde, James se quedó al lado de la camilla de su madre, hablando trivialidades y anécdotas de madre e hijo. James se quedó con Larissa hasta que un médico irrumpió en el cuarto, avisando al adolescente de que la hora de salida ya había culminado y debía retirarse. Muy en contra de su voluntad y con el ceño fruncido, James aceptó. Se dirigió hacia su madre, la despidió con un beso en la mejilla y prometió que volvería mañana para visitarla. Tras eso, fue escoltado por el mismo médico hasta la salida y regresó a paso lento hacia el espacio donde Kai se había estacionado. El estacionamiento estaba prácticamente desierto y los únicos ahí presentes eran el auto de Kai, el mismo Kai, y James.
-...No, cuelga tú, linda. -Fue lo primero que escuchó James al abrir la puerta del asiento copiloto. Enarcó la ceja y miró confuso al peliverde quien veía embobado la pantalla de su celular. La única neurona que había sobrevivido a su movida semana procesó después de 15 segundos que se trataba de Maggy, su novia. -No, no voy a colgar. Insisto. Me sentiré mal si lo hago yo. Hazlo tú... ¡Oye! Espera ¡Ay, Si me colgó en serio!
-¿Terminaste...? ¿O prefieres que de tres vueltas por el estacionamiento antes de que nos echen? -Dice con cero sarcasmo el brasileño.
-¡James! -El peliverde estaba levemente sonrojado por la vergüenza de haberse visto atrapado en plena llamada con su novia. Una sonrisa nerviosa se mantenía curvada sobre sus labios. -¿Escuchaste mucho?
-Nah, de todas formas, me da igual. Lo que pase entre tú y tu novia no me incumbe. -El de pelo oscuro se sentó en el asiento y tras cerrar la puerta, se abrochó el cinturón. -¿Sabes? Hay un estacionamiento de Mc Donalds no muy lejos de aquí y creo que no me vendría mal una comida. ¿Vamos?
Kai lo miró con sorpresa, teniendo los ojos bien abiertos. Una vez hubo procesado, sonrió satisfecho a su amigo.
-¡Claro, viejo! ¿Unas papas y una McRib?
-Suena bien, pero será mejor llevarle algo a Sophie o se va a resentir.
[...]
Era una nueva mañana en el instituto Tipiskaw, y las tensiones eran palpantes en el aire. James almorzaba (en contra de su voluntad) en compañía de Rosa, Lake, Daniela, Sophie, Yul, Kai y Maggy. Aunque cada quién estaba en su propio universo. Rosa María veía un nuevo capítulo de la Rosa de Guadalupe con Lake y Daniela, Yul estaba peleándose con randoms en comentarios de Tik Tok, Kai y Maggy hablaban de forma cariñosa y amorosa entre ellos mientras que Sophie estallaba en ira cada vez que alguien la mataba en Call Of Duty.
-¡Carajo! Ese tipo otra vez. Ahora si lo mato. -James rodó los ojos ante la enésima promesa de homicidio por parte de la castaña, acostumbrado ya a sus arrebatos de ira.
-¿Por qué no dejas eso y te comes tus papas? Ya desesperas. -reclamó el de tez parda. Sophie lo miró mal y le sacó el dedo del medio.
-Jódete. ¿Sabes lo difícil que es ganar una partida en Battle Royal cuando me dan compañeros tan inútiles? ¡Tuve que correr desde Nueva Vision hasta la Zona descuidada porque a los otros tres pendejos se les ocurrió morirse juntos y me tocó a mi revivirlos!
-No sé de qué hablas, solo come y ya. O cállate, cualquier opción es buena.
-Ugh, eres un insufrible. -Gruñó la castaña. Estaba dispuesta a continuar su partida cuando entraron tres personas en el comedor, sus ojos celestes se abrieron con impresión y codeó el brazo de James.
-¿Ahora que mierda quieres?
-Cállate y mira, estúpido cartón.
James, a regañadientes, hizo lo que la chica le indicó, sin embargo, su expresión de frustración y cansancio desapareció en un abrir y cerrar de ojos y se quedó atónito contemplando a aquel conocido trío pedir su almuerzo.
Porque sí, Aiden estaba ahí junto a Jake y Ellie.
-¡Mierda, ve a hablar con él! -le susurró Sophie, zarandeándolo.
-¿¡Estás loca!?
-Si, ¿recién te das cuenta?
-No voy a hablarle. -Replica, ignorando el comentario anterior de la chica. -No puedo, Sophie.
-No te hagas el menso, puedes hacerlo.
-Bueno, pero no quieres hacerlo.
-Ugh, es que tenías que ser hombre. Solo espero que no vayas a ignorarlo por dos putos años solamente por cobarde.
James calló, sin estar dispuesto a continuar la conversación.
Por su parte, Aiden se encontraba en un estado pésimo. Podía sentir las miradas de todos sobre él, escuchar sus comentarios. No se animaba a levantar la cabeza, y su único apoyo en esos momentos eran Ellie y Jake.
-Esos imbéciles pareciera que no tiene nada mejor que hacer con sus vidas y se limitan a criticar la de otros. -escupió Ellie con recelo. Jake la miró, angustiado.
-Lo sé, pero no hay nada que podamos hacer. -suspiró el peliazul. -Perdon si te sientes mal, podemos irnos cuando quieras. -añadio, mirando a su amigo con expresión triste.
Aiden apenas y levanto la vista, sabiendo que Jake se dirigía hacia el.
-Estare bien... Solo vamos a sentarnos.
Tras pedir sus respectivos almuerzos, el trío se alejo y empezaron a caminar hacia una mesa donde los esperaban dos personas. Tom y Gabby, específicamente. La chica estaba trataba de tomarse un selfie con filtro de gatitos con su mejor amigo, pero este, avergonzado, cubría su rostro con su mano para no salir en la foto.
Tom y Gabby, conscientes de lo que pasaba, no hicieron preguntas y se limitaron a guardar silencio mientras los recién llegados tomaban asiento.
-Quisiera insultar en francés, pero me seguirían entendiendo. -solto Jake, con una expresión llena de indignación. -Estas personas son un asco.
-Daria lo que fuera por explotar este lugar ahora mismo. -suspiró Ellie, con una mejilla apoyada en su mano. Sentado en medio de los dos, Aiden escondió su rostro en el hueco entre sus brazos que usaba a modo de almohada.
-Odio mi vida. -lo oyeron decir.
-Lo siento mucho, Aiden. -Gabby se mostró triste. -Estamos aquí para cualquier cosa que necesites.
-No tienes que escucharlos, son solo unos idiotas.
-Para ustedes es fácil decirlo ¿Ustedes son el chisme de todo el colegio por haberse sometido a una cirugía de cambio de sexo? -todos callaron. -Exacto.
-...Si te hace sentir mejor, Kristal no asomara la cara en un buen tiempo. James le dió una lección que no va a olvidar en mucho tiempo.
-¿James...?
-Bien hecho, Ellie. Ahora el enano lo sabrá. -Jake se dió una palmada en el rostro con frustración.
-¿Y que tiene? Es hasta mejor. -replicó la pelirroja, a lo que el peliazul refunfuñó en respuesta. -Verás, enano. -dijo, volviendo a centrar su atención en el de cabello bicolor, quien la veía y escuchaba con atención. -Hace unos días, la semana pasada, de hecho, James oyó a Kristal hacer unos comentarios despectivos hacia tu persona y pues... El se metió a defenderte.
-¿A... Mi?
-Si, a ti. -asintio la chica. -¿Ya ves? El no te odia. Incluso se peleó con Duncan por ti.
-¿¡Con Duncan!? -repitio, horrorizado.
-Aunque tengo entendido que le dió una buena paliza. -reflexiono Gabby, frunciendo los labios. No le gustaba nada que involucrara violencia a menos que se tratara de violencia contra Kristal.
-Ja, merecido lo tendrá. -solto Tom, con una risa sin gracia. -Eso le pasa por serle infiel a Courtney, ya era idiota de nacimiento.
-Eso si, ¿Quien diablos engaña a Courtney? -bufó Jake. -Es un sol y el único defecto que le encuentro es ser increíblemente competitiva. Bordeando lo psicópata.
-Me recuerda a alguien...~ -canturreó el de ojos cían, con una sonrisa juguetona en sus labios. El de ojos oscuros le devolvió la mirada, ofendido, e hizo un puchero.
-Deberias hablar con el, Aiden. -él nombrado dirigió sus ojos a la muchacha de tez morena y mirada afable, que lo contemplaba con obvia angustia. -No es bueno para ninguno de los dos quedarse así.
-¿Y de que se supone que vamos a hablar? ¿De cómo le mentí? Ni-Ni siquiera se por qué me afecta tanto. -se maldijo así mismo al sentir su voz romperse ligeramente, a causa del llanto que amenazaba con salir. Cruzo los brazos y no se digno a devolver la mirada a Gabby, avergonzado de su propia debilidad. -No deberia sentirse a-asi...
-Eso es por qué él te importa, y mucho, según puedo ver. -respondio la de chaleco rojo. Aiden resopló. -No puedes controlar lo que sientes, simplemente expresarlo. No deprimas esas emociones, Aiden. Solo te enfermaran.
El chico más bajo quiso reclamar, pero una voz burlona y femenina se oyó tras sus espaldas, no tenía ni siquiera que voltearse para ver de quién se trataba, ni tampoco lo haría.
-Vaya, vaya. ¿Así que el vampirito gay decidió salir de su ataúd? -una risa acompaño las palabras de Kristal.
-Dejamegolpearla. -murmuro entre dientes la pelirroja, viendo de reojo a su novia sentada frente a ella. La morena no respondió, pero el apretón en su mano fue suficiente respuesta.
-¿En serio solo viniste a joder la existencia, Kristal? -Jake rodó los ojos con claro desdén.
-Si, es muy temprano para mostrar tu cara de estúpida. -Tom se cruzó se brazos y dirigió una mirada hostil a la pelinegra.
-Solamente vengo a expresar lo que todos piensan: que ustedes son unos anormales. Eso sin contar a Lake y a James. Asco. -Él jugador de fútbol jamás había tenido que reprimir tanto su impulso oscuro de golpear a una chica, apretó con fuerza el puño y trato de contar hasta 10.
-Bueno, me alegra saber lo que la gente piensa, pero francamente me pueden chupar las...
-...Lo que Ellie quiso decir. -interrumpio Jake a su amiga, antes de que a esta se le escapara una vulgaridad. -Es que no nos importa lo que piensen o no. Ademas, agradece que estoy siendo cortés contigo, no debería. Tu te pasaste de la raya con lo de Aiden. Agradece que eres mujer, yo no golpeo chicas.
-¿Chica? Yo no veo a una chica, yo veo a una zorra. -remató Tom. Kristal entorno los ojos, obviamente enojada.
-Yo soy mujer ¿La puedo golpear? -pregunta Ellie, pero todos la ignoraron.
-A mi me vas a escuchar, Kristal Mc Lean. Nadie, na-die, hace sentir mal a mi mejor amigo y lo manda a un rincón. -pese a lo motivador que sonaba su discurso, no valió la pena porque cuando dirigió sus ojos negros hacia donde se suponía, estaba Aiden sentado, estaba vacío. -Eh ¿Dónde está Aiden?
-En el rincón. -señaló Tom.
Claramente lo dijo metafóricamente. Pues de hecho el chico de pelo bicolor estaba comenzando a caminar hacia el pasillo para escapar del comedor. Ignoro los llamados de Jake y, a como pudo, las servilletas enrolladas y cartones de jugos vacios que le tiraban conforme caminaba. Se sentía mal. Se sentía... Horrible.
Si pudiera ser tragado en ese momento por la tierra, definitivamente lo agradecería.
Quería solo desaparecer... Tal vez por siempre.
Sus pensamientos cada vez se volvían más caóticos conforme avanzaba, sus pies buscaban con desespero los baños públicos para poder encerrarse ahí lo que quedaba del día. Pero se encontró con la mala fortuna de toparse a más estudiantes en su camino, quienes hacían comentarios igualmente despectivos hacia su persona. Sin darse cuenta, había empezado a llorar y correr. ¿Por qué pasaba esto?
-¡Eh, ese es el baño de hombres reales! ¡El de chicas está del otro lado! -una voz burlona acompañada de otras risas horribles aumentaron las lágrimas en el rostro de Aiden, quien rápidamente cerró tras sus espaldas la puerta de uno de los cubículos del baño, sintiendo su pecho subir y bajar intranquilo.
Aiden apoyo su espalda en dicha puerta y lentamente se dejó caer al piso, haciéndose bolita para poder llorar en paz. Le dolía mucho todo lo que estaba pasando. Le dolía ver qué no era aceptado. ¿Había hecho algo malo para ganarse tanto odio?
Las lágrimas saladas corrían sin parar de sus ojos turqueses y el pobre y atormentado chico sujetaba su cabeza, golpeando levemente para alejar los pensamientos negativos o recuerdos dolorosos de los últimos días. Era un tormento.
Hasta que de repente...
La luz se asomó, tras días de tormenta.
-...¿Aidenecia? ¿Estás ahí?
Era una voz masculina y con acento brasileño algo marcado, Aiden lo supo. Era James.
-¡V-vete, James! ¡No estoy de humor! -exclamó, con voz igualmente rota por el llanto.
-Ai... Por favor. Se que estás mal ahí adentro. No te hagas de rogar. -Aiden lo medito. No quería ver a la cara a James. No luego de ver su rostro lleno de lágrimas por culpa suya, sentía una inmensa culpa por lo que pasó ese inoportuno día.
-¿Por qué...? -si voz nuevamente tembló. -¿Por qué no me odias? ¿Por qué me defiendes? ¿Por qué eres tan bueno conmigo?
-Sal de ahí para que hablemos mejor, Ai. -insistio el brasileño, con voz apagada. Fue entonces que Aiden no pudo más. Se puso de pie sintiendo sus piernas y manos temblar, quitó el seguro de la puerta y no dudo en lanzarse a los brazos del moreno en cuanto esté estuvo en su campo visual. Rodeo con sus flacos brazos el torso musculoso del más alto y enterró su rostro pálido en su pecho, sin detener su llanto.
James tampoco dudo en sus acciones y abrazó protectoramente al más bajo, con una mano sobre su delgada cintura y la otra acariciando sus cabellos bicolores. El de piel oscura dejo escapar un sonoro suspiro y una sonrisa leve tomo lugar en su rostro.
-Extrañaba esto... -admitio, sintiendo sus ojos picar por las lágrimas amenazando con salir. Aiden se separó unos segundos del abrazo para poder acercar su rostro al del más alto, teniendo que ponerse de puntas.
-Lo sabías...
-¿Uh?
-Tu lo supiste desde antes. -repitio Aiden, con los ojos enrojecidos de tanto llorar. -¿Y nunca le dijiste a nadie?
Fue entonces que James lo entendió. El chico lo había descubierto.
-Pues, somos vecinos hace como 7 años hubiera sido raro no darse cuenta. -admito el moreno, sonriendo. -Y claro que no dije nada, yo no era quien para meterme.
-¿No te doy asco?
-¿Cómo puedes darme asco un angel como tú? Con esos ojos turqueses, tus labios tan suaves y deliciosos que tanto encantaron a mi paladar al momento de nuestro primer beso... Dime Ai, ¿Cómo podría odiarte?
-N-no lo entiendo... -titubeo el bicolor, empezando nuevamente a llorar. -Temgo lastime, James. ¿Cómo.puedes decir eso como si tal cosa? ¿Po-por que no sientes asco de mi?
-Me enamore del Aiden que conocí por ser él. No de su sexo. A menos que seas un alienígena cambia formas y yo no lo sepa. -él moreno logro sacarle una pequeña risa al más bajo. Tomo eso colo una victoria personal. Con sus manos posadas ahora sobre sus mejillas de porcelana, de tomo la libertad de limpiar las lágrimas que caían aún de sus ojos turqueses y besó su frente. -Admito que la pasé mal, pero supe que era mi karma luego de haberte tratado mal todos estos años. Y el que yo no haya sabido expresar amor en ese momento no era excusa para el como te trate entonces.
-James...
-Yo la pasé mal por otros asuntos... Preocupado por la salud de mi madre, el hecho que la policía aún no encuentra a mi padre furtivo, saber que estabas pasándola realmente mal por lo del vídeo de Kristal... -James frunció el ceño y miro con tristeza al más bajo, acariciando con ternura su mejilla. -Quise escribirte en más de una ocasión, estaba desesperado por saber algo de ti. Pero creía que necesitabas tiempo y pues, decidí dártelo porque supuse que realmente estarías pasándolo mal y no neceitabas el consuelo de un idiota como yo...
Aiden no lo dejó seguir, voliendo a abrazarlo de la misma forma que antes. Su cuerpo ya no temblaba, sin embargo, las últimas lágrimas estaban saliendo.
-So-Sophie dijo que... -Tartamudeó. -Estabas pasándola mal también, y yo-yo no sabía... Nunca lo supe, perdón.
-Está bien, tranquilo. No llores más o vas a desgastar esa bonita cara tuya. -Aseguró el de tez parda con una sonrisa sincera. Pocas eran las veces en las que sonreía tan genuinamente, y los causantes podían ser solo los amigos de su círculo más cercano o Aiden. Y su mundo prácticamente era eso: su madre, sus amigos y Aiden.
-Solo déjame aclarar una cosa. -dijo entonces el de cabello rubii y castaño, poniéndose serio. James se quedó en silencio, dejándolo proseguir. -A mi me gustabas incluso antes desde que Riya nos pusiera a hacer esa estúpida apuesta.
-Vaya, ¿es así?~
-Calla y déjame seguir. -Reclamó, sonrojado. -Pero no estaba dispuesto a admitir mis sentimientos en ese momento por ti, así que me dejé llevar y pues... nos llevó a esto. -el pequeño suspiró. -Y aun así, peleaste y me defendiste. Lamento mucho que lo hicieras.
-Yo no, golpear a Duncan es divertido. -Aiden entornó los ojos, pero finalmente volvió a sonreír. -¿Y aún te gusto?
-¿Necesito decirlo?
-Oh, meu amor. Quanto senti a tua falta.
-No tengo idea de qué dijiste, pero también te quiero.
Y ambos se unieron sonrientes en un beso. Uno tierno y largo, sin necesidad de más palabras o explicaciones, solo su toque y sus caricias.
Aunque el momento se vio interrumpido cuando Hunter salió de otro de los cubículos del baño, prácticamente hecho un mar de lágrimas.
-¿Hunter? -Preguntaron al unísono los dos.
-Mierda, chicos. -Sollozó el azabache, con los ojos y la nariz rojos por el llanto. -Ustedes son el ideal de pareja. Nunca cambien.
Y con esas palabras, el de chaleco a rayas se retiró entre lágrimas ante las confusas miradas del par de chicos. Y entonces James sonrió.
Su madre había tenido razón, después de todo.
___
Ellie 🤝🏻 Ángelo: ser de carácter explosivo.
No puedo creer que inconscientemente haya hecho una referencia a mi historia jaksbsldj me dieron ganas de dibujar a Ángelo y Ellie discutiendo o algo. ¿Ustedes que dicen?
Ah, y un dibujito que hizo un seguidor, gabbyxellieMismamis de Ellie y Aron:
Ta hermoso, demasiado cute 🥺💗 lo mejor es que si me imaginaba a Aroncito así jsjsjs muchas gracias por el hermoso dibujo!!
Aca dejo algunos dibujos de los chicos con el estilo de drama total: me faltan los otros, pero algunos me falta darles color así que por eso no muestro dibujos aún xd
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