Primer beso
Después de que Japón se rindiera todos festejaron, solo por unos días, esto no había acabado, los desastres que dejó la guerra eran muy difícil de pagar, pero de eso se encargarían ambos hermanos alemanes.
Al terminar la guerra, USSR decidió que era tiempo de que sus hijos volvieran a su hogar, ya no había riesgo de que les pasará algo.
Lo malo, solo para el, es que el alemán y su hijo comenzarían a pasar más tiempo. Pero eso le traería problemas más adelante.
Ali comenzó a estar todo el día con Rusia, ya no tenía a su hermano, ya no tenía el apoyo que siempre tuvo, ya no tenía a su familia. Rusia trataba de animarlo, y estaba agradecido de que el alemán aceptara su ayuda, por lo menos sabía que ya no estaba enojado con el por no ser su novio.
Aunque eso solo aumento las burlas de sus hermanos, el lado bueno de eso es que ya entendía lo que significaba ser novios.
Ucr- ¿Rusia, no fuiste a despertar a Alemania con besitos? - Todos estaban en la cocina tratando de organizarce para hacer de comer.
Rus- Ya te dije que me dejaras de molestar. - Le lanzo una rebanada de pan al rostro.
Ucr- Te enojas por qué es verdad. - Tomo la misma rebanada par lanzarla devuelta.
Rus- No es cierto.
Kaz- No se peleen, por favor.
Bie- No queremos volver a limpiar su desastre.
Los demás niños asintieron con varios insultos y reclamos a sus dos hermanos. Estos solo se cruzaron de brazos mientras se hacían muecas.
RDA- Vamos niños, es muy temprano para pelear. - Dijo entrando a la cocina recién despertado. - Su padre puede llegar y si ve un desorden en la casa nos va a castigar.
Est- Pero papá nunca viene.
Turk- Solo viene unos días y se va.
Kir- Y después se va por semanas.
El silencio se volvió incómodo, podían sentir la tristeza entre ellos.
Rus- Pero...el podría llegar en cualquier momento, y es mejor recibirlo con una sonrisa. - Hablo el mayor de los hermanos mientras servía los platos. - Siempre llega cansado.
Sus hermanos asintieron dándole la razón al ruso, aunque aún seguían tristes por la ausencia de su padre.
Pero el alemán no podía dejar de ver al ruso, le sorprendía la forma en que este se hacía cargo de sus hermanos, quería suponer que siempre fue así, pero la primera semana en que se quedaron solos Rusia entro en pánico al no saber como hacer de comer, el final todos ayudaron a hacer algo comestible.
Tampoco podía evitar notar que este había crecido, no era raro teniendo en cuenta que el crecimiento de los países no era como el de los humanos, pero enserio estaba agradecido de que esté ya no fuera un niño.
Le estaba empezando a gustar está rutina, aunque preferiría tener más libertad para poder salir, era horrible estar en la casa y no salir más que al patio trasero que estaba cercado. Dejando de lado eso, era agradable convivir con los soviéticos, eran lindos y traviesos, ya los conocía perfectamente y podía decir sus nombres sin equivocarse, jugaban y aprendían a mantener la casa en orden, aprendían a cocinar con viejos libros y a veces le enseñaba a hablar alemán.
Pero lo mejor era en la noche, o bueno, al principio no, tenía constantes pesadillas, estaba solo y tenía miedo. Lo bueno es que el ruso no tardó en darse cuenta de eso, siempre despertaba con ojeras y se dormía entre el día, así que decidió actuar y empezó a colarse al cuarto en la noche. Ali no decia nada, simplemente lo abrazaba hasta quedarse dormido.
Y esa noche no fue la excepción.
Escucho la puerta rechinar seguido de unos pasos pequeños y suaves para no despertarlo, aunque todavía lo estaba. Sintió un peso sobre el colchón y las cobijas levantarse, así que se hizo a un lado para dejarle un espacio al menor.
Rus- Perdón por despertarte. - Dijo en un susurro mientras se acomodaba entre las cobijas.
RDA- No estaba dormido. - Le ayudo al menor a cobijarse para después abrazarlo. - No puedo dormir sin ti.
Rus- Se sonrojo y oculto su cara debajo de las cobijas. - Ali, en la mañana me peleé con Ucrania.
RDA- Si me di cuenta. - Bostezo para después cerrar los ojos para poder quedarse dormido. - Siempre pelean.
Rus- Es que...el me dijo que te despertara...con besos. - Eso hizo sonrojar al mayor, que solo sentía su corazón latir con fuerza.
RDA- ¿Y por qué no lo haces? - Dijo avergonzado, abrazando más fuerte al menor.
Rus- No se cómo hacerlo. - Se descubrió un poco el rostro para ver al alemán que tenía una sonrisa y la cara totalmente roja.
RDA- Yo tampoco. - Ambos se miraron y soltaron una risita baja, tratando de no despertar a los que estaban en las demás habitaciones. - Yo quiero que tú seas mi primer beso. - Sintió como el cuerpo del menor dió un pequeño salto.
Rus- Yo también. - Dijo en un susurro, pero fue oído por el alemán gracias al silencio que había.
Y sin pensarlo, el alemán tomo al menor de las mejillas y le dió un beso rápido, un simple roce que hizo que ambos sintieran su corazón acelerar y su cara arder, pero la sonrisa en sus rostros era lo que más se distinguía.
Rus- Eso...eso fue lindo. - Solo recibió un pequeño sonido de afirmación y un abrazo casi protector.
RDA- Tu eres lindo. - Bostezo recargando su barbilla en la cabeza del menor, cerrando los ojos para dormir.
Esa noche el ruso se durmió tarde por no dejar de pensar en el beso, su primer beso.
Es oficial, solo descansaré hasta que me dé Coronavirus.
Wooo los pasantes somos inmortales y por eso solo nos dan 450 peso cada 14 días como recompensa.
Bueno, ya me dejó de quejar.
Que bonito es escribir un primer amor, aunque todos sabemos que la mayoría terminan mal.
¡Vamos a escribir cosas tristes!
A partir del siguiente capítulo empezaremos con los problemas, masomenos.
Me está gustando esto de hacer sufrir a los lectores un poco, pero ustedes saben que al final todo terminará relativamente bien, o eso supone el otro libro.
No dormir bien me hace daño, sorry.
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