˚₊· 11
Elinor no quería tomarle importancia. Bruce normalmente era distraído e incluso algo indiferente con prácticamente todo pero esa mañana se notaba mucho más... ausente. Como si su mente estuviera en cualquier otro lugar que no fuera esa habitación y eso le dolía un poco a la chica.
Aquella mañana se llevaría a cabo el funeral del alcalde y ambos debían asistir. Los dos estaban en la habitación terminando de vestirse pero Elinor podía notar la mirada ausente de su esposo y la enorme falta de palabras. Bruce no era alguien que conversara tanto pero luego de no haberlo visto en una semana entera, al menos espera algo. Cualquier cosa. Sin embargo, no presionó. Podía entender que Bruce estaba pasando por algo complicado y tampoco quería poner más carga sobre sus hombros. Mucho menos temas sin aparente importancia.
—Me voy a adelantar —murmuró Elinor tomando su bolso— te espero en el auto.
Bruce le dirigió una mirada, como si recién se hubiera dado cuenta de que había alguien más en la habitación.
—Iré en un segundo —habló pero Elinor ya estaba a mitad del pasillo.
Bruce dejó salir un fuerte suspiro de frustración. No entendía por qué se sentía tan raro. Y todo se debía desde el momento en que conoció a Selina. Era diferente a todo lo que conocía y no podía evitar esa sensación de querer llamar su atención. Pero luego recordaba a Elinor. Su querida y amada Elinor. Su esposa.
Era como si el gran avance que habían dado en el último mes de pronto hubiera caído en picada. Era injusto para Elinor. Ella no había hecho más que apoyarlo incondicionalmente y él no podía dejar de pensar en otra mujer. Mujer que por ciento, había conocido hacía menos de una semana y por mero accidente.
Talló sus ojos con su pulgar e índice y finalmente salió de la habitación. Debía poner en orden sus pensamientos o terminaría lastimando a quien menos lo merecía. Elinor.
El trayecto en auto fue corto y silencioso. Pero era evidente la tensión en el aire. Bruce ni siquiera sabía qué decir y era mil veces peor porque Elinor no le había dirigido ni una sola palabra. Siempre era más fácil para él cuando Elinor comenzaba con las conversaciones.
Cuando el auto se detuvo, Bruce fue el primero en salir y rápidamente ayudó a su esposa. Elinor le dirigió una débil sonrisa pero lo abrazó del brazo mientras se adentraban a la iglesia. Un montón de fotógrafos y periodistas estaban gritando preguntas o intentaban tomar una buena foto pero ellos seguían avanzando sin prestarles mucha atención.
Sin embargo, Bruce de pronto se detuvo. Elinor lo miró confundida pero él parecía estar buscando a alguien más. Elinor sintió un fuerte pinchazo en el corazón cuando el hombre se liberó de su agarre y fue detrás de una chica que iba del brazo de otro hombre que le pareció vagamente familiar.
Se quedó en su lugar un momento, tratando de no sentirse una completa tonta luego de que su propio marido la hubiera dejado botada frente a toda la prensa de ciudad Gótica.
Afortunadamente, sintió una mano en su espalda baja y al mirar se encontró con los bonitos ojos de Teseo. Se saludaron formalmente, recordando donde se encontraban pero el chico no perdió las lágrimas acumuladas en los ojos de su contraria. Cubrió a su contraria con la sombrilla en su mano y ella se lo agradeció en silencio.
Teseo le ofreció su brazo y ella miró hacia Bruce, que hablaba con aquel hombre desconocido. Abrazó el brazo de su compañero y juntos se adentraron al lugar.
Falcone se aclaró la garganta luego de la incómoda conversación y señaló con su rostro detrás de Bruce.
—Cuida bien de tu esposa —le murmuró con un tono un tanto desafiante, casi burlón— no sé si sabías que Pierce padre estaba enamorado de tu madre.
Sin esperar respuesta y mostrando una molesta sonrisa, Falcone dio media vuelta. Bruce sintió que se le revolvía el estómago y finalmente se percató de que había dejado sola a Elinor por pensar que era Selina quien se encontraba con Falcone.
Se sintió mucho más irritado y molesto consigo mismo. Luego de liberar un pesado suspiro se adentró al lugar. Rápidamente vio a Elinor, que estaba junto a Teseo y la reciente viuda, probablemente dando el pésame. Se acercó con pasos pesados ignorando a cualquiera que se cruzara por su camino pero observando todo su entorno en busca de cualquier peligro.
—Bruce Wayne —escuchó una voz femenina que no le pareció para nada familiar.
Una bonita mujer morena se acercó a él con una pequeña sonrisa pero el no mostró ninguna expresión en particular.
—¿Por qué no me ha llamado?
Bruce frunció el ceño sin comprender.
—¿Disculpe?
—Soy Bella Reál. Me postulo para alcaldesa —aclaró— no lo molestaría aquí pero su gente me sigue diciendo que no está disponible. Incluso su esposa, he hablado con ella en muchas ocasiones pero siempre me dice que usted está indispuesto. ¿Me acompaña?
Sin decir palabras, Bruce caminó junto a la mujer sin perder de vista a Elinor que ya se había alejado de Layla pero seguía junto a Teseo y ambos hablaban con otras personas. Para su alivio, Bella se acercaba a Elinor.
—Podría hacer más por la ciudad, ¿sabe? He hablado mucho con su esposa al respecto. ¿Le ha comentado algo? Ella es muy generosa con sus donaciones y apoya mucho mi campaña, algo que agradezco muchísimo.
Bruce no dijo nada. Pero se sintió aún peor. Se dio cuenta de que, de nuevo, era completamente ajeno a su esposa. Ella se hacía cargo de su empresa y ni siquiera le preguntaba algo al respecto.
—Su familia siempre ha sido muy filántropa pero por lo que sé, usted no está haciendo nada —continuó la mujer— si me eligen, quiero cambiar eso.
Detuvieron su caminata cuando Bruce observó al hijo del fallecido alcalde. Le recordó mucho a sí mismo.
—Bella, cuánto tiempo —escucharon la voz de Elinor. La nombrada le mostró una pequeña pero agradable sonrisa— lamento no haberte regresado las llamadas, han sido unos días realmente horribles en el despacho.
Bella negó con amabilidad.
—No te preocupes, lo entiendo. Me encontré con tu esposo y aproveché la oportunidad para hablar un momento con él.
Elinor miró rápidamente a Bruce pero regresó su mirada a a mujer.
—Entiendo —se aclaró la garganta y miró a Teseo que seguía a su lado— ¿Ya conoces a Teseo? Supongo que conociste a su padre.
—Pierce, por supuesto —ambos estrecharon sus manos— espero que me permitas una reunión después.
Teseo dejó ver una sonrisa cordial mientras asentía.
—Por supuesto. Mi querida Elinor suele hablar mucho de usted y también me gustaría apoyar su campaña.
Bella sonrió aún más aunque parecía querer evitarlo pues no era el mejor lugar.
—¿Tiene un minuto ahora mismo? Tal vez pueda darle mi número y conversar un momento.
Teseo miró rápidamente a Elinor pero al final asintió y se fue junto a la mujer dejando solos a la pareja.
La sonrisa de Elinor desapareció mientras se dirigía a su lugar seguida de Bruce. Ambos tomaron asiento.
—Lo siento —murmuró el hombre.
Elinor no lo miró y en su lugar se cruzó de brazos.
—¿Exactamente por qué te disculpas?
Bruce lo reflexionó un momento.
—Por todo, supongo. Por ser un idiota todo el tiempo, por no estar al tanto de lo que sucede en la oficina... por haberte dejado sola allá atrás.
Elinor lo miró rápidamente.
—Creí que estábamos avanzando en nuestra... extraña relación pero los últimos días sólo he sentido que eres ajeno a todo y todos. Sé que lo que haces es importante pero... Bruce... ¿hay alguien más? Si es así, sólo dilo y yo... —
No terminó su frase y Bruce tampoco dijo nada pues comenzaron a escucharse unos gritos y la gente comenzaba a correr.
Un auto atravesó la ventana. Bruce abrazó a Elinor para quitarla del camino y ella se aferró al hombre cuando escuchó que el auto se estrellaba contra algunas flores y la pared.
—¿Estas bien? —preguntó Bruce con notable serenidad pero tomando las mejillas de su contraria en busca de algún tipo de lesión.
—Estoy bien —murmuró— ¿y tú?
—También.
Bruce se puso de pie y ayudó a su esposa a levantarse. El hombre miró a su alrededor, antes había visto a un hombre bastante extraño en el piso superior pero ya no había nadie.
La policía se apresuró a rodear el auto. Bruce colocó una mano en la cintura de su esposa para alejarla un poco pero no despegó su mirada del auto. Fue Teseo quien llegó corriendo para asegurarse de que Elinor estaba bien. La chica miró rápidamente a Bruce, sabía que él tenía que averiguar que estaba pasando y se acercó a él.
—Le pediré a Teseo que me lleve a casa, ¿de acuerdo? —besó la mejilla de Bruce. Al hombre no le encantaba la idea pero sabía que era lo mejor en ese momento.
—Bien. Llámame cuando estés en casa, ¿si?
Elinor asintió.
—Lo prometo.
Bruce vio a la chica irse del brazo de otro hombre y sintió un enorme pesar en su pecho. Odiaba ese sentimiento
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