Capítulo 5
De regreso de la escuela, Joakim y yo fuimos a dar una vuelta por el parque...
Tomados de la mano, caminábamos tranquilos por la arboleda. Me sentía tan feliz a su lado; él me miró. Se sentía pleno y realizado.
Algunas personas se detenían a mirarnos, por él y nosotros actuábamos de lo más normal y seguíamos con nuestro paseo.
Dos jóvenes lo vieron y se le acercaron para pedirle un autógrafo y una foto. Joakim feliz accedió y le dio su autógrafo. Después posó junto a ellas para la foto.
Aquellas mujeres derretidas por él, yo las miré con un poco de enfado y Joakim sin dejar de sonreírles con amabilidad y simpatía, me sentí un poco celosa.
_ ¡Ay muchas gracias, Joey!
_ ¡Eres divino! ¡Adiós y gracias!
_ Adiós...
Se despidió él sin dejar de sonreírles y volteó a mirarme. Yo lo miré sería y desvié la mirada. Él advirtió mis celos y sonrió con ternura.
_ ¡Oh vamos mi amor!
_...
_ Sabes que es parte de mi trabajo
_... Lo sé, pero no me gusta compartirte con nadie – volvió a sonreír y me abrasó.
_ Sabes que yo solo te quiero y te amo a ti mi hermosa, a nadie más – le sonreí.
_ Si, lo sé
_ Ven aquí...
Me dijo y me besó. Yo me reí y él me sonrió...
Tomados de la mano, seguíamos paseando por el parque, cuando de pronto vi a una de mis alumnas sentada, sola, en una banca, lo que me preocupó y nos acercamos a ella.
_ Tita ¿Por qué estás sentada aquí solita en el parque, mi cielo? – Joakim me miró y yo me agaché frente a ella.
_... Pasa que no quiero llegar a mi casa – eso me angustió.
_ Pero ¿Por qué no mi amor? – Joakim la miró atento, me miró y a la pequeña se le cubrieron los ojos de lágrimas.
_... Es que... mi padrastro
_ ¿Tú padrastro qué mi amor?
_... Me pega...
Me dijo con sollozos y se me lanzó a los brazos. Yo la abrasé y se me llenaron los ojos de lágrimas. Sentí impotencia.
Él tan preocupado como yo, lamentó lo de aquella dulce niña. Sin saber qué hacer, me dejó que consolará a aquella niña y me miró perdidamente enamorado.
_ ¡No quiero tía Emma! ¡No quiero!
_ Lo sé mi amor, tranquila. Escúchame – Joakim tocó mi hombro - ¿Esta es la primera vez que tu padrastro te golpea? – él la miró.
_...
_ Respóndeme por favor, Tita
_... Tengo miedo
_ No, no tengas miedo mi amor. Nada te va a pasar, porque yo voy a protegerte – Joakim me miró – Ahora dime por favor si tu padrastro te ha golpeado en otra ocasión
_... Si... - rompió en llantos.
Volví abrazarla y la angustia me abordó. Deseé cuidar y proteger a Tita fuera como fuera de aquel infeliz. Ella me miró con ojos de llanto y ruego.
_ Tía Emma no me lleve con mi padrastro por favor
_ Tranquila, que no te llevaremos ¿Cierto mi amor? – él me miró.
_ Si, tranquila, que con nosotros no te pasará nada – yo le sonreí y él me sonrió con ternura.
_ Tita, escúchame lo que te voy a preguntar mi amor. Tú mamá ¿Dónde está tu mamá?
_... Ella nunca está en casa
_ Oh Dios... – él me miró y Tita se fue a jugar a los juegos que estaban frente a ambos.
_ ¿Qué haremos mi amor?
_ No lo sé amor, pero no puedo permitir esto. Tita está siendo maltratada por su padrastro y yo como su maestra, no lo puedo permitir
_ Te entiendo niña mía – le sonreí.
_ ¿De veras me entiendes amor?
_ Si Emma. Yo tampoco estoy de acuerdo con que un imbécil maltrate a una niña tierna y pequeña
_ Mi Joakim
_ ¿Ves? Te verías hermosa si tuvieras un hijo mío – le sonreí con anhelos.
_ Un hijo tuyo
_ Si, solo mío...
Nos abrazamos, Joakim me dio un beso en la frente y se acercó a Tita. Yo lo miré con destellos.
_ Tita ¿Quieres comer un algodón de azúcar? – ella le sonrió.
_ ¡Sí! ¡Qué rico!
Él le sonrió, la tomó de su mano, y Tita feliz, fuimos los tres al puesto de algodones de azúcar.
Joakim le compró con mucho cariño el algodón más grande de todos. Tita le sonrió de oreja a oreja, toda agradecida y feliz se lo comió.
Contentos, llevábamos a Tita al medio de ambos, tomada de nuestras manos. Joakim no dejó de sonreírme y yo contemplé con amor su tierna sonrisa para mí. Tita comía a gusto su algodón de azúcar y caminaba feliz al medio de los dos.
Me sentí tan plena y dichosa, que miré con destellos a Joakim.
Ambos miramos con ternura a Tita. Era como si fuera nuestra propia hija. Eso pensamos los dos y Joakim me miró perdidamente enamorado.
_ Te amo mucho, niña mía
_ Y yo te amo a ti mi Joakim. Con todo mi corazón
_ Desearía tanto que ahora estuvieras esperando un hijo mío Emma- le sonreí perdidamente.
_ Oh mi amor. Sería algo tan lindo para los dos
_ Ven aquí...
Me abrasó con ternura y Tita se nos acercó. Nos miró con risitas.
_ ¿Ustedes son novios? – ambos le sonreímos.
_ Si mi amor – Joakim me miró enternecido.
_ Nos queremos mucho
_ ¿Y tienen bebes? – nos sonreímos con ilusión.
_ No pequeña, pero pronto los tendremos
Le dijo él y me guiñó el ojo. yo le sonreí e hice viva esa linda ilusión.
Los tres reíamos sin parar; Joakim cargó a Tita con cariño en su espalda y yo lo miré embobada y lo abrasé, cuando de pronto, un tipo se nos acercó y nos enfrentó. Estaba furioso.
_ ¡¿Se puede saber que rayos están haciendo ustedes con mi hija!? – los tiernos ojos de Emma se angustiaron.
_ No quiero tía Emma – la cargué con protección.
_ Tranquila mi amor...
_ ¡¿Quién te dio derecho a ti para salir de la casa?! Ya verás cuando lleguemos
_ No señor. Usted no volverá a levantarle la mano otra vez a Tita ¿Me escuchó? – el tipo me sonrió con sorna.
_ Usted es solo la maestra de esta mocosa. Yo soy el que la mantiene, y como tal, puedo hacer lo que quiera con ella sí así lo deseo
_ ¡Óigame no! Eso que acaba de decir está muy mal. A un niño no se le maltrata – intervino Joakim con enfado.
_ Usted es el menos que tiene que opinar en todo esto. Solo es el pegote de la maestrita aquí presente – Joakim se enfureció.
_ ¡Pues yo no voy a tolerar que sigas maltratando a esta niña! ¡¿Me oíste canalla?!
_ ¿Me estás amenazando estúpido?
_ Él no, pero yo sí. Si sé que volviste a maltratar a Tita, yo misma te denunciaré y haré que te pudras en la cárcel
_ Eso está por verse maestrita. No vaya a ser que algo te pase primero – abrí los ojos y Joakim se le fue encima.
_ ¡¿Te atreves a amenazar a mi mujer cobarde?! – aquel sujeto volvió a sonreír con sorna.
_ No te tengo miedo imbécil. No representas ningún peligro para mí
_ ¡Ya es suficiente! No vuelvas a lastimar a Tita, porque de lo contrario...
_ ¡Es mejor que ustedes no se singan entrometiendo donde no los llaman porque de lo contrario, no tendré consideración con los dos! – dijo con tono amenazante y me arrebató con brusquedad a Tita del brazo.
_ ¡No!
_ ¡Tita!
Joakim no pudo intervenir y Tita rompió en llantos en los brazos de aquel mal hombre y yo entré en desesperación.
_ ¡Tía Emma!...
_ ¡No!
Joakim me abrazó y ambos angustiados, no pudimos impedir que aquel tipo se llevara con él a Tita...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro