˚₊· 12
Elinor miró el techo fijamente desde su cama. Podría quedarse profundamente dormida con lo suave y cálida que era pero tenía demasiadas cosas en la cabeza que no le permitían sentirse en paz. Luego de suspirar profundamente decidió ponerse de pie y sin dudarlo se dirigió a la cueva. Muy pocas veces había estado en ese lugar pues siempre le había parecido bastante aterrador pero no podía quedarse con la duda e intriga de lo que pasaba.
El pecho le dolía pero no podía con la ansiedad de no saber qué ocurría y si Bruce prefería a alguien más, era mejor para ella alejarse y dejarse de hacerse daño.
Ni siquiera se había dado cuenta de que ya había llegado a la cueva hasta que Alfred se paró frente a ella.
—¿Estas bien, Elinor? —preguntó el hombre con notable preocupación.
La chica lo miró por primera vez pese a que estaba frente a él.
—Si —murmuró pero sonaba distante— en realidad... quisiera ver el registro de las cámaras del traje de Bruce.
Alfred la miró con cierta confusión pero al final asintió.
—Por supuesto —se dirigieron al escritorio frente a las pantallas— ¿buscas algo en especial?
Elinor no se atrevió a mirarlo.
—Quisiera ver las grabaciones de esta semana. Es simple curiosidad.
Alfred lo dudó por un segundo pero al final buscó los registros y el video comenzó a reproducirse.
—Lo siento Alfred, pero quisiera ver esto a solas.
—Seguro. Aquí adelantas, aquí retrocedes, pausas y reproduces de nuevo —le mostró los controles— iré a preparar un poco de té.
—Gracias —susurró.
Alfred la miró una vez más antes de subir al ascensor. El hombre no estaba seguro de qué ocurría pero sabía que las cosas se habían puesto mucho más tensas entre los dos.
Elinor suspiró y comenzó a adelantar el video. Estuvo un par de horas frente a la pantalla y no pudo evitar notar a la bonita chica morena que aparecía con extraña frecuencia y que no dejaba de coquetear con total descaro con Bruce. Era obvio que ella no sabía que se trataba de Bruce pero aún así dolía.
Se dejó caer en el respaldo de la silla mientras miraba fijamente el video en pausa en el que se podía ver a aquella mujer. Elinor no se había dado cuenta de que sus mejillas estaban llenas de lágrimas hasta que sintió que caían en su mano. Se apresuró a limpiar su rostro pero las lágrimas seguían saliendo y saliendo sin parar.
Entonces una luz roja en la pantalla llamó su atención. Era el video en vivo del traje de Bruce. Su corazón ya no podía romperse más y aunque por un segundo lo dudó, presionó aquel icono. Dejó salir un suspiro cuando la única persona que vio fue al detective Gordon.
Cerró todas las pestañas abiertas y se puso de pie. Aún tenía muchas cosas que pensar pero sabía que tal vez lo mejor sería terminar definitivamente su relación con Bruce.
Sacó su celular mientras entraba al ascensor y seguía limpiando sus lágrimas.
—¿Elinor? —escuchó la voz al otro lado del altavoz.
La chica se aclaró la garganta antes de intentar hablar.
—Hola, Teseo. Lo siento, sé que es tarde.
Se escuchó un sonido, como si el chico estuviera moviendo cosas.
—Para nada, de hecho sigo en el oficina. ¿Estas bien?
Hubo un momento de silencio por parte de Elinor. Las puertas del ascensor se volvieron a abrir y la chica salió.
—¿Te puedo pedir un favor? —dijo por fin.
—Seguro, lo que sea.
—Sólo te pido que lo lleves con mucha discreción. Nadie puede saberlo, sólo tú y yo.
—Elinor, mis labios estarán sellados pase lo que pase.
Hubo otro corto momento de silencio. Teseo escuchó el suspiro de la chica al otro lado de la línea.
—¿Podrías ayudarme a redactar un documento de divorcio? Lo necesito para mañana.
Teseo colocó su celular entre su hombro y su oreja mientras revisaba algunos documentos.
—Por supuesto. Sólo dame los datos y mañana mismo lo tendrás.
—Bruce Wayne y Elinor Reid. No quiero nada que pertenezca a Wayne enterprises o a Wayne en general. Me quedaré únicamente con las ganancias que ha generado el despacho.
Teseo se quedó pasmado en su lugar incapaz de procesar las palabras que acababa de decir la chica. En ese mismo momento tenía muchas preguntas pero no era el momento adecuando.
—Entiendo —murmuró por fin, sin ocultar la creciente sonrisa que se asomaba en su rostro. Afortunadamente Elinor no podía verlo— mañana los llevaré personalmente a tu casa.
—Gracias, Teseo.
—Ni lo menciones.
La llamada terminó y Elinor se quedó mirando la pantalla bloqueada. Alfred apareció de pronto con un paquete en las manos.
—Elinor —sonó sorprendido y no se perdió los rastros de lágrimas en sus mejillas— supongo que encontraste lo que necesitabas.
Elinor asintió.
—Sí. Tenía una pequeña esperanza de no encontrar nada pero estaba más que claro. No importa, ¿está todo bien?
—Sí, le llegó un paquete a Bruce. Justo estaba por llevarle su taza de té pero llamaron a la puerta.
Elinor asintió con una sonrisa.
—No te preocupes. Si quieres puedo llevar el paquete de Bruce a la sala.
—De acuerdo. Te puedo llevar un té para que te relajes.
—Eso me encantaría. Con... —
—Con miel —interrumpió Alfred— no podría olvidarlo.
Elinor sonrió.
—Gracias, Alfred.
El hombre le entregó el paquete y la chica se dirigió a la sala. Era muy pequeña la caja y tenía un sobre arriba. Le causó un poco de curiosidad pero decidió no entrometerse en las cosas de Bruce. Ya no más.
Dejó el paquete sobre la mesita de centro y tomó asiento en el sillón. Alfred llegó poco después con una taza de té que olía realmente delicioso.
—Gracias —murmuró la chica cuando el hombre dejó la taza sobre la mesita.
—No es nada. Pondré el paquete en el librero.
Elinor no contestó nada pero no era necesario. Alfred ya llevaba el paquete en las manos, sin embargo, él no pudo contra la curiosidad y tomó el sobre para mirarlo de cerca.
Lo último que Elinor recuerda es que Alfred se abalanzó sobre ella de forma protectora luego escuchó un fuerte estallido y todo se volvió completamente negro.
🦇
Bruce manejaba a toda prisa de regreso a la torre Wayne. Intentaba llamar pero nadie atendía el teléfono, sin embargo, no dejó de insistir hasta que atendieron. Pero era muy tarde.
Desde el auto vio el humo que salía del edificio. Lo único que pudo hacer en ese momento era acelerar para llegar más rápido.
El jefe Gordon estaba frente a él explicándole lo sucedido. Bruce estaba poniendo atención pero tenía el estómago revuelto ya que le habían dicho que Elinor y Alfred habían sido llevados a urgencias. Necesitaba verlos antes de volverse completamente loco.
Cuando el jefe Gordon terminó de hablar, Bruce fue inmediatamente rumbo al hospital. Primero se dirigió a la habitación de Alfred, sintiendo un completo cobarde para ir a la habitación de Elinor. Estuvo un momento mirando a través de la ventana. El pobre hombre se encontraba en un estado muy delicado pues por lo que le habían explicado, Alfred protegió a Elinor con su propio cuerpo de la explosión.
Se maldijo internamente. Ese explosivo era para él y para nadie más. Luego de algunos largos minutos, Bruce se dirigió a la habitación de Elinor.
La vio a través del cristal, estaba despierta pero no estaba sola. Teseo estaba a su lado. Casi quiso poner los ojos en blanco. Era él quien debería estar junto a su esposa, no ese mocoso.
Elinor se percató de su presencia e hicieron un rápido contacto visual a través del cristal pero fue ella quien desvió la mirada y le dijo algo a Teseo. El chico miró a sus espaldas, encontrándose con la intensa mirada de Bruce. Rápidamente se puso de pie para cerrar la cortina y abrió la puerta para enfrentarse al hombre.
—Elinor no desea verte, Wayne —le dijo con un tono bastante tosco y cortante.
Bruce lo miró fijamente.
—Es mi esposa. Quiero ver cómo está.
Teseo dejó ver una extraña sonrisa mientras le entregaba un sobre.
—No por mucho tiempo —se aclaró la garganta— no sé que hiciste, Wayne. Pero ella realmente no quiere estar cerca de ti. Firma eso y no te pondrá una orden de alejamiento.
Bruce frunció el ceño y se apresuró a abrir el sobre. Casi sintió que se le detenía el corazón cuando vio que se trataba de unos documentos de divorcio.
—Tengo que hablar con ella —le dijo y estaba listo para empujarlo a un lado y entrar a esa habitación.
—Por tu culpa está así —le reclamó Teseo— no tengo ni idea de donde estabas pero ella no debió ser lastimada por tu culpa. Espera a que ella te contacte si es que alguna vez quiere hacerlo— le entregó una tarjeta de presentación— en todo caso, ahora soy si abogado y puedes contactar conmigo si tienes algún desacuerdo con el contrato. Avísame cuando lo firmes.
Sin esperar una respuesta, Teseo volvió al interior de la habitación y Bruce se quedó mirando la puerta, apretando con fuerza el sobre en su mano.
Las cosas se habían salido de control por completo y lo odiaba.
doble capítulo porque los tqm y en compensación porque siempre tardo un millón de años en actualizar este fic <3
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