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|| [3 MESES ANTES] ||


R A F A E L L A






Después de cantar el feliz cumpleaños a Ander los chicos se acercaron a felicitarlo, de uno en uno lo abrazaron, brindándole buenos deseos.

Por mi parte espere en silencio esperando ser le ultima en felicitarlo, mire al chico que venía del brazo de mi primo, quien al notar mi mirada sobre el me brindo una sonrisa forzada, idiota.

Cuando todos se alejaron, camine hacia la pareja.

- ¿Me permites?. - solicite a Omar para que me dejara a solas con Ander, el moreno me miro con desdén, y con pesar se fue hacia donde se encontraban Rebe y Samuel.

- Felicidades solecito. - susurre en su oído al momento que lo abrazaba, aunque no correspondió mi gesto.

- Te dije que no quería compartir con nadie Rafaella. - tome su brazo y lo obligue a caminar lejos de todos los presentes.

- Teníamos tiempo sin festejar tu cumpleaños juntos, solo quería hacer algo especial. - pause esperando alguna respuesta de su parte recibiendo un bufido. - No entiendo, si no querías convivir con nadie, ¿Qué planeabas trayendo a Omar contigo?.

- Es mi novio, ¿Qué esperabas?. - me miró.

- Lo es solo cuando te conviene. - mencione, comenzaba a molestarme su actitud.

- No es mi tema que estés celosa de que el este conmigo. - se acerco hacia mi. - Haznos un favor y pídele a Samuel un polvo para que se te quite ese humor y dejes de meterte en lo de los demás, ¿Vale?. - por instinto reaccione llevando mi mano a su mejilla para brindarle una bofetada.

El me miró sorprendido, podía sentir como mis ojos picaban, Ander nunca me había hablado así, no entendía que le pasaba.

- Estrellita perdón, estoy bajo mucha presión y...- no permití que siguiera hablando.

- Jodete. - pase por su lado empujando su hombro.

Me acerque hacia donde se encontraba mi hermano, arrebate la copa de sus manos y bebí todo el contenido de un trago bajo su mirada y la de Guzmán.

- ¿Qué te pasa?. - cuestiono Nate sorprendido.

- Pasa que tu primo es un estúpido. - sin esperar respuesta me di media vuelta y camine hacia donde se encontraba Lucrecia.

Si Ander no quería adentrarse en su fiesta era su problema, no planeaba desaprovechar la noche.











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Podía sentir el efecto del alcohol sobre mi, me sentía mas tranquila después del episodio en el jardín.

Nos encontrabamos terminando de cenar en el comedor, escuchaba atenta las historias que contaba Antoine, quien tenia a todos los presentes asombrados.

- Y así fue como Nathaniel decidió que Cometa no sería su caballo favorito. - todos los presentes estallaron en risas.

- Gracias por exhibirme hermanito. - Nate tomo su copa y la levanto hacia Anto.

- Eso si lo recuerdo bien, Nate duro cinco días bañándose constantemente para quitar el olor a excremento de su cuerpo. - una carcajada salió de Guzmán quien chocó puños conmigo.

- Ese detalle no se necesitaba saber Ella. - contestó mi hermano.

- De nada. - le tire un beso.

- Señorita Rafaella. - se acercó Lía a mi. - ¿Gusta que traiga el pastel?. - mire a la mesa tratando de encontrar a Ander, percatándome que no estaba presente, al igual faltaban Polo y Lucrecia.

- Pues no tengo idea de donde está el festejado pero...- me vi interrumpida.

- ¡Yo puedo ir a buscarlo!. - Antoine se puso de pie y se acercó a mi lado.

- Ya puedes traerlo Lía. - la chica asintió y se retiró.

- ¿Entonces?. - cuestiono mi hermanito alargando la última letra.

- Ve, solo avísale que se servirá el pastel si no te hace caso no quiero que insistas, ¿Entendido?. - el niño asintió.

- A la orden. - comenzó a caminar pero de un momento regreso hacia mi y me abrazo. - Gracias por dejarme estar presente en el cumple de Ander hermana. - me abrazo y al instante lo estrujé entre mis brazos. - Te amo de aquí a la luna Ella. - beso mi mejilla.

- Yo también te amo de aquí a la luna y de regreso cachorro. - deje un beso en su frente.

- ¿Así que no me invitan a su abrazo?. - cuestiono Nate que de un momento a otro ya estaba a nuestro lado.

Anto y yo reímos, mientras abríamos espacio para que el mayor se uniera a nosotros, terminó abrazándonos a ambos.

- Los amo demasiado pequeños demonios, sin ustedes mi vida no sería lo mismo. - comentó Nathaniel mientras dejaba un beso en mi frente y otro en la de Anto.

- Que bonita escena. - comentó Lucrecia mientras ingresaba al comedor. - Necesitan una fotografía, si eso es, júntense.

- No es necesario Lucrecia. - comentó Guzmán.

- A ti no te estoy hablando. - respondió la castaña causando una risa de mi parte.

- Ya júntense entre más rápido mejor. - soltó Carla.

Nathaniel se colocó tras de mi, mientras Antoine tomaba asiento en una de mis piernas.

- Así es, sonrían. - mi sonrisa se ensanchó, debía aceptar que hace mucho no tenía un momento así con mis hermanos, esto solo logro que mi felicidad se elevará. - Es perfecta, ahora mismo te la envío.

- Bueno es momento de que busque a Andersimio, ahora regreso. - gritó el menor mientras salía del lugar.

Al tiempo regreso Lía con el pastel, esta misma comenzó a repartirlo a cada uno, mientras ofrecía café o té, haciendo que el inicio del fin de la velada terminara perfectamente.









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|| [ÉPOCA ACTUAL] ||

73 HORAS DESAPARECIDO

- Este es el punto en que Samuel desapareció. - la detective señalo la pantalla de su tableta. - Pero la ultima señal de vida suya que tenemos fue aquí, la ultima vez que su móvil estuvo activo.

El mapa virtual mostraba un punto rojo cerca de un lugar que ambos chicos conocían a la perfección, Nathaniel y Ander se miraron desconcertados.

- ¿Eso por que nos concierne a nosotros?. - cuestionó el mayor de los Borgues, recibiendo un suspiró de parte de la pelirroja como respuesta.

- Tus padres tienen una finca...- el chico interrumpió a la mujer.

- Varias en realidad. - respondió Nathaniel tratando de evadir el tema, causando que la mayor rodara los ojos.

- Esta en particular planeaba ser ocupada ese fin de semana, ¿No es así Ander?. - el chico de rulos palideció al escuchar la pregunta y sentir la mirada de su primo sobre el.

- No entiendo a que se refiere. - respondió mientras frotaba sus manos sobre la tela de su pantalón tratando de calmar sus nervios.

- ¿Seguro que no?. - pauso la detective. - Por ahí dicen que Rafaella y tu planeaban visitar el lugar. - el chico de rulos maldijo a Nadia en su interior.

- Si, planeábamos descansar de toda esta mierda, pero no se si usted necesita que le recuerde el motivo por el cual cancelamos el plan.

- Si creo que es necesario que se lo recordemos. - complemento Nathaniel el comentario de su primo.

- ¿Qué hacía Samuel ahí?. - pregunto la mujer.

- ¿Por que tendríamos nosotros que saberlo?. - respondió Ander.

- Que yo sepa ninguno éramos su niñera, y sinceramente ya nos enfado todo esto. - ambos chicos se pusieron de pie.

- Nos vemos cuando usted tome enserio su trabajo y cumpla con su deber, ya sabe donde buscarnos. - concluyó el de rulos.

Ambos comenzaron a dirigirse hacia la salida.

- Están cometiendo una falta muy grande hacia la investigación. - la pelirroja se puso de pie.

- Mire como nos preocupa. - Nathaniel abrió la puerta permitiéndole el paso a Ander. - Debería corregir sus faltas antes de querer venir a arreglar las nuestras, con su permiso.

El chico le mostro una sonrisa y salió de ahí azotando la puerta, pensando como esta tarde le haría pagar con creces al culpable del sufrimiento en su familia.


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N A R R A D O R O M N I S C I E N T E


Dentro de la mansión Borgues Muñoz se llevaba acabo una conversación que de a poco se tornaba acalorada.

- ¿Cómo mierda quieres que esté Polo?. - Ander tomó su cabello desesperado.

- Tranquiló, disfrutando, es tu cumpleaños Ander. - el moreno se acercó a su amigo.

- No se como lo haces. - susurró el chicos de rulos.

- ¿El que?. - cuestiono con cautela Polo mientras se acercaba a su amigo.

- El estar tranquilo, como si no hubieras matado a Marina.

- ¡Calla!. - exclamo el ojiazul mientras rodeaba la alberca para terminar de acercarse a su amigo. - No vuelvas a decirlo en voz alta.

- ¿Que?. ¿¡Que eres un puto asesino por qué mataste a la hermana del que se supone es tu mejor amigo¡?. - gritó con fuerza Ander sin importarle quien le escuchara, estaba arto de cargar con culpas que no le correspondían.

- ¡Que no lo repitas!. - Polo tomó a Ander por el cuello de su camisa, sus ojos azules miraban con rabia a su amigo.

- Anda, hazlo, un peso más en tu conciencia no creo que sea para tanto. - retó el de rulos sin recibir respuesta. - Eso pensé. - tomo las manos de Polo y las quito con rabia de su ropa. - Se te acaba el tiempo Leopoldo, hablas tú, o hablo yo.

Sin más Ander se dio media vuelta y salió del área de la piscina.

Polo no atino más que a soltar un grito que llego acompañado de un par de lágrimas, el chico sentía como poco a poco su estabilidad se iba consumiendo, el mismo sabía que en cualquier momento su cordura lo lanzaría a los pies de las autoridades aceptando su culpabilidad.

El moreno limpio con desdén las lágrimas de su rostro, estaba por retirarse hasta que escuchó como un objeto caía a sus espaldas.

Sus ojos azules al instante siguieron el sonido, encontrándose con un pequeño castaño que recogía el objeto apresuradamente.

- ¿Que, qué haces aquí?. - tartamudeo Polo mientras el niño colocaba el adorno en su lugar.

- Yo solo vine a buscar a Ander, pero el ya se fue así que permiso. - Antoine planeaba retirase pasando por un costado de Polo pero el ojiazul lo detuvo.

- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?. - exclamo el moreno tomando al niño con fuerza de ambos brazos.

- Acabó de llegar, pero deberías soltarme estás lastimándome. - los ojos de Antoine comenzaban a llenarse de lagrimas debido al dolor que la presión ejercida en sus brazos causaba.

- ¿Habéis escuchado algo?.

- ¿Que?. Solo suéltame. - el menor comenzó a removerse tratando de escapar del agarre de Polo.

- ¡¿Que si habéis escuchado algo?!. - gritó con furia, logrando que el menor se asustara.

- ¡Nathaniel, Ella, ayuda!. - exclamo Antoine con miedo en búsqueda de la protección de sus hermanos.

De un momento a otro Antoine logro patear a Leopoldo en una de sus rodillas, causando que el agarre del mayor saliera de sus brazos, dándole al niño la oportunidad de correr hacia la salida del lugar.

No tomo en cuenta que los nervios de Polo y su instinto de supervivencia ayudarían a que este actuara con rapidez.

El ojiazul salió tras el pequeño después de tomar una de las esferas que se encontraban adornando la estancia, rodeando la piscina para poder interceptar al menor antes que se fuera.

El menor de los Borgues estaba a punto de lograr su cometido, pero Leopoldo se lo impidió al tomarlo de uno de sus pequeños hombros.

- ¡Nathaniel!. - gritó con todas sus fuerzas el niño esperando ser escuchado, sin esperar Polo logró impactar la esfera de mármol sobre la cabeza del menor.

Al instante el castaño miro al mayor, llevando una de sus manos hacia su frente percatándose que la sangre escurría sobre esta.

- ¿Qué me hiciste?. - soltó en un susurro mientras impactaba de rodillas frente el ojiazul.

Fue hasta ese momento que Polo recobró la conciencia, percatándose de la atrocidad que había cometido, asustado decidió reaccionar, esto no podía pasar de nuevo.







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R A F A E L L A

Ander logró llegar al comedor en el momento que Lía comenzaba a repartir el pastel, este mismo disculpó a Polo con nosotros ya que se tuvo que retirar antes por que sus madres lo necesitaban, me sorprendió que Anto no ingresara tras de el de rulos pero supuse que estaría en su cuarto de juegos.

Convivimos un par de minutos más, hasta que los chicos comenzaron a retirarse.

Nate y yo nos encontrábamos despidiendo a Guzmán quien era el ultimo en el lugar.

- Debo admitir que eres buena anfitriona Rafaella. - reí en compañía de mi hermano.

- Cuando quieras.

- Bueno, os veo mañana en el cole. - ambos chicos se abrazaron en despedida. - Recuerda que nos hacen falta unos detalles del proyecto. - mi hermano solo asintió.

Guzmán se acercó y dejó un beso en mi mejilla.

- Hasta mañana Guz. - remarque la última palabra, sabía que fuera de Antoine al de pecas no le agradaba que lo llamaran así.

- Te las estoy contando. - comento sonriendo.

Iba a responderle pero un grito llamó la atención de los tres.

- ¡Nathaniel, Ella, ayuda!. - la voz atemorizada de mi hermano menor logró alterar mis sentidos.

- Anto está en problemas. - comentó Nate, asentí.

- Tu ve arriba, yo reviso aquí abajo. - mi hermano con prisa comenzó a subir los escalones.

- Iré contigo. - Guzmán tomó mi mano y ambos comenzamos a buscar con prisa al menor.

Ingresamos al comedor, la sala y la cocina pero no había señales de el, regresamos a el recibidor donde ya se encontraba Nathaniel.

- No está ni en su habitación, ni en su playroom. ¿Dónde diablos se metió?. - cuestiono Nathaniel.

Trate de razonar todos los lugares de mi casa hasta que otro de sus gritos se hizo presente.

- ¡Nathaniel!. - gritó Antoine con fuerza, podía escuchar el miedo en su voz.

Mi hermano mayor y yo nos miramos con desesperación.

- ¡Venga chicos la piscina!. - reaccionó Guzmán.

Los tres salimos con prisa hacia el lugar, mi mano seguía conectada con la del chico de las pecas quien corría a mi lado mientras Nathaniel iba tras nosotros, en poco tiempo ingresamos al lugar, percatándonos que estaba vacío.

- ¿Anto?. - me introduje. - ¡Antoine!. - mire al rededor pero estaba vacío.

- Nate. - escuche que llamó Guzmán a mi hermano.

Por mi parte me adentré a los vestidores del área de la piscina pero estaban completamente vacíos, de misma forma revise las regaderas encontrándome con lo mismo.

Salí hacia donde estaban Nathaniel y Guzmán.

- No lo veo por ningún lado.

- Ella. - me llamo Nate.

- Debo encontrarlo Nathaniel, tal vez esté en el jardín. - estaba dispuesta a dirigirme hacia haya pero mi hermano tomó mi brazo.

- Rafaella escúchame. - este se acerco a mi. - Guzmán encontró sangre en el piso, hay un rastro de la misma que el ya está siguiendo.

- No. - susurré y mi cabeza quedó en blanco, pero hubo algo que iluminó mis ideas por unos segundos. - Las cámaras.

Mi hermano asintió y juntos salimos hacia la caseta de vigilancia que estaba en la entrada de la casa, llegamos ahí y abrimos la puerta.

- Jóvenes Borgues que sorpresa verlos por aquí. - soltó Matías el encargado de la vigilancia.

- Necesitamos la vista de las cámaras del área de la piscina, ya. - mencione sintiendo como mi cuerpo comenzaba a temblar.

- Enseguida señorita.

Matías comenzó a teclear algo en el ordenador, logrando que en los monitores se transmitiera lo que las cámaras veían en este momento.

- Atrásalo veinte minutos Mat. - ordenó mi hermano, el chico al instante lo hizo.

La primera toma nos dejaba ver cómo Ander abandonaba el lugar, después de eso todo se queda tranquilo, no aparecía nada más.

- No puede ser que no encontremos...- mi hermano dejo de hablar cuando se vio a Antoine recogiendo uno de los adornos que había caído al suelo, este parecía conversar con alguien.

Mi hermanito lucia tranquilo en ese momento, fue hasta que dejó el adorno que lo perdimos de vista.

- Aquí también aparece algo. - Matías nos señaló la vista de la segunda cámara que se encontraba ahí.

Se podían ver como Antoine corría, pero de un momento a otro se detuvo quedando en un punto ciego donde solo podíamos ver sus piernas, mi vista se mantuvo fija en la imagen, fue hasta que el cayo de rodillas en el suelo que cerré los ojos por un momento, al abrirlos Mateo ya había hecho un acercamiento a la toma, gracias a eso nos dimos cuenta que su sangre era la que estaba en el piso.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas, que fue inevitable contener al ver como el se desplomo y sin mas fue arrastrado hasta desaparecer del campo de visión, no podía perder mas tiempo, salí con prisa de la caseta escuchando como Nathaniel me llamaba.

Por mas que trataba las lagrimas no dejaban de escarpar de mis ojos, tome rumbo hacia el garaje necesitaba buscar a quien me podía dar respuestas.

- ¡Hey Ella!. - me detuve al escuchar a Guzmán y seque de nuevo mis mejillas. - El rastro de sangre es inútil, se pierde entre la maleza en el fin de su propiedad. - mire al chico, este se acerco a mi. - ¿Qué ocurre?.

- Gracias por hacerlo, ahora no tengo tiempo, necesito buscar respuestas. - apresure mi paso dejando al chico atrás.

Llegue hacia donde guardaban los autos, me acerque al mostrador que sostenía las llaves de todos, tome las primeras que encontré, mientras accionaba el botón de desbloqueo para saber a donde tenia que subir escuche un grito de Nathaniel.

- ¡Guzmán detenla!. ¡No puede salir así!. - apresure mi paso acercándome al vehículo.

Mis manos temblaban, cuando trate de abrir la puerta de piloto las llaves cayeron de mis manos, tuve que detenerme a recogerlas perdiendo la oportunidad de salir, por que al ponerme de pie Guzmán apareció tomando mis brazos.

- Espera Rafaella. - trate de soltarme de su agarre, pero este lo reafirmo abrazándome.

- No, déjame ir, mi hermano esta en peligro. - me removí en sus brazos logrando que el me pegara mas a su cuerpo. - Guzmán por favor.

- Mírame. - tomo mis mejillas y sus ojos se encontraron con los míos. - Te prometo que lo vamos a encontrar pero así no. - no pude soportar mas.

Me aferre a el escondiendo mi rostro en su pecho mientras sentía como rodeaba mi cuerpo en un abrazo y acariciaba mi cabello tratando de tranquilizarme. 

Así fue como me desmorone en sus brazos, comenzando a armar un montón de teorías en mi cabeza que me torturaban mas, tenía que encontrar a mi hermano pronto y no me importaba si tenía que matar al mismo diablo con tal de traerlo sano y salvo a casa.

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