Epílogo.
Hasta el día de hoy, dos años desde la desaparición de Logan, seguía sin saber exactamente lo ocurrido.
La teoría mundana es que se cansó de todo y se fue a vivir a otro país. Y ojalá fuera así, pero la teoría de los médium, es decir mi abuela y yo, es que Logan usó más magia de la que debería.
Aún así quedaba algo más.
Mi madre. Se supone que es inmortal, lo cual significa que si Logan fue con intenciones de matarla, sólo se suicidó. Si es que realmente murió.
Yo en el fondo albergaba la esperanza de que un día aparezca por la puerta de mi habitación, con su típica e imborrable sonrisa.
Pero en dos años entero no sucedió. Aún.
—¿Con azúcar?
La voz de Lydia me saca de mis pensamientos. Cuando miro en su dirección veo que sostiene una taza de café.
Observo su aspecto. El mío no puede ser mejor. A pesar de que ha pasado mucho tiempo, nos sigue afectando como si hubiese sido ayer. Las ojeras lo dicen todo.
En dos años no he vuelto a ver a mi abuela. No porque haya cometido un acto suicida como Logan, sino que ha decidido irse. Según ella a "buscar información que nos sea de ayuda en el caso de Logan". Pero no había ningún «caso de Logan» Él desapareció sin más.
A quién si he vuelto a ver, y he mejorado mi relación, es a mi madre. Es decir, mi madre humana. La que me echó de casa. Hemos salido a comer y de vez en cuando la visitaba. Habíamos decidido empezar de cero. Y me gustaba. Ella me había pedido perdón un millón de veces por haberme echado de casa cuando solo tenía 16 años. Y ahora estábamos, dentro de todo, bien.
—Sin. —Respondo finalmente.
Lydia, con la cual sigo saliendo,
Me entrega el café y se sienta a mi lado.
—Sé en lo que estás pensando. —Dice ella luego de un rato en silencio.
—¿Ahora lees la mente? —No estaba de humor para hacer chistes. Últimamente nunca lo estaba.
—Bueno, todos tenían poderes, estaba celosa. —Sonríe sin ganas. Yo intento sonreír también, pero no lo logro.
—Volverá. —Agrega.
No quiero volver a escuchar esa palabra. Estuvimos dos años diciéndola. Creo que llegó el momento de rendirse.
Me levanto y cierro la puerta detrás de mí. Oigo como Lydia dice algo más, pero yo ya estoy fuera, por lo que no la oigo. No quiero comportarme con un idiota con ella, no es como si Lydia tuviera la culpa. En todo caso, si hay que culpar a alguien, ese soy yo.
Decido ir afuera de la universidad. En la cual, últimamente, me ha ido bastante bien. Desde que los "ataques" de demonios cesaron y desde que ya no he visto ni escuchado espíritus, mi vida se ha vuelto bastante ordinaria. No me quejaba, pero tampoco me terminaba de gustar. Era como si a mi vida le faltara algo.
No he vuelto a usar la magia. No creo que vuelva a hacerlo. Ese tipo de poder sólo conlleva más cosas malas.
Llego afuera. El viento azota mi cara y mi cabello se despeina completamente.
Contemplo el paisaje. Está todo desierto, el cielo gris amenaza con arrojarnos una tormenta en cualquier momento. El fuerte viento arrastra las hojas hacia todos lados y mueve las copas de los árboles desenfrenadamente.
Bajo los escalones e inmediatamente noto que no está del todo desierto. Hay una persona sentada en un banco cercano. En cuanto más me acerco más veo sus características. Es un chico. Mi corazón late con más fuerza. Está todo desalineado y zarrapastroso. Su cabeza se encuentra hundida entre sus rodillas. Por un momento pienso que es un vagabundo y, estaba decidido a irme de vuelta a la habitación, cuando el supuesto vagabundo levanta la mirada hacia mí.
No es un vagabundo.
No puede ser real. Una parte de mí me dice que no me deje engañar, es sólo ni cerebro confundido creando visiones a causa de la falta de sueño. Pero se levanta de su lugar y se acerca a mí, con una mirada que no sé descifrar. Es una mezcla de muchas cosas. Alegría, desesperación, nostalgia.
En cuanto llega a mí, me abraza.
Al principio estoy en estado de shock. Él me aprieta un poco más y reacciono. Mientras siento lágrimas quemar mis ojos y resbalar por mis mejillas, correspondo el abrazo de mi amigo.
Correspondo el abrazo de Logan.
~ ~
—A ver si lo entendí bien. —Tomo un sorbo de mi café, esta vez con azúcar—. ¿No tienes idea de lo que has hecho, y has ido a parar a el Infierno?
Apesar de que noto que está contento de estar de vuelta, también noto que el brillo de sus ojos ha desaparecido, y esto es algo de que dudo que vaya a volver.
—Sí, algo así.
Estamos en una cafetería cerca de la universidad. En cuanto habíamos roto el abrazo (el que pareció durar años) vinimos directamente hacia aquí.
Prácticamente me ha contado casi todo. Y resulta que la teoría de los médium no estaba tan equivocada.
—Usé tanta magia que creí que me había matado. Pero resulta que no. —Sonríe. Pero veo que fuerza un poco el gesto—. Luego, una vez allí abajo, estuve esperando a recuperarme para poder escapar del Infierno.
Siento que hay algo que no me está contando, como por qué está tan desalineado, con su ropa hecha jirones. Decido no preguntar. No creo que su estadía en el Infierno haya sido para memorar.
—¿Qué hay de mi madre? No la he vuelto a ver desde que...
—Desaparecí. —Concluye mi oración—. Pues no lo sé. Y si no te molesta que lo diga, espero que esté muerta.
Concordaba con él. No creo que en mi vida sienta pena por ese demonio.
—Hay algo más, algo curioso. —Dice después de unos minutos en silencio. Yo me acerco a él, intrigado—. Cuando he salido, hace tan sólo unas horas, he colocado la daga, tu daga, en la puerta del Infierno y al parecer eso detuvo la persecución.
Iba a quedarme callado pero lo último llamó mi atención.
—Espera, ¿persecución? —Logan levanta la vista de su café.
—Sí, bueno... no es tan sencillo salir del infierno luego de haber vivido allí dos años. —Eso explicaba su ropa hecha un desastre.
Reflexiono un momento la situación.
—¿Crees que eso haya cerrado las puertas del infierno?
Sonaba loco, pero si era cierto, eso me daba —nos daba— una posibilidad de vivir una vida normal. Sin lo paranormal incluido.
—Quizás. Aunque no por mucho tiempo.
Observo a Logan. Por un momento me pasa el terrible pensamiento de que todo esto es un sueño y Logan sigue en el Infierno. Parpadeo varias veces, esperado no despertarme.
No es un sueño. Él sigue acá, delante mío con una sonrisa en el rostro, tomando café.
~ ~
Acostado en mi cama, con Logan en la cama de al lado por primera vez en mucho tiempo, me cuesta conciliar el sueño. No puedo borrar la sonrisa de mi rostro. No puedo dejar de pensar. En el fondo el temor de que esto sea un sueño, sigue ahí.
Mi insomnio me ayuda a reflexionar. Lo cual hace mucho no hacía.
Nada termina nunca en realidad. Los demonios, los espíritus, seguirán existiendo, al igual que la magia. Mi daga no aguantará mucho bloqueando las puertas del Infierno (rezo por que lo haga eternamente). Y hasta que lo haga, reinará la paz. Una paz que disfrutaré hasta el último segundo. Porque cuando se acabe, todo volverá al día en el que Logan desapareció. Los demonios volverán a buscarme, y cuando me encuentren, me iré a casa sin rechistar, para que nadie salga herido. No puedo dejar que haya otro «caso de Logan»
Aceptaré mi destino. Aceptaré quien soy, lo que soy. Y me iré con ellos.
Sin embargo, ahora, no puedo llegar a una conclusión de lo vivido hasta ahora.
Los finales son difíciles, casi imposibles de describir. Toda la historia tiene que concluir en algo, pero ¿cómo hago una conclusión de mi vida entera, de todo lo sucedido? Sería como contar toda la historia de vuelta. Y ya tengo suficiente de eso.
Fin.
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