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Los preparativos para el festival tenían ocupados a todos. El personal que había contratado la escuela para realizar los arreglos no era suficiente y allí estaban los alumnos corriendo de un lugar a otro. Aunque Koo no se quejaba, al menos estaban perdiendo clases.
En realidad estaba holgazaneando. Debido a su aspecto de chico rudo, nadie en su salón se atrevía a pedirle algún favor. Bufó cuando nuevamente había perdido en el mismo nivel de siempre y guardó su teléfono en su bolsillo en lo que cargaban sus vidas nuevamente.
Fue entonces cuando posó la vista en Kim, quien estaba de espaldas sentado sobre un escritorio con un grupo de chicas recortando algunos diseños para adornar los estantes.
Se levantó y se aproximó a su espalda con la intención de jugar un poco. Repentinamente le sopló la oreja sacando un suave silbido y este se estremeció completamente, llevándose una mano sobre la oreja afectada.
—¿Necesitas ayuda?
Jinhwan se sonrojó por la cercanía de sus rostros cuando volteó a verlo y asintió levemente.
—Ya estamos terminando, así que necesitaremos a alguien alto para colgar los adornos.
—Está bien.
El rostro de las tres chicas que acompañaban a Kim delataban su absoluta sorpresa, jamás imaginaron que llegaría el día en el que vieran a Koo Junhoe cooperar con dicha actividad sin protesta previa tras la advertencia de algún profesor.
Jinhwan bajó de la mesa de un salto y cargó las figuras recortadas junto a los origamis de flores.
Cada año el festival deportivo tenía una temática, ese año trataba de la concientización a la preservación de la naturaleza y su aula escogió como tema la importancia de los polinizadores como las abejas, cuya cifra había disminuido significativamente.
Jinhwan simplemente le pasó las cajas a Koo a la par que él cargaba otras, dejando a las chicas con las manos libres.
Las tres cajas que cargaba el más bajo formaban una fila que obstruía completamente su visión, por lo que una de sus compañeras, en lugar de ayudar, aprovechó para cruzar su brazo con el suyo para "ayudarlo" —sí, entre comillas porque Junhoe malditamente captaba sus intenciones —a bajar por las escaleras.
Koo, quien iba apenas detrás de Kim, rodó los ojos al oír cómo la chica reía de cada maldita cosa que el más bajo decía, ¿qué clase de estúpido coqueteo era ese?
Ya iba a demostrarle cómo era un coqueteo de verdad —aunque en realidad, para ser sinceros, él tampoco tenía experiencia—, pero en su mente de hecho, los escenarios se veían bastante cool, de algo servirían las noches que se había quedado mirando los k-dramas con su madre.
Ignoró la manera en la que sus compañeros lo miraban como si los alienígenas acabaran de secuestrarlo para lavarle el cerebro y centró toda su atención en Jinhwan, quien le pasaba los adornos para colgarlos alrededor de la carpa correspondiente a su curso, cuya tarea sería repartir agua y refrescos a los alumnos, a la par que evidentemente debían vendérselos a los padres y a aquellos que irían para ver los eventos.
Admiró el trabajo de cadenas de papeles de colores que habían entretejido de manera en la que pudieran servir como cortinas en dirección a donde el sol estaría en el punto más caluroso del día. Jamás se le hubiera ocurrido.
Jisoo, la secretaria de la clase, se acercó a ellos repartiendo las camisetas que debían usar al participar en las competencias, siendo éstas de un color amarillo chillón con una franja negra por el medio, recordándoles que la prenda inferior debía ser también negra.
No fue hasta entonces cuando surgió la oportunidad perfecta para acercarse a Jinhwan, quien acababa de probarse la camiseta por encima del uniforme y al tratar de quitársela, su camisa se había levantado con esta atorándosele ambas prendas en la cabeza.
Junhoe tiró de la camisa frunciendo el ceño ante las miradas sonrojadas de sus compañeras al abdomen plano del más bajo. Lo ayudó con la camiseta, tapando con su cuerpo la agradable vista para las tres chicas.
Jinhwan retrocedió en un acto reflejo al notar la cercanía ajena y tropezó con una de las cajas vacías tras él. Koo lo sujetó por la cintura inmediatamente provocando mariposas en el estómago del más bajo. Kim se perdió en los ojos oscuros delineados de negro a la par que se enderezaba.
—Ten cuidado —murmuró Junhoe con voz apacible.
—Gracias —contestó el más bajo apartando la mirada en dirección al agarre ajeno.
Las manos de Junhoe eran grandes y majestuosamente hermosas, con esos dedos largos y el contorno de sus uñas perfectamente masculinas.
El agarre se soltó lentamente y Jinhwan suprimió el impulso de tomar esas manos y volver a colocarlas en el lugar en el que habían estado antes porque le encantaba ese cosquilleo en el estómago que jamás había sentido con el tacto de cualquier otra persona.
Le dio la espalda al más alto, doblando la camiseta sobre la mesada. Junhoe sonrió al notar las orejas coloradas del más bajo y lo rodeó, para sentarse sobre la mesada simplemente para ver la expresión ajena.
—¿No vas a probarte la camiseta? —cuestionó Jisoo, para luego agregar con timidez —no pienso recibir reclamos después.
Por un momento, Koo pensó que le hablaba a él, por lo que iba a fulminarla con la mirada, no pensaba vestir ese ridículo color simulando ser una estúpida abeja; pero notó que ella le estaba hablando a otro grupo de personas.
—Creo que tú también... —musitó Jinhwan aún sin mirarlo directamente —si te queda grande está bien. Pero si es pequeña, será incómodo en especial con el calor y todo el sudor.
Al notar la timidez ajena, un pensamiento malicioso cruzó por su cabeza.
—Bien —aceptó, desabotonando su camisa sin importarle realmente que los demás pudieran verlo.
Cuando se sacó la prenda, hizo bola de la tela y llamó la atención del chico antes de lanzarle su camisa.
—Sostenlo por mí.
Jinhwan reaccionó por acto reflejo agachándose para agarrar la prenda justo antes de que tocara el suelo y al levantar la mirada su rostro quedó a la altura de la marcada línea V por debajo de las abdominales de Junhoe.
Kim se levantó lentamente notando el abdomen marcado y ligeramente brilloso por las casi microscópicas gotas de sudor esparcidas por su piel. Tragó saliva audiblemente y los chillidos de las chicas que los acompañaban se oyeron lejanos en comparación a los latidos de su corazón.
Junhoe fue lento a propósito, notando la reacción ajena y poniéndose la espantosa camiseta. Listo, acababa de perder por completo la dignidad.
—¿Y bien? ¿Qué tal?
—Increíble. ¡Ugh!, digo, te queda bien. La camiseta, claro.
Kim se rascó la nuca, mirando a cualquier otro lado levemente sonrojado y enredándose con sus propias palabras.
Junhoe jamás creyó que funcionara, Jinhwan era un chico, después de todo. ¿Podía asumir que le gustaba a Jinhwan?
¿Cómo era posible que fuera tan lindo? Todos sus gestos y todas sus expresiones hacían que cada día Junhoe se volviera loco por él.
De nueva cuenta, Koo se desvistió para luego pedirle su camisa de vuelta. Jinhwan había disimulado más la segunda vez, fingiendo estar concentrado con otra cosa.
Podía oír a las chicas murmurar acerca de lo sexy que lucía Junhoe sin camisa, y a decir verdad, se preguntaba si lo había hecho para impresionar a alguna de ellas.
Repasó con la mirada a cada una de sus compañeras preguntándose quién de ellas podía ser su tipo.
Tomó un vaso de agua y se desquitó con este apretándolo para luego lanzarlo al bote de basura. Mientras, Junhoe se encontraba confundido por el repentino comportamiento del más bajo. ¿Acaso hizo algo malo?
Buscó en su bolsillo, sacando un caramelo de fresa y se lo extendió.
Jinhwan parpadeó un par de veces confundido.
—¿Estás molesto por algo que hice?
Kim tomó el dulce entre sus manos.
—No.
—Creo que ya terminamos aquí, ¿quieres ir a molestar a Baek y a Rosé?
Jinhwan asintió dudoso, mirando la carpa notando que la suya ya estaba completamente preparada para el festival.
Junhoe tomó su mano, entrelazando sus dedos y tiró de él con entusiasmo.
June ya se dio cuenta de que le gussta 🙊
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