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🐺 5 🐺

Maratón (1/?)

(Narra Jimin) 

Una vez llegamos al restaurante que Yoongi Hyung mencionó. Quedé fascinado, el lugar era hermoso, estaba ubicado en una colina, en lo alto. Se podía observar a simple vista la iluminación del lugar, en los troncos de los árboles habían luces navideñas, era un hermoso paisaje que me cortó la respiración. Una maravilla de lugar. 


Aunque la verdad me sentí un poco fuera de lugar. El lugar era increíble y yo andaba en unas fachas  que eran lamentables. Iba vestido con unos pantalones jeans rasgados de las rodillas y muy pálidos, de tantas lavadas que le he dado, mi camiseta era blanca pero con un par de agujeros en el extremo, que no eran muy visibles pero yo sabía que estaban ahí, unos converse, viejos y muy usados, ya ni recuerdo la última vez que compré ropa o zapatos para mi. Mi vida siempre fue miserable en todos los sentidos, esperó que esto empiece a cambiar. 

- ¿Te gusta Jimin-ssi? - Me habló Hyung 

- Esta hermoso Hyung 

- Me alegra que te guste. 

Un mesero Alfa, por su aroma, nos llevó a una mesa para dos, estaba más alejada del resto de mesas. Cuando nos sentamos nos entregó unas carpetas con los diferentes platillos del lugar, nos dejó solos un momento en lo que decidiamos.

- Pide lo que quieras Jiminie. Yo invitó - Me  dió una sonrisa dónde no mostraba sus dientes pero muy bonita. 

Me sonroje por el sobrenombre, me gustó como suena viniendo de él. No se que es lo que me pasa. Desde que lo conocí esta mañana, mi lobo no a dejado de mover la cola de un lado a otro, de correr como loco dentro de mi. 

- Gracias Hyung. Pero.... Nunca he comido algo tan caro y tan bien elaborado. Mucho menos había tocado jamás en mi vida un lugar como este así de llamativo y hermoso - dije con toda la sinceridad posible - ¿Podría pedir por mi? - Me daba vergüenza, pedirle a Hyung que hiciera el pedido por mi, pero ni siquiera sabía que comer de todo esto. Cuando vi los precios casi me voy de espalda. El plato más barato cuesta ₩200.000 wons y creanme que con eso me compro la mitad de un super mercado, para llenar mi nevera. Que por cierto es de tamaño miniatura.  

- Bueno Jiminie, no te preocupes, yo pediré lo mejor para ambos. Y te aseguro que esta no será la última vez que vengas conmigo a un lugar como estos. 

Sólo pude sonreirle, me agradaba la forma en la que me trata, es muy tierno y amable para ser un Alfa. Es único. Esa es la palabra correcta, normalmente los Alfas son muy engreídos, les gusta usar a los Omegas a su antojó y ni hablar de la fascinación que le tienen a usar su voz de mando para todo y en todos. Detesto eso, se que no todos son iguales, pero la mayoría suele ser así. 

Pero Yoongi Hyung, es diferente y lo siento en mi pechito, algo me dice que él es el mejor Alfa de todos. 

Cuando el mesero llegó, Yoongi Hyung pidió dos filetes, con ensaladas, un jugo de limón y uno de naranja. Y por último dos postres, pastelitos de chocolate, con café para cada uno. Quedé encantando por su orden, por un momento creí que pediría langosta o algún plato más de esos que no sabes ni como comerlo y caro, algún vino o que se yo, y nada de eso fue pedido. Sin dudas de lo que más disfrutaría sería del pastelito de chocolate. Ya quería probarlo.

- Se que no debes tomar ni alcohol y cafeína, pero hoy es un día especial por lo que al menos una taza de café creí que estaría bien. El vino es lo de menos, no soy tan fan de el - Me dijo Hyung 

- Me parece genial su idea Hyung. La verdad yo odio todo lo que lleve alcohol, nunca me ha gustado tomarlo, me trae muy malos recuerdos por lo que prefiero evitarlo. 

- ¿En serio? Y ¿Por qué te trae malos recuerdos? Digo si se puede saber. Si no, quédate tranquilo que yo no me pondré a indagar en tu vida Jiminie. 

- Gracias Hyung y pues la verdad es algo que si prefiero olvidar. Tal vez cuando me sienta listo le pueda contar - Era cierto. No me gusta hablar de mi pasado, prefiero tenerlo enterrado y muy lejos de mi aunque el siga detrás y pegado a mi como chicle en el zapato. 

- Bien Jimin, yo se que es incómodo, pero creó que es momento de hablar de algo sumamente importante. No quiero arruinar el almuerzo o casi cena pero no nos queda de otra ¿No? 

- Lo sé Hyung y créame que al que más le incomoda es a mi. No estaba en mis planes hacer esto jamás. Y mucho menos llevar un cachorrito que no es mío. Pero fue la única manera que encontré para salir de todos mis problemas económicos que mis padres me dejaron al fallecer. Ahora no tengo solo al banco detras de mi, si no que también a unos locos delincuentes, que sabrá la diosa luna que diablos quieren, aparte de dinero y arruinar más mi vida - Hablé de más, y no me di cuenta de todo lo que había dicho hasta que levanté la vista que había estado puesta en mis manitas que jugaban con la tela del saco que no había soltado en casi todo el día. 

Me asusté al ver el rostro de Yoongi Hyung, estaba serio y con la vista puesta en mi, sentí un escalofrío recorrer toda mi espina dorsal, al ver esos ojos de un color negro y penetrantes puestos en mi. Me entró un miedo enorme al pensar que había arruinado todo. Prácticamente le conté mi vida en un resumen. Se quedó en un sepulcral silenció un gran rato. Pensé que se podía arrepentir que llevé a su cachorro, ahora que sabe que tengo a matones detrás de mi y querría que aborte (Si es que quedó en cinta) para no poner en peligro la vida de su hijo. En ese momento sólo quería que la tierra me tragara e inconcientemente empecé a soltar feromonas de miedo, cosa que creó que captó muy bien. 

Quería desaparecer en estos instantes, arruine todo. 

🐺🐺🐺

(Narra Yoongi) 

Me quedé estupefacto al escuchar a Jimin. Nunca creí que la razón de necesitar tanto el dinero fuera por que tenía a matones amenazandolo, por que es obvio que esa es la principal razón, esos idiotas lo han de tener amenazado y quien sabe cuantas cosas más pretenden hacerle a mi Mochi. 

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no me di cuenta de la mirada que le estaba dando a Jimin y del olor a miedo que empezaba a desprender, y lo peor es que me tenía miedo a mi y eso no lo puedo permitir. 

Traté de relajar mi mirada y suavisarla lo más que pude. Respiré profundo para tranquilizarse un poco. Me sentía frustrado por verlo tan indefenso y saber que ese pequeño Omega a tenido una vida de mierda y se ha tenido que valer por el mismo y luchar en contra de todos. Pero ya no más, no lo dejaría sólo, lo cuidaria a él y a mi cachorro. Quiero que me acepté como un amigo más, en quien refugiarse. 

- Jiminie - Hablé y el se encogió más en su lugar. Quizá mi voz sonó muy gruesa por lo que lo asuste más - No te asustes cachorro, no quiero que temas de mi. Sólo quiero ayudarte - Traté de relajarlo un poco. 

Y creó que funcionó por que él se enderezo en su asiento y levantó la vista, clavando sus asustadizos y tiernos ojitos en mi. 

- Tranquilo cachorro, lo que menos quiero es hacerte daño. Sólo quiero ayudarte ¿Si? - El asintió con su cabecita, así que proseguí - Dime cachorro, ¿Desde cuándo te tienen amenazado? - Traté de ser lo más cauteloso posible. 

Lo vi desviar la mirada hacía otro lugar. Esto va ser más difícil de lo que creí. Aunque no lo quiera demostrar, el esta aterrado de que alguien mas sepa, lo que vive día  a día. Solté un suspiró. Debo ser paciente, y esperar a que él me quiera contar por voluntad propia. No puedo forzarlo, mientras tanto lo protegeré a como de lugar. 

Nuestra comida llegó, el mismo mesero que nos ha estado atendiendo, colocó los platos frente a nosotros, y le daba miradas de vez en cuando al Omega frente a mi y me molestaba, por que a diferencia de Jimin yo si me di cuenta que este Alfa lo ha estado viendo desde que entramos. Cuando colocó los platos y bebidas, le solté un gruñido, llamando la atención de ambos presentes. Le di una mirada de advertencia al Alfita ese, para que dejará de ver a mi Mochi. Lo cual entendió por que salió corriendo de ahí. 

- Come Jiminie, no te forzare a contarme nada. Estas en tu derecho de guardar tus asuntos para ti mismo, pero ten en cuenta que yo solamente quiero ayudarte y que no quiero que lleves todos esos problemas tú sólo. Déjate ayudar Jimin, cuando estés listo, yo estaré esperando para que me cuentes ¿Bien?

Me regaló una hermosa sonrisa. Donde ocultaba sus ojitos en dos líneas. La más hermosa que he visto, lo repito. El es hermoso. 

Dió un asentimiento de cabeza, estando de acuerdo en mis palabras y empezó a comer. Lo vi un poco más relajado que antes, se dejó llevar y eso me agradó en demasía. Este pequeño Omega es único. 

Hablamos de diferentes temas en toda la cena. Si cena por que ya estaba oscuro, no creó que pasen de las 7:00 pm pero ya estaba un poco oscuro. Le conté acerca de mi, de mis padres, que ellos no saben que quiero un cachorro. Que viven en Estados Unidos y tengo más de dos años de no verlos. El sólo me contó que sus padres fallecieron en un accidente de auto cuando él tenía 15 años. Que estaban ebrios y drogados cuando perdieron el control del vehículo, cayendo a un barranco. Creó que ahí entendí sin que él me lo dijera, la razón del por que odia el alcohol, este chico es una verdadera caja de sorpresas, pero llena de desgracias y tristeza que como dije, ya no dejaré que siga así, no lo dejaré sólo. 

Terminamos nuestros platillos y llegaron nuestros postres con las tazas de café. Había una brisa fresca, estábamos en otoño. Un clima perfecto para el momento, con nuestro pastel de chocolate y la humeante taza de café, nos sentíamos tranquilos y relajados. 

- Hyung - Me llamó y yo le presté total atención - Usted también huele mucho a café. Y es delicioso - Me dijo con una linda sonrisa en su rostro. Ah, este chico me va matar, pero de ternura. 

- ¿En serio Jiminie? Tú también tienes un olor, muy dulce y delicioso. Sabes, cuando era pequeño, me encantaba comer algodones de azúcar. Para una Navidad mi abuela me regalo una máquina pequeña para que hiciera los propios míos cuanta ves quisiera. Y que decirte con la vainilla. Extrañamente tenía una obsesión por untar galletitas de vainilla en helado de vainilla. No soy muy fan de lo dulce. Pero esos dos en particular, eran los que mas me fascinarón desde muy pequeño. 

Lo escuché soltar pequeñas y tímidas risitas que me encantarón aún más y me hizo sonreír a mi también. 

- Y ¿Ya no los come Yoongi Hyung? - Preguntó. 

- Si lo hago, pero ya no tan frecuentemente. 

- ¿Qué pasó con la máquina para algodones de azúcar? - Preguntó con un hermoso puchero en sus rechonchos belfos. Es tan tierno. 

- Se me descompuso de tanto usarla. Quise pedirle otra a mi padre Omega, pero el me dijo que si seguía comiendo esa cantidad de dulces diariamente. Se me pacarian los dientes y me tendrían que llevar al doctor - Solté con gracia. - Y como todo niño pequeño, le tenía miedo a los doctores. Así que mis gustos por los dulces fueron disminuyendo. Sólo comía para eventos especiales, pero siempre y cuando fueran algodón de azúcar y galletas con helado de vainilla. 

- Hyung, eso es muy tierno. No me lo imagino haciendo un pequeño berrinche por querer otra máquina de esas o por no querer ir al dentista - El tierno Omega reía muy feliz y yo quería seguír viéndolo así. Mi Alfa aullaba de puro gusto al ver al pequeño Omega riendo por que yo lo causaba. 

- ¿Por que? Era muy tierno de pequeño, todos creían que sería un Omega. Y era gracioso ver a mis padres apostar a ver quien de ellos ganaban. Hasta que me presenté como Alfa, pero eso no impidió, que siguiera siendo lo más amable posible con todos. No me gusta ver como otros Alfas menos precian a los Omegas o usan su voz de mando a su antojó. Eso es repugnante 

- Tiene razón Hyung - Me dijo cabizbajo 

- ¿Pasa algo cachorro?

- Hyung - Llamó 

- Dime 

- ¿Le puedo contar, por que necesito tanto el dinero? 

No esperaba esa pregunta. Creí que se tomaría más tiempo o que incluso nunca me lo quisiera contar. 

- ¿Estás seguro Jiminie? 

- S-i Yoongi Hyung 

- Adelante cachorro, te escuchó. 

Tomó un enorme suspiró y empezó a hablar. 

- Cuando era un cachorro, mi vida no era tan miserable. Vivía en una hermosa casa, junto a mis padres; ellos me consentian y cuidaban de mi siempre. Cuando tenía 5 años, mamá quedó embarazada nuevamente y los tres estábamos felices por la noticia. Mi padre tenía un buen trabajo era gerente en una empresa de mobiliario y mi madre tenía un local donde creaba sus diseños, ella era modista y para un gran futuro. Éramos una familia muy feliz, no con lujos, pero si con comodidades. Hasta que... - Lo vi bajar la mirada, apretar sus labios y frunció el ceño. Quería llorar y eso me destrozaba el corazón. 

- Tranquilo Jiminie, respira y tomate tu tiempo, ¿Si? - Asintió e hizo lo que le dije para continuar con su relato. 

- Hasta que a mamá se le acumuló el trabajo, la habían contratado de una empresa muy importante para la industria de la moda, por lo que tenía mucho trabajo que hacer. Era tanto que ella colapso, yo estaba con ella ese día. Por que mi niñera no pudo cuidar de mi. La vi, tomar su vientre de 5 meses y dar alaridos de dolor, me asusté aún más cuando vi que sangre escurria por sus piernas, yo no sabía qué hacer. Ella sólo lloraba y gritaba de dolor... Me... Me dijo que llamara a papá y aunque estaba muy pequeño yo sabía cómo marcar el número de papá y de mamá. Así que lo hice, llamé a papá, del teléfono de mi madre. Él... Él contestó al primer pitido, yo aún llorando, por el miedo de ver a mamá así. Le di el teléfono a mi madre. Y ella entre llanto le dijo a mi padre que estaba sangrando. 

« Mi padre desde su trabajo llamó a la ambulancia y le dió la dirección del local de mi madre. Diez minutos después estaban llevando a mi madre al hospital. Cuando llegamos la atendieron lo más rápido posible, mi padre llegó lo mas rápido que pudo. Esperamos en la sala de espera al rededor de dos horas. Un doctor salió de urgencias... Nos dijo que... Mi madre había perdido a mi hermanito y que la pérdida causada le había dejado daños que no se podrían reparar nunca. Mi madre jamás podría dar a luz nuevamente y eso.... Eso fue lo que destruyó a mi familia. 

« Mi padre y mi madre se hundieron en el dolor, la tristeza y la frustración. Mi padre en vez de ayudar a mamá a salir de la desgracia, se iba de casa, y llegaba a altas horas de la noche, apestando a alcohol. Me empezó a gritar cada vez que lloraba o hacía algo que le molestaba, de los gritos pasó a los golpes, y así hasta que iba creciendo. Con el pasar del tiempo, mi madre dejó de diseñar y perdió el local, por falta de pago. Otro golpe que la dejó aun peor, diseñar era todo para ella y lo perdió. Se volvió alcohólica, drogadicta y que hablar de su vicio a las apuestas. Ella y mi papá hicieron lo mismo. Se hundieron en la desgracia de beber alcohol todos los días, casi nunca estaban lúcidos. Y su amor por las apuestas se convirtieron en su diario vivir. 

« Mi padre perdió su trabajo, y empezó a vender todo poco a poco, topó sus tarjetas de crédito, hasta más no poder. Los dos hicieron lo mismo con tal de seguir pagando sus vicios y deudas y todo por una pérdida de la cual nunca tuve la culpa. Me arrastraron a sus lamentos y miserias junto con ellos. Los gritos, golpes y humillaciones se volvieron constantes. Me tocó trabajar para pagarme mis estudios, los padres de mi mejor amigo me daban comida cada vez que podían y eso era casi todos los días . Pero aveces me daba tanta vergüenza que no iba, por que sentía que me estaba aprovechando de ellos. 

« Lo peor vino cuando me presenté como Omega y no como Alfa. Que es lo que ellos querían, nunca entendí cual fue su afán de que fuera Alfa. El día  que me presenté, los dos, me gritaron, me humillarón  y me golpearon hasta cansarse. Marcaron mi piel, y mi alma. No quería seguir con esa vida. Intente... quitarmela  un par de veces, pero mi mejor amigo siempre me ayudaba o me encontraba. Él  es como mi ángel de la guarda. 

« Oculte las escrituras de la casa, era lo único que ellos no habían vendido aún, así que la oculté en mi habitación que trataba de mantenerla bajo llave. Un día en la noche, olvidé ponerle el seguro, ellos no estaban, como siempre. Pero extrañamente ese día, mi padre llegó como a las 11:00 pm de la noche. Yo estaba estudiando, y creí que tenía el seguro en mi puerta. Pero me equivoqué. Mi padre entró y me exigió que le diera las escrituras de la casa. Yo se las negué, se molestó tanto que me golpeó, ya estaba acostumbrado a eso, pero esa noche, trató de hacer algo más... I-ntento a-busar de mi. 

Sentía mi sangre hervir al escuchar esas palabras. Tome sus manitas e intente transmitirle tranquilidad. El respiró y siguió. Yo no lo quise interrumpir en ningún momento. 

- Forcegie con él. Pero él era un Alfa y más fuerte que yo. Las drogas y alcohol que su sistema tenía, lo tenían con sus sentidos en otro lado. En ese momento mi madre llegó y lo vió. Ella lo quitó de encima de mi y le gritó un montón de cosas que por el miedo que tenía no lograba escuchar. Mi padre la golpeó a ella. Y frente a mi, abuso de ella. Mientras la violaba ante mis ojos, escuchaba como usaba su voz de mando sobre ambos y le gritaba lo inútil que era, al haber perdido a su hijo, que no servía de nada y mil barbaridades más. Yo no pude ayudarla como ella lo hizo conmigo, por que mi padre usaba su voz de mando y eso me hacía encogerme en mi lugar. 

« Sólo se escuchaban los gritos de mi padre, al humillarla, golpearla y abusarla. Mi padre lloraba y le pedía que parará que la estaba lastimando. Pero él, no escuchaba. Cuando la tortura acabo, salió de ahí, supongo que a un bar a tomar. Me acerqué a mi madre, que estaba temblando de dolor y miedo, la abracé y ella se aferró a mi. Los dos juntos lloramos esa noche, me pidió perdón mil veces por no saberme cuidar. Yo la perdoné, creí que después de esa horrible noche, las cosas cambiarían y mi madre iría a rehabilitación, pero eso nunca pasó. Los vicios que ella ya tenía no los podía cambiar tan fácilmente. Su sistema ya estaba dañado, y eso aumentó cuando se dio cuenta que tenía cáncer de pulmón. Se terminó por arruinar y por más que intenté ayudarla ella no se dejó. Me alejó nuevamente, los dos siguieron con sus humillaciones hacía mi, con los golpes. Mi padre no intentó tocarme nuevamente. Pero... intentó venderme a unos delincuentes o narcotraficantes que se yo que eran. 

« La noche que los dos iban a casa, para llevarme a la fuerza, pasó la tragedia, que me dejó a mi en una peor. Ellos iban peleando, supongo, nunca lo supe en realidad. Se desviarón  del carril, perdieron el control del auto y se fueron a un precipicio, que acabó con la vida de los dos. De ahí empezaron mis mayores tragedias. Al final, yo tuve que vender la casa. En ese tiempo ya tenía 15 años y me tocó dejar la escuela por un tiempo, en lo que conseguía un lugar donde vivir. Vendí los muebles, mi casa y todo lo que pude. Mi mejor amigo con sus padres me ofrecieron un techo y acepté unos días. Lo peor fue cuando los padres de él, también fallecieron en un accidente de auto. Pero un camión se pasó el alto y arremetió contra el auto de los señores Jeon. Mi mejor amigo no tenía mas familia y amigos así que como él era menor que yo por dos años. Me hice cargo de él, tenía apenas 13 años, se había presentado como Alfa hacía un par de días. El igual vendió todo y el dinero nos sirvió por unos meses nada más. Logramos entrar a la escuela por que ganamos una beca completa y terminamos hasta la preparatoria y alquilamos un pequeño departamento en un lugar muy escondido de la ciudad. Es nuestra "pocilga" así la llamamos nosotros. 

« Las deudas que mis padres dejaron, me han seguido desde entonces. El banco nunca deja de llamarme, me he logrado escapar un par de veces pero ya no puedo más y los delincuentes esos. Me buscan sin sesar, me han amenazado con mi Kookie y si le hacen algo a él, no se que sería de mi. 

En ese momento las lágrimas de Jimin, no paraban, en todo el relato se mantuvo un poco sereno, y trataba de contar la historia lo mas tranquilo posible. Pero cuando mencionaba a su mejor amigo su voz se quebraba, soltaba sollozos y sonidos lastimeros que causaban impotencia en mi. Me dolía verlo así y mi lobo me rasguñaba por dentro y me exigía que lo consolara y así lo hice. Me paré de mi asiento, me acerqué a él, moví la silla donde él estaba sentado, luego me puse de cuclillas y lo atraje hacía mi en un fuerte y reconfortante abrazo. 

No dejaría que nadie más dañara a este pequeño Omega. Lo protegería con mi vida de ser necesario. 

- Llora lo que quieras Jiminie, yo estaré para ti de ahora en adelante. No dejaré que nadie te toque ni te haga daño. 

Lo abracé con fuerzas, sin llegar a lastimarlo y el me devolvió el abrazo, ocultando su carita en la curvatura de mi cuello, aspirando mi aroma y eso lo tranquilizó un poco. 

- Te prometo cuidar de ti, tu amigo y mi cachorro siempre. Ahora tú también eres mi responsabilidad cachorro. 

Le di un pequeño beso en la frente que sacó un pequeño suspiró en él. 

Sonreí y me prometí a mi mismo junto a mi lobo. Jamás lastimar al pequeño y tierno Omega.

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¡Hola amigos!

Inició con la maratón!

Espero la disfruten, este capítilo quedo larguisimo.

¿Quién más sintió pena por el pequeño Mochi? 😔

Nos seguiremos leyendo amigos 💜


No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐

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