Veinticinco
JunMyeon tuvo que apartar la mirada. Se preguntaba qué pretendía SeHun cuando sólo una semana antes su rechazo había sido rotundo.
—No lo creo. —contestó JunMyeon cuando por fin recuperó la voz—. Si... si te sirves una copa estaré contigo enseguida.
—No quiero una copa JunMyeon. —lo contradijo SeHun alejándose de la puerta y acercándose a la bañera. Sus ojos se oscurecieron al mirar para abajo—. ¿Crees que habrá sitio ahí para dos? Mi arquitecto me ha informado de que estas bañeras son tan grandes que cabe todo un regimiento.
—Creo que será mejor que no. —contestó JunMyeon desalentándolo. La idea de provocarlo había perdido todo su atractivo al recordar como lo había rechazado—. Además... —se esforzó por mirarlo a los sensuales ojos—, creía que no estabas interesado en mí.
—¿Y qué te hizo pensar eso? —preguntó SeHun frunciendo el ceño.
—¿Que qué me hizo pensar eso? —repitió JunMyeon incrédulo—. Hubiera jurado que tú lo sabrías mejor que yo. —ataco con ironía.
—Bueno, pues no lo sé. —contestó SeHun metiendo una mano en el agua y dejando que ésta desbordara y le mojara el hombro y el pecho—. De todos modos, creía que era esto lo que tú querías. Si no es así, desde luego hiciste un buen trabajo tratando de convencerme de lo contrario.
JunMyeon tragó. Su proximidad lo abrumaba, necesitaba que se marchara, pero lo cierto era que lo que SeHun le estaba proponiendo constituía toda una tentación.
Sin embargo, no podía hacerlo, se dijo a sí mismo tembloroso. SeHun había dicho que él no era ningún chico fatal, y tenía razón.
—¿Qué es exactamente lo que quieres SeHun? —inquirió JunMyeon sin importarle si aquella pregunta resultaba ingenua.
Pero SeHun, en lugar de contestarle, tomó el jabón y le acarició la mejilla diciendo:
—¿Es que no es evidente? —jadeo SeHun.
—Para mí no. —mintió JunMyeon. Su corazón latía acelerado. ¿Sería verdad que pretendía bañarse con él?, se preguntó—. Te estás mojando la manga. —añadió tratando de distraerlo.
—¿Y qué? —preguntó SeHun aclarándose las manos y quitándose la chaqueta para dejarla en el suelo—. ¿Mejor así? —añadió dejando que su mirada vagara deliberadamente por todo el cuerpo de JunMyeon, que juntó las piernas en un gesto de defensa.
—Señor Oh...
SeHun se estaba quitando la corbata y desabrochándose el cuello de la camisa. Cuando terminó apoyó los brazos sobre el borde de la bañera y lo miró con una sonrisa cómplice.
—No me llames así, por el amor de dios JunMyeon. No creo ser mayor que tú. —murmuro SeHun lamiéndose los labios—. Y yo no hago el amor a los chicos que me llaman señor Oh.
—Pues es más de estatus que de edad y ya que mencionas lo último entonces quizá sea así como deba llamarle, señor Oh. —respondió JunMyeon sin aliento, comprendiendo que eran sus burlas lo que lo envalentonaban.
—Puede ser. —contestó SeHun desconcertándolo. Se quitó la camisa y se desabrochó la cinturilla del pantalón—. Pero en tu caso siempre puedo hacer una excepción.
—SeHun... —protestó JunMyeon con los ojos muy abiertos—. No puedes hacerlo.
Pero SeHun ya se había quitado los zapatos y se estaba desabrochando la cremallera.
—Podrías ayudarme. —comentó SeHun quitándose los calcetines y el pantalón. JunMyeon lo miró mudo, lleno de confusión. SeHun señaló los calzoncillos y añadió—: ¿Quieres que me quede con los calzoncillos puestos como concesión a la vergüenza?
JunMyeon no pudo responder. Nunca se había visto en una situación semejante. SeHun interpretó su silencio como un asentimiento. Antes de que pudiera echarse a un lado para dejarle espacio sus piernas lo rozaron. Se había sentado frente a JunMyeon.
A pesar de saber que debía mirar a otro lado, JunMyeon no apartó la vista de él. ¿Era aquello un sueño, o era cierto que Oh SeHun estaba compartiendo la bañera con él?, se preguntó JunMyeon. Movió los pies y le rozó la pantorrilla y los tobillos. De modo que era real, se dijo acobardado ante aquel contacto.
—¿No es agradable? —preguntó SeHun desplegando los brazos por los laterales de la bañera y relajándose por completo. Luego respiró hondo—. No me digas que nunca habías hecho algo así.
—Nunca. —contestó JunMyeon tenso echando en falta algo más de experiencia.
JunMyeon no podía moverse sin chocar con SeHun. Justo cuando pensaba que SeHun ya no haría nada más, levantó las rodillas y se acercó agarrándolo de los tobillos para meterle los pies entre sus piernas.
—¿Qué estás...? —comenzó a decir JunMyeon tembloroso—. ¿Qué crees que estás haciendo SeHun? —terminó sin aliento mientras SeHun deslizaba las manos por sus pantorrillas.
—Pensé que te gustaría que te diera un masaje. —respondió SeHun sin mirarlo. Observaba sus propias manos, las caricias que le prodigaba—. Soy bueno dando masajes. —añadió ronco tirando de JunMyeon hasta que los dedos de sus pies le rozaron las ingles.
JunMyeon sintió que el estómago se le encogía. Podía sentir su calor en los pies, y aunque sabía que era una locura deseó que SeHun se hubiera quitado los calzoncillos. Había algo de tremendamente íntimo en aquel extraño contacto.
—¿Te gusta? —preguntó SeHun mirando para arriba. JunMyeon, que apenas había notado sus caricias en las pantorrillas, sólo pudo asentir con la cabeza—. Te dije que era bueno repitió en voz baja—. Acércate más y yo haré que se te relajen los muslos.
JunMyeon dejó escapar el aire contenido con un sonido gutural, mitad gemido, mitad llanto. Se preguntaba si SeHun se daría cuenta de su estado de histeria. Sin embargo, no lo detuvo cuando se acercó más obligándolo a levantar las rodillas contra el pecho.
—Abre las piernas conejito. —pidió SeHun ronco.
JunMyeon escuchó la emoción que embargaba su voz.
JunMyeon deslizó las piernas hacia abajo por encima de él, y SeHun abrió las rodillas para acercarse más aún. Estaban cara a cara, muslo contra muslo. Sus cuerpos apenas se separaban unos centímetros el uno del otro.
—Eres el chico más sexy que nunca haya conocido JunMyeon, ¿lo sabías? —murmuró SeHun.
Su lengua le rozaba los labios. SeHun lo agarró de la cintura y lo atrajo hacia sí mientras le acariciaba con los dedos por debajo de los pezones.
«¿Sexy?» «¿él?», se preguntó. JunMyeon se sentía abrumado tanto por lo que SeHun estaba diciendo como por la tortura que sus labios le causaban. SeHun estaba excitado y su masculinidad, dura, se apretaba contra la suavidad de su piel presionando con fuerza dentro de los calzoncillos.
—No lo has dicho en serio. —contestó JunMyeon tembloroso cuando SeHun se apartó de sus labios para comenzar a besarle el cuello.
—¿tú crees? —preguntó SeHun mordiéndolo deliberadamente y lamiendo su suave piel—. Yo no soy... Yixing, JunMyeon. —añadió cuando por fin pudo hablar—. Nunca digo algo que no sea verdad.
—No... —respiró JunMyeon tembloroso—... no quiero hablar de Yixing ahora.
—Ni yo tampoco. —concedió SeHun acariciando y presionando con los pulgares sus pezones—. Pero quería que supieras que yo no soy él, JunMyeon.
—No... no es probable que lo olvide. —contestó JunMyeon levantando las manos a su vez para agarrarlo por la cintura.
Luego deslizó los dedos por dentro de la cinturilla de los calzoncillos de SeHun preguntándose de dónde habría sacado el coraje para atreverse a hacerlo.
—¡Mghh...! —gimió SeHun ante el contacto de su piel con las suaves manos de JunMyeon.
La explosión involuntaria de SeHun ante aquel gesto de JunMyeon fue instantánea. JunMyeon le acarició su trasero y por un momento creyó que SeHun iba a salir de la bañera de un salto. JunMyeon cerró los ojos unos instantes pensando en que si lo hacía no sería capaz de soportarlo y, cuando los abrió, vio que SeHun se estaba quitando los calzoncillos. Los tiró a un lado sin dejar de mirarlo y JunMyeon sintió que sus muslos se derretían ante la sensualidad de su mirada.
Ninguna barrera se interponía ya entre ellos, ninguna tela podía impedir que compartieran una intimidad completamente novedosa para JunMyeon. Cuando SeHun deslizó la mano hacia abajo entre ambos cuerpos para acariciar su parte más íntimas, JunMyeon no pudo evitar arquear la espalda. No podía resistirse a las caricias de SeHun.
Olas de sensación invadieron al cuerpo de SeHun y buscó la boca de JunMyeon con ansiedad, introduciendo la lengua entre sus dientes. SeHun lo agarraba de la nuca atrayéndolo hacia sí, y JunMyeon jadeaba y gemía ante aquella dulce respuesta.
—Despacio. —susurró SeHun tembloroso mientras JunMyeon cubría su rostro de besos.
Sin embargo, SeHun no pudo evitar volver la cabeza para besarlo en la boca con un ardiente deseo. Tenía los dedos dentro de las deliciosas nalgas de JunMyeon y le acariciaba la dulce entrada rosada hasta penetrarlo usando al agua como lubricante inundándolo de placer sensual. JunMyeon se dio cuenta instantáneamente del momento en que SeHun sustituyó aquellos dedos por su sexo. Su masculinidad, dura y tensa, lo deshojó introduciéndose lentamente entre sus paredes anales hasta que estuvieron más unidos que nunca.
—¿Te hago daño? —preguntó SeHun con voz áspera al oírlo jadear.
JunMyeon sacudió la cabeza y lo rodeó por el cuello con ambos brazos.
—Aah..No, es... perfecto—contestó JunMyeon con voz ronca enrollando las piernas sobre el cuerpo de SeHun. Luego besó su cuello y susurró—: Y tú, ¿estás bien?
—Sí, estoy bien. —gimió SeHun con voz espesa cerrando los ojos—. Pero no sé cuánto tiempo podré seguir aguantándolo conejito. Tengo la sensación de que si te mueves voy a vaciar todo lo que hay en mí.
—No será todo SeHun-ha. —susurró JunMyeon sin aliento. Nunca había compartido sus emociones con nadie de ese modo. Yixing le había hecho el amor, pero no había sido ni romántico ni aventurero, comprendió. Se frotó contra SeHun deliberadamente y añadió— ¿Te refieres a si me muevo así?
SeHun juró, pero no fue un juramento airado. JunMyeon pudo atisbar una expresión sincera de angustia en su rostro.
—Si quieres terminar ya sólo tienes que seguir así, tal y como estás conejito. —dijo SeHun reprimiendo un gemido—. Oh, Dios, no creo que quiera esperar mucho más.
Sólo tardaron un momento. SeHun presionó a JunMyeon contra sí apartándolo únicamente un par de veces antes de que su pujante cuerpo se estremeciera en brazos de JunMyeon. Y, para sorpresa de JunMyeon, su propio clímax siguió inmediatamente al de él mientras las vibraciones de su masculinidad y el calor desbordante de sus semillas lo conducían hasta el borde del abismo.
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7v7rr JAJA se viene creo una escena horny tambien pero no tan sexual porque este fic tendra otros aires, nos vemos mañana y depende de mañana las cosas puede que suba otros fic como el de los piratas que prometi y otro más que seria como otra version de la ultima concubina, una version más mpreng y contando lo de sehun y su cicatriz.
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