Capítulo 8
En clase, los niños jugaban con sus juguetes y yo miré el puesto vació de Tita. Pensé en cómo se encontraría y no tardé en preocuparme de nuevo...
Había terminado de hablar por su celular y sintió que tocaron a la puerta.
Fue a ver de quien se trataba y quedó atónito al ver a Tita parada en la puerta, mientras que ella lo miró con ojos tristes y le sonrió con alivio.
_ Tita
_Hola tío Joakim...
_ Pero ¿Cómo llegaste aquí pequeña?
_...
Tita no quería hablar y Joakim advirtió que estaba muy preocupada y a punto ella de llorar, no pudo más con la presión y se les tiró a sus brazos.
Más preocupado, sintió que quería protegerla con todas sus fuerzas; la contuvo y Tita rompió en llantos.
Le acarició su cabello y e imaginó lo que le había pasado. Apretó los puños de impotencia y más la contuvo. Deseó protegerla con todo su corazón.
Tita no dejaba de llorar y él se encuclilló frente a ella. Con ternura le secó sus lágrimas.
_ Tranquila pequeña. Te prometo que no dejaremos que te pase nada – ella sollozó y se secó los ojos.
_... ¿Y la tía Emma? – le sonrió.
_ Está en el colegio
_ Quiero verla
_ Ella no tarda en volver a la casa – volvió a sonreírle - ¿Quieres comer un rico helado de chocolate? – Tita le sonrió.
_ Si. Me gustaría mucho
_ Bien, vamos a la cocina. Verás lo delicioso que está
_ Muchas gracias, tío Joakim
Se derritió por su dulce gesto y sin dejar de sonreírle, la tomó de su mano y la condujo a la cocina.
Tita lo miró como si en él hubiera encontrado la protección que jamás había tenido y Joakim la cargó con ternura en sus brazos para sentarla en la silla. Tita le sonrió con ojos llenos de bondad e inocencia. Esperó con felicidad a que él le prepara aquel sabroso helado sabor a chocolate.
Él enternecido y atento se lo preparó...
_ Aquí tienes pequeñita
_ Muchas gracias, tío – volvió a sonreírle.
_ Puedes echarle toda la salsa de chocolate que quieras
_ ¿De veras? Me encanta mucho el chocolate
_ ¿En serio? – le preguntó y le sonrió con ternura.
_ Si. Mi mamá y mi padrastro nunca me dan helado en casa...
Joakim se colocó serio y se sentó frente a ella. Tita feliz disfrutaba del helado.
_ Tita ¿Me puedes decir que fue lo que te pasó?
_...
_ ¿Tu padrastro volvió a golpearte? – ella lo miró y desvió la mirada con miedo y tristeza. Él lo advirtió.
_ No me temas por favor cariño. Solo queremos ayudarte Emma y yo. Puedes confiar en nosotros
_... Es que me da miedo
_ No tranquila, ya te dije que nada volverá a pasarte. Confía en mí – lo miró a punto de llorar otra vez.
_... Es que hoy en la mañana, a mi mamá y a mi padrastro se los llevó la policía por vender droga
_ ¡¿Qué?! - temió por ella.
_... Me escapé... y tengo miedo de que la policía me encuentre
_ No, eso no va a suceder pequeña, tranquila
Tita no se contuvo las lágrimas y lo abrazó. Joakim también la abrazó y la protegió en sus brazos. Pensó en sus padres y se lamentó por ella.
_ Mi pequeña. Verás que todo esto se pasará. Te lo prometo
_ Me gustaría tanto que tú fueras mi papá...
Se quedó anonadado frente a sus tiernas palabras, las que le causaron emoción. Derretido, le sonrió con dulzura y ella le dio un tierno beso en su mejilla, lo que más le conmovió de cariño por ella y le sonrió con lágrimas en sus ojos.
_ Tío estás llorando – volvió a sonreírle.
_ No nena, tranquila... Sigue comiéndote el helado, antes que se derrita – ella le sonrió.
_ Si tío...
Veían el canal de dibujos animados por la tele, el favorito de Tita. Miraba entretenida las caricaturas, y Joakim junto a ella, también las miraba a gusto. Se sentía tan contento y pleno de cuidar a aquella dulce niña.
De pronto, se volteó y vio que Tita se había quedado dormida y con ternura la cargó en sus brazos y la llevó a nuestro dormitorio.
La acurrucó en la cama y la cubrió con el enredón. Tita dormida, Joakim la miró y sonrió.
Tomó el celular y pensó en llamarme, pero prefirió no hacerlo para no preocuparme...
Llegué a casa y él me sonrió con destellos. Yo derretida y contenta de verlo corrí a sus brazos y él me cargó feliz. Ambos nos sonreímos.
_ Mi Joakim, te extrañé tanto – me miró risueño.
_ Vamos, si solo fueron unas horas mi hermosa
_ Lo sé, pero yo igual así te extrañé. Solo quería verte mi Joakim
_ Niña mía – no dejó de sonreírme - Hay algo que tengo que decirte
_ ¿Qué cosa, mi amor?
_ Ven, acompáñame a nuestro dormitorio...
Vi a tita durmiendo como angelito en nuestra cama y me llené de alegría y de emoción. Joakim me sonrió con ternura.
_ Es Tita, está aquí – lo miré – pero ¿Cómo? ¿Cómo llegó hasta nuestra casa? Estaba tan preocupada por ella
_ Lo sé mi amor. Dejémosla que duerma. Necesita descansar. Vamos al living y te contaré lo que sucedió – le sonreí
_ Si
Antes de que bajáramos, volví a mirarla y le acaricié su cabello. Besé su frente y él me miró con destellos.
En cuanto me lo contó todo, yo quedé sin palabras, y asustada, temí por Tita y en que no se merecía ir a un lugar de menores por culpa de los errores de sus padres y miré a Joakim.
_Tenemos que hacer algo
_ Lo sé y estoy de acuerdo en la decisión que tomes niña mía
_ No podemos permitir que a esa niña se la lleven a un hogar de menores. Cariño, de verdad quiero ayudarla
_ Lo sé hermosa, pero ¿Cómo lo haremos? Sus padres ahora están presos y es evidente que ella corre peligro si los vuelven a dejar libres – yo le sonreí perdidamente.
_ ¿Y si la adoptamos mi amor? – me miró vibrante.
_ ¿Estás segura mi vida?
_ Si, es lo que más quiero Joakim y que tú seas parte de mi sueño. Que ambos seamos los padres de esa tierna niña – me sonrió.
_ De acuerdo. Hagámoslo – le sonreí con emoción y lo abrasé.
_Oh Joakim, que feliz me haces. Te amo tanto – me sonrió embelesado y acarició mi cabello.
_ Yo también mi niña hermosa. Solo quiero que seas feliz y si tu deseo es adoptar a esa pequeña, créeme que nada me haría más feliz con que tú lo seas
_ Mi Joakim
_ Esa niña me robó el corazón y se merece que dos padres la cuiden y la quieran de verdad
_ Te amo
_ Y yo. Daremos todo de nosotros para darle todo el amor a esa dulce pequeñita – le sonreí y él se confortó con mi sonrisa y me besó con todo su amor...
_ ¿Van a adoptarme?...
Nos preguntó y volteamos al oír su dulce voz tras de ambos; le sonreímos y yo me le acerqué. Joakim me miró con destellos.
_ A ver mi amor. Tú no lo has pasado muy bien con tus papás ¿Cierto? Ellos ahora no podrán verte, ni cuidarte como tanto tú lo necesitas. Es por eso, que con el tío Joakim hemos decidido traerte a vivir aquí con los dos para cuidarte y darte todo nuestro amor. Solo queremos lo mejor para ti mi amor. Eso siempre y cuando, tú quieras – miré a Joakim – Joakim y yo te hemos tomado mucho cariño – Tita me sonrió.
_ Sí, yo también. Los quiero mucho a los dos – me abrazó afligida – No quiero que mi padrastro vuelva a golpearme de nuevo
_ No, no mi amor. Eso no va a volver a suceder. Nosotros te vamos a proteger -acaricié su mejilla.
_ Tía Emma...
Me dijo y me abrasó con cariño. Yo emocionada, también la abrasé y Joakim me sonrió enternecido.
<< Eres una magnifica mujer. Te amo con todo mi amor>>
<<Ahora ella será la tierna niña que hemos estado esperando. Nuestra hija >>
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