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➵┆Cᴀᴘ. 55┆ғɪɴᴀʟ ¿ᴇʟ ɢᴜᴀʀᴅᴀᴇsᴘᴀʟᴅᴀs?


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K. Nahyun

-Tranquilo, estarás bien -Tomaba su mano mientras el doctor gritaba que necesitaba ser sometido a una operación con urgencia.

Mis lágrimas no tardaron en salir, ¿Por qué él y no yo? Sólo él quería salvar a las personas que amaba, ¿Qué pecado había en eso? Ninguno, no había ninguno.

Rigsby y Minho sacaron a Jungkook junto a Jinyoung que se encontraba con múltiples heridas de balas en todo su cuerpo, en cambio el señor Jeon, estaba muerto con más de cinco disparos en el pecho y uno en el hombro.

-Por favor señorita, espere a fuera. Es el cuarto paciente que llega con herida de bala -Pidió el doctor, pero no quería soltar su mano, quería que supiera que yo estaba ahí para él.

-No puedo -Negué sonando tranquila, pero no era así, dolía más que una bala en el pecho.

El doctor se acercó a mí y tomó mi otra mano.

-Tranquila, salvaré a tu novio, pero debes confiar en mí y soltar su mano. -Pidió limpiando mis lágrimas con su otra mano. Asentí y solté poco a poco su mano- Gracias, eres muy valiente -Dijo para después desaparecer por aquella puerta que decía "Sala de operaciones".

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Horas más tardes, salió el doctor con una gran sonrisa, por un lado me tranquilizaba porque no podia imaginar mi vida sin Jung Kook, pero por el otro lado estaba aterrada, ¿Qué pasará cuando descubra que Sun Hee está embarazada de él?, ¿Qué será de nosotros? Es posible que no exista uno.

-¿Familiares del Señor Jeon? -Los que estábamos en la sala de espera nos pusimos de pie, esperando la noticia- El señor Jeon sobrevivió a la operación, dentro de unas horas podrán pasar a verlo.

Con una sonrisa en mi rostro y con unas ganas de llorar de los mil mundos, me acerqué a él y lo abracé.

-Gracias, Doctor -Él se puso algo tenso ante mi gesto.

-Gracias a tí por confiar en mí. Se acercó un poco a mi oído y susurró- Podrás quedarte con él en la habitación, te he hecho un permiso para ello -Sonreí de oreja a oreja.

Normalmente en este tipo de situaciones se queda adentro con el paciente enfermo un familiar: papá, mamá, hermano, hermana, un hijo o una hija e incluso una esposa.

-Gracias, doctor -Sentí como sacaba algo de su bolsillo, por la flexión de su brazo y me lo dió en la mano, era un pase autorizado por él.

-No tienes nada de que agradecerme -Arregló su bata blanca y caminó por el pasillo perdiéndose en el.

Al girarme, pude notar la presencia de Sun Hee, antes no estaba en la sala de espera, ¿Qué querrá ahora?

-¿Cómo está el papá de mi bebé? -Además de ser una boca suelta, era una descarada.

Mi padre, mi mamá, mi hermano, mis amigos que estaban presentes (Jimin, Hobi, Taeha, Jane y Daisy), la hermana de Jung Kook, los amigos de Jung Kook, Minho, Rigsby, Smith y Evans, la miraron desconsertados.

-¿Te volviste loca? -Preguntó Jackson divertido.

-No, no lo estoy. Estoy embarazada de Jung Kook.

Sus mandíbulas querían caer al suelo y de inmediato voltearon a verme.

-¿Por qué no dices nada? -Preguntó mi hermano con los ojos bien abiertos.

-Porque ella ya lo sabía -Respondió por mí, la muy hija de su mamá.

Maldigo el día en que te fijaste en mi Jung Kook, Sun Hee.

-Que boca suelta me saliste -Dije acercándome a ella para tomarla por su brazo derecho con mucha fuerza.

-¿Te ayudo? -Se ofreció Jimin acercándose a mí.

Negué con la cabeza y detuvo su paso.

-¡Duele! -Se quejó Sun Hee.

Me importó un comino y la arrastré hasta las fueras de la clínica, la senté en una de las sillas que había afuera y la enfrenté, me tenía los ovarios mezclados, gracias a su estupidez.

-¿Con qué derecho te apareces aquí? -Me crucé de brazos y la miré.

-Con el derecho que ahora toda corte me concedería, él es el padre de mi hijo, ni tú ni nadie, lo podrá borrar -Lo que dijo hizo que la sangre me hirviera por dentro.

-Ya lo veremos, necesitamos más que sólo tu palabra, cuando el papel lo diga dejaré que te acerques a él, de resto, no lo haré -Sonreí y caminé de vuelta a la entrada de la clínica.

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Tiempo después;

Semanas después, Sun Hee no se apareció más por la clínica o le arrancaría su linda cara con mis manos. No tenía ni la menor idea por lo que he pasado y lo menos que haré es rendirme por alcanzar unas de mis grandes metas, casarme con Jung Kook. Una boda muy grande con más de cuatrocientos invitados, ya que ambos tenemos familias muy grandes y no estaría bien de nuestra parte no invitarlos a todos.

-¿Princesa? -Jung Kook me llamó y dejé de mirar por la ventana.

-¿Sí, Kook? -Volteé a verlo y estaba sentado en su cama en la habitación que le había asignado la clínica.

-¿Cuánto tiempo debo quedarme aquí? Quiero estar de alta como lo están Yoongi, Jin y Jinyoung, ¿Cuánto más? -Hizo un puchero.

Quería comerme sus morritos.

Era cierto, las heridas de sus amigos: Yoongi, Jinyoung y Jin, no podían compararse con las de Jung Kook a ciencia cierta, no entendí cuales fueron los daños, pero fueron muy graves, perforaciones en algunos órganos, de milagro no está aquí con nosotros.

-Mi Kook. -Me acerqué a él- Debes quedarte aquí el tiempo que indique el doctor, ¿Entiendes? -Me senté a su lado en la cama.

-No quiero, te necesito -Lo miré confundida, me giré un poco y deposité un beso en sus labios.

-Pero aquí estoy -Susurré contra sus labios.

-Quiero que estés encima de mí -Al escucharlo decir eso, abrí muy grande mis ojos y lo miré.

-¿Aquí? ¿En la clínica? -Sus ojos me transmitían aquellas ganas que tenía de hacerme suya y yo no podía aguantarme las mías.

-Sí, sólo pon seguro en la puerta, será rápido, lo prometo -Lo miré dudosa ante su petición.

-Estás loco -Acusé sin dejar de mirarlo a los ojos.

-Tú eres mi locura, princesa -Sonreí y me paré rápidamente para ponerle seguro a la puerta.

Estábamos locos.

Me regresé y subí a él quedando encima del inicio de su entrepierna, para besarlo más a gusto, aún seguía adolorido por las incisiones que le hicieron para sacar las balas.

-¿Así te gusta? -Pregunté mientras su miembro chocaba con mi húmeda intimidad.

-Me encantas.

Sin más, empezó a quitarme la blusa por encima de mi cabeza, aventandola por algún rincón de la habitación.

Besó el nacimiento de mis senos, lentamente, como si no hubiese probado cada parte de mi cuerpo, era el primero en mi vida y el último, se los podía asegurar. Sentía mucho calor, mi vagina iba a reventar, estaba muy húmeda y por sus candentes besos... Sentía que iba a explotar.

-Esto me estorba -Y como un mago, desabrochó mi sostén, aventandolo por no sé dónde.

-¿Qué haces? -Le pregunté divertida mientras apresaba sus labios con los míos.

Eran muy dulces, los amaba y más cuando los mordía, sintiendo el sabor del hierro que tanto amaba de él. Al separarse de mi boca, se entretuvo con mis senos, acercandose para meterse uno de pezones a la boca, mientras con una de sus manos libres apretaba y jugaba con el otro. Me sacó unos cuantos gemidos, no podía dejar de gemir, sentir su boca y lengua tibia en mis pechos me excitaba más de lo que podrían imaginar.

-Amor, no hagas tanto ruido o sabrán que es lo que estamos haciendo. -Sonrió, aunque sus ojos me decían cuanto me deseaba y el dejar que los demás nos escuchara a aunque nos causaba mucho morbo- Aunque no me importa -Susurró.

Ambos éramos uno, así lo podía sentir. Bajó sus manos a mi falda y la subió por mi vientre, pasándola por mi pecho y por último sacándola por mi cabeza, la aventó como tanto le gustaba hacer y se enfocó en mi centro, pasando sus dedos por la braga que estaba muy húmeda.

-Como a mí me gusta. -Sus expresiones de placer eran auténticas- Pero tengo un problema, princesa -Señaló mi braga y pude entender cuál era.

Quité mis tenis junto a mis medias, aventandolos en el suelo, me iba a quitar las bragas, pero el Señor "estoy desesperado" no me dejó.

-No puedo más--- Reventó mis bragas favoritas y lo ví con el ceño fruncido, ¿Estaba loco o qué?- No me mires así, cuando vivas conmigo te compraré muchas como esas -Sus palabras hicieron que mi corazón se encogiera, ¿Qué pasará con su hijo? Él debería estar con su padre.

Desabrochó sus pantalones liberando un poco al titán que tenía preso en ellos, los bajó un poco y luego hice el trabajo restante, con las manos lo saqué del bóxer y con cuidado me levanté un poco para conducir su miembro a mi entrada que estaba muy mojada para ser penetrada por él.

Solté un gemido y él un jadeo, teníamos mucho tiempo sin hacerlo, sin sentir su miembro dentro de mí era algo inexplicable, extrañaba tal sensación de satisfacción y llenura.

Comencé a cabalgarlo, movía mis caderas de arriba hacia abajo. Él no podía hacer mucho esfuerzo, aún estaba herido. Ambos disfrutamos del momento y más cuando se escuchaba chocar mi piel contra la suya, el calor del momento, aunque el aire acondicionado estuviera lo más bajo posible.

-No sabes cuánto te amo -Dijo mientras por su frente bajaban gotas de su sudor.

Ni tu sabes cuánto yo te amo a ti.

Minutos después, Jung Kook y yo llegamos al éxtasis, al cielo, él se acostó en la cama y yo me acosté en su pecho que estaba cubierto por una camisa básica blanca, por fin, una que no fuera negra.

-Jung Kook, debemos hablar, ya no puedo más con esto -Sentí como su corazón empezaba a acelerarse y no por el sexo que acabábamos de tener.

-¿Qué pasó mi amor?

-Sun Hee está embarazada de tí y no puedes dejar a ese niño a la deriva -ágrimas comentaron a salir de mis ojos y él no decía ni una palabra, sólo sé quedó paralizado.

El que no articulara palabras me llenaba de muchas inquietudes.

-Dí algo, Jung Kook -Le pedí.

-Nahyun. -Me llamó y sentí su mano recorrer mi espalda- Lo siento, en verdad lo siento -Sus palabras ahora no valían nada, ya todo estaba hecho.

-Todo está hecho, Jung Kook. Cuando salgas de la clínica quiero que vayas con ella y no me busques más, nunca, te lo pido por favor -Mis lágrimas aún corrían mis mejillas.

Alcé mi rostro y lo ví, jamás había visto a alguien tan lastimado como ahora, él iba a perderme y yo a él, era el destino de lo nuestro. Fue bonito mientras duró.

-Pero Nahyun, ¿Y lo nuestro? -Me miraba muy dolido.

-Lo nuestro ya no existe. Que te vaya bien con tu nueva familia -Me levanté de la cama para vestirme y salir corriendo de allí.

No quería verlo nunca más, pero una mano que muy bien conocía me impidió el avance.

-Nahyun. -Me miró a los ojos con esa mirada suplicante- No puedes tenerme, pero te he dejado un pedacito de mí -Al escuchar sus palabras estallé en risas.

-Deja tus cursilerías, quizás con otra te funcione. -Sonreí falsamente- Te deseo lo mejor, Jung Kook.

Me separé y tomé mi ropa para empezar a vestirme. Ya todo estaba hecho, no estaría con el hombre que amo, si no con otro que mi padre había escogido para que sea mi esposo; no viviré la vida que siempre soñé y menos con la que aspiré a vivir, pero las cosas pasaban por algo.

El destino lo quiso así y si esa era la jugada que quedaba debía lanzarla.

La vida no era un cuento de hadas, no todo termina con un buen final. Algunas princesas no conocen a sus príncipes azules, ni a un caballero noble que sea digno de ella y menos a un hombre que se quede cuando realmente lo prometió. Eso sólo pasa en las películas, novelas o libros.

Hay que aprender a vivir la vida, porque si no, ¿Qué sería de nosotros si nos echaramos a morir todo el tiempo?

FIN

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Holaaaaa por fin pude terminar está historia... Espero les haya gustado 💘

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