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Veintitres

Pero mientras cruzaba el jardín que daba al patio vio una Harley Davidson aparcada. No la había visto antes porque había estado sumido en la contemplación de las vistas. Se detuvo sorprendido y SeHun pasó por su lado sin ver que JunMyeon no lo seguía. La nostalgia de estar en Seúl y de su casa le hizo olvidar que tenía prisa.

—Es... es una Sportster, ¿verdad? —exclamó JunMyeon admirado.

—¿Te gustan las motos? —preguntó SeHun sorprendido.

—Tengo una en casa. —confirmó JunMyeon con una sonrisa—. Una antigua 750.

—¿En serio? —exclamó SeHun acercándose orgulloso de su posesión. La tensión entre ellos había desaparecido—. Sí, es un modelo moderno, pero tengo una antigua Ironhead en Frisco.

—¡Una Ironhead! —exclamó JunMyeon impresionado—. Bueno, la mía es sólo una Panhead con manillar telescópico. ¡Vaya!

—Bueno, esas viejas Glides, como nosotros las llamamos, son impresionantes. —declaró SeHun enérgico—. ¿La tienes hace mucho tiempo? ¿Desde cuándo te interesan las motos?

—Me interesan las Harley. —lo corrigió JunMyeon dejando que su mano admirada recorriera el chasis de la moto—. Bueno, supongo que siempre me han interesado. Me compré la mía cuando cobré los derechos de autor de mi primer libro.

—¿Quieres... quieres montar? Veo en tus ojos que lo estás deseando. —añadió SeHun quitando la palanca de sujeción y probando su estabilidad—. Aquí tienes. Si sigues por ese camino a través de los árboles llegarás a la playa.

—Ah, no. —respondió JunMyeon dando un paso atrás y sacudiendo la cabeza—. En serio, no podría. Además... se le va a meter arena en el motor. Eres muy amable, pero...

—Pero si estas motos hacen carreras por la playa. Si quieres, si te pone nervioso, puedes subir detrás conmigo. —oferto SeHun dando una palmada en el asiento.

JunMyeon sabía que era una imprudencia, pero a pesar de todo subió sintiendo el estremecedor placer de la carrera y de sentarse junto a SeHun.

Una vez en la playa, SeHun aceleró por la arena húmeda. El cabello de JunMyeon se revolvió y los mechones de cabello volaron al viento. Era tan divertido sentir el azote del viento en el rostro que JunMyeon ni siquiera se dio cuenta. Nunca había ido en moto sin casco. SeHun condujo deprisa y luego, tras dejar que derrapara la rueda, paró.

—Te toca JunMyeon. —dijo SeHun bajando.

En aquella ocasión, JunMyeon no rechazó el ofrecimiento. No conducía tan rápido como SeHun, ni estaba acostumbrado a llevar detrás a nadie. Además, en todo momento era consciente de las manos de SeHun que lo agarraban por la cintura. No lo estaba abrazando, pero lo tenía pegado y podía sentir su aliento chocar con su cuello.

—No me deja ver. —le explicó SeHun al oído.

JunMyeon dio un vuelco con la moto al sentir sus dedos de SeHun sobre la nuca. Luego paró antes de llegar al camino que llevaba de vuelta a la casa y dijo:

—Ahora conduce tú. —oferto JunMyeon preso del pánico.

—Está bien. —contestó SeHun deslizándose por el asiento y agarrando el manillar—. Lo has hecho muy bien. —añadió.

JunMyeon se sentó detrás y trató de ocultar su estúpido orgullo. Llegaron al patio de la casa y SeHun aparcó. JunMyeon iba a bajarse cuando SeHun le agarró de la pierna desnuda justo por encima de la rodilla.

—Espera. —dijo deteniéndolo y mirándolo con ojos sensuales por encima del hombro—. Sólo quería que supieras que siento mucho lo de antes, casi derrapas por mi culpa.

—No importa. —le restó importancia JunMyeon.

—Sí, sí importa. —contestó SeHun deslizando los dedos por su rodilla.

JunMyeon sintió que le temblaba la rodilla bajo la mano de SeHun, y para distraerlo y que no se diera cuenta de su estado, río sin ganas y contestó:

—Puedes estar seguro de que el problema es que he pasado demasiado tiempo sentado tras una mesa, he perdido práctica. —mintió JunMyeon con una fingida calma.

Esperaba que SeHun lo creyera, pero lo único que hizo SeHun fue deslizar la mano por su muslo hasta el borde del pantalón.

—Sé cuándo estás mintiendo JunMyeon. —dijo SeHun en voz baja.

JunMyeon sintió entre las piernas algo que se endurecía y se mojaba, se preguntó si SeHun podría olerlo. Cada poro de su cuerpo exhalaba sexualidad.

—Tengo que marcharme. —declaró JunMyeon desesperado.

—Sí, lo sé. —murmuró SeHun soltándolo bruscamente. JunMyeon se bajó—. Pero quiero que sepas que me alegro de que vinieras, y espero que quieras volver a verme...

JunMyeon trató de apartar todos aquellos recuerdos de su mente y de volver al presente. Estaba seguro de que SeHun había dicho aquello sólo por decir, de que no hablaba en serio. Sólo trataba de ser amable. JunMyeon se había metido en un callejón sin salida al intentar aprovecharse de la situación, y SeHun no quería que volviera al hotel pensando que lo ocurrido le había afectado. Además, se dijo, probablemente trataba de asegurarse de que no le contara nada a Luhan. Pero por eso podía estar tranquilo, se dijo suspirando.

JunMyeon nunca le diría nada a Luhan. Aparte de otras consideraciones, contárselo implicaba admitir que había estado en su casa de Mao, y eso era algo que prefería guardarse para sí mismo. Quizá no tuviera sentido, pero prefería que aquellos recuerdos permanecieran como algo íntimo. Aquellas horas junto a SeHun habían transcurrido fuera del tiempo, había tenido a SeHun sólo para él y viviría con ese recuerdo.

Sin embargo, la pregunta de Luhan sobre lo que había hecho la tarde anterior exigía una respuesta. Llevaba demasiado tiempo absorto, rememorando, sin atreverse a contestar.

—¿Ayer por la tarde? —repitió JunMyeon como si no lo recordara—. ¿Por qué? ¿Es que estuviste buscándome? Estuve... de compras.

—¿En serio? —preguntó Luhan sarcástico y amenazador. JunMyeon recapacitó. Era imposible que supiera qué había estado haciendo. A menos que alguien lo hubiera visto con J.B cuando fue a recogerlo al hotel. A pesar de las protestas de SeHun, JunMyeon había pedido un taxi para volver—. Estuve buscándote. SeHun estaba demasiado ocupado para venir, y quería hablar sobre el libro.

—¿Sí? —JunMyeon se inclinó y dejó la taza sobre el plato. Tenía la sensación de que nada de lo que ocurría esa mañana era habitual. Ni el café, ni aquel interrogatorio.

—Sí. Creo que estarás de acuerdo conmigo en que ya hemos hablado de todos los detalles de mi vida personal. Supongo que preferirás no discutir la atracción que sintió tu marido por mí, ni mis otros dos matrimonios. —explico rodando los ojos—. Estoy seguro de que Zitao en todo caso, te proporcionará todos los datos que necesites. Y, por supuesto, querrás visitar los estudios de cine. Zitao también puede arreglarlo.

—Comprendo. —contestó JunMyeon mordiéndose el labio—. Entonces, ¿no quieres que vuelva más? Me refiero a volver de forma regular, claro.

Luhan pareció vacilar, pero finalmente sacudió la cabeza y contestó:

—No, es... demasiado aburrido. Tengo cosas que hacer, gente a la que ver, citas. Pasar toda la mañana aquí encerrado contigo es demasiado. —explico con horror como si se estuviera muriendo—. Estoy descuidando a mis... amigos, y... SeHun se queja de que nunca estoy libre.

JunMyeon se puso tenso. ¿Habría dicho eso último deliberadamente?, se preguntó. Estaba casi segura de ello.

—Siento mucho que te parezca aburrido hablar sobre ti mismo Luhan. —murmuro JunMyeon con ironía.

—Yo no he dicho eso. —replicó Luhan ofendido—. He dicho que pasar todas las mañanas CONTIGO ES ABURRIDO. —deletreo con enojo—. ¡Dios, no sé qué es lo que Yixing ve en ti! Ni qué ha visto nunca, para el caso.

—Entonces... —dijo JunMyeon poniéndose en pie y sintiendo un inmenso alivio porque todo hubiera terminado.

—¡ah, por favor! —lo detuvo Luhan antes de que pudiera marcharse. Se puso en pie y sonrió conciliadoramente—. Lo siento mucho, JunMyeon. Ha sido imperdonable, pero es que Lay a veces me pone tan nervioso que no sé ni lo que hago. En serio, no era eso lo que pretendía decir.

Pero sí era lo que pensaba, se dijo JunMyeon incómodo. Sin embargo, no estaba del todo convencido de que su exesposo fuera la razón de aquella escena.

—Creo que los dos sabemos que ha sido un error el que viniera aquí. —declaró JunMyeon con calma—. Siento mucho que Yixing no te haga la vida fácil, pero...

—No, por favor. —rogó Luhan con una sonrisa tensa—. Siéntate, JunMyeon. Déjame que te explique.

—No hay nada que explicar. —corto JunMyeon con seriedad.

—Sí lo hay. —contestó Luhan tratando de mostrarse amable. JunMyeon, sin embargo, veía claramente que estaba haciendo un esfuerzo por no explotar—. Creo que no me di cuenta de cuánto... iba a afectar esto a Lay. El que vinieras, quiero decir.

—Xiao Luhan...

—No, déjame terminar. —continuó Luhan dejándose caer sobre el sofá. JunMyeon se sentó—. Le... le dije a Lay que no diría nada, que fingiría que todo esto había sido idea mía, pero estoy seguro de que eres demasiado inteligente como para conformarte con verdades a medias. Probablemente ya sabes lo que él siente por ti.

—No creo que... —suspiró JunMyeon.

—Déjame terminar, por favor. —imploró Luhan con un gesto de la mano—. He estado hablando con Zitao, y él está de acuerdo conmigo. Te proporcionará todo lo que necesites. Puedes quedarte en el hotel si así lo quieres, por supuesto... hasta finales de esta semana, al menos. Luego envíame el primer borrador de la biografía cuando esté terminado. Si quiero que hagas algún arreglo te lo mandaré correos a Seúl.

—Pero yo pensé...

Aquellas palabras habían salido de su boca sin poder evitarlo. JunMyeon sintió una inmensa frustración cuando Luhan levantó una ceja inquisitiva y preguntó:

—¿Pensaste qué? —era evidente que estaba deseando escucharlo—. Continúa, ¿qué era lo que ibas a decir?

—Nada. —afirmó JunMyeon decidido y molesto por haber abierto la boca. No tenía intención de admitir que esperaba poder escribir el primer borrador en Beijín—. Si... si es que aún estás seguro de que quieres que escriba tu biografía...

—Lo estoy. —admitió Luhan con firmeza.

—Entonces, muy bien. Puedo hacerla. —accedió JunMyeon sonriendo falsamente.

—Bien. —asintió Luhan—. Bien. Le diré a Lay que te marchas.

—Por favor... —imploró JunMyeon en esa ocasión—. Preferiría que no le dijeras nada. Creo que... que es mejor que no se lo digas, ¿no te parece?

—Si tú lo dices. Te sugiero que termines el café. Luego trataremos de atar los cabos que creas que han quedado sueltos. —ofreció Luhan con prepotencia. 

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ya estamos como más de la mitad del fic gente, se acabaaa se acabaa. por cierto pensando estoy de hacer un fic seho como la continuacion de the pirates: The Last royal treasure.  solo seran como diez caps y super hornys 7v7r pienso empezar a editar mañana asi que no actualizare ningun fic mañana.

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