Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

P r e f a c i o

—A-amor... —murmuró mi madre en un tono bajo temiendo que el hombre frente a ella –quien se hacía llamar mi padre–, la agrediera nuevamente.— Amor .. —ahora empezó a mover su hombro para que despertara.

Después de unos minutos, en los cuales mamá había estado intentándolo levantar de la silla del comedor, porque se encontraba en una posición visiblemente incómoda, este se paró de un salto dándole un manotazo en el brazo a mi madre.

—Cariño... —pronunció con miedo mi pobre madre, quien veía a aquel hombre de ropa desaliñada y ojos rojos seguramente por la marihuana. Y lo menos esperado sucedió, ese maldito la había golpeado haciendo que esta callera al suelo estrepitosamente.

Esos y mas recuerdos me abatían constantemente, mientras descargaba toda mi furia con el saco de boxeo sin importar llegar a quebrar mi muñeca, como si este hubiese tenido la culpa de todo lo que pasaba.

Habían pasado tantos años y aún seguía sintiéndose como si fuera ayer, como si doliera más que el día anterior y así sucesivamente.

Sabía que mi madre y la vecina estaban preocupadas por mi estado, en el cual consistía en solo salir de casa, ir a clases, luego a practicar Boxeo, y más adelante comprar una botella de ron o cerveza que es lo único en lo cual puedo ahogar mis penas. Pero no había nada que yo pudieran hacer, ni ellas tampoco.

Sentí mis mejillas calientes y  después mojadas, descubrí que estaba llorando por la impotencia. La cual había sido causada por aquel estúpido recuerdo.

Dejé de darle golpes al saco y empecé a quitar los guantes de lucha y más adelante las vendas, donde se podían ver que mis nudillos se encontraban un tanto rojizos con pequeños rasguños en ellos como si un gato hubiera peleado conmigo.

Agarre una toalla y empecé a secar mi rostro, para después agarrar un pote con un líquido dentro, primero había sentido mi garganta arder pero a medida que seguía tomando, se hizo más placentero.

Ya estaba acostumbrada a vertir Ron o cerveza en las “botellas de agua”.

Pero como si eso no fuera suficiente, con manos temblorosas bebí un último sorbo hasta estrallar la botella de plástico con desprecio hacia el suelo, haciendo que todo su contenido se esparciera y el olor típico al ron no tardara en aparecer.

—¡Maldito! —grité con agonía, dándole una patada al saco. Sentí un nudo horrible en mi garganta, y mis sollozos no tardaron en hacer acto de presencia. Cogí mi bolso y me apresuré en salir de allí dejando todo hecho un lío, sabía que una de las mujeres de limpieza se encargaría después, así que no le tome importancia.

Por el camino, saqué un cigarro de mi bolsillo trasero junto con un yesquero, y medio tomada y hipeando por el llanto que solté hace un rato, –que no parecía querer cesar–, me encaminé a casa. Donde seguro mamá y su vecina estarían esperándome.

Y efectivamente estaban esperándome, pero no de la manera que yo esperara. Mamá tenía a ambos lados de su cuerpo un par de maletas, y con ojos llorosos me indicó que me sentara. No me quedó de otra que caminar a la sala y esperar su discurso. El que pensé que iba a ser por mi olor a ron.

—Cariño, creo que es hora de cambiar. —tomó un suspiro, y luego añadió.— Creo que lo mejor sería mandarte a un centro de rehabilitación.

Eso ya había sido hace tres años, tres malditos años entre tanta gente inútil, mientras yo solo necesitaba un par de meses. Pero había sido mi comportamiento agresivo que me impidió salir de esa porquería, y bueno, fue alargándose hasta convertirse en tres largos años. Echo de menos a mamá, a la vecina, y a su hija menor Kasside. Pero sabía que desde luego esto ya no iba a ser lo mismo. He cambiado, ya no era aquella mocosa temblorosa que entró aquí. Mi carácter es frío, y he aprendido a construir muros que no permiten pasar a nadie, no pienso salir herida de nuevo.

Lo que no esperaba Katherine, era que volver a Japón suponía volver a sufrir, pero de una nueva manera. ¿Realmente ella estaría dispuesta a aguantar? ¿A aguantar sin explotar?

Miro a chico parado frente a mí, –Axel se hace llamar–, con curiosidad, la verdad es que para ser un idiota no está nada mal. Entonces sin esperarlo, se gira y me mira mal. 

—¿Qué carajos miras? —espetó él con su mirada fijamente en mí.

Paso mi lengua por mi labio inferior relamiéndolo antes de contestar.

—¿Acaso te importa idiota?

Gravísimo error.

Demasiado orgullo, demasiada agresividad, demasiado odio. Una mezcla realmente explosiva para dos personas tan inestables.


❪ •••

Cherry__Blxsoom = Porque lo esperabas con ansias ayer, aquí lo tenés uwu ♥️✨


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro