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Chanyeol se sentó al lado de Baekhyun, notando como el menor arrugaba la nariz, descubriendo por qué había salido por un momento de la sala.
—Dijiste que ibas a dejarlo.
—Lo necesitaba, estoy demasiado molesto.
—¿Con mi hermano?
—Con cualquiera que te haya ofendido esta noche.
Baekhyun suspiró. Luego miró al mayor con un brillo de complicidad en los ojos, el otro comprendió el significado de esa expresión. Tomó la lista de canciones plastificada, observó al resto de los presentes y al notar que Rosé estaba dándoles la espalda mirando la pantalla y Junhoe se le estaba uniendo insistiéndole también a Jinhwan para que cantara, tapó su rostro con la libreta antes de besar fugazmente los labios del pelirrojo.
El menor insatisfecho, rodeó su cuello con ambos brazos y volvió a besarlo, esta vez con la intensidad que deseaba.
No era como si sus amigos no supieran que estaba completamente enamorado de Park Chanyeol, sino que este era demasiado discreto. De todas formas, Baekhyun tenía diecisiete y Chanyeol apenas veintiuno, no había una diferencia abismal en cuanto a sus edades, aunque su familia nunca aceptaría que saliera con un simple empleado sin estudios universitarios, bueno, tal vez debería empezar por el hecho de que los dos eran hombres.
Jinhwan desafinaba un poco pero a Junhoe casi se le caía la baba. A decir verdad si tomara clases de canto, podría sorprender con su dulce vvoz Esa era la observación que había hecho Rosé.
Cuando Jinhwan miró la hora en su reloj sintió pánico. Eran las diez de la noche y se suponía que le había dicho a su madre que estaría de regreso a las ocho a más tardar.
Tiró levemente de la ropa de Koo. Baekhyun había empezado con las notas altas y su voz acaparaba toda la sala. Junhoe se inclinó para que Kim le hablara al oído.
—¿Podrías prestarme tu teléfono por un momento? Se me hizo tarde y quiero avisarle a mi madre que me encuentro bien.
Jinhwan salió para hablar por un momento con la mujer quien, ya estaba demasiado alterada.
Cuando Junhoe notó la preocupación en su rostro, se ofreció a acompañarlo hasta su casa, no quería arruinar la diversión de sus amigos así como también quería saber dónde vivía el chico que le gustaba.
Se despidieron de todos y caminaron hasta la tienda que no quedaba lejos del karaoke. Allí Junhoe dejó el uniforme que Jinhwan le había devuelto y sacó una bicicleta del patio trasero.
A Jinhwan le costó subirse, debido a que era un poco alta para él, tímidamente se agarró a la ropa de Koo. Junhoe estiró del brazo ajeno haciendo que lo rodeara por la cintura y el rostro de Jinhwan se pegó a su espalda. Solo entonces comenzó a pedalear.
Jinhwan no podía dejar de pensar en que el más alto era tan genial.
—Por la izquierda —le indicó a Junhoe el camino hasta su casa.
Aspiró el perfume ajeno, el chocolate y el café no estaban presentes, pero aun así le gustaba la suave fragancia de su perfume.
Luego de ese día, ya nada podría ser igual para Jinhwan. No después de descubrir exactamente qué eran esos sentimientos que se desbordaban de su pecho. Cerró los ojos y recordó la primera vez que lo vio, cuando tenía doce años y estaba hecho un manojo de nervios debido al examen de ingreso.
El aspecto de Junhoe lo había intimidado un montón de veces, sin embargo, en ese momento, pegado a su espalda, jamás se había sentido más seguro. Abrió los ojos y notó que ya estaban llegando.
—Aquí es...
Junhoe se detuvo y Jinhwan bajó. No estaba seguro de cómo debía despedirse del más alto.
—Esto... Gracias por traerme a casa, por favor, ten cuidado de regreso.
Entonces Jinhwan posó sus manos contra el pecho ajeno y parándose de puntillas, depositó un fugaz beso en la mejilla lastimada de Koo.
Junhoe se quedó congelado, con los ojos bien abiertos por la sorpresa y la expresión que puso el más bajo, lleno de vergüenza, no pudo haberle parecido más adorable.
—¡Kim Jinhwan!
Al oír el grito femenino, ambos se pusieron firmes.
—¿Qué son estas horas de llegar?
—Lo siento mamá, perdí la noción del tiempo y...
Su madre recorrió con la mirada a Junhoe de pies a cabeza.
—Es un placer conocerla señora Kim, soy Koo Junhoe, amigo de Jinhwan y también su compañero de clase.
—Gracias por traerlo, la próxima vez deberían llamar temprano a avisar, de verdad estaba muy preocupada. Jinan no suele salir con amigos.
—Me disculpo, la próxima vez yo mismo me aseguraré de que llame a avisar.
Jinhwan se despidió de Junhoe con la mano y vio cómo se alejaba antes de entrar a la casa.
—Ese chico... —murmuró su madre, Jinhwan se puso nervioso, ¿pudo haber visto el beso? —... No me gusta que te juntes con él, aléjate de él.
— ¿Por qué?
— ¿Eres ciego? Ese maquillaje en los ojos, las perforaciones y su rostro luce como si hubiera estado metido en una pelea. Parece problemático, no me gusta, te prohíbo acercarte a él de ahora en adelante.
Jinhwan sintió como si le hubieran atravesado un cuchillo en el pecho. No quería alejarse de Junhoe, sin embargo su madre estaba siendo firme al respecto.
—Hey, ¿te divertiste? —su padre se asomó por la puerta.
Jinhwan apretó los labios y sin decir una sola palabra fue a encerrarse en su habitación.
—¿Ustedes discutieron?
—No es nada, solo lo regañé por volver tan tarde.
Mintió, no quería preocupar a su esposo por algo que creía que había visto. Había sido tan rapido que pudo haberse confundido. Su hijo, ¿acababa de besarse con otro chico?
Jinhwan abrazó su almohada hasta quedarse dormido, recordando cómo se sentía estar abrazado a la cintura de Junhoe, dejando escapar alguna que otra lágrima.
Por más que Junhoe tapó el tono morado de su rostro con el maquillaje que le había prestado Rosé, su madre lo notó apenas lo vio por la mañana, además de regañarlo por manchar la funda de su almohada con el maquillaje.
Todo el fin de semana y sin descanso tuvo que hacer chocolates y atender a los clientes. Para el lunes, estuvo demasiado cansado como para asistir a la primera clase.
Jinhwan sin embargo, no paraba de mirar el asiento vacío de Koo, preguntándose si había llegado bien a casa la otra noche.
Suspiró y golpeó su frente contra el escritorio. Necesitaba un teléfono. No iba a pedírselo a sus padres, tenía que ver algún empleo a tiempo parcial para poder darse el lujo de comprar uno. No necesitaba que fuera de alta gama, con que sirviera para llamadas y mensajes era más que suficiente.
—Formen grupos de a dos —oyó al profesor decir y entonces el olor a chocolate inundó sus fosas nasales.
—¿Quieres hacer equipo conmigo?
Jinhwan levantó rápidamente la cabeza y vio a Koo parado junto a su asiento, con la mochila aún colgando de un hombro y su mano sosteniendo el tirante de esta. ¿Cómo podía lucir tan cool con ese aspecto desinteresado?
Junhoe ni siquiera podía creerlo. Planeaba faltar todo el día, incluso pospuso el despertador como cuatro veces, pero cuando pensó en que no vería al chico que le gustaba, se había obligado a levantarse de la cama.
"Kim Jinhwan" "¿Qué me estás haciendo?" —se preguntó a sí mismo, y cuando vio la sonrisa ajena, su corazón ya se estaba derritiendo.
—Sí —contestó el más bajo.
Aquí damos por finalizado el maratón de actualizaciones Fluff ^^
Nos leemos en el próximo capítulo c:
❤️
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