XIII
La desesperación es instantánea.
Sacudo a Lydia por el hombro. ¿Dónde está Logan?
—Mmm, ¿qué pasa? —Lydia se sienta lentamente en la cama y me mira a través de la oscuridad— ¿Dylan, qué ocurre?
¿Que qué ocurre? ¿Pero es que soy el único preocupado por Logan?
—... Logan. —Es todo lo que puedo decir, la expresión de Lydia cambia al momento en que digo el nombre de mi amigo.
—Lo siento, Dylan —No, no, no—, no lo encontramos, ni a él ni a Alexa. Se habrán ido juntos. Vuelve a dormir anda.
¿Qué? ¿Acaso todo fue un sueño? No, fue bastante real.
—Pero Lydia, ¿qué pasó? —Enciendo la luz y ella protesta, me siento en la cama, a su lado— ¿Qué me pasó?
—Te encontramos desmayado en el piso de uno de los salones. —Me mira como si fuera obvio—. Supusimos que te había bajado al presión o algo...
—¡No! —Grito de repente y Lydia se sobresalta—. Logan, él estaba ahí, conmigo. Y con Azazel.
—¿Qué? —Su expresión se llena de preocupación.
—Logan es el hijo de Azazel.
~ ~
Lo primero que hacemos es llamar a mi abuela. Cómo si ella nos fuera a decir la solución a nuestros problemas. Pero es que estamos desesperados y es lo único que se nos ocurre.
Nos juntamos los tres en un café cercano a la universidad y nos pusimos a pensar nuestro siguiente paso, pero no parecía haber nada que pueda ayudarnos.
—Aún no creo que Logan sea un... ¿brujo? —Lydia hablaba a mi lado con un libro en la mano— ¿Eso es lo que es?
—Técnicamente, si es realmente el hijo de Azazel y una humana... es un brujo, efectivamente. —Contesta mi abuela—. Aunque preferimos el término Controladores de la Magia.
Todavía no sabíamos cómo arrebataríamos a Logan de las garras de Azazel. Habíamos propuesto todas nuestras ideas pero ninguna era factible.
Primero, no teníamos idea de donde estaba. Si de verdad estaba en el "Infierno" con Azazel, o en algún otro lugar desconocido.
Si de verdad estaba en el infierno, no había ninguna manera segura en la que pudiéramos rescatarlo. Y aunque lo hubiera mi abuela no me dejaría ir jamás.
—Creo que no hay otra opción mas que olvidarnos del asunto. —Le dedico una mirada de rabia a mi abuela. ¿Cómo se le ocurría decir eso? No podía simplemente abandonar a mi amigo.
—Voy a hacer de cuenta que no he escuchado eso. Así que si no quieres ayudarnos, no lo hagas —Nunca le había hablado así a mi abuela así que yo estoy tan sorprendido como ella—, pero tampoco puedes decirme que no lo haga. Es mi amigo y estoy seguro de que si es el hijo de Azazel, este lo matará.
Todo queda en silencio unos momentos.
Mi abuela suspira y dice finalmente—: Supongo que podemos investigar si hay alguna manera de... entrar. —Vuelve a suspirar y se frota las manos en la cara—. Esto no va a salir bien de ninguna forma...
—Genial, investiguemos entonces. —Respondo con una sonrisa.
Quizás era una mala idea, sí, pero no podía dejarlo con Azazel en donde quiera que esté.
No me preocupaba el hecho de ir al infierno, lo cual debería ser impensable para cualquier otra persona, a mí me preocupaba no saber cómo ir.
Así que nos dirigimos nuevamente a la biblioteca.
~ ~
No podía dejar de pensar en cómo sería. ¿Sería como lo pintan las películas, todo lleno de lava y fuego, o algo totalmente distinto? Hay algunos que afirman que es completamente lo contrario al fuego, hace tanto frío que te quemas. Estoy emocionado, no voy a negarlo, sé que no debería estar ansioso por ir al infierno, pero no puedo evitarlo.
Pero lo más importante, ¿vería a mi padre?
—Creo que he encontrado algo. —El comentario de mi abuela hace que levante la vista—. Hay unas coordenadas, pero no estoy segura de que sea lo que estamos buscando.
—¿Qué estamos buscando exactamente? —Dice Lydia, frustrada de leer tantos libros tan confusos y no encontrar nada, así como lo estoy yo.
—La Puerta del Infierno.
—¿Por qué las coordenadas de La Puerta del Infierno estarían en un libro de una biblioteca en la universidad de leyes? —Todo fue demasiado sencillo, no puedo evitar pensar que algo está mal.
—Quizás tengamos suerte...
—Demasiada suerte diría yo. —Lydia está ahora con la computadora—. Las coordenadas indican que es aquí, en la universidad.
—¿Aquí? ¿Abrimos cada puerta de la universidad hasta que una nos lleve a la casa de Lucifer, o qué?
—Tengo una idea de dónde puede estar. —Mi abuela se levanta y se dirige afuera de la biblioteca, tenemos que correr para alcanzarla.
~ ~
—¿El sótano? —Dice Lydia una vez que llegamos a una puerta de madera semi destruida con un cártel que efectivamente pone "Sótano". Debajo hay otro cártel que dice "Prohibido el paso no autorizado"
—¿Tenemos sótano? —Suelto.
Tenía sentido, nadie iba allí y estábamos alejados de los estudiantes curiosos que recorrían toda la universidad.
Había tanta calma y tanto silencio en la habitación que casi llegaba a ser insoportable.
No había ventanas, así que estábamos prácticamente a oscuras. De no ser por las linternas que trajimos (idea de mi abuela, por cierto) no veríamos ni por donde pisábamos.
—El sótano está construido desde hace mucho tiempo antes que la universidad —Decido no preguntar por qué mi abuela sabe todo lo que sabe—, solía ser un cementerio, pero lo cerraron cuando un día todas las tumbas aparecieron vacías, estaba todo vacío. Incluso los enterrados, las cenizas de los cremados... todo.
Abrimos la puerta que nos lleva al frío y oscuro sótano, y bajamos por las destartaladas escaleras, con cuidado de no pisar ninguna rata.
Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando una ventisca de aire helado pasa por la estrecha sala, y me pregunto de dónde salió ya que no hay ninguna ventana.
El sótano es como cualquier sótano. Está lleno de estantes vacíos y cubiertos de polvo, y de vez en cuando los ojos brillosos de algún roedor se atraviesan en la luz de la linterna.
Seguimos caminando hasta que unas escaleras aparecen ante nosotros, estas descienden hasta perderse en la oscuridad. En la pared hay pintado, con lo que espero que sea pintura, unas palabras que dicen "Infierno" con una flecha que indica el camino hacia abajo por las escalera.
—Eso fue fácil.
Ahora que nos encontrábamos en La Puerta del Infierno, o las escaleras mejor dicho, sentía que era una mala idea. ¿Qué iba a hacer yo ahí abajo? No podía simplemente entrar y decirle "Devuelve a mi amigo o te las verás conmigo". No tenía idea de qué iba a hacer o decir. Ni siquiera sabía por dónde empezar a buscar, quiero decir, el Infierno sería inmenso, ¿verdad?
¿Intentar negociar algún tipo de intercambio quizás? No es como si yo fuera intimidante para un Demonio Mayor. Y después de que lo golpeara... no creo que esté muy feliz de verme.
Había venido sin un plan y probablemente era lo más estúpido que había hecho en mucho tiempo, pero estaba decidido a ir a buscar a Logan. Estaría asustado y confundido, y si yo puedo salvarlo de alguna manera, voy a hacerlo.
—¿Y tú plan es? —Mi abuela me apunta directamente a la cara con su linterna, yo entrecierro los ojos.
—Mi plan es que no hay plan.
—Vas a suicidarte, ¿lo sabes?
"Sí lo sé, pero tengo que intentarlo." Pero no lo digo. Ella lo sabe.
Desciendo por las escaleras e inmediatamente escucho pasos atrás mío, me doy vuelta y veo a Lydia bajando las escaleras.
—¿Qué haces?
—Bajar las escaleras. —Me la quedo mirando esperando que me explique, pero ya sé cuál es su intención—. Te acompañaré
—De ninguna manera. —Me niego rápidamente. No dejaré que venga.
—Puedo cuidarme sola, gracias.
—No, Lydia. —Me acerco a ella y la tomo de las mejillas—. No vendrás. Fin del tema.
—Iré. Fin del tema. —Arquea una ceja desafiante.
Nos quedamos en silencio por lo que parece ser una eternidad.
—Quedate cerca mío y no te separes.
Sonríe satisfecha. A mí sigue sin gustarme en absoluto que venga.
—¿Cómo saldrán? —Pregunta mi abuela. La verdad es que no tenía idea, ni me lo había puesto a pensar y no lo haría ahora. Una vez que haya encontrado a Logan lo descubriríamos todos juntos, en el Infierno.
—¿Subiendo las escaleras? —Río con nerviosismo, pero aún así sigo mi camino hacia abajo, con Lydia a mi lado.
Sin tener ni idea de cómo voy a volver del Infierno.
~ ~
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