Caída del muro de Berlín
Estaba aburrido escuchando la conferencia, solo veía un punto fijo sin poner atención a lo que se decía. Estaba perdido en sus pensamientos, recordando la última vez que vio a su hermano, aquel día donde tomaron hasta no recordar cómo llegaron a sus casas. Lo extrañaba pero manejar las revoluciones era muy agotador y no quería correr riesgos de que lo atraparán en aquel lugar.
Volteo a ver a Gunter Schabowski, estaba leyendo una nota. La verdad no se había dado cuenta de cuando le pasaron aquel papel, pero parecía tener ya varios minutos leyéndolo.
- Se podrán solicitar viajes privados fuera del país sin justificación, sin razones para el viaje o sin relaciones familiares y serán aprobados con brevedad
- ¿Y cuando se podrán efectuar las regularizaciones?
- Hasta donde sé, debe efectuarse inmediatamente, sin demora.
Desde ese momento fue un caos total y, en vez de quedarse a ayudar, salió corriendo dirigiéndose hacia aquel muro que lo separaba de su hermano. Sentía la adrenalina recorrer su cuerpo, y una emoción indescriptible al escuchar en todas las casa aquella esperada noticia. Era de esperarse que la noticia fuera anunciada a los minutos de salir, todo el mundo veía aquel noticiero, incluído los alemanes del este.
No sabía con exactitud cuánto había tardado en llegar, estaba cansado y con dolor en todo el cuerpo, sus piernas ardían por tanto esfuerzo, pero sabía que esto no había acabado, las puertas estaban cerradas y eso significaba que la orden no había sido mandada a los guardias fronterizos.
La gente comenzaba a acumularse, todos con un mismo objetivo. Los gritos se escuchaban en todos lados, comenzaba a desesperarse. Tuvo que ayudar a los guardias para calmar a la gente pero era demasiada, habían recibido órdenes de usar fuerza letal para detenerlos, pero nadie se haría responsable de eso, así que ellos tendrían toda la culpa.
Y, finalmente, después de horas de espera, pudieron pasar aquel muro que nunca debió de existir. Decidió ayudar a algunas personas a pasar, quería ver a su hermano pero tampoco podía dejar a su gente.
Vio como varios jóvenes subían el muro, decidió seguirlo para asegurarse de que aquellos que cruzaban así llegarán a salvó. Logro subir con algo de dificultad, aún le dolían las piernas, y sentía como las grietas se hacían más grandes, pronto se verían en su rostro.
En cuanto subió se encontró con aquella mirada que extrañaba más que nada en el mundo. Aquel que a tropezones corrió para acercarse, y cuánto más se acercaba más dolía su cuerpo.
RFA- ¡Ali! - Grito entre lagrimas abrazando con fuerza a su hermano, esté correspondió lentamente mientras de su boca salían hipidos y pequeñas lágrimas salían de sus ojos. - ¡¿Por qué nunca volviste?!
RDA- ¡Perdón! ¡No quería involucrarte en mis problemas! - Ambos se aferraban al abrazo sin creer lo que pasaba.
RFA- Eres un idiota. - Sus sollozos interrumpieron su habla. - Yo morirá por ti, eres mi hermano menor.
RDA- Ale. - Esas palabras hicieron que sollozara más fuerte, rodeando a su hermano por completo, apretando sus ropas al saber cómo terminarían las cosas. - Sabes que te quiero, eres el mejor hermanos gemelo que tengo.
RFA- Soy tu único hermano, y por ende tu único gemelo. - Rio por aquel comentario tan raro.
RDA- Lo sé. - Sonrió acurrucandose en el hombro del mayor.
Se separaron entre pequeñas risas y lágrimas, se sentían completos de nuevo. El mayor pensaba que había recuperado a su hermano, que ahora podrían estar juntos como familia.
La noche fue avanzando, y con ello la gente, pero nadie pensaba parar de festejar, todos traían algo para compartir en aquel día especial. Y ambos hermanos solo veían desde el muro como todos se reunían.
RFA- No pensé que este día llegaría. - Jugaba con sus pies que estaban al borde del muro, mientras que le daba un sorbo a su cerveza.
RDA- Yo estaba esperándolo desde hace mucho. - Sonrió mirando a varios niños jugar como si nunca hubiera existido el muro. Verlos le recordó cuando jugaban con su padre, aquellos días dónde nada les preocupaba y podían reír hasta no poder más, cuando eran una familia unidad. - Extraño a papá.
RFA- Miro confundido al menor, tenían años sin mencionar a su padre, y que lo dijera de repente fue extraño. - Yo creo que debe estar orgulloso de nosotros, dónde sea que esté ahora.
RDA- Estaría más orgulloso de ti, eres un ejemplo a seguir para muchos.
RFA- Y tú eres igual que él, tu serías su orgullo.
RDA- No lo creo. - Sonrió después de haberle dado un sorbo a la botella. - Tu tienes una obsesión con Polonia, tu serías su orgullo por seguir la tradición.
RFA- Quisiera negartelo, pero estoy seguro que si estaría orgulloso de eso. - Ambos rieron al imaginar la reacción de su padre al enterarse del amor que RFA le tenía a Polonia.
RDA- Él es alguien necio, pero estoy seguro que quedó encantado con tus miradas de acosador y que cuando lo miras actúas como si no supieras tu nombre. - Dijo con un notable y obvio sarcasmo.
RFA- Ya cállate. - Le dió un pequeño empujon. - No se hablar con la gente y no se que hacer.
RDA- Solo se tu mismo, él no se asustara por tu problema heredado. - Tomo su mochila que cargaba a todos lados al no saber cuándo llegaría el día que volviera a ver a su hermano. - Ten.
RFA- ¿Gracias? - Tomo lo que su hermano le ofrecía dándose cuenta de que era un suéter de lana.
RDA- Es de Polonia. - Vio como las mejillas del mayor se coloraban y sus ojos se iluminaban.
RFA- Eres el mejor.
El menor solo río por aquel comentario, pero paro al sentir una grieta en su rostro.
RDA- Ale ¿Te puedo pedir un favor? - Pregunto con una sonrisa nerviosa, tratando de ocultar su grieta con la bufanda.
RFA- Haré lo que quieras. - Decía aún mirando el suéter, lo olió por unos segundos para después ver la mirada de asco del menor.
RDA- Estás enfermo, Ale. - Dijo para después estallar en risas mientras su hermano se sonrojaba por la vergüenza.
RFA- Ya dime qué favor quieres. - Dijo para cambiar de tema.
RDA- Si, lo siento. - Se seco las lágrimas descuidandose dejando al descubierto su grieta.
RFA- ¿A... Ali? - Pregunto tratando de llamar la atención del mencionado.
RDA- ¿Puedes entregarle esto a Rusia? - Saco dicho objeto y vio como su hermano quería tocar su grieta, así que tomo su mano impidiendole seguir.
RFA- Dime qué eso no es lo que creo que pienso. - Lo miro con tristeza viendo la sonrisa que tenía, tan tranquilo que parecía que no ocurría nada.
RDA- Le dices que no conteste por qué tuve problemas con la casa a donde estaba enviando las cartas. - Dijo ignorando al mayor y seguir hablando de la carta.
RFA- Ali, no me ignores. - Se molesto pero su mirada seguía demostrándole al menor que lo único que había en la cabeza del mayor era preocupación.
RDA- Por favor, es importante. - Dejo la carta en la mano de su hermano, tomándola con fuerza para que entendiera lo mucho que dolía hablar sobre lo que pasaba. - Por favor.
RFA- Lo...lo haré, pe... pero...- Acercó su mano de regreso al rostro del menor pero termino quitándole la bufanda dejando ver las incontables grietas que tenía. - ¿Por qué no me lo dijiste? - Se esforzaba por no llorar, quería hacerce el fuerte al entender por lo que pasó su hermano.
RDA- No quería preocuparte. - Sonrió aún sin soltar la mano de su hermano, no quería separar se él. - Se que hubieras hecho algo para aplazarlo.
RFA- Pero...yo...yo debo de hacer... - Ahogó un sollozo tratando de pensar en algo para ayudarlo.
RDA- Esto iba a pasar, y no se puede hacer nada. - Vio como las lágrimas del mayor no aguantaron más y salieron, aunque las trato de detener pero no podía. - Siempre pensé que eras un llorón. - Soltó las manos para secar las lágrimas del contrario quitándole los lentes y guardarlos.
RFA- N...no me dejes solo. - Abrazo a su hermano dejando de retener las lágrimas haciendo que estás salieran sin parar mojando las ropas del menor. - Eres...eres lo único baje tengo.
RDA- Ale. - Mordía sus labio tratando de no llorar, no quería hacerlo, quería que el mayor lo recordara con una sonrisa. Se había idealizado este día tantas veces y ahora veía que era más difícil de lo que pensaba.
RFA- Eres mi...mi única familia ¡No tengo a nadie más! No tengo nada más. - Escucho un pequeño sollozo al mismo tiempo que el pecho del menor se contraía. Sintió las gotas cristalinas que caían en su cabeza, los sollozos aumentaron junto a las lágrimas.
RDA- Ya...me hiciste llo..llorar. - Sus lamentos parecían pequeños gritos que se callaban por algún sollozo.
RFA- ¿Tie...tienes miedo? - Seguía hipando pero con menús intensidad, por lo menos su hermano no seguía finjiendo.
RDA- Tengo miedo Ale ¡No quiero morir! - Abrazo al mayor con fuerza sabiendo que sería la última vez que lo haría. - ¡Me quiero quedar junto a ti! ¡Quiero seguir viviendo a tu lado como siempre quisimos!
RFA- Podemos hacerlo. - Sintió como el contrario negaba frenéticamente. - Puedo llamar a OMS, tal vez...- El menor se separó del abrazo para levantarse, cosa que lo extraño.
RDA- Volvió a negar pero ahora lentamente mientras le dedicaba una sonrisa aún con lágrimas en las mejillas. - Ya es tarde. - Comenzó a caminar hacia el lado de su todavía territorio.
RFA- ¿A...a dónde vas? - Pregunto asustado, no quería estar solo, no podía aceptar la realidad.
RDA- Quiero pasar mis últimos minutos en dónde pertenezco. - Mantenía la vista en su territorio, le gustaba verlo, y ahora que todo estaba bien podía tener tranquilidad.
RFA- No te vayas. - Gateo hasta alcanzar la mano del menor, y aferrarse a ella. - Por favor, déjame estar a tu lado.
RDA- No quiero que me veas morir. - Se quedó quieto esperando a que lo soltará. - Eso es algo con lo que no quiero que vivas.
RFA- No me importa, yo quiero acompañarte, no te quedarás solo mientras mueres.
RDA- Lo siento. - Avanzo haciendo que el guante que tenía se saliera y terminará en la mano del mayor. - Pero no puedo dejarte hacer eso.
El mayor solo veía como pequeñas partes del cuerpo de su hermano se desprendían para desaparecer en el aire, sobretodo las partes de su mano.
RFA- No. - Su hermano continuo caminando, quedándose en la orilla del muro.
RDA- Me hubiera gustado ver tu relación con Polonia.
RFA- No lo hagas.
RDA- Y también me hubiera gustado despedirme de Rusia y sus hermanos.
RFA- Por favor no. - Trataba de moverse pero las piernas no le respondían.
RDA- Fui feliz gracias a ustedes. - Volteo a ver a su hermano con una sonrisa. - Muchas gracias.
Se dejó caer desapareciendo de la vista del mayor, esperando que este recordara la sonrisa de agradecimiento y no sus lágrimas.
RDA- No. - Se levantó pero tropezó por sus piernas que no respondían del todo. - No. - Logro avanzar pero no paraba de temblar. - No puede ser cierto, no. - Se asomo por el borde buscando a su hermano con la mirada, sabía que eso no lo pudo haber matado, pero su vista estaba borrosa por las lágrimas y por su falta de lentes, el menor se lo había llevado y supuso que era para que no lo buscará.
Volteo atrás viendo las cosas que le había dejado: El suéter de Polonia, la carta para Rusia y la bufanda que le había quitado. No dudo ni un segundo en tomar las cosas para después bajar con rapidez y comenzar a buscar a su hermano aunque no veía nada.
Lo busco hasta al amanecer, lo busco en la tarde y noche del siguiente día, y el día después de ese. Lo busco sin descanso durante una semana teniendo la esperanza de encontrarlo, hasta que su cuerpo no aguanto y Francia, UK y USA terminaron interviniendo.
RFA- ¡Por favor, dejenme salir! - Estaba acostado en la cama rodeado por los tres. - ¡Tengo que buscarlo! ¡Él tiene que estar en algún lado!
Francia solo veía con tristeza al menor, se veía desesperado, fuera de si.
UK- Ale, debes descansar.
RDA- No, Ali debe estar asustado, él... él...
USA- Se sentó junto al alemán mirando las cosas que no soltaba desde que lo encontraron. - Déjalo ir, sabes que él ya no está.
RDA- ¿Que? - Miro atónito al mayor, las palabras sonaron como eco en su cabeza. Dirigió su vista a los otros dos que solo asintieron para darle la razón al americano. - Perdón. - Abrazo más fuerte la bufanda roja que su hermano siempre tenía puesta. - Ahora vuelvo a trabajar.
El estadounidense nego tomando al menor de los hombros.
USA- Ya para. - Se quitó los lentes para ver al menor a los ojos. - ¿Te duele mucho?
RDA- Su expresión sorprendida termino en un puchero que pronto se convirtió en un mar de lágrimas. - ¡Me duele mucho! - Recibió un abrazo de parte del estadounidense, no correspondió, solo se quedó quieto con la manos en el rostro. - ¡Quiero a mi papá! ¡Quiero a Ali!
USA- Lo sé. - Daba leves palmadas a menor esperando que se calmara, parecía un niño en el cuerpo de un veinteañero.
Después de varios minutos llorando se dieron cuenta de que el alemán se había quedado dormido. Esperaban que lo hiciera por un largo tiempo, había durado una semana sin dormir sin dejar de caminar por todo Berlín. Pero el alemán se había levantado unas horas después como si nada hubiera pasado, aunque ahora se veía más serio. Solo salió de la casa sin avisar y al regresar volvió a dormir, y lo hizo por días y no salió del cuarto en semanas.
.
La noticia de la muerte de RDA se escuchó en todos lados, la familia de USSR fue de los primeros en enterarse, y fue como si alguno de sus hermanos hubiera muerto. Ali era parte de la familia, y era de esperarse que todos lloran por él, a excepción de dos integrantes. USSR y Rusia no derramaron ni una sola lágrima, el mayor estaba muy seria cuando dió la noticia y el menor parecía perdido en su propio mundo.
Así fue hasta que llegó el correo. USSR siempre revisaba el correo de todos y lo dejaba separado en la mesa, pero un sobre diferente le llama la atención. Era extraño que llegara otra cosa aparte de trabajo, y el ver la letra y el destinatario supo de inmediato de que se trataba.
El resto del día transcurrió con normalidad, cada uno de sus hijos almorzando en horas diferentes, sin saludarse más que con los que consideraban cercanos. Hasta que por fin su hijo mayor bajo, estaba como un zombie, los ojos hundidos y la piel pálida que remarcaban la terribles ojeras que tenía. Tan perdido estaba que olvidó que a esa hora almorzaban Ucrania y Bielorusia, pero en cuanto los vio dió media vuelta para regresar a su cuarto.
USSR- Rusia, sube a mi oficina. - Había estado esperando toda la mañana a qué el menor bajara. Comenzó a caminar dirigiéndose hacia el segundo piso donde estaba su oficina mientras el ruso lo seguía solo por inercia.
USSR- Abrió la puerta dejando ver las montañas de papeleo pendiente del mayor. - Llegó esto para ti. - Saco la carta del bolsillo de su abrigo.
Rus- Pudiste dejarla en la mesa. - Estiró la mano esperando a que su padre le diera la carta para salir de ahí.
USSR- Solo quería hacerte un favor.
El ruso lo miro levantando una ceja sin entender a lo que se refería, tomo la carta y salió sin decir nada. Entro a su cuarto y se sentó en la cama, no estaba de humor como para leer órdenes de trabajo.
Miro la carta con molestia pero sus ojos se abrieron con sorpresa al reconocer la letra, la misma caligrafía que las cartas que atesoraba en una pequeña caja.
Se debatió en abrirla, era conciente de que era la última carta que recibiría del alemán, y lo más probable es que en su contenido vendría una disculpa y su último adiós. No sabía si estaba preparado para leerlo.
Leyó las únicas palabras del sobre.
Para Rus.
No tenía remitente, supuso que era para no levantar sospechas, hubiera sido problemático si alguien llegaba a preguntarle por qué Ali le mandaba una carta a él y no a los demás.
Observó la carta por varios segundos, tenía miedo. Suspiro con tristeza, Le dió la vuelta al sobre y se dió cuente de que atrás tenía una nota con una letra diferente.
Ali me pidió que te mandara esta carta, no la abrí así que cualquier secreto que te haya dicho se quedará entre ustedes.
También me dijo que tuvo problemas para responderte la carta por qué tuvo problemas con la casa a la que las mandabas. No sé a qué se refería, espero que tú lo entiendas.
Lo pensó mucho tiempo, fueron horas en que solo veía el sobre, jugaba con el o lo apartaba, hasta que se decidió.
Rus- Perdón. - En sus piernas tenía la caja con todas las cartas de RDA. - Pero no estoy listo para esto, Ali. - Cerro la caja para después guardarla. Se sentía un cobarde, pero no quería leerla, por qué sería aceptar la muerte del alemán.
¡Termine!
Me la pasé toda la noche escribiendo, no podía dormir por qué mi familia tenía reunión y hacían mucho ruido, y yo toda muerta de sueño cuidando a mis perritos.
Un capítulo más y esto termina.
Si las cosas van bien lo termino hoy.
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