Luego JunMyeon calculó mentalmente la cantidad de whiskys que Yixing sería capaz de beber hasta esa hora y quedó horrorizado. Imaginó la escena que se seguiría tras aquella ingestión de alcohol y pensó que no quería que Yixing se pusiera en evidencia.

—Sí, para las ocho. —repitió tomando la copa con ansiedad y mirando el vaso de JunMyeon—. No estás bebiendo mucho esta noche. ¿Estás seguro de que no prefieres una copa de soju?

—No, yo... —lo que JunMyeon hubiera preferido era que Yixing se marchara a dormir la siesta. Estaba por completo convencido de que había estado bebiendo antes de acudir a la cita—. Mm... ¿por qué no vamos a pasear? No he salido del hotel en todo el día.

—¿Estás de broma JunMyeon? —preguntó Yixing mirándolo como si estuviera loco—. Por la noche no se puede salir a pasear por las calles.

—Pero si aún no es de noche...

—Está bien, la gente aquí no sale a pasear. Excepto quizá en YuangI porque es una zona comercial. Pero Wangfujin no es Seúl, ¿sabes? —regaño Yixing.

—¿YuangI? Ah, sí, donde vive Huang Zitao. —añadió JunMyeon observándolo de reojo.

—¿Zitao? Sí, puede ser. —Yixing frunció el ceño—. ¿Y tú cómo lo sabes?

—Vino esta mañana a verme. —explico JunMyeon tomando un sorbo de su vino—. Estuvo desayunando conmigo en el restaurante.

—¿Desayunó contigo en el restaurante? —repitió Yixing mirándolo con ojos suspicaces—. Así que para Zitao sí tienes tiempo, pero para mí no.

—Yixing, ayer por la noche estaba agotado...

—¿Y eso qué tiene que ver? —cuestiono molesto interrumpiéndolo bruscamente.

—Mucho, el cambio de horario...

—Por favor JunMyeon de china a corea solo son unas horas de diferencia no es para tanto. —recrimino Yixing de mala manera—, ¿y cómo diablos supo Zitao quién eras tú?

—Por... por mi foto. —contestó JunMyeon humedeciéndose los labios—. Está en la contraportada de los libros. Y... el señor Oh estaba allí. —añadió molesto consigo mismo por haber ocultado la verdad.

—¿Oh SeHun? ¿Conoces a Oh SeHun? —pregunto Yixing en voz alta y enojada.

—Sí. —contestó JunMyeon arrepintiéndose de haber dicho aquello—. Él... estaba en casa de Luhan ayer por la mañana. —vaciló—. Creo que... que ha hecho ciertas inversiones en su carrera.

—Claro, por supuesto. —dijo Yixing con amargura—. Ha invertido en su carrera.

—¿Qué me dices de ir a pasear? —respiró hondo JunMyeon tratando de no discutir sobre Oh SeHun—. Si... si te parece peligroso salir a la calle siempre podemos ir a mirar tiendas.

—Entonces, ¿hasta qué punto conoces a ese tipo? —exigió saber Yixing—. ¿Quieres decir que él desayunó contigo también?

—No... —chillo JunMyeon sintiéndose presionado.

—Te aviso de que a Luhan no le va a gustar que andes hablando con su querido. —rezongo Yixing con rencor—. Dime, ¿sabía Luhan que Oh SeHun iba a estar en el hotel? Porque si es así ésa debe de ser la razón por la que mandó a Zitao.

—Pero si SeHun no desayunó conmigo. —replicó JunMyeon. Según parecía Yixing había pensado exactamente lo mismo que él—. SeHun sólo... me señaló para que Huang Zitao supiera quién era, eso es todo Yixing. —añadió bajándose de repente de la banqueta—. Y ahora, ¿vas a venir a dar un paseo o no? No tengo intención de quedarme sentada en este bar durante una hora.

—Media hora. —protestó Yixing comprendiendo que JunMyeon hablaba en serio—. Bueno, está bien. —cedió. Bebió el resto de su copa y se puso en pie—. Iremos a dar una vuelta por el vestíbulo. Así podrás decirme qué opinas de un hombre tan macho.

JunMyeon apretó los labios. Se negaba a discutir sobre Oh SeHun y le molestaba que Yixing hablara con tanto resentimiento de SeHun. Aunque, reconoció, quizá tuviera razón. Debía de ser difícil para él competir con un hombre que tenía todo aquello de lo que él carecía.

—Luhan se acuesta con él, ¿sabes? —insistió Yixing mientras JunMyeon se detenía a mirar una joyería—. Me refiero a SeHun claro. Sus tratos no son sólo de negocios.

—Eso no tiene nada que ver conmigo Yixing. —contestó JunMyeon tenso—. Si vas a pasarte la noche hablando de Luhan mejor... —suspiró JunMyeon.

—No, pero no puedes culparme si me siento ofendido. Es maravilloso tener a alguien... a tu lado... alguien con quien hablar. —¿a su lado?, se preguntó JunMyeon frunciendo el ceño. No estaba muy seguro de que fuera así—. De todos modos, te prometo que no voy a volver a hablar de Luhan ni de su... bueno, de SeHun. ¿Te parece bien JunMyeon?

—Bien. —contestó JunMyeon esforzándose por sonreír y deseando poder apartarlos él también de su mente. En lugar de ello, JunMyeon pasó el resto de la velada esperando que Yixing le contara cuál era exactamente la relación que mantenían Luhan con SeHun. ¿Acaso pretendían casarse?, se preguntó JunMyeon. ¿Iba Luhan primero a divorciarse? A su juicio, SeHun no era el juguete de nadie. Así que lo que tuviera con Luhan debería ser algo serio con miras a algo formal.

El domingo por la noche, JunMyeon había hecho ya algunos trabajos preliminares en el ordenador que el hotel le había procurado. Por la tarde compró unas cuantas revistas en el quiosco del hotel y estuvo buscando fotos de Luhan. Podía ser interesante conocer el punto de vista de otra persona sobre él, se dijo. Pero no encontró nada de especial. Excepto, desde luego, un número del Forbes con un reportaje sobre Oh SeHun. Compró la revista y leyó el artículo palabra por palabra, pero al mismo tiempo se despreció a sí mismo por ello.

Aquel artículo decía mucho más sobre SeHun de lo que le hubiera contado Yixing. Aunque había roto su promesa de no hablar sobre Luhan en numerosas ocasiones, no había hecho más que comentarios sentenciosos sobre SeHun. se notaba que SeHun no le gustaba, como era lógico en sus circunstancias, pero algunas de las cosas que decía sobre SeHun no eran ciertas.

Por ejemplo, aseguraba que se acostaba con Luhan, pero en la revista no se establecía ninguna conexión entre ellos. Al contrario, el chico que más destacaba en el artículo era un tal Kai Jongin, su socio en la bodega de SureyYang. Y decía mucho más. Hablaba sobre las inversiones de SeHun en la industria del cine y de la banca, de la cadena de hoteles de lujo que poseía, etc.

SeHun era el propietario del Hotel Crowe plaza, el hotel en el que JunMyeon estaba alojado, y ése era sólo uno de los múltiples hoteles que tenía a lo largo de la costa de China. Así también, como algunos hoteles en corea.

El éxito de Oh SeHun resultaba arrollador, y JunMyeon se alegraba de no haber sabido nada de ello antes de conocerlo. De ser así nunca se hubiera atrevido a decirle las cosas que le había dicho de haberlo sabido, pensó JunMyeon sintiendo remordimientos.

Los dos últimos días habían pasado relativamente deprisa, se dijo JunMyeon. Había visitado YuangI y había echado de menos a Byul. Y también a su Harley. Sin embargo, estaba demasiado ocupado como para sentir excesiva nostalgia.

Era irónico, pensó JunMyeon. Había viajado hasta China con la esperanza de aprovecharse de la situación. En realidad, había sido el convencimiento de que Yixing tenía problemas en su matrimonio lo que lo había decidido, se confesó. Hasta ese momento se había mostrado inflexible ante los ruegos de Jin, nada podía hacerlo cambiar de opinión. Sólo la tentadora idea de volver a ver al hombre del que creía que estaba enamorado había desequilibrado la balanza.

No obstante, un par de días más tarde había comprendido que la imagen que conservaba de Yixing no era real. En realidad, sospechaba que nunca lo había sido. La destrucción de esa imagen años atrás, sin embargo, había sido tan doloroso y tan inesperado, que había creído que Yixing actuaba sólo bajo la influencia de Luhan. En ese momento comprendía, en cambio, que eso era dudoso. No podía creer que Yixing hubiera cambiado tanto. Y Luhan... recapacitó.

Se levantó de la mesa en la que estaba trabajando y se estiró. Luhan no le gustaba, pero lo admiraba. Quizá Jin tuviera razón, quizá eso no importara. 

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Yo habia pensado en otro fic mas recuerda?  donde sehun y suho fingen ser novios y ambos se llevan muy mal. pues  seguro lo subo mañana. si no me voy  aun sauna.