6| Profesor Lupin
Aquí comenzaba su tercer año, la aún nerviosa Darcy quien no terminaba de acostumbrarse a las preguntas que le hacían respecto a su primo y por lo general trataba de mantener el perfil bajo.
—Así que tú tía se infló como un balón.—Daphne carcajeó ante la anécdota.—¡Ánimos leona! Al menos está viva.
—Creo que después de estas vacaciones las cosas estarán un poco tensas con Harry, mis padres, mi hermano y ahora mi tía lo tratan muy mal... No quiero que empiece a odiarme inconscientemente-
Su voz se vio interrumpida cuando la puerta del vagón se abrió de golpe mostrando a unos cuantos Slytherin.
—¡Aquí estas!—Gruñó Pansy mirando a su amiga.—Haznos un favor y anda busca al trío de raros, necesitamos el vagón.
—No me pienso mover de aquí.—La castaña se cruzó de brazos ignorándolos, en ese momento una cabellera rubia (La cual Darcy estaba segura de que era tinturada) se asomó.
—No era una pregunta, tonta Dursley.—Gruñó.
Ella odiaba que la llamara así, además de odiar a Draco claro está, de un brinco se levantó quedando cara a cara con el bully.
—Repite lo que dijiste, niño de papi y mami.—Habló entre dientes.
—Que te larges.—Ordenó.
Ella inocentemente le mostró una sonrisa antes de asentir, Draco al verla rendida tan fácilmente comenzó a burlarse sin esperar que el verdadero plan de su contraria era darle el pisotón de su vida provocando que el platinado gritara como una niñita.
—Ay, ups.—La castaña hizo un puchero antes de irse.—¡Nos vemos!
Las puertas de los compartimientos cercanos dieron un golpe seco al abrirse haciéndola dar un pequeño salto del miedo, al ver a una extraña figura en el pasillo ingresó repentinamente, asustada corrió al vagón donde estaba su primo y se encerró en el.
—Darcy ¿Está todo bien?—Preguntó el pelirrojo.
—Quizás se descompuso.—Harry comentó.
—Había algo ahí afuera.—Habló Darcy aterrada.
La puerta se abrió haciéndoles sentir un frío glacial que inunda el lugar. En la penumbra se logra ver el contorno de una figura alta y encapuchada que se mete dentro del compartimiento y con una mano deforme intentando alcanzarlos.
Darcy sentía frío en su cuerpo al tener aquella criatura frente a ella, el lugar se tornó blanco para ella mientras comenzaba a sentirse extrañamente triste. Entonces cayó en un sueño, pero para el resto se había desmayado.
—¿Qué pasó?—Preguntó una confundida Darcy mirando a sus amigos en el compartimiento.
—Te desmayaste, de no ser por Harry seguro te dabas un buen golpe.—Ron contestó orgulloso de su amigo.
—Gracias...—Miró al adulto quien se había mantenido en silencio.
—Soy el profesor Remus Lupin.—Rápidamente se presentó.
—Encantada.—Habló, luego de una breve explicación de Hermione sobre los "Dementores" bufó.—Genial nuevo año, nueva tragedia. ¡Me bastó con ser petrificada el año pasado!
* * *
—¡Bienvenidos!—Cantó Dumbledore.—¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que decirles a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete los deje aturdidos... Como todos saben después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces. No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas, por lo tanto, les advierto a todos y cada uno de ustedes que no deben darles ningún motivo para que les hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores.
—Bla, bla, bla...—Musitó la Dursley esperando su parte favorita.
—¡Que comience el banquete!—Anunció Dumbledore.
Las fuentes doradas y las copas que tenían delante se llenaron de pronto de comida y bebida. Darcy al apreciar tanta comida comenzó a servirse de todo un poco en su plato complaciendo a su estómago. El Gran Comedor se llenó de conversaciones, de risas y del tintineo de los cuchillos y tenedores.
—¿Como estuvieron las vacaciones?—Darcy preguntó a su primo jugando con un trozo de tarta.—¿Donde te quedaste después de...?
—En el caldero chorreante.—Harry habló sin darle mucha importancia.—Lo siento por no escribir, temía que te castigaran si recibías una carta mía.
—No me importaba, estuve preocupada por ti.—Regañó.
—Potter.—La voz de cierto rubio irritante lo llamó.—¡Potter! ¿Es cierto que te desmayaste?
Se burló, Darcy colocó su mano en el brazo de su primo evitando que siquiera volteara a verlo.
—No le hagas caso, es un idiota.—Gruñó.
—¿Como lo supo?—Murmuró el azabache.
—Cambiando de tema, en las próximas vacaciones deberías ir a casa.—Ron habló con comida en la
boca causando una mueca en Hermione.
—Deberías venir conmigo.—Harry habló para su prima quien todavía no conocía el hogar de los Weasley.
—No creo que sería oportuno ir sin una invitación.—Habló algo sonrojada.
—Estarían felices de conocerte, Darcy.—Contestó Ron.
—En ese caso...
—¡Eres la prima de Harry Potter! Todos quieren hablar contigo.—Habló de nuevo.
—Supongo que así es.—Hizo una pequeña mueca.
Finalmente Dumbledore anunció que era hora de que todos se fueran a dormir.
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