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〰️CAP. 12 "Vehemencia"〰️

"El dolor, me calienta..."

Susurró entre toques feroces a mi piel. Y siento como me incinero, cual brasa de inframundo, al percibir su caliente falo ingresando nada paulatino por mi apretado canal.

—Maldición JungKook... —blasfemo mordiendo mi propio labio -tan intenso- que percibo el sabor metálico de mi propia sangre descender tardo por mi garganta mientras me arrincona a una pared aledaña al muro para aposentarse y arremeter duro dentro de mí.

—Eres mi perdición, pequeño demonio —jadea sobre mi cuello. Y me sorprendo ante mi nombramiento, aunque creo que se refiere a lo que le provoco en sí, y no al ser el mismo demonio hecho persona.

Alza mis piernas, sosteniendo desde mis rodillas, mi peso contra la pared mientras busca profundizar ante cada estocada. Extrayendo desde mi cuerpo, sonoros jadeos y alguna que otra maldición.

Luego extiendo mis brazos por sobre mi cabeza, aferrándome a una firme enredadera que a la vez me funciona de sostén para mis brazos.

Esta posición, enmudece al sexi morocho que me traga con cada embestida dura, acercándose a mi torso para morder por encima de la ropa, mis endurecidas tetillas.

—Te deseo tanto, pero tanto, hermoso... que no me va a alcanzar con tenerte solo aquí —jadea desesperado mientras con ambas manos separa la unión de mis nalgas para precipitarse hasta el fondo sintiendo mi desfallecer por tanto placer.

—Llévame contigo... —confieso entre gemidos desesperados por su piel y aferrándome a una noche empañada de fervor, nada me conformaría más que dormir abrazado y sometido a su merced.

No quiero meditar qué mierda siento o por qué me percibo así... Solo quiero disfrutar mi proceder y afligirme en el calor de sus brazos una y otra maldita  vez...

Dejarme ser... Sin presiones, sin acciones por acometer, más que su cuerpo y mi cuerpo ofrendados al placer.

—¿Estás seguro? —susurra con su grave voz y su frente transpirada por el esfuerzo de mantener mi cuerpo contra la pared, mientras se deshace entre gruñidos en el avistamiento de su inminente orgasmo.

En eso, me aferra a su cadera -mientras exige con un fuerte tono de voz que me eriza- que enrede y mantenga firme mis piernas mientras procede a envolver mi caliente falo necesitado entre sus dedos.

—¡Dios mío morocho, voy a estallar de tanto placer! —me apuro a decir entre gemidos incontrolables por mi menester, sin tomar real conciencia de la afirmación que emitieron mis labios.

—¿Y qué tiene que ver Dios, en todo esto? —consulta, aparentemente, ¿irritado? Apretando la punta de mi pene con movimientos circulares de su dedo pulgar y haciendo retorcerme de placer. Para luego apresar mi labio inferior, entre tirones, provocando mi total flaqueo a su favor.

Luego de desarmar mi cuerpo entre sus brazos, manchando nuestros torsos con mi liberación y sentir su calor recorrer cada maldito centímetro de mi ardoroso interior. Resollo buscando aire para recomponer mi escasa habla y comentarle —Solo fue un modo de decir. Nunca se me ocurriría, en mi sano juicio, nombrarlo justo a Él. De última, fue tu culpa por llevarme a un estado de completa lujuria y liviandad —lo acuso de manera directa dejando bien clara mi postura ante este Señor, mientras acomodo mi vestimenta bajo su atenta extrospección.

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Lo guardo bajo mi atenta mirada, mientras acomodo mis ropas luego de mi desaforado derrape y tentación... Por momentos, creí que resistiría y dejaría todo atrás. Mi sentir, mi dolor, su succión y su malicia...

Pero heme aquí, regocijado de júbilo por su gozo y su calor. Y cuando pienso que podría intervenir el arrepentimiento, él se aferra a mis brazos preguntando si puede conservar la campera para generarse calor.

—Por supuesto hermoso —confieso sincero, acariciando su mejilla con el dorso de mi mano libre mientras con la otra, entrelazo mis dedos a su pequeña mano.

Él, se apoya ante mi toque entrecerrando sus ojos... Y una corriente de sensaciones invade todo mi vientre. A este punto, no sé realmente que debo hacer con todo esto, si dejar y huir o aceptar ésta parte como mi destino...

Unos pasos resuenan cerca nuestro e inmediatamente me alerto, ubicando por detrás mío al menesteroso de mi piel.

—¿S-Señor? —consulta un pequeño hombrecillo atisbando entre mis fornidos brazos. Y cuando voy a cuestionar, escucho que Jimin le habla con total autoridad, exigiendo que se marche o realmente lo va a lamentar.

—P-pero S-Señor... —se escucha lamentero —es un tema de suma importancia para usted —suspira resignado y atento a él.

—Ve y habla con él. Yo te espero, si eso prefieres —le susurro a su oído, recibiendo un pequeño refunfuño de su parte.

Entonces, lo observo alejarse a un costado. Su porte y su carácter son sinónimos de poder, grandeza y redención... "¿Qué escondes bonito?"

Medito tratando de descifrar. Y una vaga idea se me viene a la cabeza, pero, inmediatamente, me deshago de mis pensamientos alienados porque no podría ser.. ¿No? Eso sería imposible...

Un escalofrío recorre mi columna vertebral de solo pensar en afirmar mis sospechas... De por sí, ya no tengo perdón por mis pecados en Tierra, he profanado y no me ha importado regocijarme en su calor como para agregar nuevas faltas a la lista.

—¿Vamos, sexi morocho? —y en cuanto levanto la vista y observo su mano completamente extendida hacia mí, me olvido de las razones del Universo, me olvido de mis renuentes pensamientos, y, nuevamente, me olvido de mi misión.

"Maldición" me pegó mentalmente porque debo retomar mi encargo aunque mis piernas flaqueen y su cuerpo funcione como un imán para mi piel.

—¿Sucede algo? —me consulta Jimin esperando, aún, por mi mano. Y niego automáticamente con mi cabeza, aunque mi consciencia me dicte, todo lo contrario.

Así que lo atraigo de su toma hacia mi cuerpo y me aferro a su torso en un fuerte abrazo. Inspirando sus cabellos, ese aroma propio que contiene cada parte de su cuerpo.

—¿Vamos a mi pieza? ¿O prefieres tu morada, bonito? —le consulto aferrado a la idea de estar junto a él en donde sea, absorbiendo lo que dé y dejándome succionar hasta el alma aunque no quiera.

—A donde quedes tú... Dijiste que no te alcanzaba con esto, así que quiero recibir lo que estés dispuesto a ofrendar —me dice con un tono seductor y mi cuerpo se estremece de solo pensar en el venidero amanecer a su lado...







































PARA MÍ, QUE EN CUALQUIER MOMENTO SE NOS ARMA EL DESMADRE😈

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰

LOS AMITO MUCHO❤

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