◇ Introducción. ◇
Me siento pequeña en esta habitación enorme, rodeada de cajas aún sin desempacar, a pesar de que ya llevo casi una semana aquí, en este lugar qué será mi nuevo “hogar” por los siguientes cuatro años. La luz del sol se filtra a través de las cortinas blancas, creando patrones de polvo en el suelo. En la pared, un póster descolorido de mi banda favorita me observa con nostalgia. Echo de menos mi habitación en casa, con sus paredes llenas de fotografías y recuerdos. Pero sé que tengo que dejar atrás el pasado y empezar de nuevo.
Me siento en la cama y abro el cuaderno que me regaló mi abuela antes de viajar con Toto y Renata. La página en blanco me mira con desafío. ¿Qué escribiré? ¿Cómo empezar a contar esta nueva etapa de mi vida?
2020.
Querido diario:
No sé si esto valdrá la pena, pero aquí estoy, escribiendo en un nuevo diario. Después de todo lo que sucedió con el anterior, no estoy tan segura de si debería continuar con esta costumbre. Es probable que esos tres se hagan millonarios si pudieran vender todo lo que escribo, y lo peor es que lo harían a mi costa.
De todas formas no sé si esta vez tendría sentido. La verdad, no estoy segura de nada. ¿Es necesario escribir todo lo que me pasa? ¿O debería simplemente vivirlo y dejar que se pierda en el aire?
Me río sola al pensar en mi anterior diario, pero no puedo evitar negar con la cabeza mientras suspiro, tachando lo que acabo de escribir. Miro el cuaderno de nuevo, y me pregunto si, con él, realmente conseguiré llenar las páginas de una forma diferente. ¿Será posible escribir algo más interesante esta vez? De pronto, se me ocurre una nueva idea, y una sonrisa se asoma en mi rostro.
Metas para este año (o para toda la universidad, ya lo decidiré):
1. Hacer más amigos.
2. Ser popular.
3. No caerme tanto.
4. No estresar a los profesores.
5. Ser mejor estudiante.
6. Encontrar un nuevo amor.
7. Olvidarme de Brian.
8. Superar a Sean.
9. Tratar de ganarle a la mala suerte.
Creo que es un buen comienzo. Una lista de cosas que puedo cumplir si me esfuerzo lo suficiente. Si lo pienso bien, tal vez no me falte tanto para lograrlo, o eso me digo para animarme.
Aunque… en realidad, ¿quién soy para pensar que voy a cambiar de verdad? Bueno, no voy a pensar en eso. Lo importante ahora es que estoy aquí. Estoy en la universidad. Y esta vez, las cosas van a ser diferentes. Esta vez, todo va a ser mucho mejor que en el instituto. Estoy segura.
La universidad es tan… grande. Tan llena de oportunidades. Lo que más me sorprende es la libertad que siento. No más pasillos abarrotados, ni más miradas, ni susurros a mis espaldas. Aquí nadie me conoce. Y eso, de alguna forma, me da una especie de esperanza.
El edificio de mujeres donde está mi cuarto parece sacado de una película: un lugar antiguo, con paredes de ladrillo rojo, cubierto de enredaderas. El tipo de edificio que uno podría imaginar en una película de los 90, solo que, bueno, un poco más moderno. Aquí, en la residencia, todo es tan nuevo para mí. Y aunque me sentí un poco pequeña al principio, también me siento enorme, como si todo fuera posible para mí.
Los pasillos están llenos de chicas, todas tan diferentes, pero a la vez tan parecidas. Algunas ríen, otras murmuran, y yo… yo solo observo. Aquí no soy más que otra chica que está tratando de encontrar su lugar. Pero lo lograré. Lo lograré.
Y luego está el lago. Cada mañana, cuando cruzo el puente para llegar al edificio de clases, me detengo un momento a mirar el agua. Es tan tranquilo, tan sereno. El reflejo del sol se quiebra en la superficie y todo parece menos pesado, como si el día pudiera ser tan fácil como caminar por ese puente. En mi cabeza, lo tengo claro: la universidad va a ser mucho mejor que el instituto. Aquí no tengo que ser la misma persona que era allí. Aquí puedo reinventarme. Nadie sabe lo que hice o lo que dejé atrás.
En mi mente, ya me veo haciendo amigos, superando todos los obstáculos, siendo la estudiante estrella. Y aunque mi corazón late con un ritmo nervioso, no quiero que nadie lo note. Lo voy a mantener controlado. Todo estará bien.
Sé que, aunque estoy lejos de mi casa y mis amigos, no estoy sola. Aunque el camino ahora es diferente, hay algo que me dice que nunca perderé a esas personas. Isis, por ejemplo, con sus mensajes de texto y risas, siempre será mi mejor amiga. Brian, aunque sea parte del pasado, aún se queda conmigo en algún rincón del corazón. Mis demás amigos, siempre tan preocupados por mí, tan pendientes de que no me olvide de quién soy. Incluso la amistad de Sean… a pesar de todo lo que pasó, sé que esa parte de mi vida nunca se irá. Ellos están allí, aunque la distancia me separe de ellos. Y con ellos, el amor y el apoyo que me dan. Eso me hace sentir menos sola, me recuerda que aunque esté comenzando algo nuevo, no tengo que hacerlo sin recuerdos ni raíces.
Por eso, cuando Toto me entregó la carta de Sean antes de irse junto con mi hermana, sentí una presión en el pecho. Una mezcla de nostalgia y temor. Ha pasado casi una semana y aún no la abrí. No quiero enfrentarme a lo que esa carta pueda significar. No sé si estoy lista para leer lo que él tiene que decirme, o si alguna vez lo estaré.
¿Para qué? Si estoy segura que dirá algo como: “Eres maravillosa, Ely, pero no me gustas, lo siento muchísimo”. Y cosas parecidas que me harán sentir más patética de lo que ya me siento.
Aun así, suelto un suspiro y dejo el cuaderno sobre la cama para dirigirme hasta el cajón donde dejé aquel sobre. Una vez que lo encuentro, lo miro en mis manos, lo giro un par de veces, como si esperara que cambiara de forma. Pero no lo hace. Y, al final, decido guardar la carta nuevamente en el cajón. No quiero abrir esa puerta. Aún no.
Mañana será un nuevo día. Y por ahora, eso me basta. Esta es mi oportunidad de empezar de nuevo. No importa lo que pasó antes. Lo único que importa es lo que hago ahora.
Decido salir de mi habitación. Si bien las clases aun no son obligatorias, porque empiezan la próxima semana, si me tiene bastante ansiosa el no tener una compañera todavía. Es decir, ¿será que lograremos tener una buena química? ¿Podremos ser buenas amigas? Suspiro, negando con la cabeza y descartando esos temores. Jamás se me ha dificultado hacer amigos, no me empezará a ocurrir ahora.
Camino por el pasillo de la residencia y todo lo que se escucha es el sonido de maletas arrastrándose por el suelo, llaves tintineando y puertas cerrándose.
Respiro hondo, el olor a pintura fresca y a detergente me llenan los pulmones. Mi nuevo hogar. Mi nueva vida. La universidad. Suena tan adulto, tan... definitivo. Miro a mi alrededor, las paredes blancas y los muebles nuevos me devuelven mi imagen reflejada en un espejo gigante. Sonrío, pero la sonrisa no llega a mis ojos. ¿Qué estoy haciendo aquí?
Me siento como una niña pequeña en un mundo de gigantes. Todos parecen saber lo que hacen, mientras que yo me siento perdida en un mar de caras desconocidas. Recuerdo la sensación de seguridad que me daba mi habitación en casa, con sus posters descoloridos y sus libros desparramados. Aquí, todo es tan ordenado, tan impersonal.
La verdad es que echo de menos a mi familia, a mis amigos. ¿Estaré tomando la decisión correcta? ¿Qué tal si fracaso? Las dudas me asaltan como una ola, amenazando con arrastrarme hacia abajo. Pero luego recuerdo mi lista de metas, recién escrita y, ahora que lo pienso a profundidad… Suena tan infantil, tan poco realista, pero aun así lo intentaré.
Mientras camino por el campus, tropiezo con alguien y derramo el café que compré en la máquina expendedora que hay en la entrada de la residencia por todo su libro. Me disculpo mil veces, pero la vergüenza me inunda. Justo cuando creo que no puede ponerse peor, levanto la vista y me encuentro con unos ojos verdes intensos. Es un chico, alto y delgado, con una sonrisa que me desconcierta.
—No te preocupes —dice, extendiéndome una servilleta—. A veces, la vida es así, llena de pequeños accidentes.
Sonrío nerviosamente. Quizás, después de todo, la universidad no sea tan mala.
¡Hola, hola, hola!
Cómo están?
Expectativas para este libro?
Qué piensan de la Ely universitaria?
Dejé varias pistas sobre lo que puede ocurrir en la portada 👀 alguien los noto?
Me emociona mucho escribir nuevamente sobre Ely, a decir verdad. Ya tenia muchas ganas de que sepan todo lo que se viene. Todo lo que pasa!
Ely seguirá siendo amiga de los mismos personajes que en Mala suerte? La distancia los separará? Qué vaa a pasaaaaarrrrr?
No se pierdan Duro golpe 🤭😘❤
Con amor, Cele.
XOXO, bitches💋
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