1| Darcy Dursley
En la casa de los Dursley vivían Dudley, Darcy y Harry los cuales a diferencia del primero compartían un espíritu humilde además de ser un poder que estaban prontos a descubrir.
-¡Primo!-Dudley saltó en las escaleras.-¡Levántate iremos al zoológico!
-Basta Dudley.-Darcy picó el estómago de su hermano con un palo.
-¡Mamá, Darcy me está picando!-Se quejó.
La niña soltó una risa al hacer llorar a su hermano, bajó las escaleras y dio toques suaves al "cuarto" de Harry el cual al instante abrió.
-Hey, se dañaron tus lentes.-Habló apenada.
-Llevan días así, no te preocupes.-Harry dio una sonrisa tranquila.
Harry y Darcy llegaron a la cocina, gracias a que Dudley era notablemente el hijo más querido fue rápidamente atendido por Petunia.
-Harry haz café y Darcy vigila que no se queme el tocino.-Petunia fue rápidamente abrazar al niño.
Al escuchar las quejas de su hermano, Darcy comenzó a reír a lo bajo al igual que Harry.
-Te prometo que compraremos 2 regalos más.-Harry imito la voz del Tío Vernon.
-Todo lo que quieras dulzura.-Repitió Darcy imitando la voz de Petunia.
Ambos reían siendo ignorados por el resto, luego del desayuno la familia fue al zoológico admirando a todos los animales que dormían tras las vitrinas.
-¡Haz algo!-Dudley golpeó el vidrio intentando despertar a la serpiente.
-¡Muévete!-Vernon repitió lo que había hecho su hijo.
-Basta, hay más animales no la molesten.-Darcy los miraba molesta.
Ya resignados se marcharon a ver a otros animales, Darcy miró a su primo y le mostró una sonrisa acercándose.
-Parece que le agradas.-Darcy miró la serpiente la cual había despertado.
-Es muy linda...-Habló casi en un susurro.
-No me gustan mucho las serpientes.-Balbuceó.
-¡Papá, la serpiente despertó!-Dudley empujó a Harry haciéndolo caer.
Darcy miro de mala gana a su hermano antes de ir a darle la mano a su primo.
-¿Te encuentras bien?-La castaña ayudó al de lentes a levantarse.
El mismo miró con odio a su primo antes de que cayera dentro del lugar, la castaña se sobresaltó y por inercia acudió ayudar a su hermano.
-¡Duddy!-Trató de darle la mano pero se sobresaltó cuando la serpiente salió de la vitrina y siseo para Harry.
Al llegar a casa, Vernon tomó bruscamente el brazo de Harry llevándolo a la alacena encerrándolo enojado por lo que había sucedido.
-¡Es injusto!-Le reclamó la menor.
-Yo se lo que es justo o no, ahora mantente callada si no quieres ir a dormir sin cenar.-Regañó.
-Pues disfruten su cena familiar.-Le dió la espalda antes de ir a la puerta cerrada de la alacena.-No te preocupes Harry, estaré aquí contigo.
Ella se sentó apoyándose de la pared comenzando a charlar en voz baja con su primo sin importarle las malas miradas del resto.
A la mañana siguiente el correo había llegado, Harry fue a buscar las cartas dejándose dos una fue otorgada a Darcy.
-¡Yo también quiero una!-Dudley miró a su hermana y primo arrebatándoles las cartas.
-Es mía.-Harry se quejó.
-¿Tuya?-Vernon comenzó a reír.
-De seguro aceptaron a Darcy en el buen colegio para formar señoritas...-Petunia dio saltos hasta su esposo e hijo.
Harry y Darcy miraban a sus familiares los cuales los miraron mal al instante, los ojos de Petunia se humedecieron llevándose esa carta al pecho con sus dedos temblorosos.
-No permitiré que vaya a ese lugar...-Petunia habló entre dientes rompiendo la carta de su hija.
-¿De que hablan?-Darcy miró con curiosidad a su madre.
-Como es posible que haya tenido a un hijo normal mientras la otra... Es un completo fenómeno, ¡Un error!-Petunia habló sin pensar sus palabras.
-Mamá...-Habló Dudley sorprendido y un tanto avergonzado, sabía que era el favorito pero nunca le habían dicho algo así a su hermana.
Al escuchar a su madre hablar así instantáneamente subió a su cuarto, Petunia al notar sus palabras se sentó en una silla restregando sus ojos, Harry por su parte la siguió sin prestar atención a las cosas que preguntaba Dudley haciendo enojar más a sus padres.
-¿Darcy?-Harry toco la puerta del cuarto.
Al entrar la vio mirar por la ventana con sus mejillas llenas de lágrimas.
-Estoy bien... No te preocupes.-Mostró una falsa sonrisa.
-Anoche te quedaste sentada conmigo hasta que pude dormir, no creas que te voy a dejar sola ahora.-Puso una mano en su hombro.
Ella sin mucho pensarlo abrazó a su primo sollozando, ¿Tanto la odiaba su madre? A penas y sabía que había hecho como para que todos reaccionaran así.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro