Este sueño es como un cuento de hadas.
Quiero tenerte a mi lado junto con esa estrella.
Oh, Cariño...
Te guiaré hacía la luz.

—

—Jimin ten cuidado con eso, no coloques muchos globos no se si a Taehyung le gusten.—mentiría si JungKook no dijera que estaba nervioso en ese momento, porque la verdad es que lo estaba y demasiado.—Cuidado con el pastel. ¡Doctor Kim no toque el reproductor de música!

—JungKook estás demasiado nervioso...y estresado. Deberías tomarte un pequeño descanso, nosotros terminaremos todo.—hablo el peligrosa con una sonrisa en su rostro.

—Quiero que Taehyung sonría hoy, quiero verle muy feliz así que debo hacer esta fiesta también.

Todos los chicos sonrieron pero por alguna razón a JungKook esas sonrisas le parecieron vacías. Eso hacía que incluso su pecho comenzara a sentir una opresión. Había estado tan pendiente del movimiento de aquellas manecillas del reloj de pared que apenas y pensaba en algo más.

Jamás había pensado en el tiempo como su enemigo, pero ahora que sabía que ese mismo tiempo tarde o temprano le arrebataria a su ser más querido había conseguido tenerle miedo.

—JungKook tu teléfono esta sonando.—el castaño se giro hasta observar al mayor quien le entregaba su teléfono.

El contacto era Yoongi, estaba casi seguro de que le diría que era momento de que fuera a buscar a Taehyung, apenas eran las 6:00 de la tarde y ellos no habían terminando.

—¿Qué ocurre con esas caras largas?—JungKook contesto aquella llamada mientras la sonrisa permanecía en su rostro.—Hola Yoongi~

—Taehyung...está muriendo.

Frías palabras, cargadas de tristeza y decepción.

JungKook dejo que el teléfono se deslizara de sus manos hasta caer al suelo y quebrar su pantalla. Esta en shock, la sonrisa en su rostro había desaparecido y las voces de sus amigos se escuchaban casi lejanas.

Sin esperarlo mucho tomo su abrigo y salió huyendo de aquella habitación, necesitaba a Taehyung. Él no podía irse aún, no en ese momento.

[…]

Sus latidos no eran lentos, tampoco rápidos pero si se encontraban cargados de preocupación con cada giro que daba aquel auto y sentía la presión en su pecho aumentar.

¿Acaso la vida era cruel solo para personas como él? Tal vez. ¿Por qué jamás lograba llegar a tiempo? Solo él lo sabía.

JungKook salió del auto dejandole una cantidad de dinero suficiente para la tarifa al taxista y simplemente corrió aquellos pasillos lo más rápido que pudo. Durante aquellos años jamás pensó cuanto sufrimiento habrían cargado aquellas personas que constantemente caminaban durante las noches por ellos, pero esa noche no eran otras personas los que pasaban esa situación, sino él mismo.

Sentía como sus piernas temblaban en el momento que observo desde aquella puerta como habían doctores en esa pequeña sala, entre ellos estaba Yoongi. Parecía un sueño todo lo que estaba viendo en ese momento, como horas atrás había dejado al mayor en aquella habitación completamente bien.

Sentía miedo, ira, quería odiar a todo el mundo. Gritarles que debían salvarle pero ni siquiera su voz salía. Solo podía observar como el rubio mantenía sus ojos cerrados e intentaban reanimar su cuerpo.

—¡No! ¡Taehyung!—grito el castaño luego de que las lágrimas comenzaban a caer por sus ojos al escuchar aquel característico sonido de la maquina a un lado de camilla.

Se había ido.

Unos brazos se envolvieron en su cuerpo, ni siquiera quería saber quien era, no soportaba pensar que no volvería a ver a Taehyung otra vez, habían prometido casarse, habían prometido crear hermosos recuerdos.

—JungKook calmate, te hará daño.

Él no escuchaba esas palabras, solo observaba como el cuerpo del rubio comenzaba a ser cubierto por una manta blanca a lo que el castaño reacciono y corrió a descubrirlo.

—¡Él no esta muerto! ¡No hagan eso!—JungKook cayo de rodillas al suelo abrazándose a aquella mano que tantas veces le acaricio.—Taehyung está bien...dejenle...

—JungKook...—esta vez fue el pelinaranja quien abrazó al castaño mientras susurraba que todo estaría bien a pesar de que él mismo se encontraba llorando.

[…]

—Ten...—JungKook levanto la mirada hacía su amigo quien le tendía una USB con una sonrisa triste en su rostro.

Habían pasado ya dos días desde que Taehyung había desaparecido del mundo del castaño. JungKook no había vuelto a llorar desde aquella noche, tampoco hablaba. Se mantenía encerrado en sus pensamientos como si intentara huir de la realidad.

Había comenzado a vivir con sus padres nuevamente, Jimin y Yoongi le daban su espacio pero el primero creyó que era momento de que el castaño observara aquel último objeto del rubio.

—Es...lo último que dejo Taehyung. Le pidió  a Yoongi que te lo entregará pero fui yo quien lo hizo.—no hubo respuesta del castaño quien solo continuaba tirado en su cama mirando el objeto en sus manos.—Estaré afuera, cuando lo veas puedes venir a mi y llorar todo lo que quieras.

Sin más el pelirosa salió de aquella habitación dejando a JungKook con el dilema de si verlo o no.

El castaño descubrió su cuerpo de aquellas mantas para comenzar a caminar hasta su portátil. Inmediatamente se abrió una carpeta donde solo se encontraba un vídeo, un vídeo que había sido grabado por el mismo Taehyung el día antes de ambos irse de viaje.

Con manos temblorosas el menor dio a reproducir aquel vídeo dejando que su espalda tocará el espaldar de la silla de cuero.

—¿Está grabando?

JungKook observó el rostro sonriente del rubio quién se encontraba sentado en aquel sofá de cuero. Observando directamente a la cámara.

—Hola JungKook, si estás viendo este vídeo es probable que ya sea demasiado tarde. Ya no estoy más a tu lado.—JungKook observaba atento como el mayor bajaba la mirada para observar sus manos temblorosas.—¿Ahora me odias? Te mentí y guarde muchos secretos. Probablemente te arrepientes de haberme conocido ¿verdad?

JungKook negaba desesperado mientras su labio era triturado por sus dientes.

—Cuando piensas en nosotros ¿son momentos tristes? ¿Llenos de dolor? ¿Aún tienes pesadillas en la noche? ¿Ves nuestras fotografías cuando me extrañas?

Esta vez JungKook asintió llevando sus manos a sus ojos para evitar que lágrimas comenzaran a caer por estos.

—Te debo una explicación y está vez te la daré. Porque no tuve el valor de hacerlo de frente. ¿Por dónde debería comenzar?

Una pequeña sonrisa regreso a los labios del rubio que esta vez volvió a levantar su mirada hacía la cámara.

—Antes de conocerte, ya había sido diagnósticado con un tumor cerebral mortal. Sabía que era una batalla perdida y por ello me negué a las quimioterapias, me negue a la ayuda de Yoongi. Mi tiempo era limitado, los días pasaban y no paraban, el tiempo se había convertido en mi enemigo.

De los labios del menor salieron pequeños sollozos y esta vez no pudo continuar reteniendo sus lágrimas. Estás comenzaron a caer luego de todas aquellas noches que intentó con todas sus fuerzas no derramarlas.

—Quería que esos últimos días a tu lado continuarán siendo felices, pero creo que fallé. Mis síntomas han empeorado y creo que en cualquier momento colapsare frente a ti. No quería verte llorar JungKook, porque lo que más amo de ti es tu hermosa sonrisa. Era difícil para mi pensar que en algún momento sería el culpable de que esa sonrisa se es fumara.

JungKook cerro sus ojos durante unos minutos, negando ante todas esas palabras del rubio. Deseaba haberlo entendido antes, el juzgo a Taehyung en un comienzo tratandole como un loco por querer tratar de cumplir con tanto desespero sus sueños, pero era porque a Taehyung no lo quedaba tiempo.

—Es mejor para ti dejar ir nuestros recuerdos ahora, te amo JungKook, no pienses que te he dejado porque ahora estaré más junto a ti. Estaré cuidandote y rezando porque tu vida continúe feliz sin mí.

Los gritos desgarradores salían de los labios del menor quien solo quería morir también en ese momento. Quería ver a Taehyung y decirle que no podría ser feliz sin él.

—Desde el momento que te conocí, me di cuenta me que había enamorado de ti, me di cuenta que una persona como yo podía amar y ser amado. Sabía que cuanto más me acercaba a ti, más te dolería cuando me fuera, pero mirame soy un egoísta.

JungKook escucho la risa del mayor y abrió nuevamente sus ojos para observar aquel vídeo. Sus mejillas completamente mojadas y su labio sangraba debido a la fuerza con la que lo mordió.

—Quería amarte más y que tu también me amarás. Para ti, fui aquel chico loco que llego un día a tu trabajo, para mi fuiste mi primer amor. Eramos dos almas buscando amor, mientras que una sobrevivió otra regresó a casa.

Era una realidad, Taehyung no volvería por él. Él no volvería a ver aquella sonrisa cuadrada del mayor.

—Así que no vuelvas a llorar. Cuando me extrañes solo cierra tus ojos, y recuerda aquellos momentos felices. Ahora no estaremos caminando por el mismo camino, pero algún día volveremos a hacerlo. Con el tiempo mi presencia será borrada de tus recuerdos, de tu vida.

JungKook lo iba a extrañar, eso era sin duda. JungKook siempre lo iba a amar pero ya no se lo podría demostrar.

—Ahora dejame ir y continua. La primavera te espera. Para mi, el invierno ha llegado. No llores cuando vengas a visitarme porque te esperaré sonriendo. Pero ahora deja ya de llorar y sonríe, JungKook.

El vídeo inmediatamente se detuvo dando a saber que había llegado a su final. JungKook decidió cumplir esas palabras de Taehyung y simplemente sonrió. Sonrió para aquel chico al que estaba dejando ir.

A pasos lentos salió de aquella habitación encontrándose no solo con sus padres, también su hermano y a un Jimin junto a Yoongi. Todos les sonreían y abrían sus brazos a él.

JungKook no lo pensó mucho y corrió a estos mientras aquellas lágrimas regresaba dispuestas a ayudarle a desahogarse.

[…]

Cinco años después...

—Te esperaré aquí, Kook.—hablo el chico que se quedaba observando al ahora pelirojo chico.

—Regresaré rápido, Hobi.

El menor sonrió mientras avanzaba aquel sendero de piedras con un ramo de rosas en sus manos. Aquel sendero solo le guiaba a la cima de una colina donde se encontraba una pequeña lápida con hermosas letras que ponían el nombre de Kim Taehyung.

—Hola señor Kim, ha sido un tiempo desde que no te llamaba así. Te extraño mucho Taehyung, me gustaría volver a verte...

El pelirojo dejo las flores sobre aquel lugar y se sentó unos minutos. Esperando reunir todo su valor para entonces continuar con sus palabras.

—Estoy siendo feliz Tae, ¿sabes? HoSeok se me confeso hace tres años. En un comienzo pensé en negarme pero él es muy insistente...así que termine aceptando. Ahora ambos estaremos viajando a Inglaterra, quiero conocer donde naciste.

El viento soplo de forma rápida y fuerte provocando que los cabellos de JungKook se desordenaran y sus mejillas por muy loco que fuera se sintieran calientes. Ese había sido un beso de aquel chico rubio.

—Solo quería despedirme por última vez, poder llegar a decirte adiós.—el chico suspiro para luego retomar una sonrisa en sus labios.—Adiós, Taehyung.

JungKook se levanto con cuidado y sacudió sus ropas para dejar caer una sencilla lágrima por su mejilla y darse la vuelta para caminar de regreso a la entrada de aquel cementerio.

Te amo, JungKook. Sonríe siempre por mí.

JungKook se dio la vuelta luego de escuchar aquel pequeño susurro, pero no había nada. Solo fue el simple viento quien le hizo llegar aquellas últimas palabras en forma de despedida al pelirojo.

Porque eso era, había sido una despedida de dos almas que se habían amado y soñado tanto tiempo solos. La despedida de dos jóvenes que esperaban encontrarse en otra vida.

Fin.

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Y con esto damos por finalizada esta historia la cual incluso a mi me saco una que otra lágrima y seguro que a ustedes también.

En un comienzo este fic ni siquiera iba a tener este nombre y pensaba hacerlo una comedia. Pero una amiga me mostró un vídeo que me hizo cambiar completamente de idea y pues culpemos a mi amiga :)

Nunca he sido buena con las despedidas así que haremos esto sencillo.
Muchas gracias a todas esas personitas que aún dándose cuenta de lo que ocurriría al final siguieron apoyando esta historia.
También gracias a las personitas que vengan en un futuro, les amoooo mucho.

Gracias por última vez y nos vemos en un próximo proyecto.
Bye Bye~