(Demonio)

Una noche más de tantas, nada inusual, más de lo mismo. Daño y abuso como moneda corriente del sendero insatisfecho de todo lo que me rodea, nada me llena, nada me alcanza. Últimamente, ni la vestimenta me contenta (aunque saque provecho de ella reiteradas veces).

Así, transito situando el principio del abismo y orquestando todo el daño que se pueda acarrear, aunque ese maldito "Ángel Rojo" se interpone todo el tiempo en mi camino. Es como un perenne engorro.

¡Maldita sea! ¿Debería buscar la manera de acabar con él?

Por lo que me han comunicado mis inservibles súbditos, otros ángeles trabajan en su nombre y meterme a liderar su muerte, sería quebrar nuestro único acuerdo a respetar que ha persistido por los siglos de los siglos.

"Solo en la agónica batalla podemos acometer unos contra otros" 

Anunció Él. Todo desafiante y Creyendo que seguramente me infunde algún tipo de consideración. ¡A mí! ¡Al señor demonio! Pero, lamentablemente, respetar ese acuerdo me ha dado de cierto modo ¿Cómo se podría decir? ¿Alivio? Porque he perdido fieles pero no sé han exterminado demonios como en una especie de cacería por doquier.

Pobre iluso, cree que de algún modo nos puede llegar a convertir.

Y entonces, rememoro de nuevo al nombrado como murmuro entre las sombras: el "Ángel Rojo". Y de inmediato, se enfurecen mis entrañas...

¡Maldito infeliz! Te arrancaría una a una todas tus plumas y te las haría tragar... o mejor, las clavaría como dardos en tus inmaculados ojos y oídos para que dejes de regar compasión por todos lados.

Camino por la oscura ciudad perdido entre mis cavilaciones hasta que una situación particular, llama mi retorcida atención logrando que me detenga.

—¿Pero qué tenemos aquí? —comento en elevada voz resguardado tras un poste en una esquina, enciendo un cigarro mientras observo a través del vidrio del salón de comidas, como un tipejo ebrio refuta en leve discusión con otro hombre muy alterado.

¿Debería aumentar mi diversión? ¿Qué tal un parvo de vidrios rotos y esparcidos, y algún que otro lamento?

Minutos después se escucha un estruendoso tañido... Y el líquido carmín que brota del cuello del ebrio, se dispersa por las mesas embarrando los pulcros manteles.

La cara horrorizada y en completo shock del par interviniente en esta disputa... es la puta gloria.

Sus manos tiemblan, su cuerpo se congela. Y con el último vestigio de aire retenido, arroja la botella partida que chorrea espesa sangre de sus filos.

Y observándose actuante de su ira se arrodilla aunando sus manos en plegaria...

"Sin arrepentimientos, humano asesino... Yo designo, pero tú tienes la opción de elegir." medito actuando asombrado ante el tumulto gentío que se agolpa a causa de los desgarradores gritos y lamentos provenientes del lugar. 

Atiendo unos instantes para regocijarme, luego paso desapercibido como era de esperar y sigo mi camino hacia el antro.

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(Ángel Rojo)

El calor me está consumiendo, nunca tomé conciencia que estar aquí habitando entre ellos, implicaría sentir todas las sensaciones que perciben. Y en estos momentos, advierto que me prendo fuego.

¿Es el clima o soy yo?

Recostado en el lecho, algo demasiado duro para mí parecer, medito las acciones a seguir.

"DEBERÁS MORAR ENTRE ELLOS Y ATRAPAR AL DĀEVA" Dijo el Supremo...

Sencilla tarea por encargo, me siento abrumado, sin discernimiento de dónde o cómo acometer.

¡Es que estoy aventajado al comando de los cielos en batalla! ¿Pero batallar acá, qué implicaría?

Necesito un manual de pasos a seguir como el de la cafetera esa que descubrí esta mañana luego de transcurrida una hora del intento de hacerme una infusión. ¿Es demasiado pedir?

Recostado, examino la pequeña habitación arrendada. ¡Porque claro! Situarme entre ellos significa depender de mí mismo. ¿No podía bajar con menos preocupaciones, no?

"Bueno, tú querías bajar ahora no te quejes" me dicta mi amistosa conciencia.

En fin... Necesito localizar un trabajo. ¿¡Trabajo¡? ¿Y qué se supone que puedo realizar yo? Si apenas logré hacerme un café...

Dejando de divagar entre pensamientos que no derivan a ningún puerto, me incorporo de la cama y me observo detenidamente en el amplio espejo del ropero. Mi cuerpo celestial, adaptado a la tierra, no está nada mal. Sobre todo por un juguetón amigo que al despertar, me saluda conmovido.

Siempre estimé conocimiento de los placeres terrenales, pero experimentarlo a flor de piel está a otro nivel.

Y no se por qué, supongo me dará la batalla más dura, valga la redundancia.

Necesito despejarme de esos pensamientos pero mi cuerpo no ayuda.

He perdido, a parte de mis magníficas pares de alas por las cuales me siento desprotegido y aún mas torpe con mis decisiones, mis orbes enmarcadas en el más hermoso azul del cielo... Cambiadas por una renegrida e intensa mirada, que junto a mi rostro y pelo negruzco, se notan bastante bien. 

Otro asunto es la vestimenta... Tengo la certeza que con las túnicas no pasarían para nada desapercibidas. ¿Pero éstos harapos? me aprietan la entrepierna para variar un poco. Es como un continuo roce que no colabora a mi concentración primordial... 

"Pero te gusta" repara una constante voz en mi cabeza que últimamente me sabotea o ¿me saboteo yo? No quiero ni repensarlo.

Mejor continuar vistiendo mi cuerpo, ya que gasté casi todo el efectivo que se me otorgó en estas ropas, sobre todo en esta campera de cuero... Pero es que cuando me la probé, advertí que era para mí, como una segunda piel que acaricia y a la vez abriga mi cuerpo.

Algo me dice que podría localizar algún indicio de dónde o por dónde comenzar a buscarlo.

Al fin de cuentas, la noche predispone
a los demonios ¿No?

APA, CARAMBA, CON UN ÁNGEL ASÍ, SIEMPRE ME PORTO BIEN😏

RECUERDEN QUE PARA SU MEJOR COMPRENSIÓN LECTORA, NARRA EN CADA CAP. UNO Y LUEGO EL OTRO.

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR😍

LOS AMITO MUCHO❤