Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🐺 15 🐺

(Narrador Omnisciente)

Un pelirosa y un azabache, habían terminado de cenar hace 15 minutos. En esos momentos estaban sentados en el sofá más grande del departamento. Estaban platicando muy amenamente, se sentían completos con sólo tenerse cerca.

Aunque el Alfa se moría por abrazar al pequeño y su lobo le rogaba por hacerlo, si así es, el lobo del Alfa se había mantenido muy atento desde que el Omega entró al departamento. El azabache sentía que debía controlarse y llevar todo como hasta ese momento.

- Hyung - Llamó el pequeño Omega al Alfa - ¿Qué pasará cuando el cachorro nazca? Sabe que... no es mío ¿Verdad? - El pequeño pelirosa pregunto con un deje de temor, no quería alterar la tranquilidad que hasta ese momento estaban teniendo.

Por otro lado el Alfa, sabía que ese tema saldría en cualquier momento. Así que suspiró y tomó las manitas del menor entre las suyas, para luego proseguir a hablar.

- Pequeño - Llamó, el Omega le prestó toda su atención así que el azabache siguió - ¿Me permites? - dijo señalando el pequeño bulto en el vientre del Omega. Este último llevó su vista hacía su pequeño bultito y llevando una de las grandes manos del pálido la posicionó en su vientre y sonrió cuando sintió la mano del mayor sobre su vientre. Se sentía muy bien y una sensación muy cálida se asentó en su pechito.

Por otro lado el Alfa, casi se le salen las lágrimas al sentir a su pequeño bebé dentro de ese bultito que aunque era muy pequeño sintió muchas emociones alberbar su interior y a su lobo aullar de felicidad al saber que su cachorro estaba protegido por su Omega.

- Esto.... esto es increíble. Aquí está mi cachorrito - El Alfa no aguantó más y derramó pequeñas lágrimas de felicidad, acariciaba la pequeña pancita del Omega y sonreía de felicidad e ilusión.

El Omega dirigió sus manitas hacía el rostro del Alfa y limpió sus lágrimas con una cálida sonrisa en su rostro, al ver la emoción que albergaba al mayor.

- Gracias Minnie. Tú me estás dando el mejor regalo del mundo. No.... tú ya eres un regalo para mi Jiminie, tú eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Nunca me dejes Jiminie, quédate junto a mi siempre por favor.

Y sin importar el hecho que quería esperar, sin importar que quería llevar todo a su debido tiempo, sin importar nada. El mayor abrazo al Omega y enterró su rostro en el pequeño vientre del menor, repartió miles de besos en el bultito, mientras sus manos descansaban en la pequeña cintura del pelirosa.

El Omega estaba impactado, pero rápidamente sus emociones pasaron a calidez y cariño. Llevó sus manos a las hebras azabaches del mayor y los acarició de manera lenta y cálida.

Así pasaron un largo rato, ninguno supo en que momento llegaron a quella posición, pero lo disfrutaban y sentían sus corazones latir al mismo tiempo, sus lobos ronroneaban por la cercanía y ellos solamente se dejaban ser.

El Omega estaba sentado en el sofá con las piernas abiertas y el Alfa posicionado en medio de ellas con su rostro recostado a un lado del vientre del menor, mientras una de sus manos se posaba en la espalda baja del menor y la otra estaba sobre el vientre.

Estaban relajados y felices y eso era lo único que importaba.

- Jiminie - Llamó y el Omega sólo hizo un sonido con su boca indicando que lo escuchaba - Yo... yo quiero que criemos al cachorro juntos, tú y yo. Que lo veamos crecer aquí dentro, que lo veamos nacer, que estemos con él o ella en su crecimiento. Quiero que tú puedas decirle siempre que eres su papi Omega. No quiero a nadie en mi vida que no seas sólo tú Minnie no quiero a nadie en la vida de mi cachorro que no seas sólo tú con... Nuestro cachorro. Quédate con nosotros siempre Jiminie, por favor, quédate conmigo y nuestro bebé.

El Omega estaba derramando lágrimas de felicidad, no sabía que eran todos esos sentimientos dentro de su corazón, pero se sentía bien.

- ¿Qué...? ¿Qué me quiere decir con todo esto Hyung?

- Quiero que seas mi Omega Jiminie. Quiero que seas mi pequeño, quiero que seas mi Mochi, quiero que seas el papi Omega de nuestros cachorros.
Acepta ser mi Omega, mi mundo y mi universo.

El Omega estaba sin palabras, no se esperaba esa propuesta tan pronto del Alfa. Jimin desde que lo vio cayó rendido por la belleza y amabilidad del mayor, cuando estuvieron alejados, sentía su corazón destrozado, pero ahora estaba seguro que solo deseaba estar cerca del mayor, sabía lo que su corazón quería y sabía lo que su lobo le pedía y el no iba a dejar ir ese bello momento. Por que en poco tiempo, logró enamorarse del Alfa que lo sacó de su miseria, no de la mejor manera pero lo hizo, se enamoró del hombre que le prometió protegerlo de todo y todos. Park Jimin se enamoró profunda e irremediablemente de Min Yoongi.

- Si quiero Hyung. Si quiero ser tú Omega, quiero ser un verdadero padre para este bebé, quiero ser el padre de todos los cachorros que quieras, quiero ser tu mundo y quiero que tú seas el mío.

El Alfa soltó una risita de felicidad, se incorporó un poco en su lugar, siempre quedando entre las piernas del menor, se acercó al rostro de este y lo tomo entre sus manos. Repartió besos por todo el rostro del Omega.

- Gracias Jiminie, gracias por aceptar, no te defraudaré eso te lo aseguró. Gracias por aceptar ser mi Omega Minnie. Se que debería haberte cortejado antes, pero lo haré y te demostraré que tan enamorado estoy de ti. Eres mi todo pequeño. No sabes lo feliz que me siento.

Sin esperar más, sus labios se juntaron en un pequeño roce, un roce que les hizo sentir una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, ambos suspiraron al mismo tiempo y los dos rieron por el hecho. Juntaron sus frentes y abrieron sus ojos para encontrarse con los contrarios.

El Alfa tomó las mejillas del menor entre sus manos y junto sus labios una vez más, ahora fue un beso, un beso que explotó miles de sensaciones en sus interiores, sintieron una magia maravillosa, recorrer sus cuerpos, un cosquilleo en sus labios que pedía por más y así lo hicieron. Profundizaron el beso, sintiendo los labios húmedos del contrario, se sentían plenos y felices una felicidad inexplicable que los llevaba hasta las estrellas.

Eran sólo ellos dos, nadie más, estaban en una burbuja que no podía ser explotada por nadie, Alfa y Omega, besaban sus labios y los saboreaban sin medidas, sintiendo a sus lobos saltar de felicidad, sus corazones bombeaban a un mismo ritmo.

Se separaron cuando les faltó el aire, pero así como se separaron, se volvieron a juntar.

Esta vez fue un beso más profundo donde, daban pequeños chasquidos. El Alfa metió su lengua a la cavidad bucal del menor, así creando una danza entre ellas mismas que los elevaba al cielo. Sentían muchas emociones entre medio de aquel apasionado y tierno beso, el primer beso entre la nueva pareja, el primero de muchos. Pero jamás el último.

Se separaron y el mayor dió pequeños besitos en los labios del pelirosa, ocasionando que sonriera en medio del acto. El azabache dejo un último beso sobre los esponjosos labios de su Mochi y abriendo sus ojos, vio los ojitos color miel del menor que lo veían con dulzura y amor.

Acarició el rostro del Omega y sonrió mostrando sus encías al menor, que le devolvió la sonrisa, mostrándole su inigualable eyesmile.

- ¿No crees que todo es muy rápido Hyung? Acabamos de renconciliarnos, perdonarnos y ahora ya somos pareja y apenas tenemos dos meses de conocernos, además que la mayoría del tiempo no nos hablamos, ¿No te parece extraño?

Dijo el Omega, curioso pero divertido por la situación.

- Si es todo un poco apresurado Minnie. Pero nosotros lo sabemos, nuestros lobos lo saben ¿Verdad?

- Claro que lo sabemos Hyung. Tú eres mi predestinado y yo soy el tuyo. Aunque tratemos de ocultarlo, no podemos. Nuestros lobos se llaman y eso no lo podemos ignorar.

- Así es Minnie, tu eres mi hermoso Omega y yo tú Alfa. Creo que nos dimos cuenta desde que nos conocimos pero no lo aceptamos desde un inicio.

》Pero ahora que lo sabemos y lo aceptamos. No te dejaré ir nunca de mi lado pequeño. Eres mi mundo entero Jimin y siempre estaré a tu lado.

Ambos se fundieron nuevamente en un tierno beso; que demostraba lo decididos que estaban a salir adelante y que estaba lleno del amor más puro y sincero que existiera.

- Hyung. ¿Sabe a donde fue Kookie? - El Omega se empezaba a preocupar por su galletita, no había llegado y ya pasaban de las doce.

- Le avise temprano que ya se podía venir, pero me dijo que se quedaría en un hotel. Por más que le insiste no me quiso hacer caso, dijo que estaría aquí en la mañana, tranquilo Minnie, él esta bien.

- Esta bien Hyung. Lo bueno es que él está bien. Por cierto ¿Te quedarás a dormir? Ya es tarde y no dejaré que manejes a esta hora y tampoco me quiero quedar sólo - Dijo el Omega con un pronunciado puchero en sus labios, que el Alfa no dejó escapar y lo beso, sacando un sonrojo en las mejillas del menor.

- Claro que me quedaré cachorro, me quedaré en la habitación de Kook para no incomodarte - El Alfa se empezaba a incorporar de su lugar y ayudo al menor a ponerse de pie. Ambos se fueron hacía las habitaciones.

- Quédate conmigo Hyung - Dijo un muy avergonzado Jimin. El Alfa lo vio con ternura, y aceptó gustoso quedarse con su Omega, que bonito se escucha ¿No?

- ¿Seguro Minnie? - El Omega asintió aún con dos mejillas rojitas - Entonces vamos a tu habitación mi Mochi.

Con grandes sonrisas plasmadas en sus rostros, entraron a la que es habitación del menor. Jimin se dirigió ha5cia el closet y sacó dos pijamas, una para el y la otra para su Hyung.

- Tome Hyung - Dijo entregandole la pijama a su mayor - Las de Kookie lo tragarán y pues las mías son un poco más de ¿Nuestra talla? No lo sé. Pero son más cómodas.

El Alfa podía morir de ternura en cualquier momento, amaba ver la sonrisa en el rostro de su Omega.

- Normalmente duermo sin camisa Jiminie ¿No te molesta? - El Omega se sonrojó una vez más pero esta vez parecía un tomatito, desvió un poco la mirada y carraspeó, tratando de disipar su sonrojo. Fracasando en el intento.

- C-laro... Hyung... No hay problema.

- Gracias Minnie, cambiate en el baño yo lo haré aquí ¿Si? - El Alfa se divertía viendo el rostro sonrojado del Omega, era una ternura verlo así.

- Esta bien Hyung - Sin más, se metió como rayo al baño y cerró la puerta tras él.

El pelirosa moría de vergüenza pero debía calmarse, no tomo una ducha por que era demasiado noche y se podía resfriar y no quería enfermar en el proceso al bebé. Así que sólo lavó su rostro y se cambió lentamente, con toda la paciencia del mundo. Cuando terminó, salió y su Hyung ya estaba con la pijama y sin camisa.

El corazón del pobre Omega dejó de latir unos segundos y a él se le cortó la respiración al ver por primera vez la lechoza piel del pecho del mayor. Tragó saliva en secó y a pasos lentos camino hasta la cama. El Alfa al ver a su Mochi, sonrió y extendió los brazos para que este lo abrazara, entendiendo la referencia el pelirosa se acercó y cuando estuvo cerca se refugió en los brazos del mayor.

Este último lo estrechó en un fuerte pero delicado abrazo, lo halo un poco y ambos cayeron a la cama. Con cuidado el Alfa posicionó el pequeño cuerpo del Omega a su lado y apago las luces de las lámparas que eran las que iluminaban anteriormente la habitación.

Atrajo hacía su cuerpo al Omega y lo abrazó nuevamente, posó una mano sobre la cintura de este, mientras la otra acariciaba los cabellos rosas. El Omega quedó con su rostro sobre el desnudó pecho del Alfa, al principio se sonrojo pero luego se acomodó mejor en el lugar y suspirando cerró los ojos, con el propósito de dormir. Aspiró el aroma de su Alfa y eso  adormecio un poco al pelirosa.

- Gracias cachorro - escucho el Omega la voz del Alfa.

- ¿Por qué Hyung? - Preguntó, abriendo sus ojitos y llevando su mirada hacía los gatunos ojos que lo veían.

- Por todo Minnie, gracias por perdonarme, gracias por aceptarme, gracias por hacerme el hombre más feliz sobre la faz de la tierra.

- No debe agradecer nada Hyung - Dijo el Omega feliz pero con su vocecita más apagada debido al sueño que empezaba a sentir.

El mayor sonrió al ver a su pequeño Omega con sus ojitos cerrados, depósito un casto beso sobre la frente del menor y lo estrecho más entre sus brazos.

- Te quiero Minnie.

Pasaron varios segundos, cuando el Alfa escuchó la dulce voz del pelirosa.

- También te quiero Hyung.

Con una hermosa calidez en sus corazones el Alfa azabache y el Omega pelirosa, se fundieron en un profundo sueño, que los llevó a soñar uno con el otro y verse nuevamente en sus más profundos sueños.

🐺🐺🐺

La luz del sol pegando sobre la ventana y llegando al rostro de un pelirosa, hizo que este despertará de su tan amado sueño, parpadeó un par de veces hasta abrir sus ojitos, quiso sentarse y levantarse, pero una mano, grande y pálida sobre su vientre se lo impidieron, al principio se sintió confundido, por que aún estaba medio dormido, pero después de recordar todo lo ocurrido la noche anterior y sonrió, sus mejillas se llenaron de un tono carmín, dandole el aspecto tierno que lo caracteriza.

Quitó la mano de su pequeño vientre con cuidado y se sentó en la cama, volteo un poco la mirada y ahí lo vio, con sus mejillas aplastadas en la almohada, su piel pálida y brillante por la luz del sol, su labios entre abiertos. Sonrió de felicidad al verlo tan hermoso como siempre, suspiró de amor y se acercó al mayor y depósito un pequeño y tierno beso en los labios de este.

Se separó y luego se levantó para ir al baño, hizo sus necesidades y luego lavo su rostro, ya listo salió nuevamente y con una hermosa sonrisa plasmada en su rostro se dirigió a la cocina para preparar el desayuno.

Tarareaba una dulce melodía, mientras cocinaba, unos waffles, con crema batida encima y una fresa, café para el Alfa y chocolate para el Omega.

El Alfa se despertó y al no sentir a su Omega cerca, tanteó buscándolo, más no lo encontró por ningún lado. Se levantó rápidamente, pensando que algo le pudo haber pasado, fue al baño creyendo que podría estar ahí, pero no había nadie, se empezaba a preocupar. Salió de la habitación y se encaminó a la cocina, una vez allí, lo vio. Sonrió al verlo tararear una melodía, y mover las caderas al son de su dulce y melodiosa voz.

El Alfa quedó embelesado con su pequeño Minnie, sonrió de pura ternura y se acercó al Omega, lo abrazó por la espalda, llevando sus grandes manos al pequeño vientre del menor y posicionando su barbilla en el hombro de este. Creyó que se asustaría por la repentina cercanía pero no fue así, el menor sólo sonrió ante la cercanía de su Alfa.

Que bonito se escucha ¿Verdad?

- Te sentí desde que entraste a la cocina ¿Sabes? - Le dijo el pelirosa al azabache, riendo por el intentó que el Alfa tuvo contra el pelirosa.

El mayor sonrió ante su pequeño Omega.

- Buenos días cachorro - saludo el mayor

- Buenos días Hyung.

El Omega ladeó su rostro hasta dejarlo frente al Alfa y este último depósito un tierno beso en los labios del menor.

- Me puedo acostumbrar a esto todos los días Minnie.

- Pues no estaría mal empezar a acostumbrarse Hyung.

Ambos sonrieron nuevamente y se fundieron en un profundo y húmedo beso, que selló el inició de sus corazones unidos y un amor eterno que perdurará para siempre.

Felices por estar juntos y por formar un lazo más allá de una marca.

Felices de estar juntos

Felices de ser Alfa y Omega.

.
.
.
.
.
.
.

¡Hola amigos!

No me pude aguantar a publicarles este capítulo.

Ame escribirlo😍

Quiza no era lo que se esperaban, pero es parte del avancé de la historia.

Esperó la disfruten tanto como yo lo hago al escribirla.

¿Qué les parció?

Ahora el Yoonmin es real en "dulce vientre" 💕

Nos leemos mañana!

Bye💜

No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro