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Extra III

Yoongi se encontraba con ambos niños en brazos cuando JiMin regresó con dos mantas polares, sentándose en el sofá de la sala, a su lado, y ayudándolo a envolver a los pequeños.

—Así, ahora sí. —sostuvo a uno de ellos en sus brazos, levemente apoyado sobre su esposo mientras ambos veían a los bebés, los cuales lucían más a gusto. El rizado alzó la mirada, apoyando su mejilla en el hombro del diablo.

—Necesito algunas cosas.

—Las conseguiré por ti.

—Biberones, pañales, toallas húmedas, talco, leche de fórmula, ropitas, cu... —se detuvo al ver el ceño levemente fruncido del diablo mientras lo veía fijamente. Sonrojado, negó.

—Podrías tú quedarte con los bebés, e ir yo.

Yoongi negó. —No, yo iré. No puede ser tan difícil.

Le entregó al niño con suma delicadeza y su inclinó para besarle suave y rápidamente los labios a su esposo, poniéndose de pie y desapareciendo en tan sólo un parpadeo. JiMin aprovechó aquel tiempo para tomar la temperatura corporal de ambos bebés, y admirar las facciones de éstos, suspirando profundamente.

¿Había escogido bien? Ni siquiera tuvo tiempo de pensar adecuadamente aquella pregunta, cuando Yoongi reapareció en medio de la sala, cargando tres bolsas y observando fijamente a los bebés en los brazos de su esposo.

JiMin alzó ambas cejas, sorprendido por la velocidad del arcángel. —¿Ya tienes todo?

La mirada del diablo se dirigió hacia otra parte antes de asentir, manteniendo aquella característica expresión neutral. —Aunque no estoy completamente seguro de haber tomado las cosas correctas.

Muerte frunció el ceño, sosteniendo mejor a sus hijos en brazos mientras se acomodaba contra el cómodo sofá. Era la primera vez que veía a Yoongi tan inseguro sobre algo, y temía que éste estuviese dudando de haber aceptado la paternidad de los gemelos.

—¿Por qué?

—Uh...



|| Unos minutos antes. ||



El diablo se hizo presente en un pasillo vacío de una tienda, exactamente en la sección repleta de juguetes de niños. Habían pequeñas bicicletas, osos de felpa, cajas transparentes en las cuales bebés de plástico, parlantes, se hacían visibles pero, sobretodo, muchos balones de fútbol. Frunció un poco su ceño.

¿Debería de llevar algo de aquel pasillo? Dió un paso a su derecha, donde se encontraban los bebés parlantes, tomando una de las cajas y leyendo las coloridas letras en ésta: "¡Presiona mi pancita!".

Yoongi tan sólo parpadeó, permaneciendo paralizado en su lugar por unos segundos antes de introducir su dedo índice y medio por el agujero circular de la caja, presionando suavemente el estómago de aquel muñeco con ojos falsos pero espeluznantes.

Inmediatamente, una risa maniática escapó de aquel juguete, provocando que el arcángel dejase caer la caja al suelo a la par que, inconscientemente, provocaba un pequeño incendio en ésta y la cámara de seguridad en aquel sector del pasillo estallaba.

—¡¿Qué fue eso?! —una voz se oyó a la vuelta del pasillo.

Yoongi observó a su alrededor con una expresión absolutamente inocente, aunque sus ojos se habían vuelto como la sangre ante el pequeño sobresalto que había tenido. Rápidamente agitó una de sus manos, y el fuego que lentamente quemaba la caja en la cual aquel bebé continuaba riendo histéricamente se apagó.

Suspiró, aliviado al oír aquellas carcajadas cesar, y alzó la mirada hacia el frente, justo cuando dos hombres de seguridad se encontraban observándolo fijamente.

—Señor... ¿Usted ha hecho eso? —preguntó uno de los mundanos, totalmente indignado mientras apuntaba hacia el arruinado juguete que se hallaba en el suelo.

—Déjeme ver sus bolsillos.

Yoongi no lo dudó: chasqueó sus dedos, provocando que ambos hombres cayesen al suelo y, en tan sólo un parpadeo, desapareció de aquel lugar. —Fui a una tienda, pero no tenían lo que buscaba. —murmuró, intentando no recordar las carcajadas del bebé falso mientras dejaba las bolsas en la mesa ratona, frente al sofá.

—Así que fui a otro sitio, y le pregunté todo al ser inferior del mostrador. JiMin observó las bolsas con una tímida sonrisa en sus labios.

—¿Ésta es tu primera experiencia mundana?

—Mh, no. —Yoongi retomó lugar en su sitio anterior, a un lado de su esposo y observando a los pequeños bebés con algo de duda.

—Una vez por estuve en una fiesta de halloween y fingí estar disfrazado del diablo.

Muerte rió silenciosamente ante aquel recuerdo, observando fijamente al arcángel cuando éste no apartaba la mirada del estómago de sus hijos. —¿Qué sucede?

Yoongi alzó la mirada hacia la de su esposo, observándolo fijamente por unos cortos segundos antes de observar las bolsas frente a sí.

—Nada. —por supuesto que sus hijos tampoco reirían tan macabramente si les presionaba el estómago, ¿o si?

—Traje todo lo que me dijiste.

—Tu primera compra como padre.

—Mh...

JiMin permaneció viendo el perfil del amor de su eternidad, admirando las facciones de éste antes de regresar su mirada a los pequeños que cargaba en brazos. —Yoon, entiendo que no te sientas preparado para ésto. —sintió la mirada de su esposo, nuevamente, en él.

—No creas que yo lo estoy. Es sólo... No lo sé, ellos iban a morir.

—Entiendo.

—Tuve un impulso, y no se estoy arrepentido de esta decisión. —alzó la mirada hacia Yoongi, viéndolo fijamente mientras asentía con lentitud.

— Pero entendería si tú lo estás.

El diablo suspiró, cerrando sus ojos por un momento mientras sentía toda la tensión en su mandíbula. No estaba enfadado, pero no era bueno con las explicaciones, o palabras en sí, temía ser crudo a la hora de hablar, temía lastimar a su niño favorito sin intensión alguna.

—Tú has tenido padres. —murmuró, abriendo sus ojos lentamente y observando la confusión en el rostro de su esposo.

—Tal vez no han sido los mejores, pero sabes cosas... porque las has vivido. —Yoongi llevó su mirada a sus hijos.

—¿Cómo se supone que voy a cuidar de ellos si ni siquiera sé sus necesidades?

—¿Sabías cómo amarme cuando supiste que quería ser amado? —el arcángel lo observó repentinamente, y JiMin volvió a sonreír de manera tímida, negando lentamente con la cabeza.

—Desde que nos conocimos, todo lo que hemos pasado, hasta el día en que confesaste que me amabas... No sabías que ya lo hacías. Te negabas por ser quién eres, o mejor dicho; por creer en lo que los demás creen de ti. —ladeó su cabeza, arrugando un poco su nariz antes de reír silenciosamente.

—Mi... Bueno, Seung jamás me había permitido cocinar. Él siempre decía que mi madre y Hyunah debían de hacerlo, así que lo único que sé hacer... es pan con mantequilla de maní. También sé preparar té y... Bueno, creo que eso es todo.

—Pero sabes otras cosas.

—¿Mirar Tom y Jerry en la televisión? ¿Dibujar en el suelo? Esas son cosas de niños, y yo necesito cosas de padres. Aunque siempre intenté ser educado, no obtuve una buena enseñanza, exceptuando a mi madre en muchas cosas. —JiMin, repentinamente, lucía triste.

Aquello a Yoongi no le gustaba para nada, lo hacía sentir un enorme vacío en su pecho. — Ambos tenemos que aprender, así como hemos aprendido a ser esposos. Yo jamás he sido esposo de nadie, y tampoco obtuve un buen ejemplo de mis padres.

—¿Te aterraste cuando te propuse matrimonio?

—Creí que lo haría, pero tú y yo... No somos mis padres. —el rizado arrugó un poco su nariz.

—Aunque sí me aterré cuando sentí que no era recíproco el amarte. En aquel momento fue inevitable no pensar en mis padres, y el cómo su matrimonio se había vuelto una terrible costumbre.

—Eso fue culpa mía. —Yoongi negó, queriendo apartar cualquier pensamiento negativo de la mente de su esposo mientras se ponía de pie.

— Tuve que haberme explicado, y no dejarte ir tan fácil.

—No hablemos de aquel día, yo sólo... —JiMin frunció un poco su ceño, pensativo, pero alzó rápidamente la mirada al diablo cuando éste se inclinó un poco, apoyando una rodilla en el sofá y su brazo en el respaldo de éste, con su rostro cercano al de su niño favorito.

—... Quiero que dejemos de culparnos. Quiero decir, podríamos intentarlo.

—Tienes razón. —Yoongi le alzó el mentón con su mano libre, admirando la pequeña oscuridad entre el esmeralda, en los ojos de su esposo.

—Vamos a avanzar en esto, como hemos avanzado en lo nuestro, ¿mh? —JiMin asintió, bajando su mirada hacia los finos y tentadores labios del diablo, el cual sonreía lentamente de lado.

—¿Está bien?

—Si. —Muerte asintió rápidamente, llevando su mirada alrededor.

— ¿Dónde dormirán los bebés? ¿Trajiste las cunas?

Yoongi volvió a permanecer de pie frente al sofá, observando a JiMin entre lentos parpadeos y un silencio ensordecedor. —... ¿Qué?

—Olvidaste las cunas.

—... Si.

El rizado frunció su ceño. —¿Sabes lo que es una cuna? —preguntó en un tono suave, sin ánimos de ofender.

Yoongi estaba aprendiendo, no quería estresarlo. —Por supuesto que lo sé. —respondió rápidamente.

—Ya mismo las traigo. —y, en tan sólo un parpadeo, ya no se encontraba en la habitación. JiMin observó a sus hijos, los cuales lo observaban con curiosidad, algo somnolientos.

—Por supuesto que no sabe.




....




Bueno, no te olvides de regarlarme tus votos y comentarios!!!



Oficialmente el fin!!!



Gracias por haber estado en este camino largo!! A sido duro pero por fin estamos finalizando esta adaptación!! Como os dije en la sinopsis, ahí esta el usuario de la autora original, con el libro mas actual, ya que esta versión es la anterior, la nueva esta en su perfil!!



Sígueme si aun no lo haces xfas, os gustara mis demás historias yoonmin!!



Lean la nueva que pronto subiré, es omegaverse Alfa x Alfa!!



Las TQM.



MinMin. 


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