Unas hojas, un olor verdoso; una noche oscura y chillante; suelos mojados están, donde pies hundidos van. Obstrucción del escape; Terrible paisaje.

Selva de la confusión, matas con tu sensación.

Muevo con mi mano y alejó tiras vivas. Erguido mi sostén sobre el hundimiento del prefecto.

Susurro, susurro...quejas al oír a la noche. Sufrimiento por casa lejana. Rodeado solo de maleza. ¡quién diese crédito y quien negase la acogida cuantitiosa de una hogaresa vivienda!.

Selva de la confusión matas con tu sensación. ¡¡dame respuesta para desentrañar tu interior!!, déjame escarbar donde no vea adentro.

Selva, ¿por qué te llamas confusión?¿por qué paras mis pies con barro y trabas?. Me matas con tu sensación. Y el oir la noche no me da mejor clamor. Saboreo bestias, pienso temores, oro por placeres.

Follaje azotador, guardador de siniestras pretensiones. Escondes no solo lo que quiero, sino lo que no quiero. Las bestias que mantienes dentro me persiguen, ¡quieren salir en mi desorden irascible!

Que horrible sentir, ¿quién no diese por una moneda que me sirva de machete, en medio de las plantas silvestres y verdes?