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2 - Tachibana

Capítulo 2 - Tachibana

[Hana Tachibana] es una hermosa mujer soltera. Con una vida un tanto complicada, empecemos.

Tras haber hecho realidad sus sueños de ser una profesora, pensó que todo desde ahora sería maravilloso.
Ella enseñaría, y sus alumnos se dedicarían a escuchar.
Estaba maravillada ante esa imagen mental.

Pero no resulto ser tan perfecto como espero.
Su cabeza estallaba de estrés después de escuchar tantos niños pequeños gritar de manera tan descontrolada.

Sin embargo, se motivo diciendo que es una gran maestra.

La ilusión de un sueño de niña se fue apagando con el tiempo.

Mientras la edad avanzaba, su vida solitaria se volvía cada vez más apagada.

Y su labor que tanto aspiro, algo que continuaba dándole vida, poco a poco se volvía repetitiva y aburrida.

Hasta que una noche, después de emborracharse, ella fue abandonada por sus antiguos compañeros de universidad, cada uno con sus respectivas parejas, incluso algunas de ellas con hijos.

―Tal vez deba buscar una pareja.

Rápidamente negó eso, pues, hubo una mala experiencia de traición cuando apenas era una joven universitaria.

Su novio teniendo relaciones con su propia hermana.

Había sido un golpe duro, más cuando su hermana resultó embarazada.

No volvió a ver a ninguno de ellos jamás, tampoco volvió a ver a su madre que nunca fue consciente de la situación. Sin embargo, también se distancio de su madre.

10 años en profunda soledad.

Graduación de universidad, sola.
Primer contrató como maestra, sola.
Cumpleaños, sola.
Días de festividad, sola.

Hasta que esa misma noche.

―――

Una noche común como otras.

Ella fumaba relajadamente mientras volvía a su hogar.

Una sombra paso por encima suyo, confundiéndose bastante, subió la mirada para no ver nada.

Cuando una pluma oscura descendió a centímetros de su rostro, iba tan lenta que sin problemas fue capaz de recogerla.

―¿Un cuervo?―, se preguntó.

Sinceramente, no pensaba que un cuervo fuera tan grande, esa sombra que paso encima suyo era igual que el tamaño de un humano.

"Oh, que preciosa mujer.~"

En un rápido movimiento, se giró para ver un hombre caminar lentamente en su dirección.

―¿Te conozco?―, Desconfiada, retrocedió mientras poco a poco deslizaba su mano hacia abajo.

―Claro que no.~ te vi en esta hermosa noche, y no pude evitar desviarme un poco.~

Desconfío plenamente de ese tono lujurioso, dándose la vuelta, ella empezó a correr.

Sin embargo, ese mismo hombre se encontró metros delante de ella.

―¿Qué?―, Se detuvo, totalmente incrédula, ella volteó hacia donde estuvo anteriormente el hombre. ―¿Cómo? ..

Para su sorpresa y incredulidad, el hombre desplegó unas imponentes alas de plumas negras como un cuervo.

―¿Qué cara... ¡!

Sin poder terminar de hablar, el hombre se lanzo en contra de ella, sujetando sus muñecas sorpresivamente, ella cayó por el fuerte empuje.

Empezó a forcejear desesperada, sus brazos se volvieron inútiles ante la fuerza ejercida en sus muñecas.
Sus patadas no daba ningún resultado.

Ni menos sus suplicas.

Nada funciono.

Como en una historia heroica.

Aquí no hubo ningún héroe.

Ella había sido abusada.

――

Esa misma noche, las autoridades llegaron. Hospitalizada por todos los daños, nadie le creyó que un monstruo abuso de ella.

Por supuesto hubo traumas.

Se negó a despegarse de las mismas autoridades que llegaron a ella después de que el monstruo terminará.

Dibujo al monstruo muchas veces, pero ellos le quitaron sus característica más importante, sus alas.

Buscaron, pero jamás lo encontraron.

El tiempo avanzaba, y ella recurría a los profesionales para tratar su trauma. Sin embargo, dejó de ir.

Se obsesiono con ese monstruo.

¿Acaso habían más criaturas así?

Su vida sin color desde que todo se volvió sumamente repetitivo, se ilumino nuevamente. Debido a su obsesión ella viajo casi de inmediato a los lugares donde se rumoreaba las apariciones de los monstruos.

Rumores tontos de personas que buscaban atención, pero no resulto ser así.

Ella desde la lejanía, oculta entre unos contenedores, presenciaba una batalla escandalosamente sobrenatural.

Unos hombres zorros contra las criaturas de alas negras.

Las criaturas de alas negras resultaron ganadores de forma superior, abrumadora, hasta que todo se revertió ante una hermosa mujer de nueve colas de zorro.

Lo primero que vio.

No fue su batalla, ni sus poderes, tampoco sus hermosas colas, ¿qué había sido?

―Joder, esas tetas no son naturales.-, no sintió envidia, sintió lastima, lastima por esa espalda que cargaban tremendas grasas.

Su trauma pareció lejano.

Ahora se maravillaba por las extrañas criaturas sobrenaturales, ¿los gobiernos más poderosos sabían de esto? ¿Vivían ignorantemente alrededor de monstruos de poderes destructivos?

Demonios deformes, ángeles oscuros, hombres con caras de pájaros o con cola de zorro o de algun animal. Deseaba explorar este mundo sobrenatural.

Pero tan pronto, dejó de ver a estás criaturas mitológicas.

Se desesperó un poco, y busco por las afueras de [Tokio], su mundo se volvió oscuridad de nuevo.

No volvió a encontrar monstruos.

Volvió a ser una maestra que fingía una sonrisa hacía sus revoltosos alumnos de primaría.

Y su mismo trauma había vuelto a su mente más fuerte que nunca.

De inmediato pensó en suicidio, mientras de fondo los niños chillaban y gritaban escandalosamente.

Sin embargo.

―Atención, alumnos; hoy les presentaré a su nuevo compañero, por favor, sean amables.

Ella miró al chico con los ojos bien abiertos. Él, como si fuera el mismo sol, parecía brillar intensamente, y como si pintará todo, ella volvió a ver luz en su mundo de oscuridad.

―Buenas tardes, me presento, mi nombre es Izuku, encantado de estar aquí.―, Usando un tono formal y cortés el adolescente realizo una reverencia.

La caótica sala desde entonces se calmo considerablemente. Transcurrían los días, y todo se volvió mas brillante a su alrededor.

Ese mismo alumno, la tenía maravillada, realmente maravillada. Mostraba una extraña perfección en todas las cosas que realizaba.

Cada que daba una actividad, él era el primero en terminar, siempre cuando explicaba algo, él se mantuvo siempre escuchándola.

Y a veces, el chico se retiraba de la sala con una expresión perdidamente pensativa.

Donde le era complicado encontrarlo y llevarlo de regreso. No se molestaba por ello, pues..

Él, le dio brillo a su vida de nuevo.

― ― ―

Parada frente el orfanato, ingresó sin temor. En su caminata, todo para ella fue armonía, no hubo niños por todos lados, y presencio a todos jugar a la lejanía.

Nerviosa, ella buscaba con la mirada al niño que tanto deseaba cuidar desde ahora. Necesitaba de esa luz, y deseaba ser amada.

Y como si sus plegarías fueran escuchadas, pudo verlo.
Él regaba unas plantas con suma precaución, sin darse mucha cuenta de su presencia.

Ahora que lo pensaba.

¿Qué hacía aquí?

El pequeño sin dudas había sido un chico excelente, deseaba cuidarlo.

Sin embargo, no sabía ser una madre, tomo una decisión precipitadamente. No era tarde como para pensarlo mejor.

Dando un miedoso paso atrás.
Una voz provino desde su espalda.

―Señora, ¿desea algo?

―Vengo para adoptar.―, Sin pensarlo de su boca escapo lo que su corazón sentía.

Y comprendió, empezó a temerle a la soledad, y no quería estar sola nunca más.

― ― ―

Izuku cavaba un pequeño agujero en la tierra, enterrando una pequeña semilla en ella, volvió a poner la tierra por encima.
Regando un poco con agua fresca, sonrió emocionado por su futura nueva planta.

Tan pronto termino, su olfato detecto un olor particularmente familiar, acompañado de una de la cuidadoras y la encargada del orfanato.

Un conocido venía para adoptar?

Izuku de reojo, notó a la cuidadora que se encargaba de llevarlo a la escuela primaría. Verlo con suma atención, solamente a él.

Y si venían por él?

La verdad, no temía a nada.

Seria raro llamar "madre" a alguien que no es su madre, ese fue su único problema. Pero a parte de este pequeño detallé, realmente no tuvo problemas, ¿cómo podría oponerse?

―¿Te sientes bien?

Reconoció esos pasos y ese mismo olor, su cuidadora [Nana Brown] una bella mujer de largos cabellos dorados, ojos oscuros como la noche, y un cuerpo perfectamente delgado.

―Si, todo esta bien, joven, ¿por qué pregunta?―, preguntó cortésmente, sintió la mirada de la chica hace muchos minutos atrás.

―Nada en realidad, te vi recientemente y vine a ver que hacías.-, contestó, todavía le parecía un poco ridículo que un niño la llamará "Joven" como si nada.

―¿Acaso esta enamorada de mi, joven? Admiro sus sentimientos, sin embargo no puedo acceder a ellos, y creo que debería considerar ir a un psiquiátrico. Tener un amorío con un niño no es nada normal, es enfermó, ilegal, y puedes ser sancionada con muchos años en la cárcel., Comentó nuestro protagonista.

―¿Perdón?―, Ella miró al niño totalmente incrédula.

―Está bien, te perdono. Por cierto, vienen para adoptarme, ¿verdad?―, Mirándola directamente a los ojos, la leve exaltación de sorpresa se hizo visible en los ojos de la cuidadora, confirmado su teoría.

Gracias a su olfato, su mente fue capaz de recrear lo que estaba sucediendo en la oficina de la encargada.

Ella le daba unas cuántas hojas de adopción, y una sombra que cambiaba de forma al no saber quién era simplemente guardaba esas hojas.

―"Ese olor a cigarro."―, se concentro al punto extremo.

La verdad, no había perdido el tiempo en estos años, y desarrollo cada uno de sus sentidos a su favor.

―¿De casualidad es una mujer con apariencia de entre 30 a 35 años, pelo castaño y lentes circulares?―, preguntó de nuevo a la joven cuidadora.

En su tiempo aquí, detectó muchas personas fumadoras, el olor a tabaco opacaba su olor corporal, y hacía difícil detectar quién era quién.
Pero si tuviera que apostar.

―¿Cómo sabes eso?―, Ahora si no pudo ocultar su sorpresa. Este niño estaba lejos de ser normal. ―¿Acaso la has visto?

Izuku asintió levemente, su profesora había venido, sinceramente se sorprendió un poco, pero no había porque oponerse.

―Creo que mi tiempo aquí se esta terminando, te daré algún consejo para mantener a los niños relajados.-, Izuku se puso de pie, observando a la cuidadora que no cambio su expresión sorprendida. ―Ellos viven con el constante miedo de no ser adoptados. De no ser apreciados, y de ser olvidados, debes de evitar eso, dándoles mucha atención, cualquier cambio de actitud significa que algo malo pasa. ¿Entiendes?

―¿Ah? Ah, si, entendido.―, Decidió tomar el consejo del niño, su principio de estar aquí, era cuidar de los niños, y ser querida. Amaba demasiado a los niños.

―No busques su estima de forma forzada. Si deseas el respeto de ellos, respeto debes dar. Gana su estima con acciones. Ya sabes, ayuda con sus tareas o si tienen problemas emocionales. Son sensibles.―, iba comentando detalladamente

―Entendido.―, volvió a asentir.

―Mis pollitos son especiales, asi que también necesitas ser pacientes con ellos. Si cometen algún error, se lo remarcas, pero siempre con delicadeza y cuidado, son sensibles.―, continúo, y parecía que no iba a detenerse en un buen tiempo.

―¿Mis pollitos?―, pensó la chica. ―Entendido.―, volvió a asentir.

―Si te desobedecen, diles que me enojare y no les darás dulces, pero cuidado, mucho dulces solo causa que se animen demasiado.―, aconsejo precavido al respecto.

―Entendido.―, habían muchas cosas, pero escucho con atención. Era extraño estar recibiendo consejos de. tan solo un niño, pero él era el encargado de mantener la armonía dentro de este edificio.

―Supongo que eso es todo. Cuando tenga la dirección de mi futuro hogar enviare cartas para ayudarte.―, Finalizo para buscar con la mirada a alguien en especificó.

―Gracias, supongo que eso seria de gran ayuda.―, comento.

Izuku le sonrió, no contestando al agradecimiento. Volviendo a buscar a alguien en especificó. ―Yui, ven.―, él llamo a una niña que se entretenía jugando al fútbol con otros niños.

La niña a ser llamada por su hermano.
Se acercó al momento de ser llamada.

―¿Sucede algo, hermano?―, preguntó curiosa.

―Tengo un secreto que contarte, Yui. Esto no lo debes decir a nadie hasta que suceda, ¿bien?―, desearía poder despedirse correctamente de los niños, pero su corazón era sensible, lloraría demasiado ante una despedida.

―¿Si?―, Se cuestiono confundida.

―Alguien ha venido para adoptarme.―, confeso, causando un tenso silenció. ―Pero no te preocupes, enviare cartas, y ella va a cuidar de ustedes por mi.―, Calmo antes de que la niña empezará a chillar entee lágrimas.

―No te vayas, hermano, no nos dejes.―, no convencida, sus pequeños labios temblaban.

―No puedo hacer nada al respecto, Yui. Ahora mismo, deseo que hagas algo por mi.―, Izuku entrego su regadera de plantas. ―Te encargo el deber de cuidar mis plantas, ¿bien?

Ella recogió la regadera. ―Hermano..

―Si vienen para adoptarte, entrega la regadera al niño que creas más responsable, mis queridas plantas no deben morir, ¿entendido?

Como un soldado, ella puso una mano en su frente. ―¡Si, hermano!

―Ella va a cuidar de ustedes, y cada semana enviare algunas cartas, no pienso olvidarlos para nada, mantendré el contacto con cada una de ustedes.

La niña estaba triste, pero como su hermano mencionó, no se podía hacer nada al respecto.
Y se puso contenta ante la parte de que él no los olvidaría.

―Te enseñare como regar las plantas y como hacer para cultivar otras, mis enseñanzas pásala al siguiente niño.-, Izuku hizo una seña para que lo siguiera, y ella solo obedeció, caminando de regresó a las plantas cultivadas.

―Está bien, hermano.

El tema de adopción no es una tarea sencilla, se necesitaba la aprobación de agentes profesionales y del mismo gobierno, un proceso que llegaba a tardar días.

Se necesitaba aprobación de los tribunales y de los profesionales.

Todavía no sabía si llegaría a ser adoptado del todo, pero su maestra era una buena mujer, con un trabajo estable, y seguro contaba con las cosas necesarias para el cuidado de un niño.

Por esa razón no pensó que seria desaprobada por las autoridades y tribunales.

Tal y como predijo.

La maestra fue aprobada.

Costó unos largos días, pero la encargada del orfanato le notifico de su pronta adopción.

Izuku caminaba por los pasillos con un bolso en su espalda que continua todas sus pertenencias. Su rumbo es hacía la oficina de la encargada del orfanato.

Izuku en llamado dio pequeños golpes a la puerta, y antes de abrir, escucho perfectamente la orden de entrada.

Ingresando vio a una mujer nerviosa mientras sostenía unos papeles en mano. Su profesora [Hana Tachibana]

―Vaya sorpresa, maestra.―, Sonrió alegremente, cuando los ojos oscuros de su profesora parecieron resplandecer.

―Hola, Izuku, debes saber qué esta sucediendo, verdad?―, Preguntó Hana, para asentimiento del chico. ―Estaré encantada de cuidarte.

―Gracias, maestra, desde ahora estoy a su cuidado.―, Con una agradecida reverencia, sonrió de lado. ―Entonces, ¿podre tener todas las respuestas de las tareas?―, preguntó.

―No creo que te sean de utilidad, ¿cierto?―, regresó la pregunta para negación del adolescente.

―No, no realmente, y dudo que puedas darme todas las respuesta de los exámenes.―, sonrió, ni siquiera pensó en que seria ventajoso tener como cuidadora a su maestra.

―Bueno, la verdad es que tienes razón, no puedo dar favoritismos. Aunque entre tú y yo, eres mi estudiante favorito.―, Le susurró, cautelosa de la encargada del orfanato.

―Si viene personalmente a adoptarme, creo que es un poco obvio su favoritismo, maestra.―, Sonrió ante el rubor nervioso de su maestra.

―Supongo que no puedo negarlo, pero solo porque eres mi favorito no significa que te daré un trato especial. Aunque, si tienes alguna duda en el futuro, te ayudare a resolverla.―, Hana contestó, determinada en sus propias palabras.

Izuku mantuvo su sonrisa y sacudió su cabeza en negación. ―No creo que necesite consejos, maestra. Pero de todas formas gracias por la propuesta, la tendré en cuenta.

La encargada notando el buen ambiente, también sonrió, y se aclaró la garganta. ―Me alegra que tengan buena relación. Hana, esta todo en orden para que te lleves a Izuku a su nuevo hogar.

Hana sonrió, asintiendo de manera entusiasmada. ―Si..―, su mirada entusiasmada cambio a una avergonzada, bastante ruborizada. ―Oh, dios.

La encargada frunció el ceño ante este cambio. ―¿Sucede algo, señora Hana?

Rápidamente sacudió la cabeza. ―Para nada, no es nada malo, señora, es que tuve unas días ocupados, y mi hogar no esta del todo ordenado, me da un poco de pena.

―No ha de ser tan malo.―, Comento despreocupado el protagonista.

La encargada asintió, dejando toda sospechas de lado. ―Adiós, Izuku. Que tengas mucha suerte en tu nuevo hogar.

Izuku hizo una reverencia. ―Gracias señora, por cuidarme hasta ahora. Enviare correos para los niños, jamás los olvidare.

Ella sonrió. ―Ni nosotros a ti. Estaremos pendientes a cualquier correo.

Con un corto abrazó, ambos se despidieron. Y al subir al coche de la nueva encargada de nuestro protagonista, los niños del orfanato empezaron a salir del edificio.

"¡Buen viaje, hermano!" "¡Te vamos a extrañar mucho, hermano!" "¡No te olvides de nosotros!" "¡Adiós hermano!"

Izuku desde la ventana, levanto una mano en despedida. Extrañaría a cada uno de sus pollitos. Era malo para las despedidas.

Dejo escapar dos cascadas de lágrimas mientras se despedía con más entusiasmo de los niños.

Hana inicio el recorrido a un paso lento, temblando ligeramente mientras sus dedos daban rápidos toques al volante por el nerviosismo.

Limpió sus lágrimas para notar estos nervios de la mujer. ―¿Estás bien?―, no tardó en preguntar.

Viendo la luz roja, desacelero. ―Mi hogar, nuestro hogar.―, corrigió. ―Esta un poco desordenada.―, comentó nerviosa.

Izuku pensó que era un poco de exageración. ―No te preocupes, te ayudare a ordenar todo. No debe ser tan malo.

― ― ―

Frente la puerta de un departamento.
Izuku veía como un aura oscura emergía de la misma. Pero se mantuvo firme, no debía ser tan malo.

Una irritación en su nariz a causa del olor, hizo que frunciera el ceño.

Mientras su maestra, sujetaba la perilla con mucho temblor, ella no dio el siguiente paso. ―Por favor, no vayas a pensar mal de mi, ni nada parecido.

Ahora mismo si estaba preocupado, su sentido del olfato es demasiado sensible a los fuertes olores, una dura desventaja. Por esa razón siempre mantenía ordenado la sala del dormitorio, y ordenaba a todos los niños a bañarse cada día obligatoriamente.

―No ha de ser tan malo.―, se trato de convencer, elevando sus brazos a la altura de su nariz.

Cuando se abrió un poco la puerta, un putrefacto olor a basura emergió del lugar. Con tan solo abrir unos centímetros la puerta de su hogar. Izuku abrió sus ojos cuando el mismo olor llegó a su nariz.

―¡Detente, es demasiado, es demasiado malo, detente!―, Ordeno casi de inmediato. Cuando ella volvió. a cerrar la puerta muy avergonzada.

No sabia que hacer. ―Maestra, lo siento decirle pero tengo un olfato muy sensible. Esto supero cualquier cosa antes olida, por favor, antes de entrar dame algo para taparme la nariz.

― ― ―

―Santa madre..

Izuku miraba las bolsas de basuras por casi toda la casa. Alguna de ellas abiertas, y otras vagamente cerradas.

Los fideos instantáneos esparcidos por el suelo, papeles y cigarros también se podía ver.

Hana se cubría el rostro verdaderamente ruborizada por la vergüenza.

―¿Como hace para oler a cigarros y flores?―, Izuku se preguntó mentalmente y miró a su profesora, la cual se sonrojo más por la mirada del chico que adopto.

―Lo siento tanto, iba a ordenar todo, pero se me olvido completamente. Que vergüenza, por favor, no le digas a nadie que vivo así.―, Hana suplico para un lento asentimiento del protagonista.

Izuku camino a la cocina, solo para ver platos sucios.

La verdad, ganas de vomitar no le faltaron, todo estaba podrido y asqueroso, demasiado asqueroso para su vista.

Incluso con su nariz tapada era capaz de oler un poco, una sensación asquerosa.

―Oye.―, Hana fue interrumpida por el chico, cuando él elevo un dedo para que guardará silencio.

Camino hasta el baño, y vomito.

No pudo con esto.

― ―

―No pasa nada maestra, se puede arreglar.―, Izuku consoló a una mujer que lloraba de vergüenza. ―Menos lágrimas y más limpieza.

Poniéndose unos guantes, ella lo miró detenidamente, viendo como el chico empezaba a cerrar las bolsas de basura con una expresión de asco. Sin embargo, limpiaría esta casa para que se volviera habitable.

Ella casi de inmediato dejo de llorar, no pensó en dejar que el chico limpiará absolutamente todo.

Ambos iniciaron con la limpieza.

Primero sacando cada bolsa de basura. Después juntando la comida desperdiciada de la nevera, no siendo mucha de hecho. A continuación limpiaron el baño, y finalmente, la cocina.

Mientras limpiaba cada uno de los platos con pequeñas muecas de asco. Hana con una mano apoyaba su mejilla, viendo directamente al pequeño niño.

En todas estás horas, el chico no había soltado ninguna queja al estar limpiando tanto. Incluso le ordeno a poner las cosas en orden.

Como si estuviera enamorada.

No dejó de admirar al chico.

―Ahora todo esta en orden. Maestra, usé ese aromatizador en todo el departamento, por favor.―, Ordeno por ultima vez, mientras la mujer casi de inmediato se puso manos a la obra.

Después de unos segundos, se quito el objeto de su nariz, para dar una profunda inhalada. Ahora un olor demasiado agradable inundo sus fosas nasales.

―Nunca vi el departamento tan brillante.―, se comentó sorprendida, frotando una de las paredes brillantemente limpias.

―Creo que es momento de un baño. ¿Quieres entrar primero?―, Izuku preguntó observando a su maestra que negó.

―No, por favor, báñate primero.―, Comentó para asentimiento del niño que fue en busca de un cambio de ropa.

Después de que ambos se ducharan.
Izuku estaba sentado en el único sillón de la casa, mientras veía como su maestra se secaba su cabello castaño.

―Entonces, ¿qué vamos a comer?―, preguntó con un poco de hambre.

―¿Oh? ¡Oh, si, claro!―, saco de su bolso su teléfono. ―Ordenaremos comida, ¿qué deseas comer? ¿Fideos instantáneos?

Subió una ceja, de hecho, en el momento de limpieza, pudo observar muchos fideos instantáneo, envolturas de hamburguesas, cajas de pizzas, latas de alcohol y de coca cola.

Para aclarar sus dudas. ―¿No sabes cocinar?―, preguntó.

Ella se ruborizo de pena. ―Me da miedo la cocina, un día intentando cocinar me quemé, y no me volví a acercar.

Asintió lentamente. ―La comida chatarra no es muy bueno para un niño.―, comentó para recibir un asentimiento comprensivo. ―Compremos para cocinar, me haré cargo.―, En su anterior vida, llegó a independizarse, lo que llevó eventualmente aprender a cocinar.

Ella lo miró rápidamente. ―¿Qué? Claro que no, eres un niño.

Negó con su cabeza. ―Sé cocinar, he aprendido gracias a la señora cuidadora.―, Mintió levemente.

―¿Sabes cocinar?―, preguntó incrédula.

¿Cuántas cosas sabía hacer este pequeño y adorable chico?

―Al leer, aprendí algunas recetas, y la señora me ayudo, cuidando y aconsejando.―, Él no mintió del todo, solo altero un poco aquella verdad, cambiando la palabra (señora) por su propia madre.

Ella desconfío un poco. ―No sé..

―Te ire instruyendo, tú cocinas, ¿te parece mejor?―, preguntó, viendo la hora, entre su llegada a la casa, limpieza, y ducha. Se había hecho un poco tarde.

Ella asintió un poco nerviosa. ―Está bien.

―Es un poco tarde, ¿conoces algún lugar para comprar?―, preguntó para asentimiento de la mujer. ―Entonces, vámonos.

― ― ―

Caminando por las calles oscuras, levemente iluminada por las luces. Izuku iba de la mano junto a su maestra.

Hana en el fondo se encontraba un poco decepcionada y nerviosa consigo misma. No había dado su mejor impresión al chico.

La soledad la supero completamente, y tomo una decisión impulsiva sin ser consciente de su vida.

Izuku también fue consciente de la gravedad del asunto. Si fuera un niño normal, esto habría sido demasiado. Por suerte, es un adulto, y no pudo dejar sola a su maestra en esto.

―Maestra.―, Él llamo.

―Por favor, llámame Hana.―, Ella pidió, obteniendo el asentimiento aprobatorio del chico.

―Bien, Hana, seré directo contigo, espero que no te pongas mal por esto; pero hasta ahora, no has sido capaz de estar a la altura como para cuidar de un niño. Es una gran responsabilidad que no has podido superar.―, exclamó para que la mujer bajará su mirada triste y apenada.

―Si, lo sé.―, contestó.

―A todo esto, ¿por qué has tomado la decisión de adoptarme? Si no te molesta, deseo una respuesta sincera, por favor.―, Él la miró.

―... Me siento sola... Lo siento, Izuku, te necesitaba a mi lado, no puedo continuar con esta vida.―, Confesó sinceramente, no podía ocultar nada al chico.

Hubo un silenció.

Izuku solo pudo observarla en un silencioso momento.

―Te llevare de regresó al orfanato. Tienes razón, cuidar de un niño, es una gran responsabilidad que no pensé desde un inicio.

Ella cuando dejó de encontrar criaturas sobrenaturales. Su vida solitaria golpeo como nunca, después del traumático momento, solo deseaba compañía, alguien quién amar, y que ese amor fuera correspondido.

Desde el primer momento que vio al protagonista, deseo ser amada por ese maravilloso niño. Su deseo y anheló la llevo a tomar una decisión desesperada, y sin dudas llegó a la adopción.

Él vio la desastrosa vida que llevaba.

Y no estaba orgullosa por ello.

Pero no quería estar más sola, menos en un mundo llenó de monstruos.

―Ésta bien, no quiero dejar a mi maestra sola, es un desastre.―, Rió levemente. ―Tendremos mucho que trabajar, Hana, pero estaré encantado de que me cuides. Bueno, por ahora yo cuidaré de ti.

En un momento, fue abrazado.

―Me voy a esforzar para cuidarte miy bien, Izuku. Muchas gracias, muchas gracias.―, Ella sollozaba en su hombro, estando arrodillada ante el niño, izuku solo correspondió con unas palmadas en la espalda.

― ― ―

Parado encima de un pequeño banco, ambos se encontraron en la cocina. ―Ahora debes poner el ajo.―, Izuku señalo mientras hana tomaba el ajo. Temblorosa, movió su mano con el ajo en dirección a la sarten.

Hubo un sonido y ella se asusto, alejándose solamente para extender sus manos en dirección al protagonista.

Protegiendo de algo que no sucedió.

―No va a pasar nada, Hana, ¿quieres que haga esto?―, preguntó, viendo el rostro de la mujer.

―No, no, lo haré, continuare.―, Ella contesto, si deseaba cuidar del niño, necesitaba superar el pequeño miedo.

Izuku agarro la carne, y un cuchillo de cocinero para sorpresa de Hana que de inmediato se acerco.

―Detente, Izuku, te vas a cortar.―, Intento tomar el cuchillo, pero el mismo no la dejó.

―Me voy a cortar si continúas empujando.―, Con maestría, empezó a cortar la carne para mirada anonadada de la mujer.

Después de cortar la carne, él se puso a cortar las verduras.
Para mirada atenta de la mujer.

Añadió todo a la sartén.

―Ponerlo a fuego lento.―, ordeno, y Hana de inmediato procedió. Ambos iniciaron a preparar el arroz.

― ― ―

La cena estaba preparada.

Sentados en la mesa. Hana sonriente de oreja a oreja, se encargo de dar la comida, por primera vez que cenaba con alguien en su apartamento.

Después de servir.

Ella tomo asiento a un lado del chico.

Su apartamento, antes desastroso y oscuro, ahora limpió y luminoso como por primera vez.

Ella vio de nuevo al protagonista.

Su sonrisa, en mucho, fue verdadera.

Izuku que soplaba la comida para enfriarla un poco, se sorprendió cuando su cabeza fue rodeada en un abrazo.

Su mejilla derecha, tomada por unos suaves labios que demostraban todo el cariño y felicidad que ella sentía en el momento.

"Gracias, Izuku."

La unión de una nueva familia.

Final del capítulo.

[Hina Tachibana]

[Edad - 31]

[Gustos - Enseñar, criaturas sobrenaturales, cosas de ocultismos, fumar.]

[Sueño - Ser una mejor madre desde ahora.]

[Cumpleaños - 2 de Junio]

[Apariencia - Esto me olvide de describir, pero pueden tomar a ella como referencia. (Solo apariencia)]

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