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|| [ÉPOCA ACTUAL] ||
59 HORAS DESAPARECIDO
- No creo que interrogarme a mi le sirva de mucho. - menciono Nathaniel con una sonrisa ladina. - Lo máximo que trate con ese güey, fue cuando lo insulte y le di un par de golpes hace unos meses. - comenzó a reír después de su confesión.
- ¿Estas confesando que lo atacaste directamente?. - hablo la detective tratando de intimidar al muchacho, pero este respondió con una risa.
- Si, y no me avergüenza admitirlo, le puedo especificar fecha, hora y lugar si así lo desea. - Nate se recargo en el respaldo de la silla despreocupado.
- ¿Cuál fue la causa concreta de ese percance entre ambos?.
Nathaniel miro seriamente a la detective, comenzaba a darle flojera tal investigación de mierda, reflexiono antes de mencionar las siguientes palabras pero al final no tuvo miedo de hablar, a pesar de que eso podía meterlo en problemas.
- Tenía que demostrarle que nadie se puede burlar de un Borgues y salir indemne en el acto...
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|| [3 MESES ANTES] ||
R A F A E L L A
Esto era una mierda.
Segunda vez que iba tarde al instituto, estuve como estúpida esperando a Nathaniel, pero no apareció en ningún momento esta mañana, lo atribuí a su borrachera de el día anterior.
Y ahora caminaba apresurada hacia el laboratorio de química, solo esperaba encontrarlo pronto.
Iba a doblar el pasillo pero me detuve al ver como Samuel y Carla conversaban, retrocedí un poco para tratar de escuchar la conversación.
- Escúchame, todo lo que sepas sobre el asesinato de Marina tienes que contárselo a la policía. - rodé los ojos ante las palabras de Samu, no creí que seria tan directo. - No hace falta que des la cara, con una llamada anónima basta.
- Samuel, ¿De verdad te crees que tuve algo que ver con el asesinato...- el pelinegro interrumpió a la chica.
- No me lo creo yo me lo dijiste tu. - comenzaba a acercarse mas a ella.
Mordí mi labio para evitar cualquier acto estúpido de mi parte, suspire y decidí seguir con mi camino pero las palabras de Carla me obligaron a detenerme.
- Pensaba que estábamos jugando, que era lo que querías oír, que te pondría cachondo. - en mi mente se comenzaron a formar varias ideas.
- ¿ Pero por que me va a poner cachondo que estés involucrada en un asesinato?. - apreté mis puños esperando que la idea que se había plantado en mi cabeza no terminara por ser cierta.
- No se, dímelo tu. - la voz de Carla se torno seductora. - Por que funciono, ¿No?.
Samuel se quedo en completo silencio, y solo ese acto basto para confirmar que se había acostado con la marquesa.
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- Mira esto si que es perder los papeles. - el movil de Rebeka se poso frente a mis ojos.
Sin interés mire lo que me mostraba topandome con una historia donde Guzmán chupaba el pie de Cayetana.
- Hasta los mas finos terminan sacando el cobre querida. - pronuncie en un tono con el cual solo Rebe me escucho y estallo en risas.
- Yo no entiendo que les hace tanta gracia. - menciono Lucrecia molesta.
- Yo. - pauso Guzmán. - ¿No te gusta el vídeo?, a mi me parece que lo peto bastante.
En este momento Samuel entro al laboratorio, se posiciono a mi lado en la mesa, sus ojos estaban sobre los míos, me mostró una sonrisa pero ignore su gesto y me limite a tomar mis cosas para cambiarme a la mesa donde se encontraba Lu, que al verme a su lado me sonrió.
- A mi me parece que te ves patético. - respondió la castaña continuando la conversación con el que decía era su novio, aunque parecían todo lo contrario.
- Pero, ¿No decíais que superara el luto, que viviera la vida?. Pues eso hago.
- Pues si, pero hay formas mejores que comportándote como un animal que se absorbe todo el alcohol que tiene enfrente e inhala todo lo que se le atraviesa. - comente sin preámbulos mientras miraba la pantalla de mi tableta.
Al instante sentí la mirada del rubio sobre mi, levante la vista y decidí mirarlo, ambos nos analizamos por lo que pareció una eternidad, demostrándonos mutuamente lo poco que nos agradábamos, fue hasta que la profesora nos entrego los trabajos pasados que nuestro trance se termino.
- ¿Donde esta tu hermano Rafaella?. - me cuestiono la profesora.
- Quisiera poder responder su pregunta pero sinceramente ni yo lo se.
- Espero puedas darle unas tutorias sobre los próximos temas, de lo contrario se llevara mi materia, en lo que a ti respecta excelente trabajo. - sonreí tomando ambas carpetas. - Lo mismo para ti Lucrecia.
La morena tomo su carpeta y ambas nos miramos sonrientes mientras chocábamos puños.
Después de todo la clase paso sin tantos preambulos, en cuanto la campana sonó tome mis cosas y salí del salón con dirección a mi casillero.
Al llegar a este lo abrí y lance todo en su interior, mi cabeza comenzaba a palpitar, pronto tendría una migraña insoportable, atine a sacar de mi bolso un par de pastillas y las trague de inmediato.
- ¿Problemas en el paraíso?. - me sobresalte al sentir la voz de Guzmán tras de mi.
- No creo que sea de tu interés. - el chico suspiro.
- Ella quiero disculparme. - reí y cerré mi casillero.
- ¿Ahora porque?. - me gire para mirarlo.
- Se que eres amiga de Lu, y puede que las discusiones que tengamos te molesten, pero no me agradaría que eso afecto el pobre intento de amistad que tenemos. - ambos reímos por sus ultimas palabras. - ¿Estamos bien?. - sus ojos se encontraron de nuevo con los míos.
El azul de los suyos era dominante, y sentía como trataba de infiltrarse en los míos como si quisiera descubrir cualquier cosa sobre mi, pero no podía permitirlo.
- Estamos bien, también me disculpo por lo que te dije en clase, no ha sido mi mejor día. - sonreí.
- Sin rencores. - pauso. - Te veo luego.
El chico solo se dio media vuelta y desapareció por el pasillo entre la multitud.
Estaba dispuesta a imitar su acción pero Samuel se planto frente a mi.
- Te he estado buscando por todos lados necesito contarte algo. - al escuchar sus palabras simplemente comencé a caminar con la esperanza de que me dejara tranquila pero no fue así. - Rebe y Nadia me han ayudado a pensar algo para acercarme mas a la información que tiene Carla sobre el asesinato de Marina. - reí irónica ganándome una mirada de su parte. - ¿Esta todo bien?.
- Claro, continua. - seguimos caminando a la par aunque yo evitaba mirarlo a toda costa.
- Mañana por la noche en la fiesta tomare el móvil de Carla, ¿Podrías ayudarnos a seguir el plan?. - frene en seco y lo mire.
- ¿Te la cogiste?. - mencione sin importarme las miradas que recibí de los demás estudiantes que pasaban.
- ¿De que estas hablando?. - Samuel me contesto con nerviosismo.
- ¿Te cogiste a Carla si o no?. - cuestione de nuevo mientras me cruzaba de brazos.
- Yo, es algo que simplemente sucedió ayer por los efectos del alcohol. - rasco su barbilla.
- Caíste muy bajo Samuel, pensé que eras diferente a todos los de aquí pero ya veo que estas cortado con la misma tijera.
Sin esperar respuesta continué mi camino, sintiendo como un hueco se abría paso de apoco en mi pecho.
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N A R R A D O R O M N I S C I E N T E
Rafaella miro al chico frente a ella, se notaba lo tenso que se encontraba gracias a los músculos de su espalda.
La chica se puso de pie, se acerco a la puerta cerrándola con sigilo y colocando el pestillo en esta, sabía que estaban en zona peligrosa, que podrían atraparlos en cualquier momento pero poco le importaba.
El, al ver los actos de la castaña se giro para mirarla, ella simplemente se acerco hasta la cama y tomo asiento.
- Lamento mucho todo lo que pasa solecito. - ella soltó. - Pero muchas veces te he dicho que nadie es digno de ti, y el que llegue a serlo, podrá soportar cualquier cosa con tal de tenerte.
Rafaella adoraba escuchar a ese hombre, y pasar eternas horas de platicas contándose sus problemas, si había algo por lo que añoraba su regreso a España era simplemente por tenerlo cerca.
El castaño al instante la miro y esbozo una sonrisa, a pesar de ser un apodo tierno, siempre le ponía demasiado el escuchar que lo llamara así.
Sin preámbulo de acerco hacia ella, la recostó sobre la cama y posiciono su cuerpo sobre el suyo.
- A pesar de cualquier cosa tu siempre serás la única que me merece, estrellita...
Rafaella no pudo resistir mas, y atrapo los labios de el en un beso, que en pocos segundos se torno en puro deseo.
Ellos sabían que eran capaces de complementarse y sanarse por completo, y para hacerlo se entregaban el uno al otro, como no lo hacían con nadie mas.
Y a pesar de que era algo prohibido, como siempre se dejaron llevar para saciar sus instintos.
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R A F A E L L A
Suspire al seguir escuchando los sermones de Nathaniel por mi tardanza, pero es que yo no tenia la culpa de que el vestido que tenia dispuesto para esta noche no se encontrara en su lugar rode el torso de Nate con mi brazo.
- ¿Puedes parar con esto?. - lo mire. - Diviértete y olvídate de todo. - mi hermano sonrió.
- Solo con medida. - asentí.
- No llegues al exceso como hace nos días y sobre todo no aceptes nada a Valerio, ¿Entendido?.
- Si mamá. - ambos reímos.
Beso mi mejilla con rapidez, sin agregar nada mas se separo de mi lado, comenzó a caminar entre la multitud, encontrándose con Polo.
Por mi parte traté de ubicar a Rebeka, Nadia o Lucrecia por algún lado pero fue en vano.
Seguí los mismos pasos de mi hermano pero me detuve a medio camino al escuchar la voz de Lucrecia llamándome.
- ¡Ella cari por aquí!. - le brinde una sonrisa y me dirigí hacia donde se encontraba.
Salude a la morena y me guió hacia la zona V.I.P donde se encontraba, dentro de esta estaba Guzmán quien solo me saludo con un asentimiento de cabeza, al igual estaba Nadia que me sorprendía verla ahí, por ultimo mi mirada se topo con la de Ander quien solo me brindo una sonrisa que correspondí.
- ¿Rafaella?. ¿Estas ahí?. - reaccione ante las palabras de Lu.
- Si lo siento, ¿Que me decías?. - la mire.
- Repito, luces fantástica, ya decía yo que ese cabello tuyo tenia tremendo potencial. - soltó alabando las ondas que había decidido hacer en este. - Y ese vestido es lo más top.
- Tu no te quedas atrás belleza. - le sonreí.
- Iré por una botella ahora regreso. - asentí.
Ella desapareció hacia la barra y yo decidí tomar asiento al lado de Ander.
- Hubiera preferido quedarme en casa a soportar esta mierda. - reí cuando varios recuerdos se plantaron en mi cabeza.
- Yo también lo hubiera preferido. - el chico de rulos me brindo una mirada cómplice. - Pero conoces a el imbécil de tu primo y cuando se trata de fiesta nadie lo para.
- Nathaniel y sus espíritu aventurero, es el único de los Muñoz con los cojones tan grandes como para volver a beber después de el pedo en días pasados. - ambos reimos ante sus palabras.
- ¿Vino tu chico?. - mencione con dificultad esas palabras.
- No. - suspiro. - Sigue cagándose del miedo ante su padre. - sabia cuando le dolía la situación.
- Algún día Andersito. - recosté mi cabeza en su hombro mientras el me acercaba a su cuerpo abrazándome por un costado.
- Algún día Ella.
Ambos nos quedamos en esa posición, observando como todos se divertían mientras nosotros nos hundíamos en nuestras decepciones amorosas.
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Ya estaba cansada de las historias de Cayetana, a nadie le interesaba a donde había viajado el verano pasado pero ella parecía no percatarse.
Le brinde una ultima mirada a la rubia, y una vez que termine de analizarla agradecí a mi Dios no haber encontrado el vestido que quería anteriormente, o habría pasado una vergüenza.
Me puse de pie y comencé mi camino hacia la barra de bebidas, una vez ahí pedí un mojito.
Entre tragos me perdí por completo en mis pensamientos, había sido una estupida idea asistir a esta fiesta.
Comenzaría buscar a Nathaniel, y si el no aceptaba regresar a casa yo lo haría por mi cuenta.
Tome un par de tragos de mi bebida, comencé a mirar a mi alrededor tratando de encontrar a mi hermano, pero mi tarea se vio interrumpida cuando el pelinegro que no quería ver se posó frente a mi.
- Si me disculpas tengo que buscar a mi hermano. - lo rodé con la intención de irme pero me tomó de el brazo.
- Ella por favor escúchame. - me safe de su agarre y termine frente a él. - Necesito tú ayuda para que el plan salga a la perfección.
- Creo que mi respuesta por la mañana fue clara, no te ayudaré.
- Rafaella, por favor. - pausó y se acercó a mi para que pudiera escucharlo sobre el volumen de la música. - Me prometiste que me ayudarías a encontrar al culpable.
- Si, lo hice. - me recargue de nuevo en la barra bajo su mirada. - Pero eso fue antes de darme cuenta como eras realmente.
- No entiendo tu actitud desde la mañana, no se a que te refieres. - bajo la vista avergonzado.
- Claro que lo entiendes, y por eso mismo te digo que no había necesidad alguna de cogerte a Carla para que tu plan funcionara, pero se me olvidaba que aquí todo se maneja así...- no pude seguir hablando porque de un momento a otro tomó mis mejillas con sus manos y me vi interrumpida por sus labios sobre los míos.
Me quede en trance por unos segundos hasta que correspondí su acto, vaya hipocresía la mía.
Tome el cuello de su camisa y lo acerque más a mi, maldito alcohol estaba haciendo de las suyas.
Cuando nuestros pulmones resintieron la falta de oxígeno, nos vimos forzados a separarnos.
Agitada mire a Samuel, que se encontraba en las mismas condiciones que yo, el iba a hablar pero se vio interrumpido por Nathaniel.
- Venga Samu, ¿Que te dije sobre acercarte a mi hermana?. - Nate lo abrazo por los hombros, ambos lo miramos nerviosos pero el imbecil solo atinó a reír. - Es broma güey, por mi puedes besarla, abrazarla, manosearla...- lo interrumpí.
- Nathaniel ya fue suficiente.
- Tranquila hermanita. - se alejó de Samuel, se acercó a besar mi mejilla y tomó una botella de la barra. - Yo me voy los dejo, ¡Que vivan los novios!. - gritó con gracias mientras se perdía entre la gente, yo regrese mi vista a Samuel.
- Lo siento el es...- el chico me interrumpió.
- Ella me gustas. - sus palabras me tomaron desprevenida. - Y se que es muy estupido confesarlo en este momento pero, no me gustaría que te alejaras de mi por mis estupideces.
Analice por un momento su rostro buscando algún atisbo de mentira, pero sus ojos reflejaban sinceridad.
- Samu, yo...- pause al no encontrar palabras.
- No tienes que decir nada...- ahora yo lo interrumpí.
- También me gustas. - reí. - Y me parece estupendo que hayas decidido hablar ahora.
El esbozo una sonrisa y se acercó de nuevo a besarme, pero ahora con más cautela y tranquilidad, solo nos disfrutamos mutuamente.
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Me encontraba en las escaleras que daban hacía la parte inferior del lugar acompañada de Rebeka, por más que trataba de tranquilizarla ella seguía muriendo de nervios.
- Tranquila Rebe que todo va a salir bien.
- Quisiera pensar lo mismo que tú princesita, pero el pringao' de Samu es demasiado inocente y puede cargar todo en un segundo. - reí levemente ante sus palabras.
Yo no había estado presente en el momento que los chicos llevaron acabo su plan, pero por lo que me contó la ojiazul todo se fue a la mierda cuando Guzmán descubrió a Samuel tomando el móvil.
- ¿Que pasa chicas porque tan alejadas de la fiesta?. - Nathaniel llego a mi lado y me abrazo por los hombros, yo correspondí rodeando mi torso con sus brazos.
- Estábamos tomando el aire tío que todo arriba está congestionado de perfume fino y porro. - reímos ante el comentario de Rebeka.
- Ella, ¿Te parece si nos retiramos?. - cuestiono mi hermano.
Estaba por responderle pero una melena rubia acaparó mi atención.
La marquesa lucia devastada y nerviosa, pero no era de mi interés, estaba dispuesta a darle una respuesta a Nathaniel, pero mi cerebro se desconectó en el momento que observé como Samuel llegaba al lado de la rubia, la tomaba del cuello y comenzaba a besarla.
Sentí como mis ojos se rozaban.
- Rafaella. - escuche como Nathaniel me llamaba, pero al parecer también se percató de la escena al instante. - Ese cabrón. - se soltó de mi agarre con intención de alcanzarlo.
- No. - tome su brazo. - No vale la pena.
Mi hermano tomó mis mejillas y dejó un beso en mi frente.
- Nadie merece a un Borgues...- pausó.
- Si es que un Borgues no lo necesita. - complete la frase.
Mi hermano sonrió, ambos nos despedimos de Rebe, Nate tomó mi mano y comenzamos a descender para salir de ese lugar y regresar a casa.
En cuanto salimos del lugar Roman nos esperaba afuera, ingresamos al auto y me fue inevitable desmoronarme en lágrimas.
Al instante Nathaniel me envolvió entre sus brazos.
- Llora. - comenzó a acariciar mi cabello. - Hazlo todo la noche si así lo deseas, porque el día de mañana volverás a ser esa Rafaella indestructible, bella e inalcanzable que todos conocen, y yo estaré a tu lado en todo momento para asegurarme de ello.
Esbocé una ligera sonrisa, porque sabía que si alguien estaría siempre conmigo sería Nathaniel, y no había algo que me hiciera sentir más segura en este mundo.
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