Imperio japones
La noche fue pesada para los alemanes después de que el soviético los despertara para que pudieran despedirse. Ambos quedaron desconcertados por sus palabras sin ninguna idea de lo que pasaba, solo con una maleta vacía frente Ale y dos invitados del soviético mirándolos desde el marco de la ventana.
El primero en comprender fue el gemelo mayor que, con manos y pies temblorosos se dirigió al ropero improvisado y guardo lentamente sus pertenencias, mientras su hermano menor lo observaba atónito con lágrimas a punto de salir.
RDA- No.
RFA- Ali, por favor. - Trataba de mantenerse sereno, pero su voz lo delataba, un simple toque y se rompería.
RDA- ¡No te vayas! - Tomo la mano de su hermano el ver que este ya había terminado de guardar sus cosas. - ¡No lo hagas! - Sus gritos y sollozo se escuchaban en toda la casa, aunque trataba de callarlos pero no podía dejar ir a su única familia.
RFA- Lo...lo siento. - Se safo del agarre sin voltear a ver al menor, sabía que no debía de despedirse así, tan frío, pero la mirada de los mayores era intimidante, no quería hacerlos enfadar, sobretodo al ruso.
RDA- Pero...señor USSR. - Trato de que el mayor lo ayudará, que convenciera a las otras dos potencias de mantenerlos juntos por lo menos esa noche, pero fue todo lo contrario.
USSR- Deja de llorar. - Su voz tan monótona y su mirada fría lo hicieron callar, ese rostro sin emoción era el mismo que tenía cuando mato a su padre. - Me molestan tus lloriqueos.
El menor quedó con la boca abierta tratando de gritar, gritar lo mucho que odiaba al soviético, desde la primera vez que lo vio todo se fue a la mierda, todo sería mejor si el no hubiera existido.
UK- Es hora de irnos. - Apuro al alemán que había dejado de avanzar por el repentino regaño a su hermano.
El menor obedeció dándo una última mirada a su hermano menor, tratando de decirle que todo estaría bien, pero eso sería una mentira.
El inglés tomo al alemán de la muñeca para llevarlo lejos, dejando al americano atrás.
USA- Será mejor que está vez lo hagas, o te esperara el mismo final que el de Japón.
USSR- Lo sé, no quiero pelear contigo y tus trampas.
USA- Más te vale soviet.
El más alto no soporto más, desde la mañana tuvo que aguantar a ambos, sus reclamos y exigencia lo habían hartado, y ese apodo, que ahora haberraba, era pronunciado por el americano fue la gota que derramó el vaso y sin pensarlo con claridad golpeó al de lentes. Este se tambaleó tratando de mantener el equilibrio, aunque estuvo a punto de caer pero el soviético lo tomo del cuello de su uniforme mirándolo con un enojo que nunca había visto.
USSR- ¡Te dije que no volvieras a llamarme así!
USA- ¿Por qué te molesta tanto? - Sonrió sínico para molestar más al menor, el también tenía un límite y era preferible no pasarlo. - Tu ex-amigo nazi te llamaba así todo el tiempo.
Eso sorprendió al menor que estaba en la cama, sus lágrimas pararon al escuchar que hablan de su padre, y que el tenía que ver con el apodo que tanto molestaba el ruso.
USA- ¿Te comió la lengua el gato, soviet? - Sintió como el mencionado apretaba su agarre del cuello y vio su puño levantarse.
Rus- ¿Papá? - El menor estaba en el marco de la puerta con su peluche en sus manos mirando asustado la escena.
USSR- Rusia, ve a dormir. - No soltó al de lentes, ni siquiera volteo a ver a su hijo.
Rus- Pero...
USSR- ¡Que te vayas a dormir! - Gritó ahora volteando a ver al menor, viendo que estaba asustado a punto de llorar.
USA- Rusia, todo está bien. - Se logro liberar cuando el soviético aflojó el agarre. - Solo estamos...jugando. - El menor nego con la cabeza mientras sollozaba, así que mejor se acercó para tomarlo en brazos.
Rus- Tu mejilla está roja. - Abrazo al estadounidense dejando que sus lágrimas cayeran. - Eso no era un juego.
USA- ¿Quieres que te lleve a tu cuarto? - Ignoro lo que dijo el menor para dejar el tema atras. Solo sintió como este asentía en su pecho. - Vamos. - Salió del cuarto sin decir otra cosa, tratando de consolar al menor con arrullos.
RDA- Rusia un día va entender que usted está loco. - Dijo al mayor que se había sentado al pie de la cama. - Al igual que mi padre.
USSR- Tu no sabes nada, niño. - Se tallo el rostro tratando de calmarse. - Tu padre fue el idiota más loco que conocí, y eso mismo lo llevo a la derrota.
RDA- El era bueno, usted no lo conocía bien.
USSR- Yo pensé que si. - Se levantó para salir de ahí. - Hasta que trata de matar a mis hijos. - Salió para ya no hablar con el alemán, le desesperaba.
RDA- Mi papá no haría eso. - Dijo para si mismo tratando de convencerse de que el mayor mentía.
La noche se sintió solitaria para ambos alemanes, nunca habían estado separados, sin poder verse, y ahora solo tenían un sentimiento de angustia que no los dejo dormir.
Y el ruso menor trato de dormir sin llamar la atención de sus hermanos, sabían que su padre estaba estresado y si llegaba a enojarse se desquitaba con ellos, nunca los a golpeado, pero ganas no le han faltado, y eso aterraba a todos.
A mitad de la noche Rusia se levantó para ir al cuarto de Alemania democrática y colarse en su cama, esperando que este no lo corriera como el otro día.
RDA- Rusia. - Le llamo al escuchar que habían abierto la puerta, supuso que era el por la hora que era.
Rus- ¿Si? - Respondió avergonzado y asustado por ser descubierto.
RDA- ¿Puedes dormir conmigo? - No se movió ni miro al ruso, no tenía ánimos de moverse.
El menor asintió, aunque el alemán no lo pudo ver. Se coló entre las sábanas con su peluche en los brazos y se acomodo junto al alemán que estaba de espaldas. Duraron así unos minutos sin poder dormir, aunque el menor se sentía mejor estando ahí, no pudo conciliar el sueño.
Sin previo aviso, el mayor se dió la vuelta abrazando al menor. Rusia, confundido, se dió la vuelta para corresponder al abrazo, dándose cuenta de las lágrimas del alemán, así que le dió un beso en la frente para que dejara de llorar. Y así ambos, más tranquilos, se durmieron.
Y así pasaron los días, el soviético salía de la casa y no volvía hasta muy tarde, o a veces discutían con I. Japones sobre rendirse para evitar futuros desastres. Cosa que el nipones nunca hizo, y vaya que se arrepentiría después. Exactamente hoy, 6 de agosto.
Una mañana tranquila fue interrumpida por unos gritos desgarradores provenientes del cuarto de los nipones. Todos despertaron asustados y con miedo salieron viendo a su padre tratando de abrir la puerta del cuarto de invitados.
USSR- ¡Japón, abre la puerta! - Se escuchó como alguien corría y quitaba el pasador.
Jap- ¡Ayúdeme! - Abrió con lágrimas en los ojos y desesperado jalo el soviético que había quedado en shock por lo rápido que había crecido la "chica".
USSR- ¿Que le paso? - Pregunto si ver al imperio retorciéndose de dolor en la cama.
Jap- ¡No lo sé! - Tomo la mano de su padre preocupado.
USSR- Imperio, hey, escúchame, se que me odias y no quieres hablar pero necesito que me digas que te duele.
IJ- Abrió por un momento los ojos mvirando al ruso, pero los volvió a cerrar al sentir el dolor. - La...la espalda... quema.
El más alto, sin dudarlo, despojo al mayor de sus ropas dándole la vuelta dejando ver una quemadura grave, parecía que seguía extendiéndose y sacando humo.
USSR- Niños, traigan agua y toallas. - Ordenó al ver que sus hijos los miraban desde el marco de la puerta.
Los niños no tardaron en correr por las cosas, regresando casi al instante con las cosas. El mayor las tomo mojando la toalla con el agua y ponerla en la espalda del mayor, este soltó un grito, pero poco a poco el ardor disminuía, aunque no del todo.
USSR- Será mejor que hoy no te levantes para nada.
IJ- No planeaba hacerlo. - Rio un poco, pero se callo por el dolor.
USSR- Creo que hoy no saldré.
IJ- No necesito que me cuides. - El más alto tomo la toalla para darle la vuelta sacando otro quejido del nipones.
USSR- No te pregunté. - Tomo una silla que estaba cerca y se sentó junto a la cama. - Japón, podrías cuidar hoy a los niños, yo me encargaré de tu padre.
Jap- Si señor. - Salió del cuarto guiando a los niños a la cocina.
IJ- No mandes a mi hijo como si fuera tuyo.
USSR- Solo cállate y déjame ayudarte. - Tomo otra toalla para reemplazar la otra. - Esto se ve horrible.
IJ- Y así se siente. - Ambos sonrieron, y después de eso quedaron en silencio, demasiado incómodo para ambos.
La relación de amistad que antes tenían murió cuando se entero de la ruptura del soviético y el alemán. No tenía idea de que había pasado, pero sabía que era culpa del mayor.
IJ- ¿Por qué lo hiciste? - Pregunto de golpe y sin rodeos. - Ustedes eran tan unidos.
USSR- El quería lastimar a mis hijos, y tú sabes lo que el iba a hacer con ellos.
IJ- Lo se, lo sé, yo no me refería eso, y tú también sabes a lo que me refiero.
USSR- Si. - Suspiro con tristeza, cosa que moto el nipón, y también un chismoso alemán. - Pero yo no lo hice.
IJ- Entonces fue el. - Dijo afirmando en vez de cuestionar.
USSR- El solo...solo me dijo que ya no me quería ver.
IJ- Estoy seguro que fue tu culpa, y el tenía sus razones.
USSR- Soltó una risa melancólica, el imperio se sorprendió al ver que estaba a punto de llorar. - Quisiera saber que fue lo que hice para poderle suplicar que me perdone.
IJ- Pero el ya no está.
USSR- Lo sé. - Sus lágrimas cayeron aunque su sonrisa no se borró. - Y es mi culpa, ni siquiera puedo llorar por el, no e tenido ni un descanso para arrepentirme de todo lo que he hecho.
IJ- Pensé que no estabas arrepentido.
USSR- El fue el amor de mi vida, mi nazi loco.
El nipones dejo que el menor llorara y se desahogara, y ninguno se dió cuenta que el hijo de quien hablaban estaba sorprendido a fuera.
Lo que pensé al escribir la escena de USSR e I. Japones.
Pinche cuarentena culera no aplica para mí y no me dan pinche cubrebocas en el IMSS, puta vida me va a dar Coronavirus. Pero gracias a eso el negocio de paletas va a bien, wooo.
Quiero acabar esta historia rápido pero quiero incluir muchas cosas y eso significa que tendrá como 40 capitulos alv.
Si hay algún error ortográfico es por mi teclado, no se que le pasa y escribe algunas cosas mal o las mueve, ya le di una revisión pero a veces se me pasan.
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